Published On: Sab, nov 9th, 2013

JUAN CARLOS AGUILAR: EL FALSO MONJE SHAOLIN Y LOS ESTAFADORES EN SERIE

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Publicado en EOC nº 73

Shaolin CORREOEl 2009 publiqué en El Ojo Crítico n´º 63 un artículo titulado “Los falsos poderes sobrenaturales del Kung-Fu: Viaje crítico al Templo de Shaolin” (http://ojo-critico.blogspot.com.es/2013/06/los-falsos-poderes-sobrenaturales-del.html) en el que relataba mi experiencia personal como alumno en el mítico templo de las artes marciales chino. El mismo que, supuestamente, unos años después visitaría Juan Carlos Aguilar.  Mi experiencia en dicho templo, al que acudí con la ilusión de un discípulo en busca de maestro, fue muy decepcionante. 

Anteriormente, en El Ojo Crítico nº 62, publiqué “Carlos Castaneda: El ocaso del Nahual” (http://ojo-critico.blogspot.com.es/2013/04/carlos-castaneda-el-ocaso-del-nahual.html), sonde resumía mi experiencia personal con una secta muy peligrosa seguidora del el archifamoso Carlos Castaneda, y con él mismo. Probablemente ambos artículos han sido leídos solo por algunos miles de personas. Nada comparado con los cientos de miles que han visionado estos tres vídeos:

-http://www.huffingtonpost.es/2013/06/03/juan-carlos-aguilar-apare_n_3379290.html?ncid=edlinkusaolp00000003

-http://www.vertele.com/noticias/juan-carlos-aguilar-el-primer-occidental-en-ser-presentado-como-maestro-shaolin-se-ha-convertido-en-un-presunto-asesino-en-serie-despues-de-que-la-ertzaintza-hallase-ayer-en-su-gimnasio-a-una-mujer/

-http://ocio.farodevigo.es/tv/noticias/nws-192387-cuando-eduard-punset-entrevisto-maestro-shaolin.html

Y ha sido esta terrible noticia, los asesinatos del falso monje shaolín Juan Carlos Aguilar, es la que me ha hecho sentirme obligado a volver a escribir. Me pongo a ello, aunque sin la ilusión que ponía en mis artículos anteriores cuando los escribí. Deseoso de que abrieran las conciencias a aquellos que, como yo, en su día decidieron emprender viajes al lejano Oriente en búsqueda de sus famosas disciplinas. Inquietudes dignas de todos los que alguna vez han tenido alguna búsqueda espiritual y se han sentado de rodillas en un tatami (cuando no ante un altar) con el deseo de obtener respuestas. No hay otra arma para defenderse de tan falaces argumentos y egocéntricas cabriolas, más propias de un circo (no el de los horrores, sino el del mal gusto), que del sentido común. ¿Les parecen a ustedes las palabras de Juan Carlos Aguilar las de un hombre cabal? ¿Sano mentalmente?. Lean entre líneas, mírenle a los ojos. Cualquiera de los muchos vídeos que sobre este personaje pululan en la red son una fuente de revelación. ¿Alguien con algo de sabiduría hablaría o actuaría así? Seguro que todos convienen conmigo con un tajante movimiento lateral de cabeza, sumidos en la más absoluta indignación y la vergüenza ajena. 

Pero ese no es el tema clave. Esa reacción es ya por acostumbrada, más que archisabida y típica cada vez que sucede algo así. Esto va por todos los estafadores en serie (asesinos o no) que, como otros estratos de corrupción que están en plena fase de emergencia, nos asolan cada día. Inundando las noticias y la red, hasta el punto de hacernos ya insensibles por la fuerza de la costumbre. Tanto olor fétido día a día termina por convertirse en rutina. No sólo para nuestra pituitaria olfativa, sino para el más extenso sentido de esta palabra.shaolin Sierra2 - copia

Respecto a la veracidad de los pretendidos maestros de Shaolín, hablé no sé si alto pero si claro en mi citado artículo. Tal como se relata en el, estuve en el templo de Shaolin en el Verano de 1992. Cualquiera de mis fotos o videos atestigua claramente que la vida monacal en esa meca del budismo se reducía a una pura parafernalia turística de un centro, ya por entonces rodeado de decenas de escuelas anexas, donde se celebraban campamentos para chinos y extranjeros a modo de vacaciones. Tal y como se sigue haciendo en la actualidad.

En los meses que permanecí allí, tal como relaté en El Ojo Crítico, numerosos grupos de visitantes pululaban entre sus muros contemplando una reliquia del pasado, que el gobierno Chino restauró, sin duda, consciente de la rentabilidad de ese reclamo  turístico. Sólo tres discretos monjes  budistas con los votos paseaban de vez en cuando por allí. Por consiguiente, tal y como afirmé en numerosas ocasiones en otras publicaciones, niego tajantemente que este pseudomaestro, Juan Carlos Aguilar, haya sido ordenado monje. Soy uno de los pocos españoles que por aquellas fechas estuvo allí, pero con tal decepción, al ver que no era más que un montaje comercial, que pocos años después abandoné la enseñanza de esta escuela como base de mi magisterio marcial.

Hoy el mundo de Shaolin, como bien es fácil constatar, es más un circo que un ámbito serio en la que se aborda sinceramente la búsqueda de la sabiduría oriental. Los verdaderos monjes budistas repudian, desde la discreción de sus retiros esas manifestaciones egoicas de agresividad camuflada a golpe de “pseudo-zen”. Y no les hagan ustedes un rollizo favor a todos estos esperpénticos manipuladores mediáticos, confundiendo el verdadero arte con el falso artista. Y mucho menos extendiendo el mal causado por el miembro enfermo, al resto de los maestros que divulgamos una enseñanza para la disciplina, el bienestar, y la concordia social. Nunca para exacerbar las pulsiones sectarias que sin duda, al amparo de las crisis materiales o espirituales, abundan en la actualidad.

Shaolin-Kung-Fu-Bilbao-chi-Kung-Vidrio-Botella-Cuello-5No debemos pues demonizar a todos los maestros de estas disciplinas, por el hecho aislado (aunque por desgracia no único) que nos plantea este caso.  Pero si debemos abrir bien el ojo ante lo evidente: desconfiar de todo lo sectario (oriental o no). Desconfiar de todo lo que, por muy sutil que se nos presente, haga apología de la violencia gratuita, y sin otro propósito que no sea el de la autodefensa justa y siempre enmarcada en la pirámide de la proporcionalidad y la ley penal. Pero hay algo, si cabe, aun más sangrante y significativo que esto (y hablo a tono de mi primer párrafo), que me llama poderosamente la atención: este psicópata lleva años pululando, sin apenas la menor alarma que nos sea la de la mediáticamente rentabilísima polémica social. No debemos asolarnos por lo singular de la noticia: si en vez de ser un inesperado monje de Shaolín la fuente de la tragedia, fuese un psicópata más al uso, no despertaría tanto interés. Sólo nos llama lo estrambótico, lo grotesco, lo atípico, lo nuevo. El no es más que uno de tantos.

¿Acaso hay categorías o enjundias aplicables al horror del asesinato? ¿Atenuantes? No me compete a mi contestar a esto. Sólo a los jueces. Pero si nos compete a todos observar en silencio una cosa: a todos estos embaucadores, charlatanes, estafadores, mentirosos, pseudo-iluminados y demás gérmenes del mal se les conceden entrevistas en programas científicos, salen en todos los medios, se habla de ellos,  la gente acude a sus seminarios y clases “magistrales”. Se les adora. Por mucho que por otro lado luego se les critique (nada vende más que la polémica y el escándalo).

Lean ustedes internet o los periódicos. Todos se copian y hacen ecos de la mismas palabras. ¿Cuantos se paran a reflexionar? Más eso no interesa. Las conclusiones son demasiado obvias para merecer tal dedicación. Es mejor seguir con el escándalo, con la noticia. Hasta que esta pase como tantas, al olvido en aras de la siguiente. ¿Está la solución del problema en el escándalo social (que apenas dura unos pocos días)? ¿En la prohibición compulsiva de las armas? ¿Hay que clausurar los armeros? ¿O, sin menoscabo de tener estos a buen recaudo, bajo siete cerrojos, al amparo de la ley, no contentarse con ello y ser consciente de que el mal emerge por otros entresijos más sutiles, al mal amparado borde de los vacios de la legalidad? Tampoco tengo respuestas definitivas para esto, pero si me gustaría abrir el diálogo social (sin desenvainar filos, sin disparar sentencias categóricas).Sin título

No demonicemos más. Condenemos y encerremos a los culpables también, y no sólo a los asesinos materiales que completan el sutil proceso, armados con nuestra relativa inocencia. Todos tenemos una cota mínima de participación en esos y otros males cada vez que financiamos esos proyectos con los que nos embaucan. Cada vez que oímos esas palabras falaces y no denunciamos sus manipuladas verdades, o las contemplamos ociosos. Enalteciendo la audiencia en sus programas de televisión, o visitando sus páginas de internet. Juan Carlos Aguilar, Carlos Castaneda… Cualquier persona que presume ser el iluminado poseedor de la verdad o del camino correcto, es un impostor. Los caminos de la verdad (amparados por el Señor o no) son de cierto inescrutables. Nadie tiene autoridad para tal propósito sino, al o sumo, para aconsejarnos desde la prudencia y la modestia que aporta el saber cómo cierto, lo que nos hace mas verdaderos. Nada o bien poco sabemos de la tan manipulada Verdad.

Carlos Fernández

Puedes descargarte EOC nº 73 en: http://www.dimensionlimite.com/eoc/EOC_73.pdf

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