Published On: Jue, dic 15th, 2016

J. A. MORALES, MÁS ALLÁ DE LAS COLUMNAS DE HÉRCULES

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Publicado en EOC nº 82

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Su aparición en el documental “Finding Atlantis” de National Geographic y sus aportaciones en distintos medios de comunicación han convertido a Juan Antonio Morales en un importante actor de la divulgación científica en España. Doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad de Sevilla, autor de la novela Más Allá de las Columnas de Hércules y editor durante años de la Revista de la Sociedad Geológica de España, Juan Antonio Morales desarrolla su labor profesional en el campo de la enseñanza y de la investigación. A través de técnicas geofísicas se dedica a la interpretación de medios costeros, entre otras líneas de trabajo, y una de sus aportaciones más valiosas ha sido la determinación de los tsunamis ocurridos en los últimos miles de años en la costa onubense. Gracias a sus estudios, Juan Antonio Morales ha puesto de manifiesto que la historia no puede ser entendida sin una visión multidisciplinar.

Juan Antonio Morales en una intervención para el documental Finding Atlantis

¿Ha advertido que los historiadores, a menudo, interpretan la historia sin tener en cuenta la geología y el medio ambiente en el que se desarrollaron las sociedades objeto de sus estudios?

Lo que realmente he advertido es que los especialistas ni leen, ni tienen en cuenta las investigaciones de disciplinas diferentes a la suya y, de hacerlo, no las comprenden bien. En consecuencia, rara vez un trabajo especializado incluye elementos descubiertos por ciencias ajenas. En concreto, hay que tener en cuenta que los historiadores tienen una formación académica “de letras” y, salvo que se hayan preocupado por adquirir posteriormente una formación científica, es difícil que se aproximen a una ciencia como la geología, tan árida en muchos aspectos para los no versados. También hay que tener en cuenta que los geólogos, hasta hace muy poco tiempo, estudiaban únicamente acontecimientos ocurridos ha-ce millones de años y solo recientemente han empezado a estudiar fenómenos ocurridos en tiempo histórico. Hoy en día considero que la geología puede aportar pruebas sobre eventos históricos que hasta ahora no tenían explicación. Los historiadores ahora están obligados a conocer y entender las investigaciones geológicas en este terreno.

Finding Atlantis, documental de National Geographic en el que aparece Juan Antonio MoralesExisten hasta frases hechas que perpetúan estos errores una y otra vez. Por ejemplo: “la naturaleza odia las líneas rectas”. Sin embargo, ¿Existen ejemplos que contradicen esta opinión tan arraigada?

Frases hechas y conocimientos falsos muy arraigados. Por ejemplo, en geología, las fallas y las diaclasas son claros ejemplos de que la naturaleza genera no solo líneas rectas, sino ángulos perfectos y bloques completamente regulares geométricamente.

Gracias a su aportación al documental Finding Atlantis descubrimos que se puede caer en el error de considerar algunas formaciones naturales como creaciones del hombre, tales como suelos empedrados o escaleras. ¿Cómo resultó la experiencia de descubrir que lo que aparentemente parecía una ciudad sumergida eran, en realidad, formaciones rocosas explicables desde un punto de vista científico?Presentación de Más Allá de las columnas de Hércules en Sotiel Coronada, Huelva

Realmente, haber aplicado mi investigación geológica a la historia ha sido anecdótico, aunque muy significativo, al haber participado en el documental que aludes. Mi experiencia en cuanto al estudio de formaciones rocosas y sus alteraciones está más relacionada con la docencia que con la investigación. Sí que es verdad que en los 26 años que llevo como profesional de la geología me he encontrado en muchas ocasiones con formaciones geológicas de una apariencia totalmente artificial. Baste con mirar la fotografía de un estrato de calizas con diaclasas ortogonales que aflora en Aliaga (Teruel), que es totalmente confundible con el muro de un castillo. Sin embargo, existen técnicas geológicas que permiten diferenciar una estructura geológica de una construcción humana. En el caso concreto del documental, me bastaron unas medidas bajo el agua y una buena cartografía realizada con sonar de barrido lateral para corroborar que se trata de una formación geológica. Investigaciones posteriores demostraron que se trata de unas areniscas cuarcíferas del Mioceno inferior.

Portada-libroEn su novela Más Allá de las Columnas de Hércules expone datos reales sobre cómo era la civilización tartésica, especialmente en su relación comercial con otros pueblos del Mediterráneo y cúales eran sus conocimientos sobre la explotación de minas y la fundición de metales. Señala, incluso, que el famoso “oricalco” tartésico podría ser la calcopirita de Huelva. ¿Cómo llega a estas conclusiones?

Realmente, he escrito una novela porque científicamente no puedo demostrar nada de lo que se afirma en el texto. Sí que existen un conjunto de pruebas e indicios que conjuntamente llevan a establecer la hipótesis que se plantea en la novela. De todas formas, hoy día hay varios hechos incontestables demostrados ya por la geología que la historia sigue sin aceptar. Primero, que el estuario de Huelva era un amplio golfo en la época tartésica y que la sedimentación se encargó de rellenar hasta darle un aspecto muy diferente en la época romana haciendo que Avieno no reconociera en este estuario los rasgos descritos por el Periplo Massaliota que usó para localizar Tartessos. Segundo, que ocurrió un tsunami en el suroeste peninsular en el Siglo VI antes de Cristo. Y tercero, que Huelva es el único punto que muestra tal cantidad de cerámica griega de los siglos X al VI antes de Cristo que prácticamente sitúa aquí el epicentro de las relaciones comerciales entre Andalucía y Grecia en esta época. Todos estos hechos demostrados me llevan a pensar que la mayor parte de lo que se ha escrito sobre Tartessos en base a textos históricos es errado.img_82851

Entre sus aportaciones se encuentra la determinación de los tsunamis ocurridos en la costa onubense en los últimos miles de años. Se trata de ciencia, de geología, pero también de historia. ¿Cómo ha podido conocer con exactitud cuándo y cómo ocurrieron estos eventos ambientales?

Existen unas capas intercaladas en los sedimentos del estuario identificables con los restos que deja un tsunami. Estas capas, principalmente de grandes conchas, se conocen como tsunamitas. En las capas más recientes que encontramos en la ría de Huelva se realizaron muestras de Carbono 14 que demostraron que correspondían al terremoto de Lisboa. Del mismo modo se fueron analizando otras cinco capas más antiguas (al ser más profundas) que fueron identificadas con otros tsunamis menos conocidos, pero de los que también existe documentación histórica. Con estos datos, solo bastaba obtener sondeos más profundos, buscar capas similares y datarlas para confirmar que existen tsunamis en momentos no documentados por la Historia y situarlos en el tiempo.

Existe un mito común en muchas civilizaciones y pueblos del mundo: el Diluvio Universal. Al parecer se puede interpretar este hecho tan legendario desde un punto de vista científico. ¿Cuál es la historia real que se oculta tras el mito?

No he sido yo quien ha realizado esas interpretaciones, sino otros geólogos, William Ryan y Walter Pitman, quienes aúnan no solo pruebas geológicas, sino también otras pruebas lingüísticas, genéticas y culturales y lo difunden en su libro “El Diluvio Universal”. Posteriormente se genera mucha investigación sobre este tema y todas las pruebas apuntan a que el mito bíblico y la leyenda de Gilgamesh se generaron alrededor del mar Negro cuando este se encontraba en un nivel más bajo y el deslizamiento de una falla rompió el puente que lo aislaba del Mediterráneo. En ese momento entró un enorme volumen de agua que hizo subir las aguas desplazando a todas las comunidades de sus riberas. El resto de las leyendas de características similares que se preservan en lugares lejanos a este entorno tienen otro origen. Hay que tener en cuenta que todo esto ocurrió en un entorno de un cambio climático mucho más drástico que el actual en el que una desglaciación estaba elevando las aguas oceánicas.

Juan Antonio Morales junto a una formación natural en Aliaga (Teruel)Hablando de mitos, siempre se ha considerado un enigma la abrupta desaparición de la civilización maya. Según los expertos pudo deberse a cambios climáticos severos con importantes sequías que habrían devastado a la población. ¿Podría también la geología ayudar a resolver este enigma?

De hecho ya lo ha hecho en algunos casos como el final de la civilización maya o algunos cambios de dinastía de la civilización egipcia. Hay que tener en cuenta que, tanto las avenidas fluviales como las sequías quedan preservadas en el registro geológico. Lo único que hace falta es buscar en el lugar adecuado.

Y no solo para el pasado, también para el futuro. ¿Podría la geología ayudar a conocer mejor el Universo?

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Uno de los principios fundamentales de la geología es que para interpretar el pasado basta con estudiar el presente. Ahora puede afirmarse, además, que para predecir el futuro basta con estudiar el pasado. No hay ningún acontecimiento ocurrido en la historia de la Tierra que no pueda volver a repetirse. De hecho, hay otro concepto relacionado con este tema que es el de “periodo de recurrencia”, que parte de la base de que los fenómenos se repiten, y es el tiempo que transcurre hasta que vuelve a darse un fenómeno de las mismas características. Otro tema es la existencia de fenómenos geológicos en planetas externos a la Tierra que son completamente asimilables a procesos terrestres. Es el caso de la existencia de cauces fluviales o dunas en Marte. Pruebas que nos llevan a poder afirmar que las condiciones ambientales de este planeta fueron drásticamente diferentes a las actuales.

Por último, Juan Antonio, ¿Qué recomendaría a los historiadores y demás expertos para que no se olviden de tener en cuenta de aplicar otras disciplinas a su campo de estudio?

150px-Columnas_Plus_UltraSimplemente aludir a las directrices marcadas en el programa Horizonte 2020, que no solo recomienda, sino que obliga a la transversalidad de la ciencia. Los científicos de cualquier disciplina estamos obligados a conocer los avances en el resto del ámbito científico además de hacer llegar el conocimiento a la sociedad.

                                                    Lourdes Gómez Martín

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