Published On: Mie, oct 2nd, 2013

DE PROFESION: COLABORADOR

Share This
Tags

Publicado en EOC nº 40

eoc 40Publiqué mi primer artículo en una revista comercial sobre fenómenos paranormales, en 1985. Fue en Karma-7, y aquella primera colaboración en una revista “profesional” sobre misterios me pareció una fantasía hecha realidad.

Sentía que mis humildes investigaciones, realizadas por un adolescente con más ilusión que formación, eran importantes, y Karma-7 me permitía comunicárselas a un mayor número de personas que los humildes boletines fotocopiados en los que colaboraba hasta entonces.

 A aquel primer artículo siguieron otros. Muchos otros. Hasta el extremo de llegar a tener que publicar con pseudónimo ya que en algunos números de Karma-7 llegaban a incluirse hasta 3 reportajes míos. Sin embargo tardé años en averiguar, debo agradecérselo a Javier Sierra que siempre ha sido más perspicaz que yo, que el resto de los colaboradores cobraban por sus artículos. A mi ni siquiera se me había pasado por la cabeza que, encima de poder dar a conocer tus trabajos, te pagasen por ello. Creo que fuí el último en cobrar, porque pensaba que nadie lo hacía.

Karma-7 pagaba en torno a las 20.000 pesetas por reportaje, en aquellas fechas. Mas o menos lo mismo que pagan en la actualidad otro tipo de revistas profesionales, como Policía Española, Guardia Civil, etc. Pero para un adolescente inexperto aquello era una fortuna. Y yo, como otros colaboradores de aquella época, acariciamos la ingenua idea de profesionalizar nuestro hobby. ¿Sería posible dedicarse exclusivamente a investigar misterios? ¿Puede un adolescente apasionado por lo paranormal, soñar algo mejor? Desgraciadamente, y esto es algo que desconocen la mayoría de los aficionados, tal idea es inviable, salvo en casos muy excepcionales.

La aparición de nuevas revistas, en la década de los noventa, como Más Allá, Año Cero o Enigmas, por ese orden, nos hicieron fantasear aún más, con esa posibilidad. Sobretodo a los que, como en mi caso, generábamos muchos reportajes y llegábamos a publicar, en un mismo mes, en dos o tres de las revistas existentes. Año Cero, Más Allá y sobretodo Enigmas, pagaban muchísimo mejor que Karma. Triplicaban, y a veces más, la valoración de los artículos que hacia la revista decana –pero perteneciente a una editorial con menor poder económico-, sin embargo creo que la mayoría preferíamos publicar en las revistas de Madrid, antes que en la de Barcelona, no porque pagasen más (que también influye), sino porque tenían tiradas muchísimo mayores (especialmente Más Allá), lo que hacia que nuestros trabajos llegasen a más lectores.

Por supuesto no todo era altruismo. Ver nuestras investigaciones publicadas a todo color, en buen papel, alimentaba nuestro ego. Y que decir cuando asistías a algún congreso y algún lector te pedía un autógrafo… somos humanos.

Ante tal situación, evidentemente, muchos reforzamos aquellas fantasías profesionales. Sin embargo descubrimos la terrible realidad. En el mundo del misterio, como en todos los demás campos de la cultura occidental, resulta peligroso expresar libremente tu opinión, sobretodo si eso implica una autocrítica al mundillo en el que te mueves. El artículo “La Prostitución del Periodismo Paranormal”, en mi caso, supuso un punto de inflexión en mi trayectoria, al enemistarme con todos los directores de las revistas comerciales, sobre los que dirigía mis críticas. Salvo José Antonio Campoy  (exdirector de Más Allá), que encajó más deportívamente mis críticas, y fue el único que no tomó represarias, pese a mis comentarios sobre su libro “Genom”.

Descubrí entonces, amargamente, que para publicar en las revistas paranormales, como en todas las demás, es mejor llevarse bien con los directores, que cuestionarles. Y es ahí donde cada colaborador debe evaluar hasta donde está dispuesto a ejercer la diplomacia. Llevarse bien con los directores puede resultar mucho más vital, a la hora de decidir la publicación de un reportaje, que la calidad u originalidad del mismo.

Pero hay más. La crisis que afectó al mercado editorial, con la aparición de internet, hizo que las ventas de las publicaciones esotéricas menguasen, tanto como las demás, salvo la prensa rosa. La valoración de los reportajes se redujo hasta casi la mitad, y los colaboradores que, como yo, habían soñado que uno podía vivir de la investigación (pero no habían sido vetados en las revistas y aún publicaban), empezaron a sufrir la crisis. Además los pagos empezaron a retrasarse, y mientras al principio cobrabas un reportaje al mes de haberse publicado, ahora pueden transcurrir 3, 4 o 5 meses antes de que un colaborador cobre el artículo publicado.

Con el nuevo milenio muchos de los redactores-jefe o directores de revistas esotéricas, como Iker Jiménez, empezaron a publicar sus propios libros, utilizando los archivos de las revistas, y por tanto las fotografías, reportajes o documentos de sus colaboradores. Ese vacío legal que desampara al colaborador, hace que cuando entregas un reportaje a la revista, esta pueda utilizar tus trabajos y fotografías, casi como le apetezca. Y quienes tienen acceso a los archivos de la revista, pueden beneficiarse de todo ese material, para publicarlo como propio. Iker es el mejor ejemplo.

De hecho la mayoría lo hacen, y en la actualidad podemos encontrar muchos libros, publicados en los últimos seis meses, en los que se reproducen docenas de textos plagiados y de fotografías extraídas de los archivos de revistas comerciales, sin el conocimiento de sus autores, colaboradores de dichas revistas que todavía ahora ignoran, en su mayoría, que sus artículos e ilustraciones están incluidos en los libros de algunos de los “investigadores” más leídos de España, que los presentan como propios unas veces, o citan fuente en otras, pero sin haber consultado a los colaboradores que obtuvieron originalmente la información.

Las necesidades de promocionar los libros de dichos  redactores o directores de revistas, hace que también se de prioridad en las actuales publicaciones comerciales, a los artículos o publi-reportajes que promocionen dichos libros, lo que ha dado lugar a un nuevo fenómeno. Existen colaboradores que esperan durante meses ¡y hasta más de un año! a que una revista decida si publica o no uno de sus reportajes. Lo más frustrante para ellos es que al no tener una respuesta afirmativa o negativa sobre la publicación de un reportaje, paraliza al mismo en una redacción durante meses, e impide que pueda ser ofrecido a otra revista.

Y pese a todo ello, en España existen colectivos, como el IIEE, con una marcada enemistad a los investigadores que publican en revistas comerciales. Y esos ataques, no son siempre justos. Creo que es bueno que conozcan el suplicio que deben padecer dichos colaboradores, ya que actualmente sólo unos pocos pueden seguir alentando la fantasía de vivir de la investigación. Para los demás, sobretodo para los más rebeldes, aquella ilusión adolescente pereció por la dura realidad. Vivir de la investigación paranormal, no es factible.

            Manuel Carballal

Displaying 1 Comments
Have Your Say

Dejar un comentario

XHTML: Tu puedes usar estas etiquetas html: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>