Published On: Sab, nov 2nd, 2013

OVsI: CUANDO ESCEPTICOS Y CREYENTES MANIPULAN EL FENOMENO OVNI

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Publicado en EOC nº 66

En algunas ocasiones, casos OVNI que resultan extraordinarios por su espectacularidad, y que parecen tener un origen desconocido o incluso extraterrestre, acaban teniendo una explicación convencional tras una profunda investigación. Y con frecuencia tanto pseudoescépticos como creyentes pecan de prejuicios.
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José Rodríguez aprieta el acelerador de su Ford Fiesta. Tiene ganas de llegar a casa, después de una dura jornada laboral para disfrutar del fin de semana. Junto a el, su mujer y su hija le acompañan en el trayecto que separa el Barco de Valdeorras (Orense) de la localidad de Vilamartin a lo largo de la N-120.  Es una noche cerrada de frío invierno, y el montañoso paraje al que se dirigen, encajonado en un valle fluvial flanqueado por hileras de imponentes picos es el lugar ideal para lo que iban a presenciar.

Son las diez y cinco de la noche y están ya muy cerca de su destino, cuando llegando a un puente elevado, ocurre lo imprevisto, lo increíble. El misterio entra de lleno en sus vidas. No dan crédito a lo que está ocurriendo, y casi sin solución de continuidad, José detiene el coche para observar mejor lo que esta viendo toda su familia. Sobre una de las montañas cercanas, una bola rojiza incandescente cae a plomo sobre la ladera, llena de arboles y viñedos. La “bola” de un tamaño considerable y parecida a la luna, deja tras de sí una especie de estela de humo. No oyen ningún ruido extraño, ni ven un avión. Pero José y su familia no son los únicos testigos del dramático suceso. Prácticamente en la misma zona, Avelino Seoane, asiste incrédulo al mismo fenómeno. También desde su coche, y acompañado por sus dos hijos. Tras unos 20 o 30 segundos de caída vertical, los seis testigos ven como la bola de fuego impacta contra el terreno. Inmediatamente una gran humareda comienza a tapar parte de la montaña. Son momentos tensos pero tanto José como Avelino no lo dudan. Arrancan sus coches y se dirigen hacia el camino de tierra que lleva a la zona de monte. Tras cuatro minutos de conducción, siguen a pie el camino e intercambian impresiones sobre lo sucedido. Acaban de ver un Ovni. Un objeto volador no identificado. Probablemente un meteorito, o quien sabe, quizás un artefacto de otro planeta.

La tensión da paso a la emoción, y se internan en la zona. Una vez allí, ven como la humareda verde se les viene encima. Comienzan a detectar un extraño olor a azufre, típico de algunos casos Ovni. La emoción deja paso al temor. Avelino piensa que puede ser algún objeto radiactivo, por lo que deciden marcharse y avisar a las autoridades, para inspeccionar el terreno a la mañana siguiente con mas claridad. Efectivamente a la mañana siguiente, y ya con la luz del sol, tanto los testigos como nosotros, que llegamos antes de que ninguna autoridad se persone en el lugar, podemos acceder al terreno totalmente virgen, tal y como quedo la noche anterior. Buscamos un cráter que no aparece y empezamos a ver abundantes quemados en los arboles y viñedos. Ni rastro del supuesto objeto o meteorito. Ya por la tarde, los testimonios empezaban a aparecer en el pueblo. Y por fin, se nos acerca Sixto Lopez y nos entrega un curioso objeto. Un tubo metálico plateado que dice haber encontrado en su finca, situada a escasos 50 metros del lugar del impacto.

Los días siguientes fueron todo un repertorio de cámaras y periodistas que se hacían eco del “Ovni de Vilamartin”. Tanto la Televisión de Galicia, que envío un equipo especial al lugar, como La Voz de Galicia y otros periódicos locales, dieron sobrada publicidad al suceso. Mientras tanto nosotros les llevábamos ventaja, ya que visitando diversas armerías, algún cuartelillo de la guardia civil, y tiendas de efectos navales, llegamos a la certeza de lo que realmente era el “Ovni” de Vilamartin. Sin duda se trataba de una bengala marítima de paracaídas, poco usual por ser metálica y que había sido lanzada en las cercanías por un grupo de personas relacionadas con la Marina, como averiguamos posteriormente, de ahí su caída en vertical. Así pues, resolvíamos el caso, y además constatábamos que en algunas ocasiones no todas las “bolas de fuego” que dicen verse en el cielo son Ovnis. Pero hay otro tipo de objetos circulares que también pueden dar lugar a errores.

BOLAS DE LUZ EN EL SUR DE ESPAÑA

Alrededor del verano de 1994, en la zona de Huelva se vieron una gran cantidad de objetos circulares que parecían moverse erráticamente, y que reflejaban un gran brillo metálico. Mucha gente pensó que se trataba de objetos no identificados, pero en esta ocasión estaban equivocados. La respuesta al enigma estaba en los llamados globos estratosfericos de medición. Y es que en realidad, la cercana base que el INTA (Instituto Nacional de Técnicas Aerospaciales) tenia un programa transmediterraneo de seguimiento y recogida de globos estratosfericos, que saliendo de la localidad siciliana de Trapani llegaban hasta la base del INTA en Arenosillo (Huelva). Dicho programa denominado “Odisea”, lanzaba globos que son visibles en el crepúsculo cuando viajan a 40 km de altura, donde precisamente los rayos del sol reflejan mejor el voluminoso globo de unos 200 metros de altura. Esos globos son dirigidos por control remoto durante miles de kilómetros, a veces incluso ayudados por helicópteros, y suelen ir provistos de una barquilla con todo el equipo de investigación, un emisor/receptor, baliza de localización y un paracaídas, además de luces de posición y reconocimiento nocturno.

En ese sentido un caso paradigmatico, es el ocurrido la madrugada del 12 al 13 de agosto de 1995 en la isla del Hierro, y que podía haberse convertido en uno de los mas importantes casos de esas fechas, debido al multitudinario numero de testigos que pudieron ser testigos de algo inesperado. Casi 2000 personas que se encontraban celebrando las fiestas locales en los barrios de Frontera y Tigaday, avistan en la cercana cumbre del monte Malpaso, una extraña luz roja central y cuatro o cinco alrededor blancas e intermitentes, formando un juego de luces intermitente y destelleante que parecía formar figuras geométricas como cuadrados o triángulos. La luz se desplazaba con un ligero balanceo, e incluso la orquesta local improviso los famosos acordes de encuentros en la tercera fase. Eran las once y media de la noche y tras tres horas de tensa espera, el objeto se elevo rápidamente hasta desaparecer.

La suerte de que una cámara de la televisión local de Tenerife, Domingo Amador, filmara con gran calidad el objeto, y posteriormente, el ufologo local Ricardo Campo realizara una concienciuda y excelente investigación de los hechos, hizo que se determinara la verdad. Hay que tener en cuenta que entre los centenares de testigos, se encontraban policías como José Fernández, que intentó averiguar por sus propios medios la naturaleza del fenómeno. Todos los testimonios parecían calcados. Todos aseguraban haber visto lo mismo. Todos, menos uno. Carmelo Padrón, se encontraba esa noche circulando con su coche por la carretera que llevaba a la parte alta del pueblo. Justo la zona donde se encontraba el extraño aparato. Con el viajaban su hermana, y unos amigos. Todo iba bien, hasta que divisaron entre la oscuridad el contorno de un globo del que colgaban varias luces intermitentes. Mientras tanto, y abajo en el pueblo, las dos mil personas observaban expectantes la extraña luz. Carmelo decidió acercarse mas al globo, hasta que pudieron ver que una serie de individuos estaban manipulando aquel globo. Justo en el instante en que se sintieron descubiertos, cortaron el cable que lo sujetaba a tierra, y el globo se elevo hasta perderse en la calurosa noche. Todo había sido una broma, realizada por unos turistas alemanes que viven en el barrio de Las Toscas, muy cercano al hotel “La brujita”, muy frecuentado por turistas de esa nacionalidad.

Algo parecido ocurrió el 17 de agosto de 1994, cuando un Ovni fue observado por unos turistas londinenses, que veraneaban en la población de Santiso (La Coruña). Habían observado un objeto opaco aparentemente  esférico, con una luz interior. El Ovni parecía descender, hasta perderse de su ángulo de visión. Lo que ignoraban esos turistas al narrarnos su experiencia, era que el Ovni, acabo estrellándose en Viones, municipio de Abegondo (La Coruña). Y mucho menos se imaginaban que, a la mañana siguiente, efectivos del servicio de incendios de la Xunta de Galicia rescatarían los restos del objeto. Esta vez tampoco se trataba de un platillo volante, sino del famoso “Globo de Betanzos”. Este aerostato de unos 50 metros de diámetro y 25 de altura, recorre unos 14 km antes de “aterrizar” cerca de la zona. Es sin duda, el mas grande del mundo fabricado en papel, se lanza desde 1875, cada 16 de Agosto en las populares fiestas de San Roque, desde la plaza central de Betanzos (La Coruña).

¿OVNIs  ESTRELLADOS EN ESPAÑA?img527

Pero en otras ocasiones los globos estratosfericos ocultan programas militares de investigación, y cuando caen en una zona no controlada, para preservar su secreto suele haber intervención de las fuerzas de seguridad nacionales, y por lo tanto se puede confundir con el estrellamiento de un Ovni. Exactamente eso es lo que ocurrió en el caso de El Coronil cerca de Sevilla el 10 de Agosto de 1989 cuando cientos de andaluces pudieron observar una “nave nodriza” y un platillo evolucionando en sus cielos. Los videos y fotografías del suceso recorrieron todas las televisiones del país. El suceso duro una hora, y testigos de excepción como el padre Enrique López Guerrero, no dudaron en decir que “era un objeto muy luminoso, aparentemente oval, que parecía estar fijo en el cielo, por encima de la luna… de pronto un objeto mas pequeño pareció surgir del Ovni”. Hasta ahí parece la descripción típica de otros casos Ovni, pero la pieza que faltaba para completar el rompecabezas vino de la mano de 3 trabajadores de un pueblo cercano. Concretamente de El Coronil, que a las 5 de la mañana del 11 de Agosto, y mientras salían de sus casas rumbo a su lugar de trabajo, pudieron descubrir el Ovni que horas antes habían estado observando decenas de testigos. Se encontraba no muy lejos de allí a unos 9 km del pueblo en un descampado denominado “El Bollo”.

El objeto era un globo estratosferico italiano, recubierto de un material extremadamente brillante. La cola que media mas de 9 metros, estaba unida a una cavidad metálica que contenía instrumental técnico. Curiosamente, el cuartelillo de la Guardia Civil de El Coronil, ya había recibido una confirmación telefónica por parte del ejercito del aire, acerca de la caída inminente de un globo de investigación militar. Lo mas interesante de este caso, fue el acordonamiento de la zona que efectuaron efectivos no solo de la Guardia Civil, sino también militares apoyados por un helicóptero. Unos militares que, según los testigos presenciales, no hablaban español. Probablemente soldados norteamericanos de la muy cercana Base de Rota. (Ver informe completo en EOC nº 4)

En multitud de otras ocasiones, no son globos sino auténticos prototipos militares o aviones espía, que a pesar, de volar en la mas absoluta clandestinidad, son observados y confundidos con naves extraterrestres, e incluso llegan a estrellarse contra el suelo, ante el asombro de los testigos.

Barbate (Cádiz). Junio de 1996. Gaspar Amaya, vecino de la localidad de San Ambrosio,  ve como un aparato desconocido da dos pasadas sobre el, y acto seguido se precipita sobre el suelo, creando una gran explosión. Gaspar presa del pánico, alerta a mas gente. La extraña nave, era un avión espía americano para reconocimiento a baja altura. Rápidamente se monta una operación de rescate con la intención de que el suceso no trascienda públicamente. Los helicópteros norteamericanos de combate CH-46 llegan a la zona y recogen cautelosamente todos y cada uno de los fragmentos del aparato. Allí no queda absolutamente nada. Además según declararon los testigos presenciales, efectivos norteamericanos intentan acallar, e incluso comprar, el silencio de los testigos, uno de los cuales había descargado su carrete fotográfico, incluso mientras los helicópteros recogían los restos.

No fue el único suceso de esa índole. Los militares españoles trabajan desde hace años en nuestro avión espía de reconocimiento. Con diversas denominaciones como proyecto Alba, Alo o SIVA (Sistema Integral de Vigilancia Aérea), este aparato ha sido probado en diversas ocasiones en la Base Aérea de La Virgen del Camino León).  Asociado también a eso experimentos, se efectuaron en Junio del 96, diversas  pruebas balísticas que generaron algunos incendios en la zona, y provocaron la observación de supuestos Ovnis por parte de los leoneses.

De nuevo en Arenosillo (Huelva), podemos encontrarnos con nuevos experimentos balísticos españoles, que son confundidos con platillos volantes. Concretamente, Desde 1991 hasta la actualidad, el INTA viene realizando pruebas, dentro de un programa científico denominado Capricornio,  para la construcción de un cohete para el lanzamiento de satélites, que finalmente había sido desarrollado con el nombre de ARGO 0 en el año 97. Curiosamente, en esos años numerosos onubenses observaron varios objetos luminosos en trayectoria descendente.

La lista seria interminable, pero nos dejaríamos en el tintero los interesantes fenómenos que forman parte de las reentradas de cohetes, aparatos o basura espacial, que desgraciadamente también pueden llevar a error a cualquiera que no este familiarizado con ese tipo de situaciones.

¿OVNI… METEORO? ¡NINGUNO DE LOS DOS!

En la madrugada del domingo 16 de septiembre del 2001, centenares de gallegos observan la presencia de varios objetos luminosos surcando los cielos. Plácido Trillo, que se dirigía en automóvil hacia su puesto de trabajo en esos momentos, observa a lo lejos la presencia de un objeto luminoso. A medida que se va acercando a su posición se da cuenta que en realidad no es un solo objeto, sino una treintena de ellos que van dejando a su paso un rastro luminoso. Casualmente llevaba en el asiento trasero del coche una cámara fotográfica digital, así que sin pensárselo dos veces tomó cuatro instantáneas del fenómeno. Por fortuna, las cámaras digitales informan de la hora en que es tomada cada fotografía. De este modo pudimos comprobar que la primera fue tomada a las 5: 31: 12 y la última a las 5:31: 35. En cuanto a las características de los objetos, trillo aseguraba “que eran de unas dimensiones considerables y de un color blanco puro, al igual que las estelas que dejaban y en cuanto a su trayectoria me dio la impresión de que era recta, aunque en una de las fotos se aprecia que algunos llevaban una trayectoria descendente”.

Al mismo tiempo que Plácido Trillo fotografiaba el fenómeno desde la desembocadura del río Xallas, en el municipio coruñés de Dumbria, cientos de personas en todo el territorio gallego también eran testigos del mismo. En pocos minutos  centralitas de la Policía Local de diversas poblaciones, así como radios, periódicos, el Planetario de A Coruña o el instituto Meteorológico de la misma ciudad también recibían decenas de llamadas. Pocas horas después del suceso una amiga de la Radio Gallega (RG) nos avisaba de lo que había ocurrido esa madrugada.

Para los astrónomos profesionales que investigaron el caso, o incluso científicos y divulgadores de la ciencia que se interesaron tímidamente por el, no les cabia duda de que se trataba de un meteorito. En el Planetario de A Coruña nos atendió amablemente el jefe de sección Marcos Pérez. “Aquí hemos recibido también un buen número de llamadas. Yo mismo he podido hablar con unos quince testigos”, asegura. El común denominador de todos los testimonios es que “se trataba de un grupo de objetos luminosos que dejaban una estela a su paso y que llevaban una velocidad relativamente lenta. Podemos decir, por lo tanto, que no se trata de un fenómeno instantáneo como pueda ser una estrella fugaz, sino de un objeto grande que entra en la atmósfera”. En cuanto al causante del avistamiento, Marcos Pérez apunta a que “se trataba de un meteoro de un tamaño enorme”. 

LOS PSEUDOESCEPTICOS METEN LA PATAdibujo placido trillo

Prácticamente todos estabamos convencidos de que se trataba de un cuerpo meteórico. Sin embargo, tras 8 años de ver y estudiar fenómenos similares en el noroeste español, no las teníamos todas con nosotros y el olfato nos decía que había gato encerrado en este caso. De hecho, en el numero 18 del periódico Enigmas Express (Noviembre 2001) dábamos a conocer los hechos, y dejábamos caer las dudas que teníamos sobre la hipótesis del meteorito. Para nosotros los sucesos obedecían a objetos volantes “no identificados” (nunca mencionamos la palabra Ovni, como objeto extraterrestre en el texto del artículo). Así que continuamos investigando.

Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando  la publicación escéptica Papers d’Ovnis (en su numero 26 de Octubre-Dic del 2001), publicaba en portada un trabajo sobre el caso, titulado: ¿Un Ovni o un Meteoro? (titulo ya bastante tendencioso y poco científico, ya que no deja lugar a otras hipótesis). En el, se criticaba negativamente nuestra postura en Enigmas Express, y también a la revista Enigmas en general, asegurando que “Intervienen las revistas sensacionalistas que no pierden comba… y aunque también se referían a las opiniones del personal de la Universidad de Santiago, añadían sus dudas acerca de que lo visto y fotografiado fuera un meteoro”.

Además los autores de la “investigación” de Papers d’Ovnis, Pere Redon y Jordy Ardanuy, afirmaban con contundencia su creencia de que el suceso no ofrecía ningún misterio, ya que para ellos  “Diez toneladas de material extraterrestre explotaron iluminando la noche de aquella comunidad, que atónita contempló el fenómeno”. Dada la solvencia y los excelentes trabajos que hace años, ya realizaba Pere Redon en la magnifica revista Stendek, nos parecía extraño, que no hubieran investigado el fenómeno.

Pero cuando salió publicado el articulo de Papers d’Ovnis, nosotros en realidad  ya sabíamos lo que realmente había sucedido la noche del 16 de Septiembre del 2001. Nuestra búsqueda de información corrió paralela al trabajo de investigación efectuado por los astrónomos de la universidad de Santiago de Compostela, tal y como puede atestiguar Placido Trillo, el principal testigo, que se involucro personalmente en las dos líneas de investigación (tanto la nuestra como la de la Universidad).

Así pues, sabedores de que la línea escéptica que habíamos seguido era la correcta, nos hemos tomado nuestro tiempo para apuntalar los datos y afirmar, un año después y con la tranquilidad que da saber la verdad, que la revista Enigmas publico información veraz (los objetos eran “no identificados”), mientras que los señores de Papers d’Ovnis se equivocaron cuando dieron rienda suelta a su imaginación, basada en la creencia personal de que se trataba de “material extraterrestre” (meteoritos).

Estamos en condiciones de demostrar que no era material extraterrestre, lo que fotografío esa noche Placido Trillo. Es mas, se trataba de un vehículo humano. Concretamente, la segunda fase de un cohete lanzador Ruso. El lanzamiento tuvo lugar en la base de Baikonur donde el módulo ruso Pirs DC despegaba a bordo de un cohete Soyuz-U. La misión se inició a las 23:35 UTC del 14 de septiembre y fue bautizada como Progress-M-CO1. Se trata de un módulo de propulsión Progress modificado para transportar el módulo de acoplamiento Pirs, una de las piezas del segmento ruso de la estación espacial internacional. Precisamente durante la noche del 16 de Septiembre (la noche del macroavistamiento), el vehículo fue inyectado en una órbita de 233 por 192 km, inclinada 51,66 grados con respecto al ecuador, después de un par de días de lenta aproximación hacia la Estación Espacial Internacional. Justo en esos instantes, parte de los cohetes se desprendían generando el espectacular avistamiento en toda Galicia. Así pues, el asunto estaba resuelto. Eso sí, si se sigue un punto de vista escéptico y por lo tanto abierto a todas las posibilidades.

 

José Lesta y Miguel Pedrero

Puedes descargarte EOC nº 66 en:http://www.dimensionlimite.com/eoc/EOC_66.pdf

 

 

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