MANIPULADOS: VICTIMAS DE LA NUEVA ERA
Publicado en EOC nº 97
Hace unos días, iniciamos la reforma de una vieja habitación llena de libros y papeles. Enseres diversos, cintas de VHS, casetes en cinta de esos que desaparecieron hace muchos años, cuadros sobre ángeles o demonios que ya nadie quiere ver colgados en las paredes, periódicos antiguos y un largo etc., todo lleno de polvo, nos recibió sin ningún tipo de pudor. Entre esas cientos, tal vez miles de posibilidades, un viejo manuscrito me llamó la atención: MANIPULADOS, Víctimas de la Nueva Era.
Hasta aquí nada extraño, si no fuera porque dicho manuscrito lleva la firma de dos personas: Javier Sierra y Gabriel Carrión. La fecha del copyright: 1991.
Hasta aquí, un libro más, un manuscrito más que no cuajo. Pero nunca se envió a ninguna editorial. Se hubiera publicado con total seguridad. Y aún hoy, más de treinta años después, se publicaría sin duda. Imagino que cuando nos muramos ambos, ya entrados en canas y poco pelo, le dejaré una nota a mi heredero para que se publique de forma anónima.
Aún recuerdo a Javier Sierra sentado en la mesa del comedor de mi modesta casa de entonces, repasando junto a mí el manuscrito definitivo, tomando las últimas decisiones sobre el mismo. Él lo dedicaba a sus padres, por haber respetado siempre, y en todo momento, mi propia libertad. Yo, que en eso de las dedicatorias siempre he sido algo parco, se lo dediqué a mi primera mujer, Ángeles Rocamora, y como siempre, ya por aquel entonces, por soportarme. La verdad es que las mujeres de mi vida, y algunos hombres, me han soportado más de la cuenta.
Y como éramos jóvenes pusimos una nota que decía: Los derechos de autor de la presente edición los cedemos a Antonio Ribera, uno de los primeros españoles que conoció, vivió y aprendió a desenmascarar el gran fiasco de la Nueva Era.
Antonio nunca vio un duro. Cuantas conversaciones nunca publicadas tuvimos aquel hombre alto, desgarbado y yo. Nos recuerdo en las afamadas pirámides de WIMAR en la isla de Tenerife hablando sobre OVNIS, sobre abducciones, sobre fenómenos anómalos, sobre Benítez, con quien tanto quería, como diría el poeta oriolano Miguel. Aún echo de menos, en ocasiones, su estoicismo frente a los embates de la fortuna.
Pero a lo que vamos. No creo, en esta humilde crónica, saltarme ningún acuerdo secreto, confuso u oscuro, si reproduzco la breve pero reveladora página que bajo el epígrafe AGRADECIMIENTOS, escribimos en aquel entonces (1991):
“Dice un proverbio alemán que “el hombre que apetece soledad tiene mucho de Dios o de bestia”. Como no nos consideramos en ninguna de las dos situaciones, y como cínico sería no reconocer a aquellas personas que nos han ayudado en nuestra búsqueda por separar los verdaderos fenómenos insólitos del mito tejido en torno a ellos, les dedicamos estas líneas como tributo a su interés. Su actitud humana y profesional les ha consolidado como auténticos ciudadanos de la verdadera Nueva Era.
“Nuestro reconocimiento a Juan Ignacio Aguirre Ceberio, Eduardo Aguirre, Félix Arana, Javier Armentia, José Luís Barturen, Miguel Blanco, Manuel Berrocal, Isabel Blázquez, Ignacio Cabria, José Antonio Campaña, Manuel Carballal, Bruno Cardeñora, Vicente Cassanya, Ignacio Darnaude, Josep Guijarro, Richard Heiden, Enrique López Guerrero, Paco Mañez, Mariano Mondaray, Javier Moreno, Vicente Moros, Jesús Sánchez, Miguel Sardiña y Enrique de Vicente por sus comentarios, aportación documental o incluso revisión de algunos de los capítulos de este texto.
“También nuestro agradecimiento a instituciones y publicaciones como la revista Año/Cero, la Asociació per la Investigació i Recerca Ufológica i Parasicológica del Penedés (AIRUPP), la Asociación Parapsicológica Psi-Car de Cuenca, la Asociación Valenciana de Investigaciones Parapsicológicas y Ovniológicas (AVIPO), el Centro Nacional del Libro y la Lectura de Madrid, la revista Karma 7, la revista Mas Allá, la Policía Nacional de Benidorm, y la Sociedad Española de Parapsicología de Madrid”.
Al final mencionamos a una editorial, a la cual no le llegó el manuscrito, aunque sí que le agradecimos que, en aquel momento, de finales del siglo XX se uniera a nuestra aventura de denuncia de las actividades irregulares en las que se desenvuelve gran parte de la Nueva Era. Pero no pudo ser. ¿Qué sucedió? Ni idea. Javier un día dijo que no y yo debo confesar que no hice preguntas. Pero repasando el manuscrito que hace más de treinta años, escribimos, no dejo de pensar que hubiera pasado si Javier se hubiera unido al Lado Oscuro.
La trayectoria de Javier Sierra es rutilante, espectacular. La mía lo fue, y aunque hoy es más discreta, sigo publicando; aunque como diría Silvio Rodríguez, se me guarda en copias y no en originales. Mi permanencia en el lado oscuro de la fuerza me acarreó la denostación de todos y cada uno de los popes de la parapsicología y la ufología de este y otros países. Hoy ni me saludan. ¿Me preocupa? No, quizá porque he acabado cultivando la soledad, pero también la verdad, aunque ésta no interese a nadie.
Pero claro, para escribir, sé que siempre me quedará el ojo crítico y por ello cuando le propuse a su director Manuel Carballal, hacer una crónica sobre aquel manuscrito enseguida me comentó que adelante, por lo que le quedo agradecido.
Sin querer adentrarme en el interior del manuscrito, si puedo hacer un repaso por su Índice, comenzando por la Introducción, cuyo título ya era en aquel 1991, toda una declaración de intenciones: Riesgos del mundo futuro. Del mismo, sólo el extracto de un pequeño párrafo que nos adentra en la radicalidad de un texto bien documentado: Saber que nos depara el mañana se ha convertido en uno de los instrumentos más poderosos para controlar a las masas, esgrimido desde hace años por religiones, ideologías científicas, culturales o simplemente políticas. Toda una declaración de intenciones que nunca vería la luz.
Capítulo uno. La Falacia astrológica de la Nueva Era: Un duro golpe a la Nueva Era. Un desafío a la ciencia.
En dicho capítulo se avanzaba la errónea percepción astrológica de que se avecinaba un cambio para mejor en el planeta, que nos adentraría en una época de prosperidad y de bienestar nunca vividos hasta la fecha. El despertar de la conciencia, etc., etc. Sin duda, hoy, en lo que se decía entonces, plena Nueva Era, no acabamos de tener claro el panorama tan incierto que nos aguarda, viviendo entre guerras y con una suerte de regreso al planeta de los brujos, debido al miedo emocional de la gente y a la incertidumbre que representan los acontecimientos que están ocurriendo.
Capítulo dos. A la búsqueda de la libertad.- Religiones como sistema de control –El eterno maniqueísmo de las creencias religiosas. Lo divino y lo diabólico -¿Estaremos aquí mañana? –Novatos en los asuntos de Dios –Los doce varones –Ángeles… ¿caídos? –La revelación del Palmar de Troya –Un papa ultraderechista –El Palmar, divino negocio.
El capítulo dos se adentra en la observación y la creación de nuevas formas de religiosidad donde lo más importante era (es) el sometimiento del individuo. La Religión como control de los pueblos. Ya quedaba claro (1991) que el afamado Palmar de Troya era un fraude burdo y de baja estofa, así como un negocio tan escandaloso, que más parecía una estafa espiritual. Parecido sin duda a otros que nacieron en la misma época.
Capítulo tres. Los peligros del contacto extraterrestre. Controvertidos orígenes para los nuevos dioses –Las nuevas iglesias –Nuevas Biblias –Perjuicios psíquicos –La gran prueba -¿Fratellanza o vendetta cósmica? –Fanatismos que matan –Más “suicidados” por extraterrestres –Quien busca no siempre encuentra.
Si en 1991 se hubiera afirmado tan categóricamente como se advertía en este capítulo tres, cuantos peligros encerraban los presuntos avistamientos OVNI en todo el mundo, quizá algunos de los acontecimientos más lúgubres y catastróficos de finales del milenio, a lo mejor no hubieran ocurrido. Ese pequeño apartado de fanatismos que matan, ya en aquella época, hubiera sido una advertencia clara y concreta sobre la tendencia, de algunos presuntos contactos ufológicos, que solo buscaban el catastrofismo y el aislamiento de las personas que de buena fe se acercaban hasta dichas creencias. Sin olvidar que, tal vez, este libro hubiera sido una referencia para que tantos mercaderes de lo paranormal (incluida la ufología) se lo hubieran pensado mejor antes de hacer determinadas cosas, cuando se acercaba el final del milenio.
Yo tengo la cabeza bien alta. Aunque hoy tenga los bolsillos vacíos. No todos pueden decir lo mismo. Pero prosigamos.
Capítulo cuatro. Breve historia de una iglesia extraterrestre (1974-1990). El origen de la Misión Rama –Expansión de la idea Rama –La jerarquización de Rama –Cambios en Rama –Cismas en Rama -¿Fin de Rama?
Leer este capítulo tan crítico con aquel proyecto, hoy tantos años después, donde se afirmaba de manera rotunda que la “Misión Rama” era (sigue siendo) un fraude, sólo salvado por el ímpetu de algunos medios y de algunos periodistas en la época, es todavía hoy uno de mis capítulos favoritos. Quizá porque participe de manera intensa en sentar a Sixto Paz Wells, su carismático “líder”, en el afamado programa de una cadena nacional española La Máquina de la Verdad. Su soberbia y su “devoción por el dinero” le hicieron enemistarse con todo el equipo de dicho programa, y más cuando se supo que había puesto como condición ver y tener en la caja fuerte del Hotel, donde estaba hospedado, los 25.000 dólares que se le iban a pagar, en metálico. Aquél fue el costo del piso, según sus propias palabras, que se acababa de comprar en el centro de Lima, en Perú. Por supuesto se dictaminó que aquella historia de la misión rama, era más una ramita de dar billetes que su líder ordeñaba siempre que podía. Todo aquello, con el paso de los años, se convirtió en una falaz patraña, pero hubiera sido interesante que las nuevas generaciones hubieran tenido como referencia un magistral capítulo sobre dicho personaje y dicha secta que no aportó nunca nada a quienes participaron de la misma, en vez de algún que otro libro de pretendidos “ufólogos de prestigio”, más interesados en su cuenta bancaria que en contar la verdad.
Capítulo cinco. Apariciones marianas: cultos de ultraderecha. El peligro mariano –La vidente de Santa Ana –Las piedras que curan –Otras apariciones menores: Fenollet, Denia, El Repilado, Benalup de Sidonia, Pedrera –Las grandes apariciones –San Sebastián de Garabandal o la multinacional de la fe –Enrique López Guerrero o la Conexión Garabandal –The Garabandal Center –El Monte Umbe -¿Habitan en Umbe el Padre Duros y la Madre Pelas? –Prado Nuevo –Y todo comenzó… -Terror psicológico, lavado de cerebro o mensaje mariano –A un parapsicólogo –Money, money, money –Cuando los extraterrestres aparecen –El Gran Guerrero del Tajo –María Mensajera –Vínculos políticos de María Mensajera –Medjugorje, la última gran aparición –Fraude, anticomunismo o vete tú a saber.
El capítulo cinco fue sin duda el más extenso de aquel Manipulados, víctimas de la Nueva Era. El fenómeno mariano estaba entonces en todo su apogeo. La gran mayoría de aquellas afamadas apariciones desaparecieron o se encogieron. Hoy día, después de los años, en el colectivo que puso en marcha Prado Nuevo del Escorial anda por los juzgados, a la gresca por los 300 millones de euros que al parecer poseen entre propiedades y dinero. Se está intentando recuperar San Sebastián de Garabandal, quizá porque frente a la caída de su homónima del Escorial, nos vamos quedando en España sin una aparición jugosa que llevarnos a la boca. El colectivo de periodistas de siempre, anda de nuevo pateando aquel pueblo cántabro en busca de huellas de ovnis, olor a incienso y rosas y buscando cual sería el trozo de pastel al que le apetecería hincarle el diente. De hecho y en algún caso se han publicado entrevistas con la vidente que todavía se avecina por allí, vilmente dirigidas para ir poniendo en su boca lo que al periodista avezado de turno le apetece contar.
Sin embargo, la única que, siendo más falsa que Judas, ha salido adelante por la apuesta personal del Papa Juan Pablo II, ha sido la de Medjugorje. De nuevo la Iglesia metió su cuña en un momento concreto en un entorno comunista, tras la caída de la Unión Soviética, algo parecido a lo que ocurrió con Fátima en 1917 en Portugal. En España se pretendía algo parecido, aunque en este país lo más cerca del comunismo que hemos estado es con el gobierno de Sánchez, donde el marxismo leninismo campa por la Moncloa, como Pedro por su casa. La no publicación de este libro al final me obligó, algo que no tenía previsto en aquel entonces, a afrontar en solitario la publicación de un “piadosísimo libro” titulado El Lado Oscuro de María, por el que me amenazaron, me insultaron y me denostaron. Sin embargo, como me quedé de satisfecho. Ahí comencé a cavar mi tumba, porque mientras que otros, hoy grandes líderes de audiencia, se dedicaban a contemporizar viendo extraterrestres y misterios, yo solo veía la verdad, negocio, mucho negocio, como la historia ha demostrado. Por cierto no les he visto pedir disculpas por tanta mierda como han dejado en el camino. Algún día tendremos que adentrarnos en la hemeroteca del misterio.
Capítulo seis. Breve reseña del fraudes comprobados en torno al fenómeno mariano. Villalba de las Sierra –El iluminado de Alcira –La virgen de la falsa lágrima –No es virgen todo lo que reluce –Rauke-Heinnemann, la teóloga de la discordia.
En este caso se trataba únicamente de dejar constancia de algunos casos muy llamativos gracias a la prensa, que habían acabado tan rápido como habían surgido, debido al interés crematístico de sus protagonistas. Fueron muchas más, pero sin duda la extensión de aquel proyecto no daba para incluir todo lo que se podía en cada uno de los capítulos.
Capítulo siete. La Nueva Era en la sociedad de los noventa. Usos de la publicidad –Creadores de Moral –Moral por televisión –La manipulación consciente: sexo, poder, magia y religión –La Nueva Era de la publicidad –Cuando un ángel se hizo creativo –Espiritualismo “light” –Bienvenido al supermercado de la Nueva Era –Nueva Era: Peligro de Muerte.
Este era un capítulo donde se hacía un intenso repaso a las nuevas formas de manipulación visual que nos traería en los próximos años la publicidad. Teléfonos mágicos, compra de medios y de periodistas, etc. Durante un tiempo en el nombre de la Nueva Era se realizaron las más atroces vilezas con el consentimiento de todos. Hoy se sigue haciendo, pero ya no importa. Engañar, mentir y falsear son las únicas leyes. A la gente se le tiene que decir lo que desea escuchar, me dijo en una ocasión un conocido pope de la parapsicología en este país, si quieres medrar y tener seguidores, remató. Lo mandé a la mierda. ¿Qué iba a hacer? ¡¡¡Seguidores!!! ¿Para qué coño quiero seguidores? Para que me condicionen y les tenga que dar de comer la mana del conocimiento de manera cotidiana y si no soy capaz, inventarlo. Antes muerta que sencilla, como diría la canción.
Capítulo ocho. Los manipuladores. Los ovnis de Voronezh –Del telón de acero al telón esotérico –Juan Guerra o el fantasma de Palacio –El “culebrón” de Palacio –La Sociedad Fabiana –El origen del poder.
Ya lo dijimos en 1991. Con pocas palabras y de manera sucinta. La Nueva Era traería nuevas formas de pensamiento, pero también nuevas formas de manipulación. Es mi opinión, pero creo que entonces investigábamos mejor, no teníamos tantas miserias interiores, nos importaba la verdad. De hecho aquel libro contenía, además de este último capítulo una serie de anexos (tres) donde ya dejábamos claras nuestras intenciones. El primero de ellos iba sobre las posiciones de los órganos públicos del Estado Español ante la expansión de la corriente Nueva Era. El segundo ya dejaba vislumbrar la conspiración ovni: Historia de un Watergate Ufológico. Sólo este segundo anexo habría sido todo un escándalo en la época. Y el tercero, recuerden, 1991, llevaba por título Adiós Ummo, adiós. Luego hicimos una nota final donde Javier Sierra y yo comentábamos, matizábamos algunas cuestiones y por último una la Bibliografía consultada.
Después, la nada. Y treinta años después un manuscrito lleno de polvo sacado de una pequeña habitación da para un artículo en este medio, algunas opiniones por mi parte y poco más. Releyendo sus páginas entiendo que no se publicara. ¿Por qué? No lo voy a decir. Pero sirvan mis palabras presentes para recordar que hubo una época donde todos fuimos sinceros. O al menos unos pocos. Vamos a esperar unos cuarenta o cincuenta años para que este libro vea la luz, si les parece bien.
Gabriel Carrión