EL HECHO Y EL RELATO
Publicado en EOC nº 89/90
El pasado septiembre diferentes medios de comunicación se hicieron eco de lo que calificaron como “lección de periodismo” a cargo del Papa Francisco. Un grupo de reporteros acompañaban al Pontífice en el avión papal durante el regreso de su gira africana, conversando sobre la esencia del periodismo, cuando el Papa insistió en la necesidad de diferenciar claramente el hecho del relato. Subrayando que lo que debe “permanecer como una cosa constante en la comunicación es la capacidad de transmitir un hecho y distinguirlo del relato. Una de las cosas que daña la comunicación del pasado, la del presente, y posiblemente será así en el futuro, es el relato”. Para el papa, la ascesis del comunicador tiene que ser “siempre volver al hecho, se puede interpretar el hecho pero hay que distinguirlo del relato… Se puede hacer la comunicación con el ‘se dice que’, pero hay que estar siempre con la metralleta crítica de constatar la objetividad del ‘se dice que’. La objetividad tiene que prevalecer en la comunicación…”*. En esencia, este es el mayor problema del mundo de las anomalías. Los hechos han perecido sepultados por el tsunami de relatos más atractivos y seductores. Y mucho más rentables.
Cuando un testigo de un supuesto fenómeno paranormal nos confía el relato de su experiencia, es eso: un relato. Es una investigación la que debería dilucidad cuales son los hechos tras ese relato. Pero eso, en el mundo de las anomalías, casi nunca ocurre. El relato es trasmitido, y con frecuencia magnificado, en libros, publicaciones y programas especializados. El misterio genera constantemente “buenas historias” pero ¿realmente queremos saber si son verdad?
Si el relato es lo suficientemente atractivo, inevitablemente es replicado, ampliado y reelaborado una y otra vez, en otras publicaciones, libros y programas especializados. Incluso en otros idiomas y países. Aunque nadie se haya molestado nunca en contrastar los hechos. Nuestra historia está repleta de ejemplos: UMMO, Vallecas, Castaneda… Estos relatos han generado cientos de libros, artículos y programas en diferentes idiomas. Han supuesto la base para elaboradas teorías, hipótesis y conjeturas. En algunos casos, como el de Carlos Castaneda, ¡llegando incluso a plasmarse en tesis universitarias! Sin embargo, cuando dedicamos tiempo, dinero y esfuerzo a investigar que hechos concretos existían tras esos maravillosos relatos descubrimos, con horror… la nada. Cero. El vacío. Un inmenso engaño, perpetuado, mantenido y amortizado, generación tras generación.
En diciembre de 2019 El Ojo Crítico cumplió 27 años de vida. En estas casi tres décadas los lectores de EOC se han convertido en testigos privilegiados del permanente esperpento de la divulgación del misterio. Un esperpento inmensamente acrecentado con la llegada de las redes sociales y Youtube. Observando, entre risueños y apesadumbrados, como millones de televidentes, internautas y lectores desperdiciaban tu tiempo conjeturando, especulando y elaborando conspiranóicas teorías amparadas por casos que los lectores de EOC ya sabían que eran falsos. Por eso los lectores de EOC van un paso por delante del resto de los aficionados a las anomalías, y no por otra razón.
Sucedió con “el OVNI gallego”, UMMO, Anne Germain, el Yeti de Formigal, Ricardo Schiareti, Carlos Castaneda, Andrés Ballesteros, el Astronauta de Fergana, los discos Dropa, Sai Baba, los crop circles, las piedras de Ica, los “aviones” de Dendera y Bogotá, Julio F., los Dragonfly, el astronauta de Palenque, los diablos de Haiti, los OVNIs nazis, las hadas de Cottingley, Robert van der Broeke, y cientos y cientos de casos que EOC ha investigado, clarificado y que, pese a conocer la realidad, esta perece ante “una buena historia”. Que continúa siendo rentabilizada una y otra vez, en libros, artículos y programas. Por eso los lectores de EOC son unos privilegiados, ya que son los únicos que pueden escoger entre el hecho y el relato. El resto, solo tienen el relato.
Hoy vuelve a ocurrir. Ya conoces el relato de J.J. Benítez sobre su “Caballo de Troya”. O el de Antonio Ribera sobre Xavier C. y su espectacular abducción en Vallgorguina. O el de miles de youtubers, periodistas y divulgadores sobre el “poltergeist” de Vallecas… Hoy conocerás los hechos.
EOC no puede competir en difusión con canales de TV, influencers de Youtube o revistas de gran tirada. Solo podemos competir en la calidad de nuestros colaboradores. Que ya nadie duda que son, con mucha diferencia, los más rigurosos. Por eso, porque no existen mejores investigadores, es lógico que todos los medios comerciales vampiricen EOC para obtener una mayor rentabilidad económica de la que nosotros jamás podríamos o querríamos conseguir.
El último ejemplo es el programa de Cuarto Milenio emitido el pasado 29 de septiembre. Toda la prensa nacional se hacía eco de su última gran “exclusiva”. “Por primera vez Mikel Lejarza, el Lobo, cuenta sus experiencias paranormales”… En realidad un mes y medio antes esa historia, un adelanto del reportaje de portada de EOC nº 89/90, en realidad tres meses antes ya se había publicado en Dimensión Límite** y Año Cero/Enigmas nº 349/285 (pág. 10 a 15), y la portada de este número ya aparecía en las RRSS… No tiene nada de malo que otros medios plagien contenidos de EOC, es algo muy habitual, pero venderlos como “primicias” o “exclusivas” propias es volver a faltar a la verdad. Y pronto volverá a ocurrir…
Manuel Carballal
** https://www.ivoox.com/dl-files-37-mikel-lejarza-el-lobo-revela-audios-mp3_rf_37723335_1.html