Published On: Lun, jul 7th, 2014

RED EYES ¿EL MEJOR CASO OVNI ESPAÑOL?

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Publicado en EOC nº 76

Sre11e trata de un caso único. Juan José Benítez lo escogió como portada para su libro “Materia Reservada” considerándolo uno de los mejores casos OVNI de la historia. Vicente Juan Ballester-Olmos opina lo mismo. Y que Benítez y Ballester-Olmos coincidan al subrayar el interés de un caso OVNI es de por si digno de mención. EOC tuvo la oportunidad de investigarlo, y así aparece reseñado en nuestro informe sobre OVNIs y Pilotos (EOC nº 62). Hoy, debido a su enorme interés para todo estudioso, reproducimos un artículo de Ballester-Olmos (Más Allá 12/07), basado en informaciones de Joan Plana e investigaciones propias, ampliándolo con nuestra propia aportación.

El día 4 de noviembre de 1970 el Ejército del Aire desarrollaba un ejercicio periódico de defensa aérea denominado Red-Eye Ojo Rojo), que tenía como objetivo la evaluación, mediante ataques simulados desde diferentes puntos, de la capacidad de reacción de todo el sistema defensivo dentro del espacio aéreo español. El Red-Eye es un ejercicio puro de defensa aérea, donde participan todas las unidades aéreas españolas, la Armada y el Ejército de Tierra, así como fuerzas aéreas de países aliados. En la actualidad se denomina DAPEX.

Dos aviones reactores de caza F-86F Sabre, pertenecientes al escuadrón 102 de Defensa Aérea, con base en Valenzuela (Zaragoza), pilotados por el capitán Juan Alfonso Sáez-Benito Toledo y el teniente Luís Carbayo Olivares, se encontraban en situación de “alerta de 5 minutos” (consiste en que, una vez ordenada una salida de emergencia, desde que se produce la alarma hasta que tiene lugar el despegue sólo transcurre ese tiempo).

Hacia las 9,30 de la mañana los dos aparatos recibieron la orden de despegar, lo que hicieron dentro del lapso estipulado. Al no disponer los aparatos de radar propio, fueron conducidos por los controladores militares encargados del radar del Escuadrón de Alerta y Control Nº 1 (Siesta), ubicado en Calatayud (Zaragoza), a un punto de espera en el mar Cantábrico a unos 90 km al norte de la ciudad de Gijón. En esta posición permanecieron orbitando por espacio de unos minutos, hasta que les fue asignada una “traza” radar desconocida. Se desplazaba a una velocidad y en unas circunstancias anormales que hacían conveniente proceder a su identificación.

El controlador de interceptación de la estación Siesta comunicó a los pilotos los rumbos a seguir, hacia el Sur, y la distancia existente para llegar a la posición-blanco. Tras penetrar en la Península, los aviones fueron situados a unos 5.600 m del objetivo. Después continuaron la operación de interceptación hasta menos de 1.800 m del objeto, pero no lograron ver o encontrar el blanco. Eran las 10,40 horas y la visibilidad era muy buena, ya que el cielo estaba completamente despejado y lucía un sol espléndido. Los cazas efectuaron dos nuevos intentos de interceptación, que también resultaron infructuosos, a 7.600 m de altura. El capitán Sáez-Benito pidió al controlador del radar que le confirmara la altitud a la que se hallaba el “desconocido” ( unknown es el nombre dado a las trazas no identificadas). Éste le respondió que el blanco efectuaba rápidas variaciones de altura entre los 12.200 y 3.050 m.re2

Los pilotos pensaron que podía tratarse de un cazabombardero F-4 Phantom que, por disponer de radar a bordo, estaba “jugando” con ellos. Unos 10 minutos más tarde, cuando se encontraban en las cercanías de Valladolid, los pilotos desistieron de encontrar al blanco y procedieron a iniciar el regreso a Zaragoza, por causa de la escasez de combustible y de la distancia a su base, Cuando ya habían iniciado el camino de vuelta, el controlador  Siesta comunicó a los pilotos que tenían detrás, a una distancia de 3.700 m, un nítido eco no identificado que les seguía a la misma velocidad que desarrollaban los cazas, que era de unos 800 km/h. Ese misterioso eco les acompañó durante unos 185 km. Poco después, hacia las 11 horas, cuando los aviones se encontraban en las proximidades del macizo montañoso del Moncayo (Zaragoza), el teniente Carbayo, que volaba en formación a la derecha de su jefe, informó a éste que por fin veía el blanco “a las ocho” de su línea de vuelo. Entonces, Sáez-Benito divisó, por unos instantes, en una posición atrasada a su izquierda (Oeste-Suroeste) y relativamente más elevada, un extraño objeto.

Los dos aviones Sabre maniobraron rápidamente para acercarse con la intención de identificarlo, pero no lo lograron ya que “antes de ponerlo en el morro”, el objeto desaparecía de su vista moviéndose vertiginosamente en vertical. Esta misma circunstancia se repitió varias veces: en cada ocasión que los cazas intentaban rodearlo para tenerlo enfrente, el objeto desconocido desaparecía con una velocidad asombrosa. Todo esto sucedió entre los 8.200 y los 10.000 m de altitud. Los aviones volaban -durante los múltiples virajes y maniobras tendentes a la interceptación- en formación “ofensiva”, es decir, algo separados pero ayudándose mutuamente.re10

Al parecer, los pilotos sintieron cierto temor ante el extraño artefacto, ya que sus aparatos carecían de armamento, al ser la suya una simple misión de entrenamiento. Dado que el nivel de combustible de que disponían era ya crítico, los aviones iniciaron un rápido descenso. Pero cuando se hallaban en el tramo inicial de las maniobras y procedi-mientos para llegar al circuito aéreo de aterrizaje, a unos 800 m de altura, el teniente Carbayo indicó que tenían de nuevo el objeto detrás de ellos, aunque a más altura. El capitán Sáez-Benito también lo divisó. Después el extraño artefacto desapareció definitivamente despla-zandose hacia arriba a velocidad vertiginosa. Eran algo más de las 11,05 de la mañana, y el “desconocido” los había seguido (en el tramo “visible” esta vez) otros 55 km. Durante este trayecto los dos pilotos tuvieron el objeto entre 4.000 y 6.000 m de distancia, según Sáez-Benito. No se apreció ninguna alteración en los instrumentos ni en el equipo de radio de los aviones.

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Habla un testigo presencialre3

Lo que vimos, aunque sólo fue en tres o cuatro ocasiones y durante unos pocos segundos, no era un avión. No puedo precisar su forma, pero estoy seguro que era ovalado y de color gris brillante. Maniobraba rápidamente hacia arriba y desaparecía, recuerda el piloto Juan Alfonso Sáez-Benito. El avistamiento duró en total 5 minutos escasos.Aproximadamente a las 11,15 h los dos Sabre aterrizaron en la base aérea de Zaragoza sin más contratiempos. Los pilotos descendieron de sus aparatos muy impresionados y preocupados e incluso con una manifiesta palidez en sus rostros.

Toda esta minuciosa información está basada en los datos que en 1989 el ya coronel Sáez-Benito, a la sazón jefe del Ala 15 y comandante de la base aérea de Zaragoza, facilitó a mi colega Joan Plana. El investigador catalán recibió dos detalladas cartas del militar que le permitieron reconstruir, como hemos visto, los datos básicos del suceso, si bien persisten muchos interrogantes. Por desgracia, el militar falleció al año siguiente.

En respuesta a un formulario preparado por Plana, Sáez-Benito indicó que no podía asegurar que la descripción fuera muy exacta, dado el escaso tiempo que lo vio, pero declaró que le pareció un objeto ovalado, de bordes definidos, con la parte inferior plana, de reducidas dimensiones, con apariencia sólida de metal color gris brillante y que poseía dos ventanas del tipo “ojo de buey”. Finalmente, manifestó que por la forma de maniobrar era evidente que alguien lo dirigía.

Indudablemente, aquello no era un globo y tampoco un avión. No puedo decir lo que era, pero sin duda se trataba de un artefacto completamente distinto a lo que conocemos, sentencia en sus notas Sáez-Benito. Hay aspectos que el más tarde coronel del Ejército del Aire nunca llegó a comprender:

 Por qué aquel artefacto estuvo con nosotros en la zona de Valladolid, durante 10 a 15 minutos[sic], sin dejarse ver y variando su altura de forma rápida, según el radar. ¿Por qué nos acompañó hasta Zaragoza a nuestra velocidad y a al misma altura? Y, sobre todo, ¿por qué descendió con nosotros hasta la altura de tráfico?

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La primera fuente

Los datos fundamentales de este caso llegaron al Centro de Estudios Interplanetarios (CEI) de Barcelona en diciembre de 1970 a través de un procurador de los tribunales en régimen de total confidencialidad. La información procedía del teniente Luís Carbayo. El OVNI se describía entonces como un huevo metálico coronado por una cresta parecida al birrete de un catedrático y dos [zonas cuadradas con forma de] ventanas en su parte superior. Según la apreciación del teniente, el objeto podría tener un diámetro de 25 m y no se le apreciaron hélices ni motores. Tampoco se le veía estela alguna ni giraba sobre sí mismo. Desde 1984, el ahora piloto de línea comercial Luís Carbayo ha sido entrevistado por varios ufólogos, publicándose versiones de su testimonio con varios grados de embellecimiento literario.

re6re6 - copiare7

 Informes extraviados

Durante un almuerzo en la base aérea que comandaba, el coronel Sáez-Benito confió en 1989 a Pedro Redón, presidente del CEI y escritor free lance de temas aeronáuticos y defensa, que en su día ambos pilotos redactaron sendos informes por separado. Ignoramos si éstos se enviaron al Ministerio del Aire. Pero si fue así se extraviaron, porque no se conservaban entre los archivos OVNI oficiales –entonces custodiados en la División de Operaciones del Cuartel General del Aire- cuando en 1990 se hizo el primer inventario de su contenido. Por ello no existe ningún expediente sobre este interesante incidente entre la información documental transferida al Mando Operativo Aéreo y desclasificada entre 1992 y 1999. Puedo dar fe de esta ausencia, porque yo mismo la he verificado personalmente con sumo cuidado, ya que fui el único ufólogo autorizado a revisar e inspeccionar la totalidad de los papeles OVNI originales del Ejército del Aire, tanto los expedientes que luego se desclasificaron como otros documentos internos que –al no tratarse de expedientes de casos- no han sido desclasificados.re8

En 1991, durante las gestiones que llevé a cabo con el Estado Mayor del Aire tendentes a iniciar el proceso de desclasificación de los archivos OVNI oficiales, transmití varios casos militares de los que no se tenía constancia, con la finalidad de que se buscasen. Uno era este. De hecho, el recientemente fallecido teniente coronel Ángel Bastida, jefe de la sección de Inteligencia del M OA y responsable de la desclasificación, lo incluyó en su primera base de datos informatizada, con la observación “FALTA EXPEDIENTE”. En sucesivas ocasiones, Joan Plana y yo hemos facilitado al MOA listas de casos protagonizados por militares del Aire que no constaban en los archivos, para que los rastreasen. Gracias a nuestra insistencia se pudo recuperar bastante información que hasta entonces permanecía ilocalizable en instalaciones regionales. Pero, desgraciadamente, los informes que se hicieron jamás han aparecido.

¿Qué observaron realmente los pilotos? Dos versiones

Como ha señalado el ingeniero de telecomunicaciones y experto analista Manuel Borraz, podemos hablar de dos versiones de los hechos, la del teniente Carbayo y la del capitán Sáez-Benito. La primera se produjo dos meses escasos después de ocurrir el suceso, pero procede de un intermediario (siempre se puede aplicar aquello de traduttore, traditore), mientras que la segunda es una fuente directa, pero se recogió 19 años después de que tuviera lugar el avistamiento. De hecho, el propio Sáez-Benito insiste en las limitaciones de su testimonio.

re4Como destaca Pedro Redón, existen importantes discrepancias en la descripción del objeto. En el relato de Carbayo tiene la parte superior plana, mientras que en el dibujo de Sáez-Benito es la parte inferior la que tiene este perfil. La diferencia entre los dibujos es notable, si bien es cierto que el segundo de ellos fue realizado muchos años después del suceso y probablemente se ha ido adaptando al estereotipo de la imagen más estándar de los ovnis.

Por lo que se refiere a cuánto duró la “persecución”, Sáez-Benito indica: sin verlos [sic], unas 100 millas [185 km]. Con breves avistamientos de un segundo, en tres o cuatro ocasiones, durante unas 30 millas [55 km], entre las 11,00 y las 11,05 h.

Sin embargo, no es seguro que el primer episodio de interceptación tuviera objetivamente algo que ver con la secuencia final de aparición del objeto desconocido. Sin poner en tela de juicio el testimonio de los pilotos, hay que constatar que fue fugaz y lejano. En todo caso, y si no media inexactitud perceptual ninguna, son los movimientos del ovni lo más asombroso de este incidente aéreo, porque no son compatibles con los de globos o aviones. La detección radar corrobora los hechos, aunque no es evaluable técnicamente porque carecemos del informe correspondiente. Es evidente que si hay un caso OVNI por excelencia, es éste. Con los imponderables informativos señalados.

APÉNDICE 1

El mismo día que la revista MÁS ALLÁ me informaba que el anterior artículo había sido ya maquetado para su subsiguiente publicación, y por esas casualidades de la vida, entró en mi correo electrónico un mensaje del director de la Oficina de Operaciones de Globos del Centro Nacional de Estudios Espaciales. De acuerdo con el mismo, no existen vuelos registrados durante el mes de noviembre de 1970. En consecuencia, podemos eliminar la posibilidad antedicha de entre las hipótesis posibles para explicar el suceso descrito en el informe anterior.  Adjunto el mensaje recibido del CNES francés.

Asunto:

RE : CNES balloon launches, 1970

Fecha: Thu, 25 Oct 2007 16:41:21 +0200

De: “Chadoutaud Pierre” <pierre.chadoutaud@cnes.fr>

Para: “Vicente-Juan Ballester Olmos” <ballesterolmos@yahoo.es>

Dear Mr Ballester , To respond to your request ( sorry for the delay ), we found in our records the 6 last balloons launched from Aire/Adour in fall 1970 :

            -7th september : 1 launch

-take off 08h UT landing 15h30 UT near Mont/Marsan

-16th september :2 launches

-take off 08h UT landing 15h30 UT near Lourdes

-take off 09h30 UT landing 17h30 UT near Jaca ( Spain)

-17th september : 2 launches

-take off 05h15 UT landing 10h UT near Cauterets (Lourdes)

-take off 07h30 UT landing 11h UT near Bagnéres/bigorres (Tarbes)

-21st septempber : 1 launch

-take off 08h30 UT landing 14h30 UT near Montauban

No specifics incidents were noticed during these flights . We have no flight recorded in november 1970. I hope these informations respond to your demand .  Best regards

Pierre CHADOUTAUD

CNES

Head of Balloon Operation office .

Tel : 33 (0)6 80 35 22 95

APÉNDICE 2: LA ÚLTIMA BUSQUEDA

Coincidiendo con mi renovado análisis del caso de aviación 4/11/1970, a mediados de junio de 2007 tuvo lugar la toma de posesión del nuevo comandante en jefe del Mando Aéreo de Combate, teniente general José Froilán Rodríguez Lorca. Se me ocurrió que sería una ocasión propicia para intentar una última búsqueda de antecedentes oficiales sobre este suceso. El 28 de septiembre me dirigí por escrito al responsable del MACOM, remitiéndole una sinopsis del avistamiento y solicitando la búsqueda de los dos informes perdidos o cualquier registro que pudiera existir en las diversas unidades involucradas en el episodio.re12

La respuesta tardaba, lo cuál era un dato esperanzador. En mi larga experiencia en correspondencia con organismos militares, he comprobado documentalmente que una demora larga habitualmente se debe a que se ha iniciado una secuencia de solicitudes internas, en busca de los antecedentes solicitados. Mientras que una respuesta inmediata puede significar un trámite burocrático para salir del paso.

Fechada el 4 de diciembre me ha llegado la contestación del jefe del MACOM, en la que me comunica, en primer término, que pese a la labor de búsqueda realizada por el personal de las unidades involucradas, tanto las del Sistema de Mando y Control como las de las Fuerzas Aérea, no ha sido posible obtener ninguno de los datos que solicitaba en su carta. Concretamente había pedido la búsqueda de registros pertinentes, en el día y rango horario indicados en mi informe de referencia, en el GRUCEMAC, EVA-1, Base Aérea de Zaragoza y en los libros de control de PEGASO.

La respuesta confirma que, al menos, dicha búsqueda se ha llevado a cabo, lo cual es muy de agradecer.En su misiva, el teniente general Rodríguez Lorca tiene seguidamente la gentileza de aportar las causas probables de la inexistencia de dicha documentación, al señalar en su siguiente párrafo: Ello principalmente pudiese deberse a lo lejano en el tiempo del episodio por usted mencionado, así como a los profundos cambios que en las estructuras de las Fuerzas Armadas se han producido y de las que el Ejército del Aire no ha sido ajeno, por lo que en el caso de la documentación solicitada no se dispone de registro histórico en las unidades con esa antigüedad.

Aunque la respuesta era la que cabía esperar, considerando que han transcurrido 37 años desde que ocurrieron los hechos, al menos tenemos la tranquilidad de que se ha hecho un postrer intento. Al tiempo, hemos verificado la abierta disponibilidad del mando militar para una futura colaboración.

Vicente Juan Ballester Olmos

Información: Joan Plana

Puedes descargarte gratis EOC nº 76 en: http://elojocritico.info/wp-content/uploads/2014/07/EOC-76.pdf

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