Published On: Dom, nov 10th, 2013

TRÍO DE OAWOOLEAS (1ª Parte): LAS NAVES QUE LLEGARON DE UMMO

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Publicado en EOC nº 74

In Memoriam Joaquín Martínez Andrés (1926-2010)
Cofundador de la Sociedad de Amigos de Visitantes del
Espacio- BURU. Tesorero del BURU y de Erídani A.E.C.

EOC 74 PORTADAI.- La noche del 30 de mayo de 1967

Martes, 30 de mayo, a las 22h00: hace poco tiempo que la noche ha cerrado su negro manto sobre Madrid. Y la rutina de los bares y cafetines es siempre la misma, como el Café Lion, en el nº 57-59 de la calle Alcalá, con su nombre doblemente orlado en letras doradas sobre las macizas puertas de madera y cristal. En el interior había sólo uno o dos parroquianos (no se reactivará hasta la medianoche, hora de trasgos y brujas), media luz, calma, botones barriendo, barman y camareros que terminaban su servicio. Por este motivo, el profesor Fernando Sesma Manzano, con su canosa cabellera ondulada, de expresión infantil, casi inocente, había escogido esta hora para celebrar asamblea. Se hallaban presentes unas cuarenta personas: varios matrimonios, ellos con cabello engominado y bigote que les daba un aire militar, más algunos estudiantes con pinta intelectual y estilo más informal.

El humo de Camel y Bisonte se entremezclaba, llenando la atmósfera del cuarto y oscureciendo año tras año el mural de la Ballena Alegre, la cual echaba un “alegre” surtidor de agua por sus espiráculos. Cuando el comisario de Policía Dionisio Garrido, cuyas gafas negras le daban un parecido con Matías Prats, empezó la lectura de la última carta, recibida esa misma mañana, los oyentes, el propio Sesma, el ingeniero Enrique Villagrasa y su esposa Elena; Joaquín Martínez, el de la editorial Plaza; Alicia Araujo, funcionaria de la embajada norteamericana; José Fernández, conocido como Pepe el cámara, y su mujer Pilar; José Luis Peña; Teresa Lepine de Aymerich y su marido el farmacéutico Tapia Ruano; el portugués Jaime Quintana y su mujer Matilde1… y tantos otros, se sintieron conmovidos. Porque los ummitas anunciaban su marcha de la Tierra.

Sesam en las tertulias de "La Ballena Alegre", celebradas en el Café Lyon

Sesma en las tertulias de “La Ballena Alegre”, celebradas en el Café Lyon

Como el carro de fuego de Elías, tres naves vendrían a la Tierra, para “replanetizar” a los grupos de ummitas que habían permanecido aquí hasta entonces. Desde hacía días los rumores de conflicto en Oriente Próximo cada vez eran más insistentes, y quizás “ellos” tenían información privilegiada sobre la gravedad de la situación y por eso regresaban a Ummo. A cada astronave, u oawoolea-uewa-oemm en su idioma, le correspondería uno de los puntos de aterrizaje relacionados en la misiva: “España. Zona de Madrid.- El descenso está previsto en el seno de un área circular que tiene por centro las siguientes coordenadas: 3º 45’ 20,6’’ O2, 40º 28’ 2,2’’ N, y un radio de 46 km. con margen de error de 1,6 km.
“Bolivia. Zona de Oruro.- El descenso se verificará en un punto ubicado dentro del área circular que, teniendo como centro la ciudad de Oruro, su radio sea de unos 208 km., con un margen de error en esta última medida de + – 4 km.
“Brasil. Zona de Río Grande do Sul.- Cercanías de Santo Angelo. El elevado margen de error nos impide mayor especificación3.
“Estas previsiones se realizaron con fecha 27 de mayo…”4

Diversos contertulios, sin demasiada coordinación entre sí, se dedicaron a recorrer los alrededores de Madrid los días 31 de mayo y 1 de junio, desistiendo de la excursión prevista para el día 2 cuando uno de ellos compró el diario Informaciones y se quedó estupefacto tras ver en portada dos fotos de un platillo volante que alguien había sacado cerca de Madrid el día anterior, y en una de ellas un signo muy parecido al que venía en las cartas ummitas. Cuando la noticia llegó a la Ballena, más de uno pensó, con emoción contenida, que el vaticinio se había cumplido. O al menos uno de los anunciados.

II.- La Guardia Civil investiga

¿Qué había sucedido? Pues que un ovni no sólo se había visto, sino fotografiado, por la tarde del 1 de junio sobre San José de Valderas (Alcorcón), una de tantas colonias que por aquellos años crecían como setas por el extrarradio de Madrid. La literatura sobre el caso es abundantísima, y no vamos a insistir en ella, sino en lo que hizo el escritor e investigador Juan José Benítez, al parecer fastidiado por las contradicciones de José Luis Jordán Peña cuando le preguntaba sobre la forma de hacer las fotos con una maqueta.

positivo UMMO

Ante todo, Benítez consiguió que Rafael Farriols le prestase los negativos originales de las fotos del ovni de Valderas y “… llevé personalmente los cinco valiosos negativos5 a la Jefatura de Investigación y Criminalística de la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid. Las imágenes del supuesto OVNI Valderas permanecieron varios meses bajo control de expertos del Departamento de Acústica e Imagen. El informe, con un total de 6 páginas, fue terminado el 30 de diciembre de 1996. El 18 de enero de 1997 lo recogía de manos del teniente coronel Francisco Álvarez Sánchez, responsable de los análisis. Las conclusiones de los especialistas de la Guardia Civil fueron las siguientes:
“1.- Los negativos remitidos y examinados no tienen indicio de haber sido manipulados.
“2.- Son originales en cuanto a que han sido obtenidos de una misma máquina fotográfica, la cual no es de buena calidad ni estaba en buen estado de uso. Es posible que, con el carrete impresionado y sin rebobinar, se abriera la máquina, lo cual originó veladuras, visibles en los negativos.
“3.- No aparecen señales inequívocas de que los negativos sean producto de montaje o cualquier manipulación fraudulenta. No obstante, en razón a la no concordancia en la luminosidad entre los negativos y entre los objetos fotografiados, así como la aparente iluminación artificial en el negativo 19 y varias imágenes anómalas (brillos y sombras) en el negativo 12, no se descarta la duda de que su elaboración haya sido fraudulenta (…)”.

Estos detalles proceden de la única versión disponible de dicho informe, divulgada inicialmente en el año 20006, y que desde entonces circula por la red incluso traducida a otros idiomas. Pero siempre en esa misma versión publicada aquel mismo año por Benítez en su página web, y no del informe original que hasta el día de hoy permanece inédito salvo sus portadas. Sigamos copiando del informe algunos datos interesantes sobre la opinión de la Guardia Civil:

“5.1.- (…) Resumen: en el caso que nos ocupa, se nos ofrecen unos negativos que en sí mismos (soporte) no presentan signos de manipulación frau-
dulenta, pero no puede descartarse ni dejar de sospechar la posibilidad de que se hayan obtenido por medio de una manipulación técnica o montaje.
“5.2.- (…) en la zona marginal de los negativos, o sea, en los bordes superior e inferior en que se en-
cuentran practicadas las perforaciones o ventanas que facilitan el arrastre y dirección de la película, aparecen reproducciones parciales de otras ventanas (V) y, sobre todo, fracciones del paisaje (P) que nunca debían haber llegado a formarse (…). Esto hizo sospechar que los negativos facilitados podían ser copias ‘por contacto’ de otros.
“… (Cabe) la hipótesis de que la máquina se abre de forma imprevista (y) que la luz impresiona el negativo, dejando veladas las zonas desprotegidas (…).
“(…) Sospecha de posibles manipulaciones fraudulentas:
“ Negativo 19: presenta signos de haberse obtenido a través de una serie de operaciones en las que en algún momento se utilizó luz artificial. En dicho negativo no existe coherencia entre la luz que refleja el OVNI y la que reflejan los postes.

“Negativo 12: hay un conjunto de brillos y sombras ajenos al tema fotografiado. Es muy probable que este negativo se haya obtenido de una fotografía, sobre la que (colocaron) un cristal, para mantenerla en razón del peso
perfectamente aplanada. Este es, quizá, el indicio que más fuerza aporta para admitir que los negativos estudiados no ofrecen imágenes reales, sino las conseguidas a través de un proceso de laboratorio.”7

Y puntualizan los técnicos de la Guardia Civil en el epígrafe 5.5: “… El único método útil para establecer dimensiones en cuerpos volumétricos, o en el espacio, solamente se puede conseguir por fotogrametría, técnica que… permite reconstruir volúmenes a partir de dos imágenes fotográficas obtenidas con técnicas estereoscópicas, nunca con una sola fotografía”.

Positivo estereoscópico (J. Domínguez)

Sorprende un poco que dicha reflexión se quedara en simple sugerencia, y que no se llevara a la práctica para incluir los resultados en el informe. Como veremos a continuación, hubo otras sugerencias que tampoco se realizaron, quizás porque sobrepasaban los límites del encargo efectuado por Benítez. En este caso, fue gracias a la iniciativa de un antiguo integrante del grupo de Madrid, el ingeniero Juan Domínguez, que se pudo hacer una verificación similar en 2005: fue aplicando filtros de color de los utilizados en sus experimentos para obtener imágenes con sensación tridimensional, a dos de las fotos de Valderas (diapositivas primeras copias de los negativos originales núms. 21 y 23), para sacar un positivo estereoscópico por superposición de ambas tomas. Sus deducciones: las fotografías se habían tomado con trípode y el supuesto ovni se hallaba cerca de la cámara y prácticamente carecía de volumen, mientras que la hierba, postes y arbustos se situaban a diferentes profundidades de campo en función de las distancias y con el relieve correspondiente.

Bloque H 12 en San José de Valderas, antigua sede del Cuartel de la G.Civil

Volvamos al informe:

“5.6. Otras observaciones:
“(…) Podrían llevarse a cabo cálculos métricos sobre los objetos reproducidos, pero para ello se necesitarían datos muy exactos obtenidos del propio terreno8 así como las características del objetivo de la cámara.
“Estas comprobaciones matemáticas tendrían como fin verificar si el objeto desconocido (OVNI) ofrece dimensiones constantes, pues en caso contrario determinaría que sería el producto de una manipulación en la que no se habría cuidado tal extremo9. En caso de que el tamaño resultara aceptablemente constante, tampoco resolvería la duda sobre la veracidad o autenticidad de los hechos…”

Y concluye:

“Testigos oculares:
“Por otra parte, si el avistamiento del objeto fotografiado no fue sólo del fotógrafo, sino de otras personas o si existe algún registro en entidad pública o privada de la presencia del objeto10, a las muestras fotográficas habría que concederles un margen superior de credibilidad respecto al que de por sí mismas ofrecen”.

Bien, pues si algún lector esperaba saber a continuación lo obtenido tras consultar “de oficio” la Guardia Civil su archivo histórico por si hubo o no hubo registro del avistamiento o lo que fuere (al fin y al cabo el informe se emitió por un organismo público como es la Benemérita), se llevará un chasco porque no hay nada de eso. Al menos, en la versión conocida del informe.

De nuevo la iniciativa privada se encargó de subsanar la omisión, antes siquiera de que los negativos se hubiesen entregado a la Guardia Civil. Fue en Junio de 1995 cuando uno de nosotros (Montejo) averiguó que San José de Valderas tenía en 1967 su propio cuartel de la Guardia Civil, ubicado en los bajos del bloque conocido como H-12 en la C/. Puentedeume: uno de los agentes de servicio aquel año, Blas Bragado, que seguía residiendo en Valderas, declaró no haber visto nada extraño pero sí recordar las noticias que circularon en la barriada sobre la aparición de un OVNI; es más, apuntó la posibilidad de que su superior, el sargento-comandante del puesto Mariano Rueda, hubiera elaborado un parte o informe dando cuenta de lo ocurrido a la superioridad (parece que dicho cuartel dependía de la línea de Leganés).

Supimos que un hijo del sargento, Jesús Rueda, trabajaba en el Ayuntamiento de Alcorcón, el cual preguntó a su padre y le respondió que no hizo parte alguno. Tras insistir por fin pudimos hablar directamente con el ex sargento Rueda en Diciembre de 1996, quien confirmó sólo parte de lo dicho por su antiguo subordinado: que desde el cuartel (a unos 200 metros en línea recta de los castillos, pero sin visual directa de los mismos) no vieron nada, y los rumores más que noticias que llegaron a sus oídos a los 3 ó 4 días acerca de terceros que decían haber observado un platillo, pero sin que nadie asegurase directamente haberlo visto ni por tanto formulase una denuncia o similar; y negando en redondo haber redactado algún parte o informe sobre aquellos hechos, ante la falta de denuncia y ausencia de testigos directos que hubiesen acudido a declarar.

Como toda investigación es mejorable, años después conseguimos un ejemplar del libro Alcorcón: Historia, Literatura, Leyenda escrito por Faustino Moreno Villalba (Ed. Foresa, Madrid, 1977, 2ª edición). En uno de los capítulos se cuenta la inauguración en 1963 del cuartel de la Guardia Civil en San José de Valderas, con los nombres de los agentes que componían la dotación al mando del entonces cabo Mariano Rueda. Tales números eran: el mencionado Blas Bragado, y además Victoriano Herrero, Pedro Martín, José Díaz y Julio Torollo. En Septiembre de 2013 sólo hemos podido localizar a este último, que nada sabía del supuesto ovni visto en 1967 porque dos años antes había solicitado otro destino. En cuanto a Mariano Rueda, su hijo nos ha confirmado que aún vive (con 89 años) pero que no era posible preguntarle nada porque padecía demencia senil y había perdido bastante memoria; desconocía si durante la elaboración del informe publicado por Benítez su padre recibió alguna llamada, comunicación, etc. de la Guardia Civil o de su Centro de Investigación y Criminalística, pero que de haberse producido su familia se habría enterado11.Y el resto de agentes, según la misma fuente, habrían fallecido.

III.- La conexión sudamericana

El ingeniero de construcciones civiles (el equivalente actual sería de obras públicas) Enrique Villagrasa Novoa, uno de los asistentes en la memorable noche del 30 de mayo, decidió enviar los días 9 y 12 de junio de 1967 una batería de cartas a periódicos de Bolivia y Brasil, respectivamente, con el propósito de verificar si los anunciados aterrizajes tuvieron o no lugar. Uno de nosotros (Montejo) empezó a visitar a Enrique Villagrasa en 1989, en demanda de información y para examinar su archivo; en una de las primeras visitas le enseñó parte de este epistolario, y permitió fotocopiar el mismo.

Del país carioca de momento no recibió respuesta alguna, así que el 13 de octubre siguiente decidió escribir al prof. Hulvio Brant Aleixo, director de uno de los más importantes grupos ufológicos brasileños, el CICOANI de Belo Horizonte (Minas Gerais). Unos días después recibió una sorprendente respuesta, firmada por un tal Marcus José B. Rabello residente en la misma ciudad, quien le proponía un intercambio de matrículas de coche, asunto que nada tenía que ver con los temas abordados por Villagrasa. Uno de los firmantes (Montejo) supuso que esto sería una especie de “clave” puesta por el brasileño para sondear si su corresponsal conocería determinado asunto. Villagrasa no le contestó y no hubo, pues, confirmación12.

De Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, le escribió en Febrero de 1969 (¡más de un año y medio después!) Fernando G. Sampaio, colaborador del diario Correio do Povo de dicha ciudad y notable ufólogo, presidente a la sazón del grupo Organizaçao do Estudios Científicos (OEC): decía que el retraso se debía a que en el periódico le entregaron la carta para responder, pero que antes “mandó verificar la observación de un OVNI en la fecha referida en la zona de Santo Angelo”, y que en cuanto tuviera respuesta del departamento ufológico de su grupo le informaría.

Cartas de Enrique Villagrasa y de Sampaio

Cartas de Enrique Villagrasa y de Sampaio

Pero los años pasaron sin noticias, hasta que en Marzo de 1971, otro conocido ufólogo brasileño, José Victor Soares, de Gravataí (Rio Grande do Sul), se puso en contacto con Villagrasa tras una visita a Sampaio donde éste le mostró la carta enviada al Correio do Povo en 1967 y, tras felicitarle por su buen portugués, le ofrecía su colaboración pero sin aportar dato alguno sobre si hubo o no hubo aterrizaje en Santo Angelo. Al ingeniero madrileño le parecieron poco serias aquellas demoras, y optó por no contestar. Mientras tanto, otras investigaciones de Soares se divulgaron en España a través de las páginas de la revista especializada Stendek, publicada por el CEI de Barcelona13.

OVNI en Sto.Angelo...de 1997, no 1967

Así quedaron las cosas durante un cuarto de siglo, hasta que uno de los autores (Montejo) retomó esta pista y escribió tanto a Sampaio como a Soares en 1996, con el mismo resultado inicial que Villagrasa (silencio epistolar). Gracias a los buenos oficios de Pablo Villarrubia y tras insistir de nuevo por carta al primero, en Agosto de 1997 respondió con una disculpa por el retraso, se presentó como un escéptico que apenas creía ya en la realidad del fenómeno OVNI, criticando a sus antiguos colegas y manifestando otros intereses sobre conspiraciones, centros rectores del planeta y cosas por el estilo; recordaba la carta enviada por Enrique Villagrasa al diario de Porto Alegre y también que se la había mostrado a José V. Soares, pero ni aclaró si llegó a hacer o no la investigación que le dijo, y ni tan siquiera si le escribió o no. Aportó, no obstante, un dato curioso, y era que el asunto Ummo tuvo ramificaciones en Brasil bajo el nombre de “Hemus”.

En aquel momento sólo conocíamos la carta de José Victor Soares en 1971 y no la de Sampaio de 1969, con lo cual no fue posible preguntarle a éste por su contenido en las primeras cartas de Montejo, quien averiguó su existencia durante una visita posterior al domicilio de Villagrasa. Tras enviar amablemente una copia, en Julio de 1998, Montejo escribió a continuación al escurridizo Fernando G. Sampaio con la remota esperanza de que aclarase el tipo de verificación que encargó del supuesto avistamiento de Santo Angelo y a quién puesto que hablaba de un departamento ufológico en su grupo (OEC), que aparentemente seguía funcionando en los ’90… Vano intento, habían pasado 29 años, y esta vez el silencio fue definitivo. Hace unos años, al regreso de uno de los viajes de P. Villarrubia al Brasil, nos comunicó que Sampaio había fallecido, con lo cual punto final, de momento.

Listado avistamientos de J.V.Soares (Cortesía P. Villarrubia)

Listado avistamientos de J.V.Soares (Cortesía P. Villarrubia)

En cuanto a José Victor Soares, aún se demoró más en la respuesta que su antiguo colega, puesto que contestó en Febrero de 2002… Tras justificarse debido a problemas familiares y personales que había tenido, se extendió con su biografía ufológica y contactista, ciertamente interesante pero que excede de este trabajo. Nada sabía de si hubo o no avistamiento en Santo Angelo en 1967, y en su lugar amablemente envió un recorte de la prensa brasileña sobre una observación OVNI en dicha ciudad, pero de treinta años después. Eso sí, se trataba de un aterrizaje con huellas y diversos efectos físicos sobre el terreno.

Tampoco sabía nada de alguien llamado Marcus José Rabello, pero el contacto epistolar con Soares se prolongó un tiempo, y de ahí obtuvimos otros datos interesantes, como que el ufólogo de Gravatay había tenido amigos comunes del contactado español Alberto Sanmartín (el de la piedra del espacio), emigrado al Brasil en 1956, y que incluso conservaría un trocito del célebre pedazo. En Julio de 2004 recibió la visita en su domicilio de Pablo Villarrubia, quien pudo consultar sus archivos ufológicos, descubriendo unos listados de observaciones brasileñas entre las cuales había varias de 1967 en Rio Grande do Sul, pero ninguna en la zona ni en la fecha “anunciadas” en el mensaje ummita14.

Concluimos la exposición de estas pistas brasileñas, esperando que las nuevas generaciones de investigadores se den cuenta de lo difícil que resultaba investigar “a distancia” no hace tantos años, ahora con internet, el correo electrónico, las redes sociales, etc. todo resulta más sencillo en apariencia… pero también menos romántico. Y con una pregunta que queda en el aire: si J. J. Benítez tenía libre acceso al archivo de Enrique Villagrasa, lo mismo que conoció su correspondencia boliviana, pudo conocer la brasileña, pero en su libro no hace mención alguna de los dos ufólogos brasileños que escribieron al ingeniero madrileño, con la duda razonable de que uno de ellos (Fernando G. Sampaio) hubiera hecho alguna gestión de resultado incierto para comprobar si hubo o no hubo ovni en Santo Angelo en 196715. De hecho, el escritor navarro sólo cita, para estas pesquisas, a uno llamado Juárez Jorge Duarte, y eso que viajó varias veces al Brasil en el margen temporal de las cartas de Montejo a Sampaio y Soares, pero a la vista de lo publicado parece que estaba más interesado en seguir la pista de un OVNI con el signo ummita observado en Curitiba en 1954.

J. J. Montejo y V. Orozco
Madrid-Benidorm, Septiembre de 2013

NOTAS:

1 Son los nombres de algunos de quienes firmaron al dorso de la carta leída aquella noche como prueba de haber asistido a la reunión y escuchado los avisos que en ella se contenían. Hace años, Joaquín Martínez, uno de los firmantes, nos proporcionó una copia íntegra de las firmas; aunque imaginamos que Juan José Benítez en su libro El hombre que susurraba a los ummitas (ed. Planeta, Barcelona, 2007, pág. 21) no pretendió publicar el documento completo, hemos de aclarar que no constaba de una página sino de dos, y que en la segunda estaban las firmas de dos relevantes contertulias: Isabel Nido (contactada de la “fuente Saliano”) y la escritora Josefina de la Cuétara.
2 ¿Del meridiano de Greenwich o de París? Aunque los días y horas probables de los “aterrizajes” se daban en T.M.G., los ummitas no especificaron ese detalle. El meridiano de París se encuentra a más de dos grados (o sea, casi 225 km.) al Este del meridiano de Greenwich. Como llegaron por primera vez a la Tierra en 1950, en Francia, es posible que hubieran calculado las coordenadas según el meridiano de París, y que Sesma y compañía los interpretasen según el de Greenwich puesto que la carta citaba una “zona de Madrid” (quizás otro “error deliberado” típico de la literatura ummita), lo cual produciría un error de orientación bastante considerable.
3 Tanto aquí como en Bolivia ya no se especifican coordenadas.
4 Esta predicción, en cuanto a la fecha aproximada y sin concretar lugares, ya la daba Fernando Sesma en Diez Minutos, nº 811, 11-III-1967; y en un artículo del diario alicantino Información, de 20 de mayo del mismo año.
5 Como si fueran casi imágenes sagradas: Benítez, op. cit., págs. 239 y ss.
6 El propio Benítez publicó por primera vez un extracto en la revista Más Allá, Monográfico nº 35- OVNIs: Alto secreto, Diciembre de 2000.
7 El subrayado es de ambos autores (Montejo y Orozco).
8 Ídem que la nota anterior.
9 Parece que, aunque Benítez (op. cit.) desprecia olímpicamente los estudios de Óscar Rey Brea, Claude Poher, del Ground Saucer Watch y de Carles Berché, todos los cuales concluyeron que el “ovni” de San José de Valderas era una maqueta suspendida de uno o varios hilos, la Guardia Civil considera muy en serio esta posibilidad, incluso que fuese una maqueta lanzada al aire sin hilo sustentador.
10 Ídem que las notas 6 y 7.
11 Se da la casualidad (o sincronicidad, si lo prefiere el lector) de que la llamada telefónica de Montejo al sr. Rueda se produjo el mismo día que la Guardia Civil terminó su informe; es lógico pensar que de haber existido algún tipo de contacto o petición informativa al sargento jubilado, éste habría hablado de ello.
12 La clave en cuestión no tendría por qué estar relacionada con Ummo y ni tan siquiera con la ufología: alguien que buscase placas o matrículas de vehículos extranjeros para fines poco claros o incluso ilícitos podría presentarse como un inofensivo coleccionista. O a lo mejor eso es lo que era, simplemente, el sr. Rabello. Recordemos también que éste en ningún momento se refirió a la misiva de Villagrasa al CICOANI ni que perteneciera a este grupo.
13 “Brasil: caso do terneiro arrebatado”, firmado por José Mª Casas Huguet con la información facilitada por José Víctor Soares del GIPOVNI de Gravataí, Stendek nº 9, Agosto de 1972. En este mismo número se publicó el famoso y polémico estudio de Óscar Rey Brea sobre las fotos de San José de Valderas (simple casualidad), aunque la portada fue para el caso brasileño
14 La primera de ellas ocurrida en Alegrete el 24 de junio de 1967, uno de los casos citados por Benítez (op. cit., pág. 46).
15 Aplicando la lógica, y por mucho que en 30 años hubieran cambiado la actitud y creencias de Sampaio sobre los ovnis, si su anunciada encuesta de 1969 se realizó y logró algún resultado, creemos en primer lugar que se lo habría comunicado a Villagrasa en su momento, y luego que también algo le habría contado a Montejo en su carta. Al no ser así, suponemos que la encuesta nunca se hizo, y que si se intentó sus conclusiones fueron negativas.

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