Published On: Mar, abr 8th, 2014

¿PUEDEN LOS INVESTIGADORES CREAR FENOMENOS PARANORMALES? UN ESTUDIO DE CASO

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Publicado en EOC nº 75

IMG_2376Introducción

Espero no pecar de pretencioso con el objetivo de este estudio. No profundizará científicamente en diferentes factores que, personalmente, considero muy importantes a la hora de abordar una auténtica investigación de fenómenos paranormales, pero sí dejará constancia de ellos.  No me avala una dilatada experiencia en el estudio de los fenómenos paranormales, ni mucho menos; aunque a veces es preferible. En más de una ocasión parece que, por el simple hecho de llevar muchos años, lo que un estudioso de este tipo de temáticas dice va a misa, sentando una cátedra absurda que no hace sino alargar el posible error en el tiempo, fijando argumentos de autoridad difíciles de corregir por más que se aporten pruebas. Tampoco puedo asegurar la objetividad en estas líneas. Me explico. Como cualquiera al aproximarse a un caso, sus conocimientos, experiencias, objetivos y demás circunstancias ejercen de filtro a la hora de sacar conclusiones. Sí que puedo asegurar la honestidad, aportando todos los datos de los que dispongo a día de hoy, y la falta de un filtro importante y, en demasiadas ocasiones, determinante: el lucro (económico o de otra índole). No me mueve otro objetivo que el de mostrar las conclusiones a las que he llegado tras aproximarme a un caso en el que, supuestamente, se producen fenómenos paranormales.

Así pues, puestas las cartas sobre la mesa, me dispongo a relatar el caso en cuestión, en base a los testimonios recogidos durante varias entrevistas y visitas al lugar de los hechos. Acto seguido, abordaré  de nuevo los fenómenos teniendo en consideración una serie de factores extrapolables a otros casos de índole similar, con lo que se pretende dar otro cariz a los hechos y ofrecer una perspectiva totalmente diferente al relato inicial, desde la cual sea posible enfocar el caso desde un punto de vista libre de algunos filtros iniciales y, por lo tanto, de un modo menos subjetivo y más racional.

1: Exposición del caso

1.1.Orígenes .Como suele pasar en muchos casos de supuestos fenómenos paranormales, todo comienza con una muerte. Miguel, el cabeza de familia, muere de manera inesperada a causa de un aneurisma, el 2 de mayo de 2010. Cabe contextualizar el marco en el que se desarrollan los hechos. Nos encontramos en un pueblo de la provincia de Albacete, en una casa de dos plantas. La familia protagonista vive en la planta superior. La planta baja la habita otra familia independiente de los protagonistas, pero unida por lazos de confianza y amistad. Será en este ambiente donde se desarrolle el caso. Mi llegada, atraído por lo curioso de algunos fenómenos relatados por la hija del matrimonio vecino, se producirá un año después del fallecimiento de Miguel.

Aunque existen fenómenos calificados de extraños anteriores a la muerte de Miguel, el grueso del caso se desencadenará a partir de dicho fallecimiento. Vecinos y familia afirmarán ser testigos de fenómenos fuera de lo común a los que no pueden encontrar explicación.

1.2. Antecedentes. Debemos entender la muerte de Miguel como repentina e inesperada. No se trata de la consecuencia de una larga enfermedad ni nada por el estilo. En ese contexto, y como Elena, su mujer y principal testigo de los fenómenos así como la que me relatará la mayoría de acontecimientos, contará en las diferentes entrevistas, el fallecimiento de Miguel viene marcado por un importante cambio de actitud del que se percatará con el tiempo, reflexionando y recordando los últimos momentos con su marido. Así, nos encontramos con episodios que no encajan en la personalidad de Miguel semanas antes de su fallecimiento. Éstos serán interpretado por Elena como una especie de “despedida”, como si Miguel intuyera que iba a morir y fuera despidiéndose de los miembros de la familia uno a uno. La misma tarde en la que Miguel sufrirá el aneurisma, Elena cuenta que, a media tarde, mientras ambos se encontraban viendo la televisión, Miguel comenzó a liar cigarrillos de una manera inusitada (ambos eran fumadores). Elena le preguntara por qué está liando tantos cigarrillos si ella no va a fumar tanto, a lo que Miguel responderá: “porque los vas a necesitar”. Esa misma tarde, minutos después, cuando Elena iba a dormir la siesta, Miguel le pedirá que no se vaya, que se quede con él. Ella finalmente se fue, cosa de la que actualmente se arrepiente. Cosas como estas han sido interpretadas con el tiempo como gestos de despedida que, de un modo u otro, Miguel tuvo antes de morir.IMG_1354 (2)

Otro de los hechos relatados viene dado por la madre de Elena. Ésta dice tener “luz” y ser capaz de ver y hablar con los fallecidos. Fruto de esta supuesta capacidad, afirmará haber intuido semanas antes de la muerte de Miguel como alguien del núcleo familiar iba a fallecer. Dirá haber visto un ente difuso que relacionará con el próximo fallecimiento. La madre de Elena pensará entonces en otro de sus yernos, el cual tenía problemas con las drogas y, por este modo de vida, lo relacionará con la visión.

Asimismo, Elena afirma haber vivido situaciones extrañas en diversas ocasiones anteriores a la muerte de Miguel, su marido. La más curiosa sucedió mientras echaba la siesta meses después del fallecimiento de su padre. Estando sola en la cama, notará como si alguien se posará sobre ésta, pensando rápidamente en Miguel o alguno de sus hijos. Para su sorpresa, no había nadie en el cuarto. Otras de las experiencias que Elena relata tienen que ver con bajadas de temperatura, en las que dice incluso haber percibido el vaho en la estancia.

1.3.Inicio de los fenómenos.Curiosamente, el primero de los fenómenos tras la muerte de Miguel no vendrá referido por ninguno de los miembros de la familia protagonista, sino por los vecinos. El día del duelo, mientras los familiares directos de Miguel se encontraban en el tanatorio, los vecinos de abajo relatarán cómo eran audibles por toda la casa ruidos similares a los que produciría un martillo mientras se está clavando algo. Serán tres los testigos que confirmen haber escuchado esto. Uno de ellos, además, bastante escéptico. En principio, pensarán que se trata de uno de los hijos de Miguel, que andaba por casa arreglando alguna cosa. Sin embargo, cuando la familia regresé quedarán extrañados al referirles éstos que no había nadie en la vivienda superior en el momento de los ruidos y, por tanto, ninguno de ellos ha podido ser el causante de lo que los vecinos dicen haber escuchado. Más tarde, relacionarán este fenómeno con el fallecido, ya que éste era un “manitas” y siempre estaba haciendo algún que otro trabajo de carpintería o albañilería.

A los pocos días de la muerte, mientras la familia protagonista se encontraba resolviendo unos asuntos de papeleo relacionados con el entierro, se percatarán de que Andrea, nieta de Elena y de Miguel, de apenas año y medio de edad, será encontrada en una situación un tanto extraña. Según afirma Elena, la niña se encontraba en mitad de la escalera “jugando y riendo con alguien”.

En esas fechas, Alejandro, nieto también del matrimonio, de apenas tres años por aquellas fechas, empezará a referir la presencia de un ser que juega con él en el colegio, en el parque. Se referirá a él como “el abu” y, como curiosidad añadir que dirá que éste se encuentra en la luna. Hay que entender que, tanto en el caso de Andrea como en el de Alejandro, ninguno de ellos será puesto al corriente, en sentido estricto, de la muerte de Miguel, su abuelo, debido a la corta edad de ambos.

Entre otros de los fenómenos descritos, se hace referencia al olor a puros, café y rosas. Asimismo, Elena cuenta como, desde diferentes estancias de la casa, son audibles ruidos sin aparente explicación lógica. Uno de los ruidos más significativo y repetido es el tintineo de unas llaves proveniente de las escaleras. Elena lo relaciona con algo que su marido gustaba de hacer, que era mover las llaves mientras ascendía a la vivienda. Por otro lado, estando Elena en compañía de los vecinos en la planta baja, todos afirman haber escuchado pasos y fuertes golpes en la planta superior. En dichas ocasiones, Elena, intentando hallar un origen racional, ha preguntado a sus hijos o nietos, en caso de que estuvieran presentes durante la manifestación de los fenómenos, si ellos habían sido los causantes de los ruidos, respondiendo éstos negativamente.

Otro fetiche dentro de estos casos que se repite en el relatado por Elena tiene como protagonista a la mascota de la familia. Un perro que, según cuentan, ha sido visto en más de una ocasión jugando con un “ser invisible” de la misma forma en que jugaba con Miguel. Igualmente, el perro ladra y solloza a la escalera como si algo o alguien estuviera ascendiendo por ella.

1.4.La flor “incorrupta”.Uno de los fenómenos que en un principio llamó más mi atención fue el de una curiosa rosa que Elena guardaba por unos motivos un tanto extraños. IMG_0810 (2)

En el momento de iniciar las entrevistas y aproximamiento al caso la flor tenía 18 meses aproximadamente. Se trataba de una rosa que, al parecer, nunca había metido en agua ni había sido sometida a un tratamiento para conservarla durante más tiempo. Aún así, la rosa se encontraba en un estado bastante curioso dado el tiempo que tenía. Aterciopelada, conservando un color algo más oscuro que el original, ésta no se rompía al tacto, como puede imaginarse de una flor con tanto tiempo y en las características que se mencionan. Tampoco estaba excesivamente rígida.

La historia de esta flor parece también sumarse a la fenomenología del caso. Se trata de la primera flor que Elena recibió en memoria del fallecimiento de su marido. Además, este obsequio provenía de sus vecinos y no fue comprada en ninguna floristería, sino que fue cortada de un rosal que la familia vecina tiene en el patio de la vivienda. Elene achaca este estado de conservación precisamente a las circunstancias que rodean a la rosa, unas circunstancias especiales.

Sin duda, en un primer momento, me resultó un fenómeno

llamativo y poco común. Sin embargo, al tiempo me descubrirían que esta no era la única flor con dichas características. Por el momento contabilizamos tres, una de ellas me fue cedida para su estudio. Dados los recursos con los que contaba, sometí esta flor a un experimento casero cuyos resultados no arrojaron mucha luz. Asesorado por el biólogo Álex Barragán, cogí algunos pétalos de la flor que me habían dado y les prendí fuego. El objetivo era que, si estos prendían rápido, podríamos deducir la presencia en la flor de algún tipo de elemento químico. De sobra es conocido el proceso de rociar una flor con laca para el pelo para que esta se mantenga durante más tiempo. Sin embargo, al prender el primer pétalo está ardió de manera natural, como lo haría una flor cualquiera.

Para apreciar las diferencias, rocié otro pétalo con laca. El proceso en este caso fue bien distinto. El pétalo ardió de manera fugaz y en poco tiempo. Cogí entonces otro tercer pétalo sin rociar y volví a prenderle fuego. En esta tercera ocasión, el pétalo prendió de manera similar al que anteriormente había rociado con la laca.

Esto nos llevo a elaborar una hipótesis provisional. Al estar la flor en el cuarto de estar de Elena, ésta quizás había sido sometida involuntariamente a elementos químicos como lacas, desodorantes, etc. Que hubieran propiciado su estado. De todos modos, al no ser la primera rosa que a Elena le dan por la muerte de Miguel la única en presentar estas características, la descartamos como fenómeno extraño que pueda sumarse al caso.

1.5.El hombre del hospital.Vamos para finalizar con el que quizás sea el fenómeno más relevante y curioso del caso. En un momento determinado, meses después de la muerte de Miguel, Andrea, la nieta del matrimonio, comienza a enfermar. Empieza a quejarse de fuertes dolores en la barriga. Tras un primer diagnóstico en el que los médicos le recomiendan un tratamiento al uso, descubrirán que se trata de apendicitis en una segunda visita.

En este contexto, antes de ser diagnosticada por segunda vez, Andrea afirmará que alguien le ha tocado el pelo y le ha “dado un besito en la mejilla”. Durante este período, una estantería de la cocina se caerá una vez. Será colocada cayendo una segunda vez. Los testigos refieren que la estantería es “arrancada”, ya que no cae por su propio peso ni deja erosión en que haga indicar esto en los huecos de los tornillos que la sujetan. Esto sumado a la experiencia referida por Andrea será interpretado por Elena como una señal de que la niña no está bien y requiere un segundo diagnóstico.IMG_1353 (2)

Una vez Andrea está ingresada y a la espera de ser operada sucederá algo extraño en el hospital que hace protagonista de un fenómeno curioso a un nuevo personaje: la madre de Andrea, hija de Elena. Ésta dirá que, cuando los médicos se llevaban a Andrea a quirófano, ha notado la presencia del padre de Elena, es decir, su abuelo, y ha percibido su olor. Nada “extraño” en un contexto en el que Andrea dirá que una presencia a la que denomina “Abu” le hace “cosquillitas”.

Ya en casa, en el período de recuperación y aún convaleciente de la enfermedad, Andrea se topará sorprendida ante una foto del padre de Elena. Ante la sorpresa de Elena, Andrea afirmará que ése hombre estaba con ella en el hospital.

2.Factores a tener en cuenta

Una vez expuesto el caso y sus diversos fenómenos, es hora de abordarlo desde una perspectiva diferente, matizando y contextualizando los diversos fenómenos. Se trata de profundizar e ir más allá de lo que se nos cuenta para intentar aproximarnos lo más posible a la realidad del caso. Lo ideal sería desarmar y desintoxicar el expediente para llegar a su raíz, pero me temo que en un caso de estas características llegar a lo que realmente sucede en esta casa es imposible. Veamos, pues, una serie de factores que, en mi opinión, son determinantes a la hora de abordar una investigación seria. Recalcar que mi trabajo no es ni mucho menos una investigación, sino un mero aproximamiento reporteril. Se trata de elementos para ofrecer la otra cara de la moneda. En ningún momento se pretende desacreditar a los testigos principales con esta lista.

2.1.Perfil de la testigo principal.Mediante la realización de un test básico a la testigo extraemos la siguiente información:

¿Cuándo comenzaron a suceder los fenómenos?: tras la muerte de su padre, hace más de 10 años

¿Dónde los notó por primera vez?: al mudarse a su pueblo actual

¿Qué tipo de fenómenos siente?: energías, presencias

Creencias religiosas: cristiana

¿Ha sentido algún tipo de presencia?: en la cama

¿Ha visto alguna aparición?: ninguna

¿Ha escuchado algún tipo de sonido?: golpes

¿Ha presenciado o sufrido más gente que viva con usted este tipo de fenómenos?: familiares directos

¿Han realizado alguna vez sesiones espíritas en la vivienda o en otros sitios?:

¿Ha sentido este tipo de fenómenos o sensaciones en otros lugares?: otras viviendas

El test realizado es algo más extenso. Aunque no se trate  del más adecuado ni profesional sirve para establecer unos preceptos básicos que, sumado a la información implícita en los testimonios, ayuda a establecer una psicología básica de la testigo. Habría sido interesante proceder con un test de sugestibilidad, método que no se descarta en un futuro.

Nos encontramos ante una persona con creencias religiosas, lo que implica una creencia en el más allá, en la vida después de la muerte. Como hemos podido comprobar, antes del fallecimiento de Miguel ya había tomado contacto con fenómenos que ella denomina extraños, por lo que no era, ni mucho menos la primera vez. Asimismo habla de la realización de algún tipo de ritual y las presencias percibidas en casa y otros lugares, por lo que se trata de una persona con una creencia muy arraigada en lo sobrenatural, es decir, lo sobrenatural sería algo “natural” para ella.

En mi opinión, se trata de una testigo con un sesgo muy marcado. Si recordamos, la madre de Elena dice “tener luz”, ser capaz de ver a los muertos. Y no sólo eso, sino que su sobrina también afirma poseer esta capacidad. Qué deducimos de esto: una profunda y marcada cultura paranormal en la familia. Es decir, y hago hincapié en este aspecto: lo paranormal es algo natural, algo con lo que Elena ha vivido desde siempre. Esto nos lleva al siguiente punto.

2.2.La sobreinterpretación paranormal. Debido a su fuerte cultura paranormal y a los antecedentes que preceden al caso en cuestión, es decir, lo que sucede tras la muerte de Miguel, nos encontramos ante un grave problema a la hora de intentar determinar si puede haber realmente un estrato sobrenatural en el caso, por mínimo que sea. IMG_1352 (2)

Un ejemplo muy claro de esta sobreinterpretación lo vemos en el siguiente “fenómeno”. Durante una mala racha económica en la que la familia de Elena se enfrentaba a graves consecuencias de no pagar ciertas deudas, ésta estaba a la espera de recibir una beca de estudios solicitada por su hijo. El día que esta beca fue abonada por el Ministerio coincidía con uno de los últimos días para afrontar alguna de esas deudas. Este hecho llevo a Elena a pensar que su marido había “intervenido” de algún modo, “salvando” así a la familia de lo que podía avecinarse.

Éste es sólo un ejemplo, pero es aplicable al resto. Es decir, al oír cualquier ruido, percibir cualquier cosa a la que, en un principio, ella no pueda encontrar explicación física o racional, le atribuye una explicación sobrenatural, relacionada en este caso con su marido. Todo esto no hace sino sumarse a una bola de nieve que va creciendo y creciendo con cada mínimo detalle, convirtiendo un hecho probablemente explicable de manera sencilla en algo extraño que la testigo nos relatará como extraordinario o sobrenatural. 

2.3.Grado de exigencia. Aquí entramos a valorar uno de los filtros más importante que la mente ejerce, tanto sobre el testigo como el investigador. El testigo, en cierto modo, ejerce de científico durante el caso, entendiendo científico cómo aquel que busca o trata de hallar respuestas. Hablaríamos de un “científico popular”. El grado de exigencia sería el nivel que el testigo solicita de los fenómenos a la hora de considerarlos paranormales u ordinarios y explicables. En este caso en concreto nos encontramos ante un grado de exigencia muy bajo.

Un ejemplo de esto lo tenemos en uno de los fenómenos descritos por la protagonista. Mientras tomaba café en la vivienda de abajo con sus vecinos, escucharon pasos en el piso de arriba. Elena sube y pregunta a su hijo que si él se había movido, a lo que éste responde negativamente. Dado que su nieto, el único que se encontraba en el piso de arriba aparte de su hijo, estaba durmiendo, Elena no necesitó de más para achacar los ruidos que había escuchado a algo sobrenatural y pasar este fenómeno a engrosar la lista de los descritos. Pero esto puede pasar con multitud de fenómenos. Los ruidos y olores que describe pueden provenir de cualquier parte, sin embargo ella ya los relata como parte de la fenomenología paranormal en lugar de pasarlos por alto como algo normal. Como diría la doctora  Margaret Matheson, una de las protagonistas de la película Luces Rojas: “Cuando oigo ruido de cascos, pienso en caballos no en unicornios”.

2.4.Calidad de la fenomenología.Otro de los factores a tener en cuenta es la determinación de la calidad de los fenómenos que se producen. Aunque, desde mi punto de vista, muchos de los elementos que estamos comentando se pueden extrapolar a una gran parte de casos similares a éste, me ceñiré a este caso en concreto. La calidad de los fenómenos es algo estrechamente ligado al grado de exigencia. Se tratan ambos de puntos muy subjetivos. La exigencia que yo pueda pedirle a un fenómeno diferirá mucho de la que pueda esperar un científico o un escéptico. Igual puede pasar con la calidad de estos. Un simple ruido puede no ser relevante para mí pero sí algo extraño e impactante para el testigo. Sin embargo hay criterios objetivos que, lo queramos o no, están ahí. Por ejemplo el hecho de que ninguno de los fenómenos desafié las leyes de la física. La estantería se cae en varias ocasiones, pero en ninguna levita. Los ruidos suceden, pero no es algo fuera de lo normal, y menos aún en una casa antigua. Tampoco se presentan éstos de una manera espectacular.

Habría que matizar también aquí la diferencia entre los fenómenos objetivos y subjetivos. Los subjetivos serían principalmente aquellos de los que nosotros no tenemos prueba alguna sobre la que trabajar sino que más bien se basan en recuerdos o, como comentábamos en un punto anterior, la interpretación de fenómenos que hacen los testigo y después nos relatan a nosotros. Los objetivos, en este caso concreto, podrían ser el fenómeno de la flor, que ya hemos abordado en profundidad en el punto pertinente.

2.5..Las lagunas de la memoria.Uno de los grandes problemas que, desde mi punto de vista, existen a la hora de enfrentarse ya no sólo a un caso de estas características, sino, por ejemplo, a uno relacionado con el fenómeno OVNI, es que nuestra principal prueba se basa en los testimonios, es decir, en el recuero del testigo. Dentro de este punto incluiremos también otro factor muy importante: la ausencia del investigador (en la mayoría de los casos) en el momento de los hechos. Esta ausencia nos excluye como protagonistas del caso, no somos nosotros quienes presencian los fenómenos, sino a quienes se los cuentan. Por lo tanto, nuestro trabajo va a estructurarse en torno a un recuerdo, es decir una recuperación sesgada e imperfecta de la realidad de lo sucedido. A esto deberíamos añadir el tiempo que pasa desde que suceden los fenómenos hasta que el periodista o el investigador llegan a la historia.IMAG0030 (2)

Los expertos coinciden en afirmar que la memoria no es un DVD, ni una cinta de vídeo que puedas repasar de manera exacta las veces que quieras. Nuestro cerebro tiene un único y claro objetivo: sobrevivir. Para ello actúa de la manera que más le plazca para convencerse siempre de la opción más cómoda, en este caso, por ejemplo, la presencia de Miguel con la familia. Y no es de extrañar esta decisión. Por desgracia, nos encontramos ante un caso que se inicia con una muerte. Se pierde una persona importante dentro de la estructura familiar. Ante esto,  y como hemos visto, dadas las creencias, la familia, y sobre todo Elena, prefiere optar por la posibilidad sobrenatural y pensar que Miguel sigue con ellos. Porque además, no se trata de una presencia dañina, todo lo contrario, se trata de una presencia protectora, que ayuda e interviene para que todo vaya mejor. Elena refiere en más de una ocasión cómo la pérdida de Miguel la transforma en una mujer más fuerte y decidida, lo que no duda en atribuir a la fuerza que su marida le da. Por lo tanto, no es difícil pensar que esta “realidad” es más cómoda que la de aceptar la pérdida. Otro argumento a favor de esta afirmación es que, en mis numerosas visitas a la casa de la protagonista, he intentado explicarle en más de una ocasión las posibles alternativas racionales a los fenómenos que suceden en su hogar, cerrándose Elena en banda y optando siempre por la explicación sobrenatural de los hechos.

Volviendo a la importancia del cerebro y la memoria en estos casos, no debemos olvidar tampoco que no existe una realidad igual para todos. La realidad es cerebral y cada cerebro es único. En base a nuestra educación, experiencias, etc. Nuestra mente se va moldeando de manera diferente a la de cualquier otro, con un cableado distinto que nos hará percibir la realidad, por mínimo que sea el cambio, de manera distinta. Como afirma el biólogo especializado en desarrollo molecular y en la genética de los trastornos psiquiátricos, John Medina: “Nuestro cerebro es tan sensible a la información externa que su cableado físico depende de la cultura en la que se encuentra.”. Ni siquiera los gemelos idénticos muestran un cableado cerebral similar. Además, memoria e inconsciente se encargan de ajustar lo que no encaja, cambiar lo que no gusta y ensalzar lo que agrada. En este caso, lo sobrenatural frente a lo racional. Si tenemos en cuenta además que el entorno es altamente eficaz en el moldeamiento de la realidad tanto o más como nuestra propia mente y recordamos la fuerte cultura paranormal en la que Elena se ha criado obtendremos entonces una perspectiva distinta para aproximarse al caso.

La psicóloga Cordelia Fine nos dice claramente que: “nuestro cerebro puede editar y censurar selectivamente la verdad para construir una realidad más amable y dulce”. ,Y ¿acaso no es más agradable pensar que Miguel sigue con ellos tras su muerte, guiando y ayudando a la familia? Volviendo al objetivo principal de nuestro cerebro, es decir sobrevivir, para lograrlo es capaz de suplir la información que falta o no comprende con fantasías y fabulaciones. Lo importante para alcanzar ese objetivo es que la realidad se nos presente con un sentido completo y coherente, y este “sentido” es algo subjetivo. Para nuestro cerebro es más importante una historia consistente que una historia verdadera. Aquí debemos de matizar algo de gran importancia: la testigo no miente al contarnos su historia, pero las interpretaciones que ella hace difieren de las que aceptamos desde un punto de vista más racional.

Como señala el divulgador científico Eduardo Punset en uno de sus trabajos: la actitud, la emoción, lo real y lo vivido, todo ello influye en nuestros recuerdos. Lo cierto es que vivimos en un mundo construido por nuestro cerebro y muchas veces nos muestra cosas que no están y otras, nos esconde cosas que sí están.

2.6.El problema de los niños. En este caso en concreto nos encontramos con un factor al que se le da mucha relevancia en otras historias: la presencia de niños pequeños. Siempre se ha hablado de la mayor capacidad sensitiva de los niños. Sin embargo en este caso volvemos a toparnos con las fuertes creencias de Elena. Esta, sin quererlo, probablemente ha ido condicionando a los niños. Manuel Berrocal me dio algunas de las claves a este respecto. Uno de los fallos más importantes en este caso por mi parte ha sido el no poder hablar directamente con los niños. Por cuestiones personales dentro de la familia me ha sido imposible. Aún así, podemos afirmar que con la edad con la que ambos niños describen los fenómenos, éstos ya son capaces de distinguir entre ficción y realidad. También tienden a personalizar. No podemos descartar que realmente no hayan visto algo. Cabe la posibilidad de los amigos imaginarios. Sin embargo, la creencia de la abuela (Elena) ha podido contaminar este fenómeno conocido y estudiado por la psicología. Si al contarle a la abuela que juegan o ven a alguien, ésta inmediatamente lo añade a la fenomenología y les habla de Miguel, surge el problema. Los niños, al verse atendidos y en cierto modo obtener esa recompensa, potencian esa actitud para conseguir más atención.

Como señala Francisco Mora, doctor en Medicina por la Universidad de Granada y doctor en Neurociencias por la Universidad de Oxford (Reino Unido), el pensamiento animista y mágico es uno de los primeros en aflorar en los niños con cerebro todavía inmaduro. En ellos este pensamiento aflora temprano, antes incluso de la influencia de la propia cultura científica. Por ejemplo, si a un niño de apenas tres años se le explica la maravilla con que, a partir de las semillas, se hacen y crecen las flores es altamente probables que el niño pregunte “¿Quién hace las semillas?” y no “¿Cómo se hacen las semillas?”.

2.7.El efecto investigador. El efecto que el periodista o quién sea que se interesa por el caso con el objetivo de “investigarlo” produce en los testigos es, en muchos casos, contraproducente. En primer término, porque el mero hecho de interesarse en la historia ya le está dando a la testigo motivos para pensar que algo es extraordinario en lo que cuenta, de dónde sino iba a salir ese interés por parte del interesado. Por otro lado, el investigador (por llamarlo de algún modo) puede contaminar al testigo, de manera intencionada o sin darse cuenta, depende de sus intereses, con sus creencias, conocimientos, etc. En el caso que nos ocupa, sólo una persona ha tenido acceso a él, lo que ayuda bastante.

Aquí podríamos incluir otro factor: el interés final del investigador. Cuál es: publicar, conocer, investigar seriamente. Dependiendo de los objetivos, se dará una visión al testigo. Si mi objetivo es publicar un caso estremecedor en una revista comercial, no necesitaré de toda esta reflexión. Con los testimonios expuestos en la primera parte me serviría, sin necesidad de intentar ayudar a la protagonista a entender o llegar a la raíz del caso.

IMG_2386 (1)Conclusiones

Sólo me queda decir que, evidentemente, no he resuelto el caso. Lo que he vertido en este estudio, aunque en algunos aspectos se halle revestido de cierto cientifismo, no son más que una serie de pautas que, como no me cansaré de repetir, considero importantes a la hora de iniciar un reportaje, una investigación o un mero aproximamiento a un caso por interés. Pautas a las que no he llegado tras un estudio de años y años. Sencillamente reflexionando, aplicando el sentido común y preguntando a quién de esto sabe más que yo. Lamentablemente no existe un método al que ceñirse cuando uno se decide a lanzarse a estudiar un caso paranormal, pero, como he intentado mostrar, existen elementos y factores (hay muchos más) que pueden servir de guía inicial, que pueden sernos útiles para empezar a indagar.

No seré yo quien diga si el caso es o no es paranormal. Eso le corresponde a cada uno, por eso he mostrado las dos caras de la moneda o he intentado hacerlo. ¿Existe lo paranormal? He ahí la gran pregunta. No dudo de su existencia, pero creo que para catalogar algo de paranormal, a veces hace falta mucho más que testimonios. Creo que, con un poco de reflexión y sentido común, algo menos de intereses lucrativos por parte de algunos y un poco más de honradez, todo aquello que se nos vende como extraño se quedaría bastante reducido. Aún así, seguiría habiendo un porcentaje, por pequeño que sea, de asuntos sin resolver y preguntas sin responder… ¿no es maravilloso?

Jesús Ortega

1º Premio de Investigación EOC

Puedes desgargarte gratis EOC nº 75 en: http://elojocritico.info/wp-content/uploads/2014/04/EOC75.pdf


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  1. […] dejo la primera parte del estudio de caso que presenté en el I Congreso Solidario El Ojo Crítico: Ciencia, Creencia y Delito. En ella […]

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