Published On: Dom, oct 6th, 2013

12 AÑOS CONTRA EL FRAUDE PARANORMAL

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Publicado en EOC nº 45

eoc 45EL OJO CRITICO empezó a publicarse en 1993. Hace ya  casi 12 años. En todo este tiempo hemos visto aparecer y desaparecer docenas de revistas comerciales (Próximo Milenio, Espacio y Tiempo, Nueva Dimensión, Karma-7, Xanadú, etc) y boletines independientes (CIPNO, Andrómeda, El Colegio Invisible, Frontera Desconocida, etc).

Las primeras dejaron de publicarse ya que sus ventas no alcanzaban las expectativas comerciales de los editores, que descubrieron que el porno, el futbol o Gran Hermano, resultan negocios mucho más lucrativos que el mundo de lo paranormal. Sin embargo, los boletines, fanzines y publicaciones no comerciales, fueron desapareciendo a medida que aumentaba el desencanto de sus editores, desalentados ante el protagonismo desmesurado o el afan de lucro de sus investigadores favoritos, ante la desalentadora ausencia de pruebas sólidas sobre todos los fenómenos anomalos o, simplemente, ante otras prioridades sociales (familia, trabajo, amigos, pareja, etc) que son antepuestas a lo que, en definitiva, solo es una afición.

Cuando apareció EOC, a mediados de los noventa, existían casi tantos boletines y grupos privados de amantes del misterio, como en los buenos tiempos de los años setenta y ochenta. Nombres como Bruno Cardeñosa, Javier Sierra, Josep Guijarro, Iker Jiménez, Lorenzo Fernández, David Sentinella, Moises Garrido, y tantos otros, eran unos adolescentes enamorados del mundo del misterio.

Con la ilusión de desentrañar los mayores enigmas de la humanidad. Ahora todos ellos son nombres consagrados en la divulgación de los fenómenos anímalos en España.

Por aquel entonces otros nombres propios, como Jose Lesta, Jose Manuel García Bautista, Javier Garcia Blanco, Marisol Roldán,  Pili Abeijón o Francisco Contreras, todos ellos firmas habituales de las publicaciones especializadas, en la actualidad, eran todavía desconocidos.

Y desde la perspectiva del tiempo resulta interesante observar la evolución que han seguido todos ellos. Lo que nos permite aventurar cual será el desarrollo de la investigación paranormal en la España del siglo XXI…

Con el paso de los años, y como había ocurrido en los años setenta y ochenta con pioneros de la talla de Aime Michell, algunos de aquellos jóvenes fascinados por el mundo del misterio en los años noventa, han decidido dejar el mundo de la investigación.  Desencantados y hastiados con la situación del panorama paranormal, estudiosos de la talla de la canaria  Maria Ferraz o el onubense Moises Garrido, nos comunicaban en los últimos meses, su intención de abandonar la investigación activa de los fenómenos paranormales.

Llegaron al límite de sus ilusiones, igual que años antes otros veteranos, como Francisco Padrón, anunciaron públicamente su abandono de la investigación del misterio.

Sin embargo muchos otros han continuado, con mayor o menor éxito, presentes en la subcultura del misterio. Y nombres como Iker Jiménez, Javier Sierra, Javier Armentia, Bruno Cardeñosa, Miguel Angel Sabadell, Lorenzo Fernández, Joseph Guijarro, etc, han terminado por profesionalizarse, de una u otra manera, en la divulgación (desde perspectivas antagónicas) de los supuestos fenómenos anómalos.

No se trata de desautorizar o valorizar un planteamiento u otro. Evidentemente tanto la defensa como la crítica, a los supuestos fenómenos anómalos, son licitas a priori. Sin embargo, con el paso de los años hemos visto como muchas personas encontraban en el mundo paranormal, justo lo que buscaban sus intereses personales: dinero, popularidad, reconocimiento social o la sublimación de traumas y complejos, tanto personales como profesionales.

Es artículo 16 de la Constitución española defiende el derecho a la libertad de creencias, o a la ausencia de ellas, para con todos los ciudadanos. Por lo tanto resulta intelectualmente igual de lícito creer que el futuro puede leerse en las cartas del tarot, como que existen otros planetas habitados o que no existe nada tras la muerte. Siempre y cuando esas creencias personales se planteen con respeto hacia las creencias, o ausencia de ellas, de terceros.

Y de la misma forma que existen personas que ejercen profesionalmente la videncia, convencidos de que con sus cartas astrales, sus bolas de cristal o sus naipes, pueden ayudar a sus clientes, existen otras que sienten una seguridad absoluta de que no existe vida tras la muerte, vida inteligente fuera de La Tierra, ni ningún poder extrasensorial. Incluso hay personas que, sinceramente, divulgan misterios del pasado, de la mente o del universo (o lo que ellos consideran misterios), convencidos de que dichos supuestos enigmas encierran secretos muy importantes para la humanidad…

Pero, a pesar de que todos ellos tengan el mismo derecho a expresar sus opiniones, algunos nombres propios como Octavio Aceves o Aramis Fuster han creado una mala imagen del vidente. Otros, como Iker Jiménez o el “profesor Darbó, del investigador. Y otros, como Javier Armentia o Luis Alfonso Gámez, del escepticismo.

A nuestro juicio no existe ninguna diferencia entre el sustancioso sueldo que recibían tanto Aramis Fuster como Javier Armentia, compañeros colaboradores en el mismo programa de televisión, por atacar o defender lo paranormal respectivamente.

De la misma forma ni el “profesor” Darbó es conocido por su trabajo cineasta, ni Luis Alfonso Gámez lo es como periodista, sino por su ataque y defensa de lo paranormal, tan fanática y absurda como interesada.

Y es que el fraude en lo paranormal tiene muchos matices…                                         

  EOC

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