Gregorio M. G. y su pareja regentaban una clínica dental y un taller de piezas dentales (protésico dental) en la localidad de San Martín de Valdeiglesias, situada en el extremo occidental de la comunidad de Madrid, lindando con las provincias de Ávila y Toledo. Ni Gregorio ni su pareja eran Odontólogos, debido a esto tenían contratada a una Odontóloga que venía de la Capital todos los días a trabajar a la consulta de esta pareja.

 La consulta estaba situada en pleno centro del pueblo muy cerca de la plaza de toros, y tenían bastante trabajo ya que era la única clínica que había en la zona, debido a esto, normalmente terminaban bastante tarde su jornada laboral.

 Un viernes del mes de Noviembre, se hizo más tarde de lo habitual por la acumulación de pacientes que tenían, debido a esto la Odontóloga que tenían contratada, perdió el autobús que la llevaba hasta Madrid, ya que el ultimo autobús salía a las 21:00 y serian en torno a las 22:00 cuando terminaron ese día su jornada laboral. Por este motivo Gregorio decidió llevarla el mismo en su vehículo hasta su domicilio en Madrid.

 Indica el testigo que era una noche totalmente cerrada, se montaron en el vehículo y procedieron a salir del núcleo urbano con dirección a la carretera de Madrid (actual M-501 o de los Pantanos como la conoce la gente de Madrid), justo antes de llegar al cruce con esta carretera había un parking de un supermercado que hoy todavía se conserva. Al llegar a la proximidad del cruce a su izquierda divisaron una luz blanca intensa bastante lejos de su posición.

  Venía en dirección de Robledo de Chavela, esta luz se desplazaba de manera muy lenta y de forma muy suave (Comentar que Gregorio tiene conocimientos de Aeronáutica de hecho es instructor de Ultraligeros, entiende de aerodinámica y aerostática), le llamó mucho la atención por que observó que la luz era muy fija, estática y que la intensidad de la luz a medida que se acercaba a su posición se hacía más intensa.

 Gregorio al observar estos detalles decidió echarse al lado derecho y proceder a dejar el vehículo estacionado en el Parking del Supermercado anteriormente descrito, Gregorio y la Odontóloga se bajaron del vehículo si apartar la vista de esa luz. Ya bajados del vehículo les pareció muy extraño que no pasase ningún vehículo ni ningún vecino andando, ya que es una zona de carretera muy transitada a cualquier hora.

Se quedaron de pie hipnotizados viendo como esa luz cada vez se aproximaba más a ellos , a la vez que se acercaba la luz se hacía más intensa. Gregorio recuerda que a medida que la luz se aproximaba a ellos empezaron a dejar de escuchar todos los ruidos habituales del campo y de la ciudad, dice que estaba en el más absoluto silencio que jamás ha presenciado.

 La luz se siguió aproximando al lugar donde ellos se encontraban en el más absoluto de los silencios, a una velocidad muy muy baja, ellos seguían hipnotizados por esta luz que llegó a ponerse justo en su vertical, estaba justo encima de sus cabezas. Gregorio calcula que estaría a unos 100 metros de

altitud o algo menos, al mirar hacia arriba ven cuatro luces muy intensas posicionadas en cuatro puntos y una luz redonda en el centro más grande de unos 10 metros de diámetro, esta luz reflejaba un objeto metálico en forma de circulo siempre visto por los testigos desde abajo. Gregorio me indica que la visión era como si estuviese viendo un plato desde abajo con cuatro luces en los bordes, y que la luz del centro era mucho más grande e intensa (añadimos dibujo hecho por el testigo). Gregorio recuerda que le llamó mucho la atención que la luz central fluctuaba como si estuviera emitiendo algún tipo de energía, indica que la visión de esta luz era parecida a cuando miras la carretera en verano con el calor y ves esa especie de movimiento del aire caliente.

 El supuesto Ovni no emitió ningún tipo de ruido o sonido durante lo que duró el avistamiento, me indica que el silencio que se produjo durante la visión de este objeto era anómalo en la zona, me reitera que nunca ha sentido un silencio tan impresionante. Durante lo que duró el avistamiento no pasó ninguna persona, coche o animal, lo cual es bastante difícil en una zona como esta.

 Comenta el testigo, una vez que el objeto rebasó el pueblo fue como si se le absorbiera hacia el cielo a una velocidad que ni se podía imaginar, y sin emitir ruido alguno. Gregorio me comenta que durante el avistamiento tuvieron la sensación de miedo/respeto a eso que estaban observando.

 Me indica que debido a su condición de instructor de vuelo, entiende que no era ningún aparato mecánico que el conociese, dice; que ese aparato fuera lo que fuese no disponía de un motor, rotor o motor de propulsión… le dejó bastante sorprendido. No hacía ningún ruido y mientras nos sobrevolaba la velocidad era tan lenta, que cualquier aparto que volase que no fuera un helicóptero (que no lo era) hubiese entrado en perdida.

Josete Flores