Publicado en EOC nº 96

Todos los veranos ocurre lo mismo. El 24 de junio los medios de comunicación de todo el mundo incluyen noticias de relleno en sus ediciones veraniegas con titulares que aluden al “día de la ufología”, conmemorando el aniversario del avistamiento OVNI protagonizado por Kenneth Arnold en 1947, como caso fundacional de esta disciplina.

Unos días más tarde los mismos medios vuelven a utilizar el fenómeno como contenido de relleno, presentando el 2 de julio como el verdadero “día de la ufología”, conmemorando ahora el aniversario del caso Roswell, ese mismo año.

Sin embargo, lo cierto es que la ufología, tal y como la conocemos, nació dos años antes. Exactamente el 15 de octubre de 1945.

Dos años antes aún, en septiembre de 1943, el coruñés Óscar Rey Brea se encontraba participando en el asedio a Leningrado con sus compañeros de la División Azul, la unidad de voluntarios españoles que luchó junto al III Reich contra los soviéticos en la II Guerra Mundial, y allí tuvo su primer contacto con el fenómeno OVNI. Según relató años después Rey Brea a Antonio Ribera en una de sus cartas:

“En relación· con la observación sobre Pushkin, fue como sigue: estando yo al mediodía en el bunker lavando los platos (me tocaba ese día), cazas alemanes y rusos, “ratas” y creo que “FockeWulf”, luchaban en la vertical.

“Mis compañeros de la División Azul, siete en total, gritaron varias veces mi nombre. Uno se llamaba Jesús Arias y era asturiano; otro se apellidaba Paz y era gallego; otro se llamaba Tomás Carbonell y era de la provincia de Alicante y de los otros cuatro no soy capaz de recordar sus nombres. Recuerdo los otros por ser los más íntimos, a pesar de vivir todos en el mismo bunker.

“No hice caso de los gritos, pues pensé que se trataba de algún aparato que caía, pero cuando salí por fin, minutos después, los siete estaban haciendo comentarios muy excitados.

“Pregunté y me contestaron que mucho más arriba de los aparatos que combatían (ya se había terminado todo cuando yo salí, es decir, ya no había aparato alguno), se presentó un objeto plateado y de forma circular que, a pesar de la mayor altura, tenía un tamaño muy superior al de los aviones combatientes. Que dio dos o tres vueltas, sin desviarse mucho de la vertical y que, de repente, con una velocidad “fantástica”, se alejó hasta desaparecer”.

Según me explicaría su hijo, aquello se quedó como una de tantas anécdotas de guerra, de las que su padre hablaba raras veces. Para los divisionarios -todavía no existía el concepto Platillo Volante-, aquel extraño objeto tenía que ser alguna de las nuevas armas volantes, como las V-1 o V-2, que los alemanes estaban desarrollando…

El 15 de octubre de 1945 fueron los padres de Rey Brea quienes observaron dos discos voladores, sospechosamente similares a los descritos por los divisionarios en Pushkin, y Rey Brea concluyó que, terminada la guerra, no tenía ningún sentido atribuir a prototipos nazis lo observado por sus padres sobre la calle Juana de Vega, en A Coruña. Y justo en ese instante -dos años antes del caso Arnold- “El Gallego Sabio”, como bautizaría Ribera al primer ufólogo de la historia, comenzó a anotar en un viejo dietario todos los avistamientos de fenómenos aéreos anómalos que llegaban a su conocimiento. No solo eso. Rey Brea aplicó el método científico al estudio de los OVNIs. Como recogen los historiadores de la ufología, como Ignacio Cabria, e incluso los detractores más críticos, como Félix Ares de Blas, “fue el primero, quizás el único, en aplicar la ciencia a los OVNIs”, buscando explicaciones racionales a los casos. Pero además fue el primero en desplazarse a los lugares de los avistamientos para encuestar directamente a los testigos, buscar evidencias físicas, etc. O sea, que también inventó la ufología de campo.

A raíz de aquel caso fundacional, el 15 de octubre de 1945, Óscar Rey Brea publicó numerosos trabajos de investigación. Fue él, y no Vallée, Michel ni Buelta, el verdadero descubridor de la hipótesis de los ciclos bienales, fue el primero en desmontar el affaire UMMO y señalar a su autor: José Luis Jordán Peña, etc., etc., etc.

Por todo ello, y mucho más, creo acreditado que el 15 de octubre, y no el 24 de junio o el 2 de julio, es el verdadero día de los OVNIs…

Manuel Carballal

Para saber más: Carballal, Manuel. “El Gallego Sabio. Óscar Rey Brea: el hombre que descubrió los OVNIs”. El Ojo Crítico Libros, 2022.