Published On: Vie, oct 5th, 2018

SOCIEDADES SECRETAS, MÍSTICOS Y OCULTISTAS EN LA CORTE DE ALEKSANDRA FIÓDOROVNA

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Publicado en EOC nº 87

EOC 87 PortadaVictoria Alicia Elena Luisa Beatriz de Hesse-Darmstadt (1872-1918), conocida por su nombre en ruso de Aleksandra Fiódorovna Románova, Zarina o Emperatriz de Todas las Rusias, no puede considerarse una mujer corriente. Independientemente de su estatus imperial, su carácter estaba fuertemente inclinado al misticismo y las ciencias ocultas. Al parecer, acostumbraba a no tomar una decisión de importancia sin haber consultado previamente a los “espíritus”. El Zar Nicolás II Románov asistía, en ocasiones, a esas sesiones. En la supuesta actividad ocultista de la Zarina no hay seguridades absolutas, sino indicios que llevan a suposiciones, a veces con cierto fundamento, pero otras no. Las pistas se entrelazan y se pierden incluso al encontrarse, en medio de la gran maraña mística de la Santa Rusia que nada tiene que envidiar, en este sentido, al París de esa misma época.

De entre la pléyade de magos, milagreros y charlatanes que poblaban la Corte Imperial rusa de aquella época, hemos seleccionado algunos místicos y ocultistas muy conocidos que incluimos aquí:

DR. GERARD ENCAUSSE, PAPÚS
Es necesario referirnos a Gérard Anaclet Vincent Encausse (1865-1916), conocido con el pseudónimo de Papús, médico y ocultista francés de origen español por parte de madre. En 1891, fundó una Orden Masónica de Martinistas denominada la Orden de los Superiores Desconocidos. Esta Orden Martinista es, probablemente, su mayor logro en el contexto de las sociedades secretas de la época. La creó junto con Pierre-Augustin Chaboseau, entre otros esoteristas, para transmitir la iniciación y doctrina de Martínez de Pasqually (1727-1779) y de Louis-Claude de Saint-Martin (1743-1803), de quien la Orden tomó el nombre.

Siguiendo a Martínez de Pasqually, la Orden busca la Reintegración del hombre a sus condiciones anteriores a la caída del Adán Celeste y, por lo tanto, su finalidad es la regeneración de la Humanidad. En cuanto a Louis-Claude de Saint-Martín, conocido como “El Filósofo Desconocido”, afirmó: La única Iniciación que ansío, y busco con todas las fuerzas de mi alma, es aquella que nos permita entrar en el corazón de Dios y a Dios penetrar en el nuestro. Así seremos perfeccionados en el matrimonio indisoluble que nos hará un amigo, un hermano y un esposo de nuestro Salvador Divino.Aleksandra Fiódorovna, Emperatriz de Todas las Rusias

En el Martinismo se admiten aspirantes de todas las religiones e ideologías. Es un misticismo que busca en el ser humano la conciencia crística. Está basado en un concepto tradicional del origen del hombre, su lugar en la creación y la relación entre el hombre, Dios y el Universo. Defiende la amistad con Dios y la búsqueda de la Sabiduría. En este movimiento espiritual se documentan dos linajes iniciáticos, ambos reconocidos por sus seguidores: el francés y el ruso. Al parecer, también el martinismo tenía su faceta pública y se argumentaba su participación en ciertos aspectos de la vida política de determinados países europeos.

Papús fue miembro, además de la Orden Martinista, de varias sociedades secretas, entre ellas de la Orden Hermética del Alba Dorada de París, es decir, de la Golden Dawn de París, de 1895 a 1898 y formó parte del rito masónico de inspiración Rosacruz: Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Mizraim.

En cuanto a la actividad de Papús en el contexto de la Corte de los Zares, son conocidas sus tres visitas a Rusia, en 1901, 1905 y 1906, para servir al Zar Nicolás II y a la Zarina Aleksandra en su calidad de médico, pero también de consejero ocultista. Sin embargo, constató la dependencia excesiva que la pareja imperial tenía del ocultismo aplicado a finalidades políticas.

Portada novela LucietoLas memorias diplomáticas del embajador francés en San Petersburgo, Maurice Paléologue, publicadas por la Revue des deux Mondes, son significativas a este respecto. El embajador narra una invocación a los espíritus efectuada por Papús, por deseo de los Zares, presentes en el acto, junto al capitán ayudante Mandryka. Había que atajar la rebelión revolucionaria de 1905 con un gran exorcismo. El Dr. Encausse invocó la presencia del Zar Alejandro III, a quien preguntó su hijo, el Zar Nicolás II “si debía reaccionar o no contra la corriente liberal que amenazaba con barrer a Rusia”. Al parecer, la aparición respondió: “Debes extirpar, cueste lo que cueste, la incipiente revolución. Más un día volverá a brotar de nuevo y será más violenta cuanto más dura sea la actual represión. ¡No importa! ¡Ánimo, hijo mío! ¡No ceses de luchar!”.

GERARD ENCAUSSE Y LOS PROCOLOS DE LOS SABIOS DE SIÓN: LA RELACION IMPOSIBLEGérard Encausse, Papús
En el mes de octubre de 1901 Papús y Jean Carrère escribieron unos artículos publicados en el Echo de París, con el seudónimo de Niet, “no” en ruso. En ellos atacaban al ministro ruso Serguéi Yúlievich Witte, el conde Witte, defensor de los préstamos extranjeros para lograr la industrialización de Rusia, y Pyotr Ivánovich Rachkovsky, jefe del servicio secreto imperial, la Ojrana, y afirmaban la existencia de una conspiración siniestra de una agrupación financiera judía cuya finalidad era deshacer la alianza entre Rusia y Francia.

Como Encausse mantenía relación con el propio Zar Nicolás II, empezó a correr el absurdo rumor de que el ocultista era autor del escrito antisemita, publicado en 1905, conocido como Los Protocolos de los Sabios de Sión. En él, se acusa a los judíos de querer, ejerciendo el control sobre la masonería y el comunismo, acabar con el cristianismo y llevar al éxito una conspiración a nivel mundial para dirigir de forma total las finanzas internacionales y dominar el mundo. Constituye, pues, uno de los hitos de la propaganda antisemita internacional.

Su aparición en Rusia parte de diciembre de 1901, cuando Serguéi Aleksándrovich Nilus (1862-1930), escritor, abogado, políglota, desde 1900 monje y confesor del Zar, aunque también, al parecer, agente de la Ojrana, afirmó haber traducido al ruso unos textos a los que tituló: Los protocolos de los sabios de Sion. Estos eran el apéndice de la segunda edición, publicada en 1905, del libro titulado Lo grande en lo pequeño: la venida del anticristo y el dominio de Satanás en la Tierra. Aunque tuvo escasa difusión al principio, sería desde 1917, en plena Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando se vendieron millones de ejemplares en más de veinte idiomas.

Sergei NilusSe desconoce la autoría de este libelo, en todo caso no parece que procediese del Dr. Encausse. Incluso el nuevo Presidente del Consejo de Ministros ruso Pyotr Stolypin aseguró, después de una investigación, que su autoría procedía de los miembros de la Ojrana en París. Por otra parte, mucho tiempo después, ya en 1921, se descubrió el enorme parecido entre el texto de Los Protocolos de los Sabios de Sión y un libro del abogado francés Maurice Joly, titulado Dialogue aux enfers entre Machiavel et Montesquieu ou la politique de Machiavel au XIXe siècle par un contemporain, publicado en Bruselas, en 1864, y dirigido contra Napoleón III, causa que determinó el encarcelamiento de su autor.

En la actualidad, es opinión generalizada que Los Protocolos de los Sabios de Sión constituye un verdadero fraude y que su intención era desacreditar la figura del conde Witte, en su faceta política y económica.

MAÎTRE PHILIPPE DE LYON Nizier Anthelme Philippe, Maître Philippe de Lyon
Otro ocultista francés con acceso a la Corte de los Románov fue Anthelme Nizier Philippe-Vachod (1849-1905) conocido como “Maître Philippe” o “Maître Philippe de Lyon”, esoterista, místico francés, de grandes poderes y sanador. Fue introducido en la Corte Imperial de San Petersburgo por su discípulo espiritual Gerard Encausse, Papús, el cual hizo que la Gran Duquesa Militzia Nikolaevna, hija del rey de Montenegro, y esposa del Gran Duque Peter Nikolaevich, le presentase a la Emperatriz Aleksandra Fíodorovna.

Según unas versiones, Philippe de Lyon consiguió que la Emperatriz se quedase embarazada de un varón, el futuro Aleksei Románov, Zarévich de Todas las Rusias. Por esta razón y por otras relacionadas con el esoterismo, la Zarina tenía por el ocultista un extraordinaria veneración y un gran afecto. Pero otras opiniones, como la de Colin Wilson, difieren de ésta y mantienen que la actuación de Philippe de Lyon no fue determinante en el embarazo imperial y que lo que provocó en la Zarina fue un embarazo psicológico, por el estado de sugestión que la produjo bajo hipnosis. Esto constituiría un refuerzo para sus numerosos enemigos, competidores envidiosos, que consiguieron su expulsión de la Corte. Sin embargo, en esto no hay acuerdo, cosa lógica, puesto que es de suponer que habría versiones contradictorias de aquel episodio.

“Maître Philippe” fundó, además, una Logia Martinista secreta y ocultista en el Palacio Imperial, al parecer, con el propio Zar como presidente, suponemos que nominal. Los jefes de la Orden o Superiores Incógnitos se eligieron entre los grandes duques y los consejeros del Imperio ruso.

Philippe de Lyon ejerció una influencia de no muy larga duración en la Corte, pero muy intensa, porque consiguió que el Zar Nicolás II mantuviese la alianza con Francia y no se decidiese por el lado alemán, hasta que en 1903, acusado de charlatán por sus enemigos, fue expulsado de Rusia.

SAN JUAN DE KRONSTADTJuan de Kronstadt
No pertenecería, según nuestros datos, a ninguna sociedad secreta, pero sí tenía grandes poderes y fue muy influyente en el reinado del Emperador Alejandro III, padre de Nicolás II. Dejó también, una fuerte influencia y un imperecedero recuerdo.

San Juan de Kronstadt (1829-1908) fue un presbítero ortodoxo ruso y miembro del Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Llegó a ser considerado como un gran taumaturgo y uno de los líderes de la ortodoxia más venerados. Se distinguía por su búsqueda de la unión con Cristo, su profunda piedad religiosa y compasión por sus semejantes, sin consideración de su nacionalidad o religión. Aunque sus ojos emanaban amor y compasión por el prójimo, había gentes temerosas de su mirada, porque decían que podía leer los pecados que habían cometido.

Era sanador, logrando con sus oraciones sorprendentes curaciones de gentes de todas las clases sociales, presencialmente o a distancia. Sin embargo, en ocasiones se negaba a orar por ciertas personas. Por ejemplo, es conocido el asunto de la Princesa de Montenegro que estaba muy enferma. Se llamó a Juan de Kronstadt y cuando ya estaba muy cerca de la enfermería del Instituto Smolny, donde estaba la princesa, se dio la media vuelta y se marchó diciendo que no podía rezar por ella. Al poco tiempo la princesa murió. Se dijo que sabía que iba a dejar este mundo.

Sus confesiones, en ocasiones, eran públicas y daban lugar a actos de arrepentimiento generalizado entre gritos y llantos de los pecadores. En medio de una atmósfera indescriptiblemente cargada de arrepentimiento, procedía a dar la absolución de los pecados.

Portada LucietoSu presencia era solicitada en muchos lugares de Rusia, por eso sus viajes fueron muy abundantes. Sus sermones eran sencillos y entendibles. Se imprimieron y llegaron a muchos rincones lejanos del imperio. Muchas de sus ideas están expuestas en el tercer volumen de sus obras: “Mi vida en Cristo”. Era defensor de vivir según la verdadera y ardiente fe en Dios, y tener a la Iglesia Ortodoxa como el medio de salvación. También luchar denodadamente contra las pasiones y no dejarse llevar por los placeres.

Las donaciones económicas que le llegaban eran enormes, pero él no contaba el dinero. Según le llegaba lo entregaba a los pobres. Cuando murió se calcula que más de 10.000 personas asistieron a las honras fúnebres en su honor.

Pero también era un religioso extraordinariamente enérgico, cuyo carácter e ideario distaban mucho de ser convencionales. Quería que Rusia se arrepintiera de los pecados y la apostasía. Sentía una gran indignación contra los ateos, materialistas y libre pensadores liberales, a los que acusaba de socavar la fe del pueblo ruso y destruir el tradicional sistema político de Rusia. Formó parte de la Unión del Pueblo Ruso, agrupación de características conservadoras y antirrevolucionarias.

Su actitud no quedó completamente clara con relación a los judíos rusos, puesto que aunque denunció de manera pública la masacre de judíos de Kishinev en 1903, después se retractó y acusó precisamente a los judíos de ser los provocadores de la violencia.

San Juan de Kronstadt atendió en sus últimos momentos al Zar Alejandro III, en el palacio imperial de Livadia. El Emperador le dijo: “No me atreví a invitarlo yo mismo. Le agradezco que haya venido. Le pido que rece por mí. Me siento bastante mal.” Después se arrodillaron y rezaron juntos en privado. La salud del Zar mejoró durante unos días, pero luego empeoró significativamente. En sus últimas horas, el Emperador le dijo: “Eres un hombre santo. Eres un hombre justo. Es por eso que el pueblo ruso te ama.” Juan de Kronstadt respondió: “Sí, tu pueblo me ama.”

Después de comulgar y ser ungido, el moribundo Zar le pidió al Padre Juan poner sus manos en su cabeza, diciéndole: “Cuando colocas tus manos sobre mi cabeza, siento un gran alivio, pero cuando las alejas, sufro mucho, no las alejes.” Juan de Kronstadt continuó poniendo sus manos sobre la cabeza de Alejandro III hasta que murió.

Una de las informaciones de mayor valor, al menos aparente, es que Juan de Kronstadt se reúne en 1903, en San Petersburgo, con un joven Grigori Yefimovich que acababa de llegar a la capital rusa. La solicitud de la reunión partió, al parecer, del futuro Stáretz.

GRIGORI YEFIMOVICH, RASPUTÍN Grigori Yefimovich, Rasputín
El ocultista más conocido de la Corte de los Zares Nicolás y Alejandra, y de quien más se ha escrito fue Grigori Yefimovich, Rasputín (1869-1916). Nacido en Siberia, tenía la fuerza psíquica y los poderes de los famosos chamanes siberianos. Su llegada coincidió con la época del embarazo de la Zarina, pero su entrada en la Corte se produjo más tarde.

Fue llamado a presencia de la familia imperial, según ciertas informaciones, por Anna Výrubova, amiga personal de la Zarina, para cortar una hemorragia del Zarevich Aleksei que era hemofílico. Tuvo éxito y los Emperadores, agradecidos le dijeron: “Padre Grigori, tienes que quedarte con nosotros para siempre”. El propio Zar Nicolás II, en su diario, con fecha 19 de julio de 1907 apunta: “Hemos conocido a un hombre de Dios que se llama Grigori y que viene de Tobolsk. Sus plegarias salvaron a Aleksei de una muerte segura”. Desde entonces los Zares llamaron a Rasputín “el querido amigo”. En otras ocasiones, también el Stáretz o elegido de Dios, nombre dado a Grigori Yefimovich, salvó al Zarévich en otras recaídas de su hemofilia. Rasputín tenía el favor de la familia imperial y, además, de parte de la aristocracia.

Dijo Grigori Yefimovich, refiriéndose a los Zares: “El padrecito y la madrecita son como niños grandes. Necesitan ser guiados, y yo me encargo de hacerlo”. Lo cierto es que, independientemente de las ciencias ocultas y los poderes místicos que, sin duda, demostraba, también contribuyó a que los falsos taumaturgos de la Corte fuesen despedidos, y que los funcionarios corruptos e ineptos fueran destituidos de sus cargos. Además le rogó a Nicolás II que no entrase en la luego conocida como Primera Guerra Mundial (1914-1918). Nicolás II no le hizo caso, quizá porque habría sido saltarse el acuerdo de alianza con Francia e Inglaterra contra el Imperio Alemán y el Imperio Austrohúngaro, y además, tampoco dejaba espacio para una alianza con estas dos potencias. Todo ello no se lo perdonaron quienes habían sido perjudicados en sus intereses, y, políticamente, Rasputín tampoco era aceptable por recomendar al Zar la neutralidad. Sobre todo no era aceptable para determinados aristócratas, que su opinión fuera escuchada en los asuntos de Estado. Por todo ello se confabularon contra él, primero desprestigiándole por sus costumbres y después asesinándole en el palacio Moika, residencia del príncipe Félix Yusúpov, al parecer jefe de la conjura contra el Stáretz.

Portada DragonSin embargo, en este tema inmediatamente surgen las informaciones contradictorias. Por una parte se asegura que Grigori Yefimovich pertenecía a una sociedad secreta denominada “La Falange Sagrada”, protectora de los zares de Rusia y cuyo máximo responsable sería el zar de cada época, pero en el reinado del Zar Nicolás II, al parecer, quien mandaba en la sociedad secreta era la Zarina. Otra información proviene de Teddy Legrand, pseudónimo de un periodista, agente de información francés y miembro de la Orden Martinista. Legrand asegura, no sabemos si creérnoslo o no, que Rasputín pertenecería a una sociedad secreta ubicada en Estocolmo, denominada la “Orden secreta de la Mano Verde”, entre cuyos miembros figurarían austriacos enemigos de la Santa Rusia. Esto fue asegurado, siempre según Legrand, por el coronel Estanislaus de Lazovert, uno de los más implicados en el complot para asesinar a Grigori Yefimovich. Sin embargo, el investigador ruso Oleg Shishkin relacionó a Rasputín con una conspiración proveniente del Imperio alemán. Estaría formada por sociedades secretas alemanas, pero también habría nobles alemanes de la zona del Báltico, agrupados en la sociedad secreta “Baltikum”, que utilizaría, como símbolo, una esvástica verde. Tampoco sabemos si debemos creernos esto último o no. En todo caso, ambas informaciones son contradictorias con la voluntad de Rasputín a favor de la no entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial.

De todas formas, la entrada del Imperio ruso en la Gran Guerra, como sabemos, fue desastrosa para Rusia y significó el final de la Dinastía Románov. Grigori Yefimovich había hecho un conjunto de predicciones, producto de sus visiones, para el futuro de Rusia, y en una de ellas la ve: envuelta en una nube negra e inmersa en un profundo y doloroso mar de lágrimas. También vaticinó otros acontecimientos nefastos que se han cumplido.

Cuando Grigori Yefimovich llega a San Petersburgo, en 1903, hace mucho tiempo que ha dejado atrás las desviaciones de la secta herética de los khlysty, con sus cantos, danzas extáticas, flagelaciones y orgías sexuales. La secta de los khlysty se fundó en el siglo XVII, como reacción contra las reformas del Patriarca Nikón y, por lo tanto, no reconocía los ritos nuevos de la Iglesia Ortodoxa rusa.

Sin embargo, él ya no es un khlysty. Entonces era ya un stáretz. Ha cambiado de vida. Por lo tanto, la opinión tan manida y mantenida, sobre todo por sus enemigos, de que Grigori Yefimovich era un exagerado y vicioso bebedor, comedor y dado a las orgías y al libertinaje, no está del todo probada y se contradice con ciertas facetas de su vida.

Está probada su ayuda a la gente pobre, incluso aconsejó a sus hijos a dar limosna a las personas en situación paupérrima. En cuanto a la alimentación, parece ser que no comía productos cárnicos ni lácteos, lo que no termina de encajar con las supuestas orgías. Muchos aspectos de su personalidad nos sorprenden, por ejemplo sus peregrinaciones, una de las cuales le llevó al Santo Sepulcro de Jerusalén. Además, aun siendo una persona sin estudios, conocía las Sagradas Escrituras por habérselas aprendido de memoria, y no sólo eso, que ya sería bastante, sino que también las interpretaba de una forma tan especial que asombraba a la familia imperial, pero, y esto ya es más asombroso, a cargos de importancia de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

ELISABETH FIÓDOROVNA, ELLEElisabeth Fiodorovna, Elle vestida      de religiosa
La Zarina tenía una hermana, la Gran Duquesa de Rusia Isabel Alejandra Luisa Alicia de Hesse-Darmstadt, conocida como Elisabeth Fiódorovna (1864-1918), una de las princesas de mayor belleza y elegancia del siglo, a la que llamaban Elle, muy dotada de talento musical. El propio Kaiser Guillermo II la pretendió en una época, pero ella le rechazó sutilmente. Sin embargo, el Kaiser siempre la tuvo en su mente, hasta tal punto que al producirse las persecuciones y ejecuciones de la nobleza rusa, durante la Revolución, intentó sacarla de Rusia, pero fracasó en sus intentos, como en otras cosas.

Proveniente de una familia alemana protestante, se convirtió a la ortodoxia y se bautizó en la Iglesia Ortodoxa Rusa en 1891. Le explicó esa decisión a su padre en la carta del 1 de enero del mismo año: Todo el tiempo yo pensaba y leía, y oraba al Dios que me indicara el camino justo, y llegué a la conclusión que sólo en esa religión puedo encontrar toda la fe verdadera y fuerte que debe tener uno para ser una buena cristiana.

Se casó con el hijo del Zar Alejandro II, el Gran Duque Sergio Aleksándrovich (1857-1905), con quien no tuvo hijos. Su marido moriría asesinado en un atentado terrorista con bomba el 17 de febrero de 1905, muy cerca de las murallas del Kremlin. La deflagración fue tan fuerte que Elle pudo escucharla desde su residencia. Salió y se encontró con un espectáculo dantesco, puesto que los fragmentos del cuerpo de su esposo estaban repartidos entre la nieve. Ella misma los recogió.

A continuación se entrevistó con el asesino, de nombre Kalayev, al que le ofreció la salvación de su vida si se arrepentía de lo hecho, pero no se arrepintió, por lo que fue condenado a la horca y ejecutado dos meses después del atentado.

Poco después del asesinato de su esposo renunció a la vida en el mundo, vendió sus joyas, y con ese capital fundó en 1909 en Moscú la orden religiosa de Santa Marta y Santa María, y el convento del mismo nombre dedicado al cuidado de niños abandonados, ancianos y otros sectores en situación de pobreza y abandono.

En ocasiones intervino en política, dirigiendo a los enemigos políticos del conde Witte en una campaña contra el ministro, que fue desacreditado y desprestigiado ante la familia imperial y las clases dirigentes rusas. Recordemos que, al parecer, parte del texto de Los Protocolos de los Sabios de Sión iban en su contra. Witte estaba casado con una mujer judía y, por lo tanto, era favorecedor de una política de mejora de las condiciones de vida de la población judía de Rusia. Era, también, partidario de la introducción en el Imperio ruso del patrón oro para conseguir inversiones de países extranjeros. Pero, además, había otro factor que podía indisponerle con ciertas personas muy influyentes de la Corte y era su defensa de la alianza del Imperio ruso con Francia y no con Alemania.

Lucieto_Charles_Les_vengeurs_d_IsisTodo ello pudo influir en la toma de postura de Elisabeth Fiódorovna, por cierto extraordinariamente impresionada por la lectura de Los Protocolos de los Sabios de Sión, hasta tal punto que mostró el escrito en la propia Corte, lo cual causó una verdadera conmoción.

Sin embargo, el propio Zar Nicolás II afirmó: Los protocolos deben ser confiscados, una buena causa no puede ser defendida con medios sucios. Es una frase extraña, que deja muchos cabos sueltos y que nos resulta incomprensible por falta de información.

Las relaciones con su hermana, la Emperatriz Aleksandra Fiódorovna no fueron del todo buenas y poco antes de la abdicación de Nicolás II intentó convencer a su hermana para que desterrase de la Corte a Rasputín. Esa fue, al parecer, la última conversación que mantuvieron.

LA EJECUCIÓN DE ALEKSANDRA FÍODOROVNA
En la ciudad de Yekaterinburg (Sverdlovsk, en tiempos de la URSS), en los Urales, la madrugada del 17 de julio de 1918, fue ejecutada, como es sabido, por los bolcheviques, en el sótano de la casa del ingeniero Ipátiev, la Zarina Aleksandra Fiódorovna Románova, junto a su marido el Zar Nicolás II, sus hijos, el Zarévich Aleksis, las Grandes Duquesas Olga, Tatiana, María y Anastasia, y otras personas de su confianza.

La historia de las ejecuciones de la familia imperial rusa en la casa Ipátiev, o la “casa del propósito especial”, como la llamaron eufemísticamente los bolcheviques, es sobradamente conocida. Sin embargo, presenta misterios de difícil solución, sobre todo después de que en 1977, todavía en época soviética, el entonces primer secretario de la región, Borís Yeltsin, ordenase la demolición del edificio… En años posteriores, sobre su ubicación, se construyó la Iglesia sobre la Sangre, en memoria de los ejecutados por los miembros de la Cheka soviética, dirigidos por el relojero y joyero Yákov Yurovski. Estos, manos ejecutoras de otros autores, como Yákov Mijáilovich Sverdlov, conocido líder bolchevique, cercano al propio Lenin, y el presidente del Sóviet de los Urales, Filipp Goloshchokin.

Identificados sus cuerpos, fueron inhumados, en 1997, en la capilla de Santa Catalina de la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo, y canonizados el 14 de agosto de 2000 por la Iglesia ortodoxa rusa.

LA ZARINA, LA ESVÁSTICA Y OTRAS INSCRIPCIONES EN LA CASA IPÁTIEVFoto superior inscripción de la Zarina. Foto inferior inscripción falsificada que se publicó
Según teorías no comprobadas, la Zarina introduce la cruz gamada en la Corte de Rusia. Sabemos que el origen de la esvástica se remonta muy lejos en el tiempo. Forma parte de la simbología de muchas culturas y es uno de los símbolos más extendidos por el mundo. Muy representada en la India, swástika significa en sánscrito “gran fortuna”. Para ciertas culturas tradicionales, atraería fortuna y salud. También figura en las imágenes del Buda en otras partes de Asia, como China, el Tíbet y Mongolia, en gran abundancia en el contexto del budismo Mahâyâna y Vayrâyâna, y en el Extremo oriente en general. Además, se documenta en Asia occidental, y en Europa, en especial durante la Protohistoria, en la antigua Grecia, Península itálica, Roma, Centroeuropa e incluso en la Península ibérica, en las Culturas ibérica y celtibérica la abundancia de esvásticas es de lo más evidente.

En relación con la mitología nórdica, el martillo del dios Thor está simbolizado por la representación de la esvástica, y este dios, a la vez, se relaciona con las runas. Protege con su martillo divino a los hijos del sol contra los hombres de las tinieblas.

En América ha sido representada sobre todo entre los pueblos navajos y es muy significativa su inclusión en la bandera de los indios Cuna, entre otras culturas.

La Sociedad Teosófica, fundada por la ocultista rusa Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891), empleaba la esvástica, por lo que se ha supuesto que podría haber sido determinante su influencia para su inserción en Rusia, pero es una teoría de difícil aseveración. También se sostuvo que pudo haber sido el médium Badmaiev, quien la introdujese. Este personaje, por cierto, habría sido educado en Lhasa y estaba muy vinculado al Tíbet, zona muy relacionada con la esvástica, tanto dextrógira como levógira. Al parecer, la Zarina tenía predilección por la esvástica tibetana símbolo, entre otras cosas, de la buena suerte.

A este respecto, se argumenta que la Emperatriz, antes de su ejecución, dibujó en el muro de la casa Ipátiev una esvástica, junto con una inscripción, fotografiada y borrada después de forma precipitada: 17 |30 A. u. p. 19 -18. ?- Sin embargo, se publicó esta falsificación ocho meses después: 17 |30 Aup. 1918 ?-

Sería el 24 ó 25 de julio cuando las tropas de la Legión Checa, perteneciente al Ejército Blanco, en la Guerra Civil Rusa, tomaban Yekaterimburg. Desde luego era ¡demasiado tarde! El general ruso de inteligencia, uno de los líderes antibolcheviques o del Ejército Blanco, Aleksander Pavlovich Kutépov (1882-1930), a veces transcrito como Kutiepoff, estaba, al parecer, en posesión de esta foto, sacada el 24 de julio. La fotografía oficial está fechada el 14 de agosto. Se supone que recibió también en depósito el icono de San Serafín de Sarov. Este santo ermitaño y monje, cuya vida terrenal transcurrió de 1754 a 1833, había sido canonizado oficialmente en Sarov, el 19 de julio de 1903, con asistencia de toda la familia imperial. Es uno de los pocos santos ortodoxos rusos, reconocidos por la Iglesia Católica. Fue un santo que tenía visiones, era hacedor de milagros, y, además, era respetado por los animales salvajes. Su icono fue, al parecer, descubierto sobre el cuerpo de la Zarina. En el aura del santo, dícese que se encontró escrito otro mensaje, alusivo a la sociedad secreta del “Dragón Verde”.

Casa Ipatief, ca. 1928Esta inscripción, según parece, estaba escrita en inglés y decía: S. I. M. P. The green Dragon. You were absolutely right. Too late, según Legrand (1933: 23-25). La traducción sería, aproximadamente: SIMPLIFICADO o SIMP El Dragón verde. Usted tenía absolutamente razón. Demasiado tarde. Sin embargo, las letras de la primera palabra llevan puntos, lo que indica que son iniciales de palabras y, a continuación de la primera palabra, inscribió un símbolo de seis puntas, que sugiere los dos triángulos equiláteros entrelazados que forman el Sello de Salomón y el símbolo del Martinismo. Todo ello significaría Superieur Inconnu Maître Philippe, cuya traducción sería Superior Desconocido, Maestro Felipe, y, posiblemente, haría referencia al Maestro Philippe de Lyon, antiguo maestro espiritual de la Emperatriz.

Legrand asegura que fue él mismo quien sacó la primera foto, es decir, la no falsificada, y recogió el icono, en la misma casa Ipátiev, disfrazado de pope ortodoxo. Posteriormente el mismo Legrand se los entregaría al general Kutiepoff. No sabemos tampoco si creernos esto o no. El embrollo es tan mayúsculo que nos hace dudar de la veracidad de muchas de las informaciones relacionadas con estas circunstancias.

Pero no todas las inscripciones efectuadas en las paredes de la Casa Ipátiev fueron escritas por la Zarina. También se documentó otra, escrita en alemán por uno de los asesinos. Son los últimos versos de un poema de Heinrich Heine: Pero Balthasar, la misma noche fue asesinado por sus siervos…

Por otra parte, se han registrado informaciones también de lo más sorprendente, pero referentes a objetos. Ignoramos si esta información podría tomarse en serio. Parece ser que los ejecutores de la Familia Imperial, al buscar joyas entre las ropas de los asesinados, descubrieron dos dragones verdes tallados en esmeralda, cosidos al corsé de la Zarina, y regalados por Grígori Yefimovich.

240px-X_de_Hauteclocque-Tragédie_brune-01Todo se complica más, y se vuelve aún mucho más turbio, acompañado de mezcolanzas casi increíbles. Kutiepoff, que desapareció sin dejar rastro, fue secuestrado en 1930 por agentes del OGPU, policía secreta política de la Unión Soviética y asesinado en el trayecto de París a Moscú. En otra versión fue raptado y asesinado en el yate blanco de tres mástiles del barón báltico Otto von Bautenas, asesinado a su vez más tarde. Pero, al parecer, no todo terminó ahí. Según Legrand, al que citamos literalmente: “El gran barco se llamaba Asgärd. Había sido, pues, bautizado -¿por casualidad?- con el nombre con que las leyendas irlandesas designan el reino del rey de Thule. Según Trebich Lincoln (que aseguraba ser en realidad el lama Djordji-Den), la sociedad de los «Verdes», emparentada con la sociedad «Thule», tenía su origen en el Tibet. En Berlín, un monje “tibetano”, apodado el hombre de los guantes verdes, que recibía de manera regular a Hitler, anunció por tres veces en la Prensa, de manera exacta, el número de diputados del partido nazi con escaños en el Reichstag. Era, al decir de los iniciados, <<detentador de las llaves que abren el reino de Agarthi>>”.

Como vemos, la cuestión alcanza relaciones casi increíbles y se alarga en su complicación temporal y geográfica. En cuanto a Teddy Legrand, había rumores de que fue misteriosamente envenenado, y mucho se ha escrito sobre su verdadera identidad (VER CUADRO).
Sin embargo, con relación a Otto von Bautenas, según el escritor Jean Robin, algunas investigaciones al margen de la encuesta oficial revelaron que uno de los miembros de un centro oculto era, en 1929, precisamente el barón, consejero privado exterior de la República de Lituania y brazo derecho de Augustine Valdemaras, presidente dictador de Lituania (1927-1929). También sería el jefe del movimiento fascista de los Lobos de Acero, propietario de un yate cuyo nombre era Asgärd.

Vemos que las informaciones se entrecruzan, se entrelazan y parece que todo formase parte de un conjunto de conexiones interconexas, de cuyo monto total, por su profusión, resulta difícil sacar algo en limpio.

EJECUCIÓN DE ELLEIcono encontrado sobre el cuerpo de     la Zarina
El conocimiento de la ejecución de la Zarina es bastante amplio en su apartado externo, al menos. Sin embargo, otras ejecuciones son mucho menos conocidas, aunque también revistieron importancia. Elle fue deportada por los bolcheviques, en 1918, de Moscú a Yekaterinburg y después a Alapáyevsk, Sverdlovsk, donde estuvo presa con varias personas, algunas relacionadas con la Alta Nobleza zarista. Todos ellos fueron víctimas de una masacre semiolvidada. Vassili Riábov, testigo ocular, aseguró que, en la noche del 18 de julio de 1918, los ejecutores sacaron de la escuela, que hacía las veces de prisión, a los Románov, con la excusa de trasladarlos a un lugar más seguro. Les ordenaron caminar, con los ojos vendados y las manos atadas, sobre tablas por encima de la boca de una mina. Allí ejecutaron al Gran Duque Sergio Mijáilovich. Los demás fueron golpeados en la cabeza y arrojados vivos a la mina, donde, a continuación, lanzaron dos granadas de fragmentación.

Parece que la matanza puede incluirse en el calificativo de chapuza. Cuando once semanas después de la masacre, el Ejército blanco tomó la zona, los cuerpos fueron sacados de la mina. Las autopsias efectuadas demostraron que la mayor parte de ellos murieron desangrados por la caída o las granadas, pero lo más espeluznante todavía es que algunos murieron de hambre, puesto que en sus estómagos se encontró tierra, ingerida a manera de comida. En todo caso, no pudieron salir, y, algunos, quedaron con vida hasta que murieron. Esto confirma la aseveración de los campesinos locales de que durante varios días oyeron oraciones cantadas procedentes del pozo de la mina.

Los restos de Elisabeth Fiódorovna fueron trasladados a China, después a Palestina, y sepultados en la iglesia de Santa María Magdalena en Jerusalén, desde 1921. Fue canonizada en 1992 por la Iglesia Ortodoxa Rusa, y el 7 de septiembre de 2009, sus reliquias volvieron a Rusia después de 90 años en el exterior. Del convento de Santa Marta y Santa María de Jerusalén se envió a Rusia una parte de su cuerpo, concretamente dos húmeros en una caja de cristal. Han sido depositados en el convento del mismo nombre, de Moscú.

CONCLUSIÓN
Al parecer, en la familia Von Hesse-Darmstadt se producían curiosas tendencias al misticismo. Dos de ellas corresponden a estas dos princesas que tuvieron la desgracia de contraer matrimonio lejos de su patria alemana, en un Imperio, el ruso, centro, en aquella época, de unas tramas esotérico-políticas de gran envergadura. Por otra parte, era un imperio con los pies de barro y, por lo tanto, motivo de ambiciones inconfesables por parte de determinadas potencias europeas y empresas de diversas procedencias.
Tampoco serían los bancos ajenos a aquel cúmulo de cosas. Aunque las informaciones son contradictorias en este sentido, parece que con el asesinato de la familia Románov, su fortuna, valorada aproximadamente en 250.000.000 de dólares, 20.000.000 de libras esterlinas oro y 150.000.000 de rublos oro, terminaría en poder de ciertos banqueros británicos y neoyorquinos. Para éstos, no fue demasiado tarde.

Julio González Alcalde
Doctor en Geografía e Historia. Arqueólogo

BIBLIOGRAFÍA
COWLES, V. (1975): Los Romanov. Editorial Noguer. Barcelona.
KLINGER, F. (1974): Rasputín, el sátiro místico. Ediciones Cedro. Barcelona.
LEGRAND, T. (1933): Les Sept têtes du Dragon Vert (Série “La guerre des Cerveaux”). Éditions Berger-Levrault. París.
MANTEIA (2007): El oráculo de Rasputín. Editorial Sirio, S.A. Málaga.
PAUWELS, L.; BERGIER, J. (1980): El Retorno de los Brujos. Plaza & Janés. El Arca de Papel. Barcelona.
ROMY, N. (2002): Les grandes conspirations de notre temps. Bruxelles.
WASSERSTEIN, B. (1989): The Secret Lives of Trebitsch Lincoln. Penguin Books. New York.
WILSON, COLIN (1971): Rasputin and the Fall of the Romanovs. Paperback.

Anexo: LAS SIETE VIDAS DEL ESPIA TEDDY LEGRAND

Portada+Contraportada LegrandEl nombre de “Teddy Legrand” pertenecería a un buen conocedor del espionaje de entreguerras, e igualmente familiarizado con los círculos ocultistas. Antes de desaparecer para siempre del panorama literario, y quién sabe si del mundo de los vivos, alguien con el mismo pseudónimo publicó a través de Éditions de France, en 1936, el resultado de una investigación en los cenáculos esotéricos franceses, con el título de Envoûteurs, guérisseurs et mages. Buena parte de este libro se había publicado con anterioridad en forma de serial titulado “Dans les pas du diable”, en las páginas de L’Intransigeant, un periódico de información política y tendencia socialista que por la época estaba dirigido por Fernand Divoire, autor en la misma editorial del libro Pourquoi je crois à l’occultisme (Éditions de France, 1928).

Teddy Legrand aparece de pronto en los años ‘30 como teórico continuador, o nuevo avatar, de Charles Lucieto, antiguo espía y autor de varias novelas sobre espionaje a partir del éxito obtenido con la publicación de sus pretendidas memorias (En Missions spéciales, 1926) en la editorial Berger-Levrault, con 120.000 ejemplares vendidos en pocos días. Tampoco está claro si “Ch. Lucieto” era nombre real o apodo literario, pero el caso es que en los años siguientes prosigue su carrera de novelista con dos colecciones, la serie La guerre des cerveaux para el mismo sello editorial, y otra titulada Les Coulisses de l’espionnage International, les merveilleux exploits de James Nobody. Ambas protagonizadas por ese curioso predecesor de James Bond, con quien no sólo comparte el nombre (y casi el apellido) sino la adscripción al servicio secreto británico.

Parece claro que Les sept têtes du dragon vert sería una novela, protagonizada al alimón por el propio Legrand y el superagente británico “James Nobody”. Pero tal vez no fuera sólo una “simple” novela sino que también encerrase algunas claves: por allí desfilaban diversos personajes y lugares conocidos en la historia del ocultismo francés, como Maître Philippe, Papús (ver texto principal), Rudolf Steiner, Gurdjieff, Alexandra David-Néel, o la “Villa bleue” en la costa de Niza. Hay otros que aparecen en segundo plano, como el farmacéutico Alexandre Rouhier a propósito de una extensa digresión sobre las propiedades del peyote con elogios a su libro “muy bien hecho” titulado La plante qui fait les yeux emerveillés: Le Peyotl (Gaston Doin, 1927); el Dr. Rouhier era además dueño de las Éditions Véga donde René Guénon había publicado sus primeros libros, y miembro o simpatizante de la secta Trés Haut Lunaire, también conocida por las siglas de THL. Otros se mencionaban sólo por sus iniciales y eran fácilmente identificables: M.R., probablemente el ocultista y escritor antimasón Jean Marquès Rivière, quien facilita a los protagonistas ciertos objetos y consejos “mágicos” para el éxito de su misión; y T.L., acaso el famoso Trebitsch-Lincoln mimetizado de monje budista; y la condesa P. sería la condesa Prozor, casada con el noble lituano Maurice Prozor, antiguo ministro del Zar Nicolás II y traductor al francés de la obra de H. Ibsen, cuya residencia en Niza (la “Villa bleue”) era frecuentada por todo tipo de artistas, aristócratas y ocultistas.

Las pesquisas para identificar al misterioso Teddy Legrand han sido muchas e intensas a lo largo de los años. El experto en historia del ocultismo Serge Caillet llevó a cabo una investigación que le puso en la pista de un tal Jean d’Agraives, autor de éxito, que utilizó varios pseudónimos, como Fred Maël y Fred Causse-Maël, y destacó por escribir novelas populares y para el público juvenil, así como por fundar dos editoriales. Su verdadero nombre era Fréderic Causse (1892 – 1951), y fue traductor de novelas inglesas con los pseudónimos de “Midship” y “Charles Bourhis”.

Por el contrario, hay quienes sospechaban de cierto Pierre-Maurice Marie, más conocido bajo el nombre literario de Pierre Mariel (1900 – 1980), quien también utilizó otros pseudónimos, el más conocido sería “Werner Gerson” con el cual publicó un clásico sobre el esoterismo nazi titulado Le Nazisme, societé secrète (Pierre Belfond, 1969), algunos de cuyos temas recuerdan curiosamente a los tratados en Sept têtes du dragon vert.

En 2007, el hijo de Pierre Mariel, Jean Mariel, comunicó a S. Caillet que “Teddy Legrand” era uno de los pseudónimos de su padre, en unos términos algo enigmáticos: “Teddy Legrand, Werner Gerson, o Pierre Montloin, no son más que una sola firma, ¡la de mi padre, Pierre Mariel! Por supuesto que esta novela ha sido el resultado de una colaboración, de una puesta en común de información con el objetivo quizás de transmitir uno o varios mensajes”. Jean Mariel afirmó también haber conocido cuando era pequeño a Jean d’Agraives, y que jugaba con sus hijos.

De Jean d’Agraives era partidario el investigador Isrun Engelhardt, que en su trabajo crítico sobre las conexiones nazi-tibetanas publicado en la obra colectiva Images of Tibet in the 19th and 20th Centuries (Études thématiques 22, Vol. 1, ed. y coord. Monica Esposito, 2008) apunta que Legrand no sería un “simple agente secreto”, debido a los numerosos detalles relativos al ocultismo francés y las acertadas referencias tibetanas y budistas. Añade como más probable que tras ese apodo se escondieran dos expertos en ocultismo, el citado Pierre Mariel y un nuevo personaje llamado Arnaud de Vogüe. Es posible que Engelhardt copiase dicha información de una obra anterior escrita por dos especialistas franceses en servicios secretos, Roger Faligot y Rémi Kauffer (Le marché du diable, Fayard, 1995), donde desarrollaban la hipótesis de que “Teddy Legrand” habría sido un personaje inventado por el Servicio de información francés para “quemar” diversas operaciones secretas de sus homónimos alemán y ruso.

La última teoría apunta a un aristócrata que hizo de periodista, escritor y agente del Servicio secreto francés que habría dado su vida en acto de servicio dos años después de publicarse Sept têtes du dragon vert, cuyo nombre era Xavier de Hauteclocque. La última reedición del polémico libro fue en 2012 y corrió a cargo de Éditions Energeia, cuyo director-fundador Jean-Marie Fraisse explicaba que de Hauteclocque publicó entre 1929 y 1934 una serie de obras sobre espionaje, las redes criminales extranjeras que operaban en Francia, etc., donde aprovechaba para denunciar los peligros de la Alemania nazi. Según la publicación especializada “Intelligence Online”, citada por Serge Caillet en su recomendable blog sergecaillet.blogspot.com , en dicho libro se publicaron los nombres verdaderos de agentes alemanes del Abwehr, soviéticos de la OGPU y británicos del MI6, lo que habría obligado a sus mandos a cambiarles de destino y facilitarles nuevas identidades.

En Abril de 1935, el escritor y periodista Xavier de Hauteclocque falleció tras varias semanas de agonía víctima de un envenenamiento perpetrado por agentes nazis, mientras estaba de viaje en Alemania. Tal vez no por casualidad, Pauwels y Bergier afirmaban en El retorno de los brujos que Teddy Legrand era el pseudónimo de “un agente de información que fue misteriosamente envenenado”. ¿Acaso se referían ambos autores, mejor informados de lo que aparentaban, a de Hauteclocque?

Aunque S. Caillet ha aceptado esta identificación en detrimento de la que él mismo sostenía desde 2007 (Mariel-D’Agraives), coincidimos con su apreciación de que este asunto no está cerrado pues tal teoría no explica la publicación de un libro con el mismo alias literario en 1936 que por tanto sería póstumo… así que cabe esperar nuevas sorpresas y más ríos de tinta.

José Juan Montejo

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