Como Óscar, unas 14.000 personas se encuentran desaparecidas en España sin causa aparente y hay más de 4.500 cadáveres sin identificar, según los últimos datos hechos públicos por el Ministerio del Interior, en los que se contabilizaban los casos de desaparecidos que se habían denunciado en nuestro país hasta el 31 de diciembre de 2005. Se llama ‘desaparecidos sin causa aparente’ a las personas que se encuentran en paradero desconocido por circunstancias que no están claras,  a “la gente que un día sale de su casa y, sin que parezca existir ningún motivo para ello, ya no regresa”, explica a Madridiario Manuel Jaime, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Familiares de Desaparecidos y de Inter-Sos, la agrupación que encabeza esta federación.

Es el caso de Óscar Ortega. Tras acabar el servicio militar, se fue a Barcelona pensando en encontrar allí algo a lo que dedicarse. Se matriculó en una academia y compró el temario de las oposiciones a la Seguridad Social.Sin embargo, el joven se encontraba algo deprimido. “Yo notaba que mi hijo cuando vino de la mili estaba ya un poco raro”,  afirma su madre,  María Bertina Vasalo. “Por eso, traspasé la farmacia que tenía en Vigo y me fui a vivir con él a Casteldefels. Dos meses después me dejó una carta en la que me decía que todo aquello no le gustaba y que se iba un tiempo de vacaciones, pero que volvería pronto”.

 “Yo tenía una corazonada”, continúa su madre, “eso de que volvería pronto no me convenció y, además, se había ido con lo puesto, no se llevó más que el carnet de identidad”. Fue entonces cuando María Bertina comenzó pensar que su hijo podría haber estado verdaderamente deprimido. “Solía ayudarme en la farmacia, pero no quería salir al público, se quedaba siempre dentro. Además, había tenido una mili muy traumática en la Brigada de Salvamento de Pontevedra, incluso, tres de sus compañeros de cuartel se habían suicidado”. No obstante, la hermana de Óscar, Bertina Ortega, aclara que su madre comenzó a creer que el joven estaba deprimido sólo después de que desapareciera, tratando de encontrar un motivo para ello. “Puede que no estuviera deprimido”, explica Bertina, “sino que sólo que se encontrara en esa fase de incertidumbre en la que no tienes muy claro qué quieres hacer con tu vida”. Desde entonces, su familia ha interpuesto sendas denuncias en Barcelona, en Vigo, en Orense, en Irún y en Majadahonda, el lugar donde ahora residen su madre y su hermana, pero, 20 años después, aún no saben nada de Óscar. “Recibimos una llamada anónima a cobro revertido a la farmacia de Vigo cuando ya vivíamos en Majahonda y fuimos a la policía para que siguieran esa pista. Lo único que descubrimos es que procedía de una casa de prostitutas de Palencia, pero no se llegó a nada por ese lado”, comenta Bertina.

Falta de coordinación La familia de Óscar acudió, junto a las de los otros cuatro desaparecidos de Madrid, a la Dirección General de la Policía Nacional, la oficina central del cuerpo, donde fueron atendidos por dos comisarios, por la persona que se encargaba de los casos de desaparecidos y por un inspector. “Nos tomaron muestras de ADN para ver si coincidía con el de algunos de los cadáveres que había sin identificar, pero todavía no tenemos nada porque estaban en el impás de cruzar los datos que tiene la Guardia Civil con los del Cuerpo Nacional de Policía.”, explica la hermana de Óscar. Ése es uno de los principales problemas a la hora de buscar a los desaparecidos: la falta de coordinación entre los distintos cuerpos. “El Cuerpo Nacional de Policía trabaja por un lado y la Guardia Civil por otro, tienen registros de casos independientes y no se cruzan los datos, por lo que la eficacia de cualquier pesquisa queda muy mermada, pues no se trabaja en común”, afirma Bertina. A esto hay que sumarle otro inconveniente: que Óscar era mayor de edad cuando desapareció. “Aunque tuviesen información sobre mi hermano, la policía no puede dar ninguna respuesta a la familia si él no quiere que se haga, si quiere continuar desaparecido”.

“En ningún momento nos han dicho nada en firme”, continúa Bertina, “no sabemos si está vivo o muerto”. Según explica su madre, Óscar no ha vuelto a renovar el DNI, ni tampoco está registrado como delincuente ni como buscado por la INTERPOL. “Él era muy ecologista, por lo que pensamos que tal vez se embarcó con Greenpeace, pero también es muy difícil averiguar eso”, asegura María Bertina. Por todo esto, ambas mujeres dicen haber perdido la confianza en el trabajo de la policía. “Tendrá mil cosas que hacer, pero nosotras nos sentimos abandonadas”, se queja Bertina. En este sentido, destacan la labor de Inter-Sos, que ha sido para ellas “una luz de esperanza”.

Un cuerpo específico Con el objetivo de acabar con la falta de coordinación entre los distintos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Inter-Sos está luchando para que se cree un cuerpo específico que se ocupe de buscar a las personas desaparecidas. “España está incumpliendo el acuerdo Schencen, que compromete a todos los países miembros de la Unión Europea a buscar a las personas desaparecidas hasta las últimas consecuencias”, asegura Manuel Jaime.  El presidente de Inter-Sos hace hincapié en la necesidad de concienciar a la sociedad sobre la importancia de este problema, para que así “aquellos familiares de desaparecidos que aún no se hayan movilizado lo hagan y el gobierno vea que somos muchos”.        

Por eso, la asociación está pidiendo que el 9 de marzo se establezca como Día Nacional de las Personas Desaparecidas sin Motivo Aparente, al igual que el 30 de agosto es el Día Internacional de los Desaparecidos en conflictos bélicos. “El 25 de junio nos reunimos con José Bono y le entregamos la documentación de la petición y las firmas de apoyo que hemos recogido por toda España (25.000 firmas de ciudadanos, las de todas las Comunidades Autónomas y Diputaciones Provinciales y las de casi todos los ayuntamientos)”, comenta Jaime. Para Bertina Ortega, esta iniciativa es positiva porque el hecho de que la desaparición de su hermano salga a la luz puede servir para que alguna persona que actualmente le conozca sepa que su familia le está buscando y se ponga en contacto con ellos. “Puede estar felizmente casado o trabajando en lo que él haya elegido, pero también puede estar en comedores de beneficencia o pasándolo mal y, si alguien sabe que está así, queremos que sepa también que nosotros suspiramos por tenerlo”.

60 casos resueltos Inter-Sos apareció en 1998 y está declarada de Utilidad Pública. Elabora anualmente un cartel con las fotografías de todos los desaparecidos y lo distribuye por todas las comisarías españolas. Además, se reúne periódicamente con las familias de los desaparecidos y participa en las búsquedas que éstas propongan. Por la asociación han pasado ya 125 casos de desaparecidos y, gracias a su labor, se han resuelto 60 de ellos, a pesar de que 35 de esas personas fueran encontradas fallecidas. Para continuar trabajando, Manuel Jaime pide que algún ministerio les respalde y que los medios recuerden que existe este problema y divulguen los nombres de los desaparecidos y la ayuda que pueden recibir los familiares en las asociaciones.En este sentido, el presidente de Inter-Sos quiere que se vuelva a emitir ‘Quién sabe dónde’ o algún programa similar, pues permitió resolver muchos casos. Sin embargo, María Bertina Vasalo y Bertina Ortega dicen no estar de acuerdo con el programa: “trataban las desapariciones de forma sensacionalista, hacían un circo, y nos negamos a participar en ello”.                                                                                                

A. Ruiz

Puedes descargarte EOC nº 60 en: http://www.dimensionlimite.com/eoc/EOC_60.pdf