EL CULTO A LA SANTA MUERTE EN EL NARCOTRÁFICO MEXICANO
Publicado en EOC nº 94
“Los primeros impulsores de esta fe no fueron
los narcos, sino los policías”.
José Antonio Montaño, Sacerdote de la Santa Muerte
Introducción
El comprender diferencias culturales puede ayudar a los investigadores y personal de emergencias en distintos aspectos, no necesariamente a vincular todo hecho al pensamiento mágico-religioso –algo que resulta sorprendentemente común. El conocimiento sobre diferentes culturas puede ayudar a los encargados de una investigación a disminuir o erradicar –preferentemente– tabúes dañinos, pero también ayuda a identificar las hierofanías.
El ejército de los Estados Unidos, mediante sus antropólogos, refiere que la cultura se relaciona al terreno, como un “paisaje geográfico”, y, por ejemplo, este puede afectar el movimiento de los soldados dado a que la cultura y el cambio de esta puede afectar las tácticas militares como la forma de desplazamiento, pero también hacen referencia a que el conocer la cultura del enemigo y aliado es conocer su mentalidad. Han comprobado que, sin conciencia cultural, la hostilidad puede ser mayor y puede confundirse el motivo del rival cuando se ignora por completo la otra cultura (1).
El conocimiento de las culturas brindará a los encargados de una investigación, policías, paramédicos, etc. una perspectiva distinta, sobre todo cuando se encuentran ante una cultura no familiar o «exótica» –dependiendo del lugar de procedencia. Esto se conoce como «competencia cultural», la cual ayudará a evaluar a un paciente o una escena del delito (1,2).
La criminología hierofanológica es el estudio criminológico de toda emanación de lo sagrado y su relación a las conductas antisociales y delictivas, con la finalidad de prevenirlas. También busca garantizar la libertad de creencia, tamizando la conducta delictiva de las creencias. Es por esto que dicha criminología es sumamente crítica en cuanto a los asuntos relativos al pensamiento mágico-religioso, así mismo aprueba la investigación científica de los fenómenos paranormales y supersticiosos. En pocas palabras, que esta criminología estudia las creencias mágico-religiosas como un factor criminógeno, el cual puede conducir a los sujetos a cometer conductas antisociales-delictivas.
Narco-cultura y Narco-cultos
Para el presente, la cultura debe entenderse y estudiarse como un todo funcional que sirve para cubrir las necesidades humanas (3). La narco-cultura hace referencia a el conjunto de símbolos, rituales y artefactos que permiten a las personas involucradas en el tráfico de drogas reconocerse como parte de una comunidad, y establecer jerarquía en la que los actos que deben realizar adquieran valor positivo y absorban el terror inherente a su línea de trabajo. En general, la cultura es un conjunto de tradiciones, sistemas de creencia y conductas. Y esta influye en el comportamiento de cada individuo (1,4).
Los cultos son un conjunto de rituales que tienen el mismo objetivo en general. Todos son racionalizados por un conjunto de creencias similares o relacionadas. También, estos, son apoyados por un grupo social. Pueden encontrarse 4 tipos de cultos: Individualistas, Chamánicos, Comunitarios, y Eclesiástico o Institucionales.
Dentro de la narco-cultura, la práctica religiosa ha sido denominada como narco-culto, lo cual es definido como: un culto individualista, chamánico, comunitario o eclesiástico que funciona como una fuente de empoderamiento espiritual o psicológico para individuos u organizaciones vinculadas a la producción o tráfico de drogas. Estas prácticas, en México, están influenciadas por un fuerte sincretismo entre (1):
- Religiones afro-caribeñas: santería, palo mayombe, bantú y voodoo.
- Religiones folclóricas mexicanas (o dependiendo del país de origen): se incluyen prácticas aztecas y mayas, catolicismo folclórico, curanderismo, brujería. También se puede incluir sincretismo con el culto a San La Muerte, pues, en algunos casos, se encuentran fetiches o estatuas de esta entidad representando a la Santa Muerte, o se observa en narcotraficantes el uso del Payé[1] consagrado a la Santa Muerte.
- Religiones judeo-cristianas: apropiación de estética, rituales y textos sagrados judeo-cristianos.
En general, la función de la religión hace referencia a las diversas formas en que las religiones mantienen relación con los demás sistemas sociales (p. e. familiar, estatal, económico, escolar, cultural, etc.), esto con la finalidad de mantener la estabilidad del cuerpo social(5). Los narco-cultos proveen de diferentes capacidades psicológicas, sociales y espirituales. También el glamour en esta cultura se basa en el materialismo y pone las ganancias por encima de las necesidades básicas. El materialismo se basa en el consumo de bienes y servicios de mercado, pero no necesariamente este genera felicidad, sino todo lo contrario, insatisfacción, depresión, ansiedad, ira, aislamiento y alienación; por lo tanto, la religiosidad de los narcotraficantes es una especie de terapia, la cual les ayuda con sus tenciones relacionadas a la búsqueda del materialismo y la vida violenta que llevan, pero también les brinda una identidad y un propósito social. En otras palabras, las religiones de los narcos, así como cualquier religión, puede para reducir sus temores y ansiedades, brindándoles un mayor sentimiento de seguridad en el presente incierto y una esperanza en un futuro tolerable.
Culto a la Santa Muerte
El culto a la Santa Muerte es una práctica basada en el sincretismo de creencias prehispánicas y de algunas tradiciones europeas. Casi siempre, es vinculado al cuto a Mictlantecuhtli y/o Mictecacíhuatl, pero también hay practicantes que hacen referencia a que es una práctica en honor a Miquiztetl –en español: «esqueleto»–, quien es considerada una entidad que trabajaba para Mictlantecuhtli.
Los antropólogos sociales mexicanos han podido relacionar el origen del culto a la Europa Medieval, pues en esta se solían tallar en las tumbas de piedra figuras humanas, representando a la persona que estaba allí descansando. En estas tumbas se solía rezar o platicar con los fallecidos, por lo que se ha tomado como una representación de la muerte. Pero no es hasta el Siglo XIV que nació la representación de La Muerte muy similar a cómo se conoce actualmente. En la Peste Negra se realizaron ilustraciones donde se representaba que a todos les llegaba el tiempo de morir, y que sin importar si fueras parte de la nobleza o no, ella llegaría por quien fuera. En estas ilustraciones se representaba a la muerte con elementos como esqueletos o personas cuasi esqueléticas, y con un elemento común en diversas religiones, el cuervo.
La figura con forma de esqueleto –La Santa Muerte– tiene diferentes interpretaciones, pero en la mayoría de prácticas, simboliza al “Espíritu de la Muerte” en el estilo de vida y vida diaria (1).
Entre algunos practicantes se hace referencia a que la Santa Muerte es una entidad dual, lo cual quiere decir que no pertenece a ninguna de las 10 esferas del Árbol Sefirótico, ni a ninguna de las 11 del Árbol Qlifótico[2], o en su caso, no es ni celestial ni infernal. El fundador del Sendero Draconiano ha hecho referencia a que es una entidad ínfima y que solo personas pobres le rinden culto (aunque en las últimas semanas, en el mes de noviembre de 2021, cambió su parecer, refiriendo que es una entidad poderosa), pero, en México, todo tipo de personas le rinden culto, sin importar su posición socioeconómica, la etnia, la religión de base, profesión u oficio.
Por ejemplo, el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, también recurrió a “La Flaquita” para protegerse de los narcotraficantes. También, Elba Esther Gordillo, exdirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), recurre cada cierto tiempo a rituales de destrucción en contra de sus enemigos para eliminarlos; también que esta, es sumamente conocida en el mundo del esoterismo, ya que no solo cree, sino que lo practica; en su penthouse ubicado en la exclusiva zona de Polanco, guarda un esqueleto vestido de reina y también un lugar especialmente dedicado para la práctica del Palo Mayombe (6).
Este culto, a pesar de sincretizarse en algunos casos con la creencia católica, la Iglesia Católica Romana niega aceptarla, motivando a que David Romo, fundador de la Iglesia Tradicionalista México-USA –creada en el año 2000–, expresara que “nosotros preferimos estar más cerca de Dios que del Papa”. Por otro lado, Enriqueta Romero Romero, estableció el primer altar público hacia esta entidad en Tepito, Ciudad de México. Un grupo conocido como “Parroquia de la Misericordia” estableció otro lugar sagrado en Tepito. También hay otro templo, en el municipio de Pedro Escobedo, Querétaro, este recibe el topónimo de “Capilla de la Santísima Muerte”. Una de las iglesias más visibles en México es la Iglesia Internacional de la Santa Muerte, la cual tiene una estatua de aproximadamente 6-7 metros de altura, contra la cual, miembros conservadores de otras religiones, intolerantemente protestaron bajo el fundamento de que “asusta a los niños y atrae a los vendedores de drogas a el área”.
La iglesia de David Romo, tuvo intentos de registro ante el gobierno bajo el nombre “Misioneros Tradicionales México-USA del Sagrado Corazón y San Felipe de Jesús”, pero este fue denegado por diversos conflictos de interés y prejuicios, violando así el derecho humano a la libertad de creencia; pero el argumento que se brindo fue que promueven a La Santa Muerte y no la liturgia tradicional en las misas. En cambio, el Templo de la Santa Muerte en Los Ángeles, California, mantiene misas de manera diaria y son transmitidas en vivo por medio de Internet, en esta, también se transmiten diversos rituales.
Los diferentes nombres en que se puede conocer a La Santa Muerte son: La Santísima Muerte, Hermana de Luz, Sagrada Muerte, Muerte Querida, La Dama Poderosa, La Santa Niña Blanca, La Bonita, La Flaquita, La Madrina, La Huesuda, Dueña de mi Corazón, Morada de vida, Dama Soberana, etc.
Violencia, Narcotráfico y la Santa Muerte
La mayoría de los seguidores de la Santísima Muerte no están involucrados en actividades delictivas, pues se considera que esta entidad escucha las plegarias de los oprimidos, desprotegidos y los que menos tienen –cumpliendo el trabajo del Estado–, de allí que en el narcotráfico se haya adoptado su figura, ya que muchos iniciados en el narcotráfico provienen de estas sociedades.
Motivados por la intolerancia, en el año 2009, el ejército mexicano destruyó 34 templos dedicados a “La Flaquita” en la carretera entre Nuevo Laredo y Monterrey, México. El informe oficial por parte del gobierno mexicano refirió que en dichos lugares eran conocidos por los traficantes de droga y destruyendo estos podían mantener a salvo a las comunidades. A la par de estos ataques, los seguidores de la Santa Muerte comenzaron a notar una campaña pública de desprestigio en contra del culto. Así fue como muchos seguidores de esta entidad se volvieron blancos de violencia. Por ejemplo, en marzo de 2006, un sujeto que rendía culto a la figura dentro de un espacio sagrado en Nuevo Laredo, fue balaceado y asesinado.
En 2008, miembros del cártel del Golfo capturaron en Nuevo Laredo, Tamaulipas a miembros del cártel de Sinaloa. Las víctimas fueron conducidas a un santuario de la Santa Muerte y los ejecutaron. En ese mismo año, las autoridades mexicanas encontraron 11 cabezas carbonizadas en otro santuario –pero este custodiado por los extintos Zetas– dedicado a la misma entidad, el cual estaba ubicado en Yucatán.
En Sonora, México, cursando el año 2012, fue detenida una familia de ocho integrantes, los cuales fueron acusados por el homicidio de dos niños y una mujer de la tercera edad. La familia admitió haber cortado los cuerpos mientras estaban vivos, y la sangre de las víctimas era puesta en el altar de la Santa Muerte. A esta familia se le dio el nombre de “La Secta de Nacozari”.
El 28 de diciembre de 2014, la policía de Guatemala encontró, en un escondite, un cuerpo humano sin vida, seis armas de fuego –4 pistolas y 2 AK-47–, bebidas alcohólicas y un altar dedicado a la Santa Muerte.
En Johnson City, Tennessee, tras la detención de algunos miembros del narcotráfico por la posesión de 13,000 kg de droga, se les hallaron estatuas de la Santa de los Huesos, las cuales tenían como objetivo servir como protección para la operación y elemento distintivo entre los miembros del grupo delictivo.
En algunos casos relacionados al sicariato, se ha mencionado que la piel y los corazones son removidos. Lo más común que se puede encontrar son decapitaciones, castraciones, desmembramiento y matanzas. También se han descubierto diversos altares de La Santa Muerte dentro de las casas de los líderes de grupos de narcotraficantes. Algunos altares contienen drogas como ofrendas, por ejemplo, líneas de cocaína, manzanas con marihuana, etc.
El Cártel Independiente de Acapulco, La Unión Tepito, los extintos Zetas, la Maldita Vecindad y el extinto Cártel de los Beltrán Leyva, están vinculados al culto a la Santa Muerte, siendo que, en los operativos de las autoridades mexicanas antidrogas, se han encontrado altares –ya sea en sus casas de seguridad o en sus automóviles–, así como hierofanías dedicadas a la Santa Muerte. También, se ha descubierto que estatuas de la Niña Blanca son rellenadas de droga para traficar de manera “discreta” –en esta técnica también se pueden encontrar nacimientos, imágenes de San Judas Tadeo, San Simón, la Virgen de Guadalupe, entre otras–, pero también se pueden encontrar estatuas confeccionadas con cocaína.
En el caso de La Unión Tepito (7), se pudieron encontrar también altares de Palo Monte o Reglas de Congo, a Ekeko[3], Jesús Malverde, entre otras entidades. Dentro de las ngangas se encontraron huesos de las posibles víctimas del grupo delictivo, pero también se comentaba que las estatuas de la Santa Muerte estaban bañadas con sangre.
En el caso del Cártel Independiente de Acapulco, sacrificaron a las 3:33 de la madrugada (hora basada en referencias numéricas cabalísticas) a 28 personas privadas de libertad. Las víctimas fueron decapitadas, y en cada cadáver fue hallada una moneda, lo que, en los narco-cultos, simboliza la obtención de más ganancias. También, entre todos los cuerpos, se encontró una manzana que representa la petición de que nada le falte a quienes realizaron el sacrificio.
Algunos practicantes del culto refieren que el color rojo se usa en sacrificios de sangre, donde estos son usados para nutrir o alimentar a la entidad y así pueda cumplirles el favor que le piden.
Normalmente, el culto a la Santa Muerte –como un narco-culto–, es utilizado con la intención de identificarse entre miembros, protegerse contra balas o ataques de sus adversarios, y ser invisibles ante las autoridades migratorias.
Entre otras ofrendas, aparte de los sacrificios humanos realizados en su nombre, se pueden observar drogas como la marihuana, LSD y cocaína. Pero también es frecuente encontrar las ofrendas más comunes como velas de diversos colores (algunas consagradas con aceite de copal), manzanas, dulces, bebidas alcohólicas, tabaco, etc. Entre artefactos sagrados de protección se pueden encontrar collares de santería con la imagen de la Santa Muerte colgando, escapularios, payés, tatuajes[4], cadenitas, pulseras, grips en las pistolas, santuarios privados. Del mismo modo, es habitual encontrar en los altares otras entidades como San Judas Tardeo; Ekeko; Malverde; San Simón; San La Muerte; el Divino Niño; María Auxiliadora; la Virgen de Aguacatala; el Santo Justo Juez; San Pablo, El Patrón (Pablo Escobar); en los extintos Zetas, San Heriberto Z3; en los extintos Caballeros Templarios, San Nazario; y uno de los nuevos santos populares, el Chapo Guzmán; entre otros.
Patrick Condado Wearden
Referencias
1. Kail T. Narco-Cults. Understanding the Use of Afro-Caribbean and Mexican Religious Cultures in the Drug Wars. 1a. CRC Press; 2015. 2. Kail T. Magico‑religious groups and ritualistic activities : a guide for first responders. 1a. CRC Press; 2008. 3. Malinowski B. Una teoría científica de la cultura. 1a. Sudamericana; 1984. 4. DeVos G. Antropología Psicológica. 1a. Anagrama; 1981. 5. Duch L. Atropología de la Religión. 1a. Herder; 2001. 6. Olmos J. Santos Populares. La fe en tiempos de crisis. 1a. Ciudad de México: Grijalbo; 2017. 7. Kail T. Appropriating Religious Traditions among ‘el Cártel de la Unión Tepito’: Dozens of Human Skulls Found at Narco Shrine in Mexico City. Small Wars [Internet]. 2019; Available from: https://smallwarsjournal.com/jrnl/art/appropriating-religious-traditions-among-el-cartel-de-la-union-tepito-dozens-human-skulls 8. Condado P. Grimorio di Criminologia Esoterica. 1st ed. 2021. 9. Condado P. Análisis Psico-Criminológico del caso Bacalar. 1st ed. 2021.