Publicado en EOC nº 69

Fueron necesarios varios meses de gestiones y bastante más de una docena de visitas a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Vallecas (Madrid), para conseguir ganarme la confianza del Inspector-Jefe Isidoro S., y obtener así un documento único. El primer informe policial redactado en España, que testifica sucesos paranormales en una casa “encantada”. El informe, que a partir de ese día ha sido reproducido, por otros autores, en numerosas ocasiones,  relata como a las 02:00 del 27 de noviembre de 1992, y en la comisaría de policía en la que me encontraba, se recibe una llamada de socorro proveniente de la familia Gutierrez, vecinos de  Vallecas, demandando la presencia policial en su domicilio. Con pánico evidente, varios miembros de la familia intentan vencer el escepticismo del agente de guardia, que finalmente opta por enviar un coche patrulla, con una dotación del 091 encabezada por el Inspector Negri.

El informe policial recoge el testimonio de los agentes, que presenciaron diferentes fenómenos anómalos:  “…que estando sentados en compañía de toda la familia, pudieron oír y observar como una puerta de un armario perfectamente cerrada, cosa que comprobaron después, se abrió de forma súbita y totalmente antinatural, lo que desencadenó una serie de sospechas en el inspector-jefe y  los tres policías allí presentes.”

“…Que no habían salido de la sorpresa y comentando la misma, se produjo un fuerte ruido en la terraza que pudieron comprobar que no había nadie por lo que las referidas sospechas aumentaron y se reforzaron, tomando el suceso un interés insospechado.”

“…Que momentos después pudieron percatarse y observar como en la mesita que sostenía el teléfono y, concretamente, en un mantelito, apareció una mancha de color marrón consistente que, el Z-2, identifica como babas.” ¿Ectoplasma?

“…Que en el recorrido que hicieron por las diversas habitaciones de la casa, observaron un crucifijo de madera al que, el fenómeno al que estamos haciendo referencia, le había dado la vuelta, arrancándole el cristo que estaba adherido al mismo. Que , según manifiesta una de los hijos, tomo el cristo del suelo y lo adhirió detrás de la puerta de la habitación junto  a un poster produciéndose también de forma súbita y extraña, tres arañazos sobre el citado poster, cayendo de nuevo al suelo el cristo que, en una primera instancia, como más arriba digo, se encontraba pegado a la madera.”

La conclusión de los agentes resultó bastante obvia: “…que hay una serie de fenómenos de todo punto inexplica-bles…”. Pero lo que los agentes del 091 desconocían, y muy pocos investigadores saben, es que existían precendentes policiales en el llamado Caso Vallecas.

Me reuní con los agentes Jesús C. y Jose M. en la jefatura del 092 de Vallecas, y allí me relataron como, un año antes que sus compañeros del 091, ellos acudieron a la casa de la familia González por una llamada de auxilio similar. “En la casa –cuentan los policías en exclusiva para EOC- había un grupo de gente. Estaba la chica, que luego murió (se refiere a María Estefanía González), los hermanos, los padres, unos amigos y su novio, Demetrio Camacho, que se revolvía por el suelo mientras echaba espuma por la boca y tenía unas fuertes convulsiones. Habían hecho una sesión de OUIJA, a la que eran muy aficionados y después el joven había caído en aquel estado histérico. Según la familia, estaba poseído”.  Doy fe de que los dos policías locales que vivieron esta experiencia, no son enclenques precisamente. Especialmente Jesús es un tipo muy alto y corpulento. Calculo que sobre el metro ochenta y los 90 o 100 kilos de peso. “Tuvimos que esposarle con las manos a la espalda, y atarle las piernas, porque no había manera de contenerlo. La verdad es que nos costó un triunfo reducirle, y aún así, estando esposado continuaba haciendo fuerza. Me acuerdo que le dije: Mira tío, como rompas los grilletes me voy a acojonar y te voy a dar un tiro en la cabeza… No habíamos visto jamás nada parecido”.

Un estigmatizado en comisaría

En la comisaría del 091 de Santiago de Compostela EOC tiene la oportunidad de examinar unos informes policiales similares. En esta ocasión el ciudadano que telefonea, visiblemente alterado, solicitando ayuda policial se identifica como Manuel Silva, vecino de la calle Rueda, y que afirma que en su vivienda se producen, desde hace meses, fenómenos paranormales. Sin embargo el objeto de la llamada, en esta ocasión, es algo más serio… Cuando el coche patrulla llega al domicilio de Manuel Silva, cuya vivienda forma parte del antiguo convento de las monjas de Santa Clara, se encuentran con un espectáculo dantesco. Daniel, primo del demandante, presenta unas heridas sangrantes en manos y pies, con forma de pequeñas cruces, y por los “estigmas” mana la sangre que ha manchado el suelo, las paredes y varios de los muebles. Los agentes piden rápidamente una ambulancia, que traslada al “estigmatizado” al servicio de urgencias.

Según el testimonio de Manuel Silva, hacía meses que en su domicilio se producían todo tipo de fenómenos extraños. EOC ha podido constatar que varios investigadores gallegos habían visitado ya la vivienda, meses antes de la intervención policial, para investigar esos supuestos fenómenos. Daniel tuvo que permanecer ingresado, en observación, durante una semana.

Posesión ante la cámara

No era la primera, ni la última vez, que agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se veían involucrados en supuestos fenómenos poltergeist. El 24 de marzo de 2000 agentes del 092 de Sal Sebastián de los Reyes (Madrid) acuden redactan en su informe como dicha jefatura había recibido una petición de auxilio de la familia Garcia, y como personados en el lugar de los hechos varios vecinos les confirman: “han podido ver como se rompían los cristales de las ventanas, colaban unas tijeras y estallaban las bombillas de las lámparas”. 

Un año antes fue Manuela Ledo y su hijo Raul, vecinos de Xirivella (Valencia) los que solicitaron ayuda policial ante supuestos fenómenos poltergeist en su vivienda. El informe redactado por los agentes de la Policia Local, según recogío el investigador Fran Contreras: testifican que “personados en el lugar referenciado, se pueden escuchar repetidos golpes, al parecer efectuados con algún objeto contundente por la fuerza de los mismos, sin poder determinar en un principio la procedencia de estos… se trata de un caso un tanto desconcertante”. Pero lo más extraordinario es que los agentes de policia, en ocasiones, deciden hacer un seguimiento de un poltergeist, ya por pura curiosidad personal, y en estos casos excepcionales su testimonio no se limita al relato de sus informes, sino que pueden aportarnos fotos o grabaciones, de lo supuestos fenómenos. Es el caso, por ejemplo, del Inspector Jefe R. C., mando del 091 y ex-escolta de la Casa Real. Este funcionario del Cuerpo Nacional de Policía, junto con otros compañeros, fue uno de los testigos del poltergeist protagonizado por Mª José Sáez y su esposo Pedro, en Murcia. El inspector Jefe R. C. pudo facilitarnos grabaciones y fotografías, tomados durante los supuestos trances y ataques “paranormales” que se producían en la vivienda familiar, tan espectaculares como cuestionables, en relación a su supuesto origen paranormal, pero con el interés implícito de provenir de fuentes policiales de alta credibilidad.

La Guardia Civil, también

En realidad la primera intervención policial española, en una supuesta casa encantada, data de 1915, en Valencia.  En el número 7 de la Plaza del Esparto, el Gobernador Civil de la época, Sr. Montilla, ordenó la intervención policial en el inmueble, ante los supuestos fenómenos paranormales que testificaban numerosos vecinos. Sin embargo el caso valenciano palidece ante la repercusión mediática que alcanzó “el duende de Zaragoza”, en 1934. Durante semanas numerosos vecinos del edificio que se alzaba en la calle Gascón y Gotor nº2 , testificaron que una voz misteriosa y supuestamente paranormal, se manifestaba en el lugar. A pesar de los intentos de la policía, que realizó todo tipo de pesquisas, el caso continua formando parte del folclore zaragozano del misterio.

Sin embargo, las investigaciones policiales de supuestos poltergeist no se limitan  al Cuerpo Nacional de Policia o la Policía Local. Agentes de la Guardia Civil han venido a sumarse a los testimonios oficiales de supuestos sucesos anómalos en viviendas de diferentes pueblos de España.

Posiblemente el primer caso documentado se produjo en 1941 en Sierra Filabres (Almería), donde, durante semanas, los vecinos protagonizaron una serie de incidentes de todo punto inexplicables, que les hicieron recurrir a la Guardia Civil. Los más graves eran fenómenos de pirogénesis (según los parapsicólogos), que llegaron a producir hasta 300 incendios inexplicables en una semana. Una vez más los Cuerpos de Seguridad del Estado se vieron imposibilitados para explicar el origen del fenómenos, limitándose a dejar constancia en sus informes de los extraños sucesos.

Sin embargo, sin duda, la “casa encantada” más famosa en la historia de la parapsicología española es la que acoge “las caras de Belmez”, en Jaén. EOC ha tenido la oportunidad de localizar, 35 años después, al comandante de puesto de la Guardia Civil de Bélmez, y a todos los números de la benemérita destinados en el pueblo cuando surgieron las caras y entrevistarlos uno por uno (salvo uno de ellos, ya fallecido trágicamente en Cáceres hace años). Y todos ellos, que visitaron la “casa de las caras” en más de una ocasión, durante aquellos dias, coinciden en afirmar que en la vivienda ocurrían “cosas raras”, pero nunca pudieron detener al autor de aquellos fenómenos que tanto alteraron el orden en el pueblo. Para todos esos policías la clasificación de estos casos es la de: Inexplicado. (Ver EOC nº 55)

Manuel Carballal

Puedes descargarte EOC nº 69 en: http://www.dimensionlimite.com/eoc/EOC_69.pdf