Published On: Vie, ene 14th, 2022

EL CRIMEN DE BANIMUSSA

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 Publicado en EOC nº 93

EOC-93Era el año 1989, recuerdo ese verano perféctamente, el verano del Bat-dance de Prince, recuerdo como el 23 y 24 de agosto dejaba por unos días mi barrio en la ciudad de Vigo en la hoy tan lejana Galicia y volvía en aquellos días a mi pequeña isla natal, pues allí celebrábamos las fiestas del santo de mi pequeña isla, la cual llevaba su nombre, San Bartolomé en la parroquia pesquera de Moaña, cerca de Vigo.

Pero del 23 al 24 de agosto de ese año, en otra isla lejos de Galicia, el mal caminaba decidido por un sendero de gravilla y tierra custodiado por pinos y matorrales, con cadena en mano y un robusto candado negro y dorado oculto en un bolsillo, caminaba el mal por ese sendero que desde entonces ha guardado entre sus silenciosos árboles los gritos y lamentos de una familia, gritos en el silencio y las lágrimas de unas inocentes niñas.

Es conocido en toda la isla de Ibiza como el crimen de Benimussa o el crimen de Can Barda, que por lo cruel de los hechos conmocionó a la sociedad Ibicenca en aquellos últimos estertores de la década de los años 80.20161004_131651 B

Ese mismo sendero lo he recorrido ya varias veces acompañado, y la sensación de una extraña quietud es palpable e incomoda, tal vez sugestionado por conocer de antemano los hechos, pero en mi última visita he sentido otra vez ese extraño silencio entre los árboles pese al contínuo ladrido de los perros de la casa que está a los pies de Can Barda, una extrañeza que se incrementó al encontrarme de bruces con una extraña sincronía en las casas vecinas perdidas entre los arboles cerca de Can Barda, sensaciones raras que pude constatar con la llamada insistente de mi  improvisado acompañante.

                -¿Cuando nos vamos de aquí?, no me gusta este lugar Jorge…Hay una energía extraña, vámonos!!.

IMG_20160929_232202El 24 de Agosto de 1989, en San Antonio se celebraban las fiestas de San Bartolomé con una gran tirada de fuegos artificiales en la bahía, los festejos congregarían allí a miles de personas, turistas, payeses y vecinos de los Werner-Smithz.

Todo el mundo estaría en San  Antonio esa noche, menos el uraño Richard Smithz que decidió abrirle la puerta a las tres parcas que llegaban de entre los arboles y el silencio de las colinas Anibal y que se alzaban con tentáculos de muerte sobre los cielos de Ibiza.

Aquél 23 y 24 del cálido Agosto fueron maniatados y estrangulados en su propia casa, Richard Karl Smithz, Beate Werner su esposa, Alexandra y Bianca, sus hijas de 6 y 4 años.

Fue el mismo día 23 cuando Richard recibió la orden de derribo del edificio de tres plantas que estaba construyendo con varios obreros ilegales justo encima de can Barda, donde hoy en día una verja negra de metal da paso al parking de gravilla de lo que hoy en día se llama y se conoce como Gaga Hills, villa de quincena de nuevos ricos. El Diario de Ibiza publicó entre sus páginas el día 12 de Agosto una nota de prensa donde se anunciaba el próximo derribo de la obra ilegal de tres plantas de Benimussa siendo esta obra denunciada al parecer por varios vecinos de los Smithz.edificio Tanit Oficinas Proconsult 20170308_132314_HDR_Film9) B

Muy posiblemente los sicarios del cartel colombiano “Escobar-Ochoa” conocerían de la existencia de esa orden inmediata de derribo, pues días antes alguien, un personaje extraño según algunos testigos, había visitado a la familia Smithz en su casa, y ese alguien tal vez sabía que a esa obra le quedaba muy poco tiempo de vida, al igual que a la familia Werner-Smithz, para más tarde ese “avisador” regresar a matarlos y sepultarlos retorcidos tras el gris y frío hormigón por mucho tiempo.

EL HOMBRE DE LOS NEGOCIOS.

Richard Karl Smithz había hecho ciertos negocios extraños en Alemania de la cual huyo por varios problemas con la ley, y según pruebas que más tarde recibió la policía de Ibiza él era el enlace de la droga del cartel de Pablo Escobar en Alemania y quién sabe si también en la propia isla de Ibiza. Hombre de negocios turbios, de extraño caracter pero con cierto atractivo según me relataron algunos de los testigos a los que entrevisté y que lo conocían de la comunidad de San Antonio.

Un ajuste de cuentas por el extravío de  cargamento de droga parecía ser el motivo del crimen, un cargamento de cocaína que fue decomisado días antes en Alemania, 600 kilos creo recordar de un total de 1.000, pero tal vez todo sea un poco más complejo, pues tenemos que recordar que Richard Smithz junto a su esposa Beate tenían o gestionaban desde San Antonio la oficina de Proconsult, “su empresa” inmobiliaria creada según registros a los que pude acceder, el 26/11/1970 y asociada a Euro Management And Trust Company en el paraiso fiscal de Linchestein, empresa especializada sin ningún tipo de rubor en su web de hacer todo tipo de transacciones ilegales.

PROCONSULT Y EL EDIFICIO TANIT.20161004_130412 B

Proconsult al parecer después de la muerte de los Schmitz y según documentos que localicé, estuvo en activo hasta el 9 de octubre del año 2012 cuando cesó su actividad y en teoría su relación con la empresa alemana. Son varias las voces que apuntan al hermano de Beate como responsable posterior de Proconsult, la cual gestionaba en Ibiza una veintena de apartamentos en el propio edificio Tanit y otras tantas propiedades por la isla. Y eso es mucho dinero, mucha inversión para una simple empresa de moneda y cambio. ¿De quien eran esas propiedades?

En los bajos comerciales del edificio Tanit, donde Richard tenía su oficina, pude conocer a Nuria, de unos 60 años, la cual llevaba en las oficinas de la empresa constructora mas de 30 años. En la que entré no de casualidad por lo que parece.

                - Estoy buscando el Local 43. ¿Sabría decirme cual es? No veo numeración alguna en ninguno de los bajos comerciales.

                – El 43 es la agencia de viajes bajando a la derecha justo en la esquina.

                -¿Recuerda que había ahí antiguamente?…¿lleva mucho tiempo esa agencia de viajes?

                – Antiguamente había un supermercado y yo llevo aquí más de 30 años y siempre fue un supermercado el número 43.

                – ¿No era en los 80 una oficina inmobiliaria?

                – No, siempre fue un supermercado hasta hace unos pocos años…¿Qué buscas exactamente? -dijo sacando del mostrador un grueso registro de los bajos comerciales del edificio Tanit.

                – Busco el local de Beate…- espeté sin más.

Su cara se tornó en pocos segundos de asombro a tristeza, boca temblorosa, se quedó blanca como se suele decir.

                – Era mi amiga… la conocía muy bien, era muy alegre sonrió forzadamente, y las niñas…eran unos angelitos. Dijo con los labios temblorosos intentando contener la emoción.

                – El local de “Bea” era el 23 no el 43, era la oficina que está ahí detrás, en la calle principal, la óptica que está ahora cerrada, aunque arriba, en el almacén, vive gente. Antiguamente era un pequeño almacen cuando Bea estaba ahí, y allí jugaban las niñas…1

Las niñas al parecer asistÍan a un colegio Alemán, Can Blau, en San Agustin, cerca de las colinas Ánibal, era el colegio de música de las pequeñas, su escuela pública era Can Coix. Al parecer Richard Schmitz solía frecuentar la oficina y en la parte de arriba, por unas escaleras interiores tenían un pequeño almacen hoy convertido por lo que he visto en “cuarto-casa” de inmigrantes.  Y su actual propietario es un chico italiano. Solían ver siempre a Richard al teléfono.

Beate le mostró su entusiasmo a Nuria un día según esta me relató, el día en que Richard le había regalado un anillo de compromiso, al decirlo Nuria parecía estar viviendo esa escena de nuevo.

La segunda vez que me entrevisté con Nuria, dos días más tarde pude conocer también a su compañera María que también los conocía y entre las dos me contaron algunos detalles más corroborando otras informaciones. El carácter recio de Richard, y sobre todo lo extraño que era ese hombre, lo opuesto a Beate. Los polos opuestos se atraen. Pregunté por las gestiones que Beate llevaba en el edificio Tanit…

                -Era muy trabajadora, nunca descansaba en temporada…

Ubicación oficina Proconsult (hoy) 20170308_133728_HDR_Film9 BPoco más pudieron relatarme nada más de interés, tal vez regrese por allí, siempre hay que volver. Les ofrecí colaborar en un reportaje o grabarlas en audio, unas breves palabras, pero es demasiado doloroso el recuerdo para ellas por las niñas.

Ese mismo día, poco antes pude conocer a María Prats, gerente de la ferretería Can Toni en San Antonio donde el asesino de los Schmitz compró el candado. Aquí unas frases breves de su testimonio. Unos 10 minutos hablé con ella, tratando de no agobiarla a preguntas y que ella misma se “soltase”.

Confirmó todo lo que ya hemos leído en lo publicado por el Diario de Ibiza. El caso en si, los rumores, la prensa, de la vida personal de ellos, nada, sólo lo alegre de Beate y las niñas y lo extraño que parecía Richard.

                – ¡¡Esa marca de candado sólo la teníamos nosotros en la isla!!. Recuerdo cuando vino aquel dibujante con la policía para describir al sospechoso, estube vigilada y protegida por la policía durante un tiempo, en secreto. Unos meses…

Una vez más sólo palabras del extraño carácter y el porte apuesto de Ricard Schmitz, que solia ir por esa ferretería de vez en cuando a comprar materiales para la finca, al igual que Beate y las niñas.

                -Que pena dios mio, esas chiquillas…¡eran unos angelitos!

Maria Prats fue encantadora y muy accesible, sin ningún tipo de reparo en contarme lo sucedido, su hijo me miraba no muy bien, es normal y lógico.

EL CARTEL

                Recordemos que sólo dos días antes, el cartel de Medellín de Pablo Escobar recibía un potente y decisivo golpe contra el narcotráfico por parte del gobierno colombiano y la D.E.A., con cientos, miles de propiedades requisadas entre casas, coches, barcos, aviones y demás lujos. Sólo unos días antes.

¿Era Richard Smithz pese a haber dejado en alemania sus “negocios”, tan listo como para hacer fortuna y adquirir en aquellos años tan cantidad de propiedades en Ibiza?  o ¿había algo más detrás del crimen de Benimussa? ¿Se creía Richard demasiado listo tal vez?

Recordemos que la Vanguardia en la edición del 4 de Septiembre apunta a esta misma teoría en la que señala a Schmitz como presunto delator de un alijo de 6.000 de pastillas de éxtasis decomisado el día 22 de agosto en San Antoni. Según el Juez decano de Ibiza Juan C. Torres tal vez habría relación entre este alijo y la posterior muerte de los Schmitz, tal vez.Documento oficial de alta-baja de Proconsult -03-04-19-52-49-2

No dudo que la obra de Can Barda, el edificio en lo alto de la colina, no supondría de una gran inversión, pese a que el en Diario de Ibiza se habló de la cantidad de 200 millones de pesetas, si la obra fuera legal, con permisos y demás tramites tal vez se acercaria a esa cifra, pero esa cifra es bastante absurda y poco coherente para un edificio sin terminar con múltiples deficiencias en su construcción,  es como hacer un cobertizo de bloque gris en tu finca y decir que te ha costado 25 millones de pesetas el material, absurdo. Era el mismo Richard, arquitecto y aparejador, jefe de obra y capataz, y no tenía ningún permiso para construir y esos tramites tienen unos considerables gastos. Pero tantas propiedades en Ibiza, Can Barda, Can Partit en Buscastell entre otras y la veintena de apartamentos del edificio Tanit era demasiada “inversión”.

Traslademos este concepto a delincuentes comunes, como suele pasar en casos más “callejeros”, por  así decirlo, siempre hay alguién que se cree más listo que el que le proporciona la droga, pasa frecuentemente entre delincuentes de poca monta, ¿sería Richard Smithz uno de esos? ¿Uno de esos que pierde o no, un cargamento de su “contacto” para delatar más tarde al traficante o distribuidor y quedar así vivo e impune? ¿Se creía Richard más listo que Pablo Escobar? Quién sabe, es una vaga teoría, pero lo cierto es que días después de la gran redada y pocos días después de que “parte” del alijo de la droga de Escobar fuera interceptado en Alemania, Richard Smithz y su familia pagaban caro su traición, su error.

EL VECINO  SOSPECHOSO EN LA SOMBRA

Hoy en día el recuerdo, y la tristeza por esas inocentes niñas sigue muy presente en la mirada de algunos vecinos de Can Barda, allí pude hablar con uno que vive justo a los pies de Can Barda. Vicent Ribas y Francisca, su mujer, que ayudaba a Beate a veces en Can Barda y los cuales estaban cuando sucedió todo con Turión y los demas agentes, ya son ancianos y él ingresado en un hospital y residencia para mayores con respiración asisitida llamado Cas Serres, en Ibiza y es su propia mujer quién va todas las tardes y noches con él y con la que pude hablar vagamente por teléfono.Entrada a Can Barda (Benimussa) 20170304_151426_HDR B

                -No quiero volver a hablar de eso, es muy doloroso. Ha pasado mucho tiempo y no quiero volver a recordarlo todo.

Ellos viven más abajo, un poco más alejados de este hombre, el sospechoso, el dueño de esos perros que no cesan de ladrar hacia Can Barda y su colina.

Recordaba todo perfectamente, pues contaba por entonces con unos 19 años, no quería hablar, le era un tema muy incómodo, pues el mismo fue investigado e interrogado por las fuerzas de seguridad, la Guardia Civil le presionó bastante al parecer, pues él también había trabajado en la obra de Can Barda junto a los otros marroquis, pocas palabras pudimos sacar de sus recuerdos, simplemente se limitó a afirmar los hechos, el crimen, y poco más. Silencio…

Le propuse grabarlo con la voz distorsionada, pero sólo hubo negación por su parte, para invitarnos minutos más tarde, eso si, muy amablemente a dejar el tema, que por favor, no quería recordar…

                – Solo quiero olvidarlo todo.

Entrada a Can Barda - GAGA Hills (Benimussa) 20170304_151225_HDR BUn detalle es los ojos de tristeza del testigo al recordarle a las niñas, me imagino lo que este hombre tuvo que pasar en esos meses, interrogado, vigilado, acusado in-directamente de un horror más allá de cualquier atisbo de humanidad, aunque en ese momento de horror en el salón de Can Barda tal vez un tímido estertor de esa misma humanidad alcanzó vagamente a una de esas tres parcas, pues Richard tenía los ojos vendados con cinta para no ver como sus pequeñas morían, aunque lo más seguro que ese acto formase parte de la tortura, podría oir sus quejidos, sus últimos alientos. Suficiente para que el infierno se instale en cabeza de un padre.

En el frío y soleado octubre salimos de su propiedad agradeciendo su atención, mi amigo Juan C. Escandell, Ibicenco pudo traducir mis preguntas ya que el testigo no tenía intención de hablar en castellano y sin él no sería posible tal entrevista, la Ibiza profunda es muy desconfiada, muy secreta.capilla Den Serra 25 aniversario 181723 CON FILTRO

Can Barda quedó maldita ya para siempre, para algun día muy lejano en décadas convertirse en leyenda tal vez, un rumor en los árboles, una historia casi olvidada casi leyenda, para las generaciones del futuro.

Pero hoy, pese a los actuales lujos de Gaga Hills y la música tecno en sus jardines, no mitigaba esa extrañeza, ese silencio, en un camino de tierra en esos últimos días de octubre ya al final de la larga temporada, un silencio que de algún modo sigue uniendo dos realidades paralelas muy diferentes entre si.

CAN PARTIT Y OTROS TESTIMONIOS.

En el año 96 un grupo de rock ibicenco tocaba en un concierto en un local de San Antonio, en la barra una señora ya madura pero de visible atractivo, ella es Irmgard Schmitz, supuesta ex mujer de Richard Schmitz.

Sergio, amigo “casualmente” de mi primer acompañante a Benimussa, Juan Carlos Escandell quien tradujo el testimonio del vecino sospechoso, apareció un día por su tienda para comprar unas cuerdas a su guitarra, escuchó Benimussa y dijo: -yo se algo de eso-. Él era músico del grupo en ese concierto y acabó esa noche hablando con Irmgard. Entre cervezas y más cervezas se fueron a su casa en sendos coches, trás el trayecto tortuoso de madrugada entre caminos por la Ibiza profunda llegaron a una casa en la zona de Buscastell, de grandes muros, casa enorme con una gran piscina.

                - Recuerdo que había una estatua de Tanit en la piscina…Era muy fría esa casa, allí nos sentamos en la cocina, recuerdo que hacía mucho frío, demasiado pese a ser verano, había una sensación extraña en esa casa. Ya desde que llegamos no me gustó ese sitio. No estaba nada cómodo allí. Muy grande y muy vacía.

La noche no duró mucho más, pero ella me relató que esa casa se la había dejado su marido como herencia, y entonces me contó lo de Benimussa que yo ya conocía.

No Tardé en irme de allí, no me sentía bien.

Sergio hoy en día tiene dos niñas pequeñas, le ofrecí lo mismo que a todos por supuesto y la misma discreción, pero no desea colaborar, sólo su testimonio por escrito y su vivencia en la casa con “esa extraña mujer”.

Josep Riera, periodista de Ibiza y actual colaborador de la revista Tanit, que ya me mostró su apoyo para posibles reportajes de Ibiza, y él es un pozo sin fondo de sabiduria sobre historias de la isla y en aquellos años vivió todo el proceso como periodista de la prensa Ibicenca, como me suponía sabe más de lo que me imaginaba, conoció también a Irmgard Schmitz, estuvo también en la casa de Buscastell, ella le llamaba a veces para hacer Tarot, pues Josep pese a ser periodista siempre ha llevado en la sangre el misterio y asistía a esa casa a reuniones reclamado por ella.

Hablamos largo y tendido sobre el tema y me confirmó el testimonio de Sergio.

 IMG-20161002-WA0006               -Esa casa era fría, yo le echaba el tarot como afición nada más, quería siempre pagarme e invitarme a todo, comer fuera y esas cosas, pero ya sabes que yo es por afición sin más. Había unos cuadros en las paredes muy extraños, se hicieron fiestas allí y estuve invitado muchas veces por esa mujer, nadé en esa piscina de la que me hablas, trabajaba en esos dias en el “Periodico de Ibiza” no en el Diario con Nito Verdera, y lo vivi todo.

Nito Verdera, que escribió sobre lo sucedido en Benimussa para “El Diario de Ibiza” lo localicé, más bien lo asalté en plena calle paseando, y pude invitarlo a tomarnos un café juntos, eso sí, a regañadientes por su parte.

Ajustándose a lo que ya conocemos y no quiere hablar. Muy reservado con este tema pese a mi amistad con Josep Riera, su ex compañero de profesión, recordemos que ellos dos a finales de los años 70 y comienzos de los 80 eran el támdem del misterio en la prensa Ibicenca en aquellos gloriosos años. Y con estas palabras se despidió tras ese breve café.

                -Se cosas Coello que NO se pueden decir.

Hablé también con Ricardo Colmenero, periodista del “El Mundo” fue él quién escribió el artículo en la prensa cuando la capilla den Serra apareció pintada con las manos rojas, en el 25 aniversario del crimen, coincidiendo con la publicación de un libro sobre el crimen, casualidades extrañas.

A continuación reproduzco parte del testimonio del bombero ya jubilado Bruno Roig, uno de los bomberos que sacó los cuerpos de Benimussa.

                -Estábamos de guardia y nos llamó la Guardia Civil a través de juez que estaba de guardia, nos requerían para que llevásemos un martillo neumático y no teníamos, y les preguntamos para que lo necesitaban y no querían decirnos nada, finalmente nos dijeron que llevásemos pico y pala. Cuando llegamos estaba todo el mundo alejado, cerca del lugar sólo estaba el juez y el forense, nos pusimos un equipo de respiración pero pesaba demasiado y con el esfuerzo, el calor y el olor tan intenso no podíamos respirar, nos lo quitamos y el forense nos facilitó Vics Vaporub para las fosas nasales y empezamos a picar, primero salió el marido, después la mujer y el forense nos dijo que siguieramos picando que seguro que había más cuerpos y aparecieron después las dos niñas. Había policías que estaban más alejados de nosotros que estaban vomitando del intenso olor y de ver la escena de lejos, recuerdo una chica policía muy afectada.2

Los sacamos y estaban maniatados con alambre en pies y manos. Lo duro fue ver a los críos. Los cuerpos adultos, pues estás más acostumbrado en mi profesión a ver situaciones duras, pero los niños…

Muchas noches te venía el recuerdo de cuando clavabas sin querer el pico sobre los cuerpos para sacarlos de allí. Esos recuerdos tardaron tiempo en irse de mi mente.

No estaban muy enterrados, fue algo rápido, dava esa impresión. Ponle que tuviera cuatro o cinco dedos el hormigón sobre ellos nada más. No era consistente, tenía la mezcla de cemento y cañizo encima, con el tiempo supongo que se hubiera partido el cemento.

EN LA COMISARÍA DE SANT JOSEP

Aproveché una escapada a Sant Josep por mi revista Tanit para acercarme a la comisaría de policía del pequeño pueblo de Ibiza, sabía que no sólo la Guardia Civil de Sant Antoni había estado allí, tambien la Policía local de Sant Josep, Benimussa está más cerca prácticamente de este pequeño y tranquilo pueblo que de Sant Antoni. Allí con pocas palabras solicité ver al “comisario jefe”, Jaime R. Planells, que muy gustosamente me invitó a pasar a su despacho.

Ya sentados los dos sobre las sillas de cuero negro y la cara afable de este veterano, le pregunté si él conocía los hechos o si algún compañero había estado en el lugar del crimen.

-Si, lo recuerdo perfectamente, yo en esa época era cabo-jefe de la policía local, en aquellos años nuestro jefe era Andrés H. Cruz, que se retiró en el 92, ahora yo ocupo su cargo como sub-inspector jefe. Yo estuve en Benimussa ese día, fue terrible, allí estaba la Guardia Civil de San Antonio, el juez, forense y luego llegaron los bomberos para sacar los cuerpos. Turión, de la Guardia Civil,  tras esto dejó la isla y luego en otro destino y unos años después fue asesinado por un compañero en su propio cuartel. Él había encontrado el lugar donde estaban los cuerpos al parecer por una bandada de moscas que estaban en el lugar por el olor que ya salía del cemento.

Por confidencialidad no fue posible grabar su testimonio, y no contemple la posibilidad de tomar notas mientras me hablaba, prefería atender a su testimonio. Pero más de lo mismo, y divagamos un rato sobre los hechos, pero faltaba lo que yo quería, la perla final, el componente humano de esta terrible historia.

-Muchas noches Coello, durante los años siguientes, me despertaba en la noche con sudor frío y tenía pesadillas, siempre en esas pesadillas era la misma imagen, veía la escena de los brazos atados con alambre de una de las niñas aparecer del cemento, fue muy duro para mi, supongo que los demás tendrán esa imagen en sus cabezas y habrá sido difícil olvidar.

Nos despedimos con un buen apretón de manos y salí de nuevo a las solitarias y calurosas calles de Sant Josep.

LA CAPILLA D`EN SERRA.

Tras unos 300 metros montaña arriba de escaleras desgastadas y senderos llegamos a La capilla D´en Serra,  a unos escasos tres kilómetros de carretera principal que lleva a Benimussa y situada en una colina al sur de Can Barda, allí esta capilla apareció con decenas de pequeñas manos en pintura rojo sangre profanada en el 25 aniversario de los crimenes, como no olvidando o tal vez queriendo recordar precisamente el crimen de Benimussa por algo, extrañas coincidencias…De esa manera tan impactante y desagradable aparecieron esas pequeñas manos, casi femeninas en cierto modo, como manos de niños. Demasiado simbólico.

Un recuerdo que sigue presente en una negra cruz de metal que preside un improvisado altar de piedra natural que nos remonta a primigenios tiempos de brujas o aquelarres y de antiquísimos rituales, donde cada año es recordado Vicent Serra su constructor con una ceremonia de los vecinos de la zona y una misa.

Detrás de dicho altar en piedra está la negra cruz de frío metal, en ella, casi como dibujado en letras hechas por niños precisamente, con trozos de estirado y retorcido metal una fecha, 1989. Y no es el año de construcción de la capilla precisamente.

El recuerdo de Benimussa como vemos está presente y es eterno, con manos  de sangre o sin ellas, pero sólo unos pocos entenderemos el significado de esa cruz con esa inmensa montaña perfectamente piramidal detrás de lo alto de ese tranquilo lugar, alzándose a los cielos y el mar mediterráneo y formentera allá a lo lejos.

Al contrario que Can Barda y sus cercanías, pese al silencio que se respira también en lo alto de la capilla D’en Serra, las sensaciones son completamente opuestas pese a que esa capilla fue profanada en su dia, en ella estuvimos tranquilos y relajados, gran parte del sur de Ibiza se veía desde lo más  alto de este mirador natural, entre pinos y vientos cálidos de paz, es un lugar especial sin duda, entré en la capilla y allí, desgastado por décadas de inclemencias y el paso inexorable del tiempo, el cristo extraño, casi un boceto, una imagen que el mismo Vicent Serra talló con sus propias manos antes de terminar la capilla, poco antes de morir, bien podría ser una talla milenaria, flores de plástico de colores desgastados lo acompañan, alguna fotografía vieja, collares y otras ofrendas, y detrás, a la izquierda, en la pequeña esquina que dibuja la puerta, decenas de cuadernos en el suelo, desgastados y sucios, alguno puede llevar más de una década allí, con viejas plegarias de viajeros, deseos para los seres queridos, confesiones de extraños, decenas y decenas de oraciones, poemas y demás escritos de cientos de personas que han pasado por allí.

Ojeé un par de ellos, con interés y en uno de ellos dejé mis buenos deseos al universo, un deseo atemporal, una plegaria al destino, sin fecha de caducidad. Mis recuerdos vuelven a menudo a ese camino, ese sendero de gravilla y la señal que me encontré al girar un muro de una mansión vecina a Can Barda, hablaba de Richard, de las niñas con mi asustado acompañante entre los árboles buscando testigos en las casas aledañas a la mansión del horror, el extraño silencio no mitigado por esos perros insisto, y al entrar en esa propiedad desprovista de cualquier tipo cierre, inquietante, nadie en la casa, como digo una entrada sin protección, en su jardín de césped, al fondo casi entre la maleza del bosque, colgados de un enorme árbol dos columpios de madera para unos niños. Quietos en silencio, enfrente de nosotros, como mirándonos, una sensación muy rara la verdad encontrarse con eso, como si pareciesen estar esperándonos.

Al igual que el crimen de las marionetas en Dalt Vila, pese que ahí si había pruebas suficientes en los escritos del propio Peter, donde decía de como matar a “la cándida paloma de las marionetas” y creo que eso era más que suficiente para encerrar a los asesinos de Ingebort, según mi criterio por supuesto, pero en aquellos años por algún extraño motivo de la justicia de Ibiza no culpó a los hermanos psicópatas Peter y Rolf W. Germtuh, y estos volvieron a asesinar a otra señora en la isla, desapareciendo como fantasmas para siempre. Y “El crimen de Benimussa” es otro de esos crímenes de la crónica negra de Ibiza que nunca jamás podrá culparse a nadie y pasará a la historia tristemente en parte por ello. Porque una sombra de muerte siguió caminando libre por este planeta azul y sólo los dioses saben que pesadillas y muerte habrá dejado tras de si.

Antes de subirme al coche para regresar a la urbe, ligeras y tímidas gotas de lluvia caían sobre sobre Benimussa en esos momentos, como si los ángeles del cielo llorasen recordando a otros inocentes angelitos de tierna edad llamados Alexandra y Bianca, cuyo último aliento se disipó entre los árboles y el silencio de las colinas Aníbal.

Jorge J. Coello

 

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