Published On: Mie, mar 9th, 2022

LOS LOBBIES DE LOS “PSEUDOESCÉPTICOS”, SUS ACCIONES Y COMO NEUTRALIZAR SUS PLANES, DESDE LA FILOSOFÍA DE GUSTAVO BUENO

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Publicado en EOC nº 94

EOC 94 okDesde los primeros números de El Ojo Crítico venimos denunciando a los charlatanes y vividores del misterio. Incluido el autodenominado M.E.O. (Movimiento Escéptico Organizado), que en España lideran el Círculo Escéptico y La Alternativa Racional a las Pseudociencias. Pero en 2011, y en El Ojo Crítico número 69, dedicamos un extenso dossier al movimiento pseudoescéptico que recogía el mayor volumen de información publicado nunca sobre el tema. Y desde ese año -no es casualidad- académicos, periodistas y analistas han venido publicando diferentes análisis y críticas al MEO, que ahora, por primera vez, aparecen en una revista académica. El presente artículo, del Catedrático de Ciencias de la Información Felicísimo Valbuena, propone un análisis de lo que denomina “lobbies pseudoescépticos” desde la filosofía de la ciencia. Inaudito.eoc 69

Resumen: En este artículo, el autor comienza presentado a un grupo de tres directivos de un lobby que, presentándose como científicos, encargaron, en 2011, una lista “terapias naturales” a solo una persona. El reducido grupo que conforma un lobby, presiona a Colegios profesionales y al Instituto de Salud Carlos III en los medios de comunicación y, después, a dos ministras de Sanidad y uno de Ciencia. Lo que comenzó como el encargo de un lobby a una sola persona acabó convirtiéndose en doctrina oficial de dos Ministerios. Esta pseudodoctrina, desarrollada en normas, puede desencadenar unos efectos inimaginables hace pocos años, cambiando radicalmente el panorama laboral de miles de profesionales. Después de presentar la trayectoria, el autor se propone interpretarla desde la Filosofía de Gustavo Bueno. En concreto, de su Gnoseología o Teoría de la Ciencia. Presenta las afirmaciones de quienes critican a los lobbies “pseudoescépticos” y va aplicando las figuras gnoseológicas de Bueno a: escritos y campañas de los lobbies, comportamientos de los grupos y organizaciones, actuaciones de ministros y propuestas de legislación. Finalmente, el autor de este artículo propone una serie de normas para neutralizar los planes de los “pseudoescépticos”. Lo que también ha guiado su trabajo es poner a disposición de los profesores el estudio de un caso importante con el que enseñen a sus estudiantes a distinguir entre comportamientos éticos -o caocéticos-, morales -o inmorales- y políticos.

1. Propósito de este trabajo

En este trabajo me propongo presentar unos episodios de índole teórica y profesional que acabaron concentrándose en muy poco tiempo, y con unas consecuencias que pueden ser muy dañinas para miles de profesionales.

Ha habido varias respuestas contra los episodios que habían organizado unos pequeños grupos que aquí denomino “lobbies de los pseudoescépticos”. Una de las respuestas llegó en forma jurídica hasta Europa.

Bien para prevenir la proliferación de pleitos contra los “pseudoescépticos” o por la ruptura que ha supuesto la pandemia, han disminuido las acciones de los “pseudoescépticos”.

Esta circunstancia no puede detener el estudio filosófico de este asunto, que enfoco desde la Filosofía de Gustavo Bueno.

Los asuntos que voy a abordar son los siguientes:

-Cómo incluir este trabajo dentro de la Filosofía de Gustavo Bueno

-Primer episodio: La lista de las “pseudoterapias” y el caso de su autor, Angelo Fasce Clemente.

-Los procedimientos de Fasce para descalificar: los ejemplos de la Terapia Gestalt y del Psicoanálisis.

-Las figuras gnoseológicas ausentes de los escritos de Fasce Clemente: Referentes fisicalistas, Dialogismos. Identificación de falacias.

-Los “lobbies” o grupos de presión de profesionales y los “científicos”. La figura de los autologismos.

-Fernando Frías y sus campañas propagandísticas tienen como objetivo crear Fenómenos y un orden social distáxico.

-Lo que hicieron los “pseudoescépticos” con una columna de la periodista Rosa Montero.

-El diagnóstico de Marino Pérez Álvarez sobre los “pseudoescépticos”

-Los impulsores de la Lista presentan los síntomas de lo que Irving Janis denominó “síndrome de la mentalidad de grupo”.

-Los insultos de los “pseudoescépticos” entran dentro de los que Milton Rokeach denominó «rechazo dogmático».

-Hay precedentes de cómo vencer a quienes padecen la mentalidad de grupo.

-El Instituto de Salud Carlos III, algunos Colegios de Médicos y la Organización Médica Colegial dan muestra de lo que Theodor W. Adorno denominaba “sumisión autoritaria”.

-Historia del Lobby “pseudoescéptico”

-Segundo episodio: El Primer Informe sobre fallecidos a causa de Pseudoterapias en España.

-Tercer episodio: La carta abierta a la ministra de Sanidad María Luisa Carcedo.

- Cuarto episodio: La rueda de prensa de los ministros Carcedo y Duque para presentar el “Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias”.

-Las personas y grupos citados recuerdan prácticas de otros tiempos antidemocráticos.

- Las consecuencias del Plan: espiar, calumniar, desacreditar, ignorando artículos de la Constitución española.

- Cada profesión puede coincidir con las demás en la línea argumental, pero aplicándola a su campo de

 actividad. La fértil distinción entre “tema” y “moneda”.

-¿Qué hacer? Las verdaderas ideas son las de los náufragos.

-Recomendaciones. Referencias bibliográficas y Webgrafía.

2. Cómo incluir este trabajo dentro de la Filosofía de Gustavo Bueno

En su Gnoseología o Teoría de la Ciencia, Gustavo Bueno presenta un Campo Gnoseológico, que comprende tres ejes. El Sintáctico comprende tres figuras analíticas: Términos, Relaciones y Operaciones. En el Semántico se en encuentran los Referenciales o Referentes fiscalistas, Fenómenos y Estructuras, Esencias o Conceptos esenciales. En el Pragmático: Autologismos, Dialogismos y Normas.

Hay cuatro figuras sintéticas: Definiciones, Divisiones/Clasificaciones, Modelos y Demostraciones.

En las diferentes partes de este artículo iré aplicando esas figuras a los asuntos que vaya abordando. Como no puedo tomar como campo de este artículo toda la lista de las 139 “pseudoterapias”, porque no estoy familiarizado con la mayoría de ellas, he escogido otras con las que sí lo estoy, algunas Escuelas de Psicología Humanista.

Por tanto, este trabajo no se limita a ser periodismo de investigación. Lo desborda el estudio filosófico de los diversos aspectos que voy a examinar.

3. Primer episodio: La lista de las “pseudoterapias” y el caso de su autor, Angelo Fasce ClementeAPETP

Según Ana Gimeno-Bayón y Ramón Rosal, Doctores en Psicología y Directores del Instituto Erich Fromm de Psicoterapia Integradora Humanista (Barcelona), la APETP encargó a Angelo Fasce Clemente, en 2011, que elaborase una lista de las “terapias pseudocientíficas”. Él presentó 139 “pseudoterapias”. En 2019, la lista solo consta de 76. Es decir, 70 “pseudoterapias” menos. (Webgrafía: lista-de-terapias-pseudocientificas/)

Los citados Doctores me han proporcionado por escrito un importante conjunto de ideas que voy a ir concretando en este artículo, siempre refiriéndome a ellos.

¿Quiénes son los directivos de la APETP (Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas?) que encargó la lista a Fasce?

Fernando Cervera es biólogo y autor del libro El arte de vender mierda; José Manuel Gómez, ayudante doctor del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante; Fernando Frías, abogado.

Es decir, ninguno es profesional sanitario.

angelo_fasce¿Quién es Fasce?

En 2014, en la Universidad de Salamanca, cuando estaba cursando un Master, Fasce se presentó así:

“Soy licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia. Mis intereses se centran en la filosofía de la ciencia de forma general, aunque siento especial interés por la filosofía de la biología. Mantengo una línea de investigación fuertemente naturalizadora, donde tienen especial relevancia las implicaciones filosóficas del programa neodarwinista de investigación, los desarrollos de la sociobiología y la fundamentación científica de la memética. También me interesan, desde una perspectiva de impacto social, las pseudociencias, las ideologías y las religiones, y la función social que la filosofía de la ciencia ha de desempeñar a la hora de afrontar estas cuestiones estableciendo un criterio contundente y operativo de demarcación entre ciencia y pseudociencia”.

Además de sus ya citadas inquietudes, al parecer realizó su Trabajo Final de Máster en 2014.

Los problemas de demarcación son muy antiguos. Los escolásticos lo planteaban como el problema “de distinctione scientiarum”, sobre la distinción de las ciencias. Pero hay otros dos problemas muy importantes: La unidad de la ciencia y su evolución histórica. En su Gnoseología o Teoría de la Ciencia, Gustavo Bueno plantea de manera muy precisa esos tres problemas. (Bueno, 1976: 76-98).

Al ignorar Fasce los problemas de la unidad de la ciencia y del curso de las mismas, ignora dos aspectos esenciales de Filosofía de la Ciencia.

En 2020, todavía no consta que Fasce Clemente haya presentado su Tesis Doctoral.

Entonces, la pregunta obligada es cómo un estudiante de postgrado se atreve a dictaminar sobre asuntos tan complejos como algunas Psicologías Humanistas.

 3.1 Los procedimientos de Fasce para descalificar: los ejemplos de la Terapia Gestalt y del Psicoanálisis

Examinemos su manera de trabajar.

Fasce se muestra convencido de que puede demoler una escuela de psicología en pantalla y media de ordenador. Ahora, me voy a centrar en su dictamen sobre la Terapia Gestalt y sobre el Psicoanálisis. (Fasce, Terapia Gestalt, en Webgrafía: lista-deterapias-pseudocientificas/).

En 676 palabras, cree liquidar a la Terapia Gestalt.

“La gestalt carece casi totalmente de estudios serios específicos, y los serios genéricos no la incluyen dentro de las psicoterapias avaladas para ningún trastorno, ni siquiera para depresión. Existen algunos metaanálisis sobre la efectividad de la gestalt,…”

Por una parte, dice que “carece casi totalmente”, pero a continuación afirma que existen “algunos metaanálisis”. Resulta que, según la tabla de Grados de evidencia científica de la Agency for Healthcare Research and Quality, el nivel I) (Primero) lo ocupa la Evidencia derivada de un metaanálisis o bien de diferentes estudios aleatorios.

Uno de los metaanálisis examina 38 estudios. Y el dictamen final es favorable a la Terapia Gestalt. Entonces, arremete contra los metaanálisis: “…pero todos están mal diseñados a nivel estadístico, con muestras no homogéneas o inválidas”. Y prosigue:

“Entre los dos más afamados, uno es un estudio absolutamente desfasado que incluye estudios que no tienen el más mínimo rigor en el diseño o en la publicación, y el otro incluye artículos de revistas no indexadas, que evalúan cosas muy dispares… y muchos de los resultados son medidos con técnicas de psicometría muy poco rigurosas o inadecuadas”.

Esta manera de trabajar de Fasce no es científica. Por varias razones.

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 3.2 Las figuras gnoseológicas ausentes de los escritos de Fasce Clemente: Operaciones, Referentes fisicalistas, Dialogismos. Identificación de falacias.

La Gnoseología de Bueno distingue la figura de las Operaciones, dentro del Eje Sintáctico del Campo Gnoseológico. Puede parecer demasiado elevado este lenguaje. Por eso, conviene hacer más accesibles las Operaciones definiéndolas:

 “Son las transformaciones que introduce un sujeto en uno o varios objetos del campo al analizarlos o sintetizarlos. El investigador o sujeto operatorio tiene un cuerpo capaz de «manipular» objetos, sonidos, símbolos, separándolos o juntándolos”.

Por mi parte, añado que podemos entender como «operadores» las tecnologías científicas: Imprenta, telégrafo, teléfono, radio, televisión, ordenador, rayo láser, audímetro Nielsen, Cámara Macworth o retinascopio, dinomascopio, magnetoscopio, ordenador… acompañan a los estudiosos cuando éstos construyen sus teorías.

“En Lógica, las operaciones son functores determinativos que extraen términos partiendo de operaciones de otros términos. Por ejemplo, pueden seleccionar las clases de elementos que satisfacen una determinada propiedad: «los x que tienen la propiedad P». Por ejemplo, «los habitantes de estos dos edificios que ven la telenovela Y». O a partir de una o varias proposiciones obtienen un término individual constante: «el x tal que satisface la propiedad P». Por ejemplo, la expresión «es escritor de la obra X», cuando los investigadores deducen la autoría de determinados documentos”. (Bueno, 1995: 49, En Valbuena, 1998: 42).

Fasce no sabe o no quiere operar. Desfigura los asuntos que aborda. Adapta lo que ve o lee a lo que quiere demostrar. Pero una demostración carece de fundamento sin operaciones.

¿Qué pruebas podemos aportar de que Fasce no sabe o no quiere operar?

Una muy importante es que no aporta Referenciales o Referentes fiscalistas.

Según Gustavo Bueno, los referenciales son aquellas partes formales de las ciencias cuya característica fundamental es que remiten a «situaciones concretas asociadas a un cuerpo físico, individual o bien susceptible de ser determinado o reproducido como cuerpo individualizado. Son las cosas corpóreas en la medida en que pertenecen al contexto de la racionalidad científica». (Bueno, 1976: 499-500, 1992 (1): 120 y 1995: 50- 51.

Fasce sólo admite las informaciones que él dice que apoyan su posición. Ignora y/o rechaza las informaciones contrarias. Sustituye las pruebas por juicios de valor con adjetivos desfavorables y con falacias. Por eso, él y los “pseudoescépticos” utilizan marcos lingüísticos de los que los estudiosos se ocuparon hace muchos años.

Los cultivadores de la Terapia Gestalt pueden comprobar que se encuentran ante un maniqueo, un autoritario (según la terminología de Theodor Adorno), un dogmático (según el gran estudio de Milton Rokeach), con marcos lingüísticos estalinistas, pero fácilmente rebatibles.

Además, Fasce no tiene presentes los Dialogismos.

Según Gustavo Bueno, es imposible que un investigador desarrolle una actividad científica continuada sin tener en cuenta a los demás con los que le ha tocado vivir – sean otros investigadores, discípulos o seguidores; o a pensadores e investigadores que le han precedido. Aquí es donde tiene lugar la figura del Dialogismo.

Los dialogismos en presencia caracterizan como simultáneos en el presente histórico a los sujetos que intervienen en el quehacer científico; los dialogismos en ausencia recogen las relaciones científicas entre sujetos ausentes, porque existieron en una época distinta de la actual.

Los vínculos dialógicos entre los diferentes sujetos pueden ser de diferentes tipos: La enseñanza, la ciencia como explicación, los momentos polémicos y conflictivos y los descubrimientos de falacias. (Bueno, 1992:121-126 y 1993:1400)

Los momentos polémicos y conflictivos entran en los Dialogismos.

Las ideas que no reciben el acicate de la crítica, acaban por convertirse en ideas blandas. Por eso, las ciencias necesitan la crítica, la discusión, la polémica y el debate para construir y consolidar los hallazgos.

En este punto, conviene distinguir entre polémicas como un elemento más y la polémica convertida en el mecanismo fundamental para lograr que unas ideas se pongan de moda. Antes, parecía que algunos escritores eran los únicos en organizar escándalos para llamar la atención y que se vendieran sus libros. Hay *científicos+ que han copiado este proceder. De esta manera, si tienen éxito, el panorama no puede ser más falso: se encumbran medianías y las ideas de personas valiosas quedan arrinconadas, por desconocer cómo funcionan la publicidad y la propaganda o porque les parece inmoral emplearlas. Que una teoría tenga éxito externo está lejos de equivaler a que sea valiosa.

El descubrimiento de falacias también es una versión de los Dialogismos.

David Hackett Fischer publicó en 1970 Historian’s Fallacies. Con un estilo riguroso y toques de humor, definía, clasificaba e ilustraba con numerosos casos las falacias en que incurrían los historiadores.

“Una falacia no es simplemente un error sino una manera de caer en el error. Consiste en razonar falsamente, frecuentemente desde premisas de hecho verdaderas, de manera que se generan falsas conclusiones.” (Fischer, 1970: XVII).

Fischer tenía en cuenta las obras que sobre falacias políticas habían escrito William G. Hamilton en 1808, Jereremy Bentham en 1824 y otros autores en el siglo XX. La primera edición del Tratado de los sofismas, de Bentham, en español, es de 1834. Falacias políticas es el título de esta obra en español desde 1990.

La primera edición del libro The Art of Cross-Examination, de William Wellman sobre las falacias de los abogados, es de 1904. Se han sucedido las ediciones durante todo el siglo XX. La que hacemos constar en Referencias Bibliográficas es de 1988. Siguen editándolo varias veces en el siglo XXI.

Finalmente, Edith Efron publicó en 1971 The News Twisters y categorizó «reglas” de cómo los periodistas manipulaban la información. Expondremos algunas de las 33 falacias que distinguió Efron.

Con el paso del tiempo, una profesión aprende las falacias de la otra.

Retomemos lo que decía Fasce sobre la Terapia Gestalt:

“Por otro lado algunos estudios bien diseñados que obtienen resultados positivos no pueden ser considerados como evidencia debido a ambigüedades en la interpretación…”.

Edith Efron denominaba esta técnica como Distorsionar (Efron, 1970: 118). Fasce resume una fuente o serie de fuentes con una gran imprecisión, resultando así un refuerzo o apoyo a su posición sobre la Terapia Gestalt. Sobre todo, la distorsión surge cuando Fasce saca de contexto la posición de la Gestalt, dejando una impresión que es enteramente distinta de lo que Fritz Perls quería.

Argumentar unidireccionalmente es otra falacia (Efron, 1970: 114). Fasce expone solo la parte que a él le interesa. “La gestalt es una forma de pseudopsicoterapia que presenta una base teórica tremendamente ambigua, mostrando mucho mestizaje con otras formas de intervenciones. Estrechamente vinculada al psicoanálisis”.

Fasce no soporta la ambigüedad, como les ocurre a los dogmáticos y autoritarios. Le falta formación, anda muy escaso de lecturas para interpretar esa ambigüedad.

He aquí la “tremenda ambigüedad” que no admite Fasce. Cuando alguien no tolera la ambigüedad, actúa como un maniqueo. Por eso, Fasce tampoco admite lo siguiente: “La Terapia Gestalt está unida a algunas religiones orientales, al misticismo, a la mecánica cuántica, teoría de campo, de sistemas e incluso de filosofía fenomenológica y existencialista. También mantiene relaciones con el anarquismo político”.Angelo Fasce Clemente

En realidad, Fasce Clemente reproduce varios juegos que identificó Eric Berne en su libro Juegos en que participamos. Fasce parece ser adicto al juego Defecto, que Berne expuso con mano maestra:

“Los jugadores de “Defecto” no se sienten a gusto con una persona, hasta que descubren su falta o tacha. En su forma más inflexible puede convertirse en un juego político totalitario jugado por personalidades “autoritarias”, y entonces puede tener graves repercusiones históricas. Entonces su íntima relación, con “Hoy en Día”, es evidente. En la sociedad suburbana se obtiene la tranquilidad positiva jugando “¿Qué tal lo hago?”, mientras que “Defecto” provee la tranquilidad negativa. Un análisis parcial podría hacer más claros algunos elementos de este juego.

“Esta premisa puede recorrer desde el más trivial (“El sombrero del año pasado”), hasta el más cínico (“No tiene siete mil dólares en el banco”), el siniestro (“No es 100% ario”), el esotérico (“No ha leído a Rilke”), el íntimo (“No puede sostener la erección”) o el sofisticado (“¿Qué es lo que trata de probar?”). Psicodinámicamente está basado, por lo general, en la inseguridad sexual, y su propósito es ser tranquilizado”. (Berne, 2014, pp. 132-133; 2006, pp. 131-132).

Descalifica, también, el Psicoanálisis como “pseudoterapia”, en dos pantallas. No se detiene a interpretar profundamente el Psicoanálisis, como hizo Bueno, a pesar de no compartir los supuestos de esta Escuela. (Bueno, 1981-182: 12-39 y 2009, 60. 82-133)

Dentro del Psicoanálisis, aunque no en su corriente freudiana, Carl Gustav Jung escribió Tipos Psicológicos (2008). Pues bien, uno de los mejores científicos sociales del siglo XX, Russell L. Ackoff, diseñó y dirigió una extensa investigación sobre “¿Por qué la gente bebe?”. Ha sido una de las investigaciones mejor diseñada y llevada a cabo en Ciencias Sociales. Ackoff explicó esa investigación con todo detalle en sus publicaciones y en un Curso que impartió en la Escuela de Organización Industrial, de Madrid, que luego editó su Servicio de Publicaciones. Llegó a clasificar a los bebedores en los cuatro tipos psicológicos de Jung (Ackoff, 1978).

Al actuar con ligereza, la lista de Fasce se parece al Índice de Libros Prohibidos, fuera de la circulación hace mucho tiempo.

Otra de las falacias que identificó Efron es una de las favoritas de Fasce: Culpabilizar por asociación. Consiste en unir constantemente a un grupo político con prácticas repugnantes o inmorales. (Efron, 1971: 115) Así aplica Fasce esta falacia a la Terapia Gestalt.

“Por todo ello, la gestalt ha de ser considerada un claro caso de pseudopsicoterapia que, además de la posible evasión de tratamiento, puede tener efectos adversos… La Gestalt promueve el abandono de las responsabilidades, cargando la culpa de los problemas de sus clientes en los demás, especialmente en sus familiares y amigos, generando así una actitud egoísta, egocéntrica y de aislamiento. Este efecto ha sido ampliamente documentado, y puede considerarse muy peligroso.”

De esta manera, Fasce convierte a la Gestalt en la versión contemporánea del “síndrome de Adán” quien, cuando Dios le preguntó por lo que habían hecho, descargó toda la culpa sobre Eva. De este modo, Fasce deja abiertos muchos flancos a la hilaridad.

Fasce escribe poco, y en el estilo que ya conocemos, pero ofrece referencias bibliográficas. Él piensa que el lector no va a estar interesado en leer esas referencias. Pero si el lector sí lee esos artículos pacientemente, si sabe operar bien, se encuentra ante alguien que manipula la información de una manera muy poco elegante, es decir, burda.

Reproduzcamos la última línea de la última cita: “Este efecto ha sido ampliamente documentado, y puede considerarse muy peligroso.”

Fasce entiende por “efecto ampliamente documentado” un testimonio de tres páginas en un Blog, seguido de comentarios de lectores. Y otro testimonio de dos páginas, seguido también de comentarios. Entonces, nos encontramos ante quien es adicto a sustituir los referenciales por falacias.

Edith Efron calificó lo que hace Fasce como Atacar con doble rasero (Efron, 1971: 112-113). Él descalifica a los profesionales de la Gestalt refiriéndose a metaanálisis que no valen, a revistas no indexadas…, pero cuando quiere fundamentar su posición se vale de un Blog con dos breves testimonios. Entonces, no podemos esperar rigor de quien manipula las evidencias de este modo.

Edith Efron calificaría, también, la falacia de los dos casos citados como Prototipo falso. Consiste en presentar la opinión de un individuo, afirmando que representa a un gran grupo organizado. Deja que hable este “falso prototipo” y permanece al margen, como encarnando la neutralidad. Al concederles que hablen como portavoces, está favoreciendo la importancia de esas opiniones. Suele ocurrir con los portavoces de distintos grupos, que no son precisamente grandes. (Efron, 1971:17).

La gran escasez de referenciales de Fasce constituye la Falacia del hecho aislado, según David Hackett .

“La falacia del hecho aislado es una generalización desde un único caso. Cuentan una historia, quizá apócrifa, de un científico que publicó una sorprendente e improbable generalización sobre la conducta de las ratas. Un colega incrédulo visitó su laboratorio y cortésmente le pidió ver los experimentos sobre los que basaba su generalización. “Aquí están”, dijo el científico, sacando un cuaderno de entre una pila de papeles en su escritorio. Y apuntando a una jaula en la esquina, añadió: “Ahí está la rata”. (Fischer, 1970: 109).

Lo que está en juego es si Fasce es un investigador serio o un “bluf”: “persona o cosa revestida de un prestigio falto de fundamento”. Según María Moliner, «Cosa que asombra, admira o atrae el interés de la gente sin realmente mérito o importancia para ello».

Se comporta como los estalinistas cuando no admitían el “trabajo fraccional” ni los desviacionismos de derecha o de izquierda. Fasce podría haber actuado muy bien como Trofim Lysenko durante la era de Stalin. Trofim no admitía críticas y sí criticaba y causaba las desgracias de muchos académicos. Destruyó la Genética en la URRSS.

Los profesionales de la Gestalt deberían enterarse de cuál ha sido y es la vida profesional de Angelo Fasce Clemente. Prescindir de detalles personales, aunque parezcan decisivos para un retrato psicológico, y centrarse en lo profesional. Importa cerciorarse de si ha presentado su Tesis Doctoral, que lleva anunciando desde hace años.

Si no la ha defendido, deben estar pendientes del día y lugar en que va a defenderla. Así, después de él, podrán intervenir los doctores presentes en la Sala, como especifica la normativa.

Si ha defendido su Tesis, ¿en qué repositorio de qué Universidad la tiene entregada? Y si la tiene disponible para que el público la consulte.

Mientras tanto, conviene que Fasce lea lo que Gustavo Bueno ha escrito sobre fundamentalismo científico y que lea y/o vea los XXII Encuentros de Filosofía. Su título fue Ciencia y fundamentalismo científico y tuvieron lugar en Oviedo el 7 y 8 de abril de 2017, en el Salón de Actos de la Fundación Gustavo Bueno.images (15)

Fernando Frías, otro “pseudoescéptico” parece cortado con las mismas tijeras que Fasce Clemente, aunque todavía con un nivel de conocimientos mucho menor.

En el breve Currículum Vitae de su Web, afirma que mantiene el Blog “La lista de la vergüenza”, dedicada a dar cuenta de las titulaciones pseudocientíficas que imparten muchas Universidades españolas”.

¿Por qué no concreta qué entiende él por “muchas Universidades españolas?”. Porque carece de referentes fisicalistas. No especifica qué Universidades son, porque sencillamente, no existen. Falta a la verdad.

Tampoco parece comprender la importancia de los dialogismos.

Escribí una columna en Confilegal y mencioné a Frías varias veces. Él escribió una carta al Director, en estos términos:

“Por lo tanto, mediante este escrito les REQUIERO para que en un plazo máximo de VEINTICUATRO HORAS desde la recepción del presente mensaje procedan a la retirada de la citada columna. En caso contrario me veré obligado a interponer de forma inmediata las correspondientes acciones judiciales”.

El letrado de Confilegal le respondió pidiéndole que concretase en qué basaba su decisión. Frías no respondió.

Lo que Frías quiso hacer es reproducir una conducta nefasta, tan propia de los estalinistas: Hacer desaparecer, en cualquier medio, lo que les desagradaba. Los soviéticos eliminaban las imágenes que les podrían molestar. Ejemplos: Cómo hicieron desaparecer la imagen de Trotski junto a Lenin o la de Yezhov, junto a Stalin. Yezhov fue el gran criminal responsable del llamado Gran Terror, es decir, las purgas de 1937- 1938. Después, cayó en desgracia y Stalin le hizo fusilar en febrero de 1940. Entonces, es posible encontrar en Internet las fotografías de Trotski junto a Lenin y, después, eliminado. También, la de Voroshilov, Molotov, Stalin y Yezhov y otra, con Yezhov desaparecido.

Alguien puede objetar que parece desmesurado comparar las actuaciones de Fasce y Frías con las de los dogmáticos soviéticos. A lo que respondo que las quemaduras son de primero, segundo y tercer grado. Eric Berne también distinguió tres grados en los juegos (Berne, 2014:110).

4. Los “lobbies” o grupos de presión de profesionales y los “científicos”. La figura de los autologismos

Desde hace quince años, he venido observando cómo determinados grupos de poder sometían a los españoles a rupturas perjudiciales de su ritmo de vida y a desafíos al poder político: Pilotos de Iberia, Controladores aéreos, Estibadores, Conductores del Metro de Madrid.

No son colectivos mal pagados sino auténticos privilegiados, comparándolos con otros trabajadores. Puesto que los profesionales de esos grupos de presión ganaban unos sueldos elevados, podían permitirse un Gabinete de Comunicación permanente, que se encargaban de suministrar declaraciones a los medios. Y siempre había un portavoz.

He investigado a estos grupos y publicado artículos, algunos de ellos extensos, sobre sus prácticas y lo perjudiciales que resultaban. Su comportamiento era distáxico, por utilizar este adjetivo, tomado de la doctrina política de Gustavo Bueno. Eutaxia es el buen orden social; distáxicos son todos los actos que se oponen a la eutaxia.

Lo que más les interesaba a esos grupos, como medios para aumentar sus privilegios, era que sus desafíos tuvieran reflejo en los medios de comunicación, es decir, que actuasen como sus cajas de resonancia. En los medios de comunicación exponían justificaciones de sus desafíos, justificaciones que no resistían un examen crítico con razones. Incluso, presentaban sus privilegios como ventajosos para los contribuyentes. Y eran implacables en los insultos contra quienes mostraban una posición crítica.

En resumen: Eran grupos de presión que estaban en una relación simbiótica con los medios: Grupos y medios creaban ideología, tal como la entiende Gustavo Bueno.

“Las creencias son sistemas socializados de Conceptos e Ideas que organizan la percepción de partes del mundo o de su totalidad en el que vive la sociedad de referencia… Las Ideogías son sistemas de Ideas, también socializadas pero vinculadas a un grupo social (clase social, partido político, institución, corporación) en tanto que dado en conflicto con otros grupos sociales. “Las creencias no contienen formalmente esta relación y, por ello, puede hablarse de “creencia de una sociedad considera en sí misma”; las ideologías contienen, en cambio, esa relación y por ello, sólo en la sociedad diferenciada en clases, grupos, etc., en la que cabe hablar de enfrentamiento de unos grupos a otros, podrá hablarse de ideologías”. (Bueno, 1989: 88-144).escepticos - copia

Con el paso del tiempo, me di cuenta de que otros grupos de presión cuyos títulos evocan asuntos científicos utilizaban y están utilizando tácticas muy parecidas a las de los pilotos, controladores, conductores del Metro de Madrid y estibadores. Ahora se llaman Círculo Escéptico, Farmaciencia, Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad, Alternativa Racional a la Pseudociencia, Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.

Para analizar estos grupos, cobra importancia la figura de los Autologismos.

Los científicos realizan muchas actividades que son muy subjetivas. Podríamos decir que las grandes teorías son el resultado de una gran intuición, de un momento feliz de creatividad que, posteriormente, adquiere amplitud y fuerza, como el comienzo de una tormenta. Esa amplitud y fuerza, sin embargo, no es el resultado de continuas intuiciones sino de trabajo constante, paciente, de recuentos y más recuentos de experiencias.

“Las actividades psicológicas ligadas al ingenio, a la memoria, a la imaginación, a la tenacidad, a la penosa laboriosidad del trabajo diario del científico, suelen olvidarse y marginarse cuando se exponen los resultados escuetos de la ciencia. Es más: estos acontecimientos de la vida privada de la ciencia deben necesariamente omitirse y silenciarse porque así lo exige la presentación objetiva de las verdades en que toda huella de subjetividad ha de quedar eliminada. Pero la Gnoseología, que reconstruye cada una de las “partes formales” de las ciencias, ha de incorporar y reconocer estos elementos como componentes reales del quehacer científico” (Bueno, 1982:130).

Si aplicamos la figura pragmática de los «autologismos» a quienes ostentan el poder en esas Asociaciones, nos encontramos con los resultados siguientes:

De los ocho miembros de la Junta directiva de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, la Asociación que encargó la lista a Angelo Fasce Clemente, ninguno es psicólogo.

Entonces, Fasce y la AETP sustituyen la fundamentación filosófica y científica de sus afirmaciones por el poder y sus maniobras.

El Círculo Escéptico es una asociación cultural que tiene como finalidad principal fomentar la práctica del escepticismo. Incluye lo definido dentro de la definición. Por tanto, su fuerte no es la Lógica.

Farmaciencia la componen Farmacéuticos a favor de la evidencia científica. O sea, que ahora los farmacéuticos dictaminan qué son los psicoterapeutas.

5. Fernando Frías y sus campañas propagandísticas tienen como objetivo crear Fenómenos y un orden social distáxico

Fernando Frías ha organizado campañas de propaganda. Es necesario examinar a fondo las campañas de Frías, porque pueden tener unas consecuencias muy perjudiciales para la actividad profesional de muchas personas. Aquí sólo presentamos unos indicios. Es posible e, incluso probable, que quienes en un futuro se sientan perjudicados por las campañas de Frías, puedan llevar a los Tribunales a los responsables de los efectos que han causado las campañas propagandísticas.

Un grupo de médicos de Murcia acordó reunirse en los locales de su Colegio para tratar sobre la homeopatía. Los directivos del Colegio, cediendo a las presiones que sobre la opinión pública estaba ejerciendo Fernando Frías, le encargaron que justificase por qué a médicos que pertenecían a ese Colegio no se les debía autorizar reunirse en los locales del Colegio al que pagaban sus cuotas.

Los responsables de ese Colegio necesitaban que Frías justificase la decisión que habían tomado. Si al final sale un libro de periodismo de investigación en el que aparezca la historia de los “pseudoescépticos”, es muy probable que no queden en el anonimato quienes negaron los locales. Es un asunto del que no podrán sentirse orgullosos.

Justificaciones de Frías:

“Que esos colegiados paguen su cuota no implica que su Colegio tenga que cederles sus instalaciones. Estoy seguro de que en el Colegio de Médicos de Murcia, como en cualquier otro grupo social, también habrá colegiados que pertenezca a los Testigos de Jehová, que sean forofos de la Selección Española de Fútbol, a quienes les guste tomarse unas cervezas los viernes por la tarde o que tengan como hobby los bailes de salón “.

“Y, sin embargo, a nadie se le ocurriría que solicitasen el salón de actos del Colegio para llevar a cabo allí sus ceremonias, colocar una pantalla para ver los partidos de “La Roja”, montar una “Oktoberfest” o celebrar un concurso de tangos”.

Respuesta que podría dar la mayoría de los colegiados si se les pidiese su opinión en una encuesta: ¿Por qué negarles los locales, si los pagan y si el Colegio obtiene beneficios que necesita?

Es decir, tendría razón Zetetic1 cuando afirma que la posición ideológica de los “pseudoescépticos” se resume en la defensa de todo lo llamado oficial”.

Prosigue Frías:

“No: las instalaciones de un Colegio de Médicos están para actividades relacionadas con la medicina… Pretender que el Colegio tenga que ceder sus instalaciones solo porque un grupo de colegiados lo pide es absurdo”. “Y afirmar que el Colegio se niega a hacerlo porque ha cedido a no se sabe muy bien qué presiones es mezquino”.

Lo lógico sería que el Colegio consultase a sus miembros, no dejarse llevar por las presiones de alguien que no es médico.

Entre los elementos ideológicos de Frías está que “España es uno de los países más descentralizados del mundo, y que el Gobierno nacional muchas veces solo conserva las competencias de legislación básica, pero casi todas las restantes corresponden a las Comunidades Autónomas (y, en el caso del ministerio de Pedro Duque, también a las mismas Universidades)”.

¿Se sienten orgullosos los responsables del Colegio de Médicos de Murcia por haber negado los locales? ¿O llegará algún día en el que su forma de decidir y su necesidad de acudir a Frías constituyan un baldón para la historia del Colegio?

Incluso, si se les hubiera permitido reunirse, una consecuencia posible es que algunos hubieran renunciado a la homeopatía. Al no permitir los dialogismos, también es posible que colegiados que no ejercían la homeopatía, sintiesen curiosidad por el asunto, al comprobar el comportamiento de los responsables del Colegio.carmen monton

“Aunque sus éxitos son muchos, quizá el caso más emblemático es el de Valencia. Ahí empezó todo y desde ahí se dio el salto a la política nacional de la mano de Carmen Montón. Según explica el propio F. Frías en una entrevista a Hipertextual (25/07/2017) la decisión que tomara la ex consellera de Valencia y ex Ministra de Sanidad (Carmen Montón) se debe a la campaña coordinada por la APETP y ARP (Alternativa Racional a la Pseudociencia)”.

 “Otro éxito rotundo fue el logrado sobre el Colegio de Médicos de Valencia y la propia OMC (Organización Médica Colegial), que se vio obligada a rectificar y publicar un comunicado aclarando su postura tras una denuncia presentada a varios médicos de dicho Colegio.

“Como consecuencia de esta primera denuncia, tanto el Colegio de Médicos de Valencia como la OMC, a través de una carta privada, indicaron que el ejercicio de los profesionales médicos que usaban terapias complementarias como homeopatía se encontraba dentro de la práctica ética.

“Sin embargo, tras hacer pública la carta en medios de comunicación (Redacción Médica 11/06/2018), la OMC se vio obligada a enviar un comunicado aclaratorio. Meses después, la APETP volvió entonces con una segunda denuncia masiva (Levante 16/09/18)”.

Desde el materialismo filosófico, podemos denominar, en primer lugar, fenómenos a las actuaciones de Fernando Frías y demás “pseudoescépticos”.

El momento fenomenológico tiene en cuenta que el campo de la comunicación se organiza desde las conciencias subjetivas. La comunicación, al requerir varias personas y medios que pueden distorsionar los mensajes, causa múltiples perspectivas; las personas y las cosas aparecen bajo diversos aspectos. El “fenómeno” es aquello que se aparece a una conciencia en contexto diferencial con otra.

Frías y, en general, los “pseudoescépticos” se mueven en el campo de los fenómenos, sin llegar al sector esencial. (Bueno,1976:66 y 1995: 51-53). No se elevan al sector de las estructuras.

Además, al ver sólo sus puntos de vista y convertirlos en propaganda, muestra un comportamiento político “distáxico”.184_d-Cartel 62º eeep-BCN_01

«“Eutaxia” ha de ser entendida aquí en su contexto formalmente político, y no en un contexto ético, moral o religioso (“buen orden” como orden social, santo, justo, etc., según los criterios). “Buen orden” dice en el contexto político, sobre todo, buen ordenamiento, en donde “bueno” significa capaz (en potencia o virtud) para mantenerse en el curso del tiempo. En este sentido, la eutaxia encuentra su mejor medida, si se trata como magnitud, en la duración. Cabe pensar en un sistema político dotado de un alto grado de eutaxia pero fundamentalmente injusto desde el punto de vista moral, si es que los súbditos se han identificado con el régimen, porque se les ha administrado algún “opio del pueblo” o por otros motivos. Definiríamos la eutaxia como una relación circular, propiamente como un conjunto de relaciones entre el sistema proléptico (planes y programas) vigente en una sociedad política en un momento dado y el proceso efectivo real según el cual tal sociedad, dentro del sistema funcional correspondiente, se desenvuelve». (Bueno, 199; 181-184).

Gustavo Bueno denomina “distáxicos” precisamente a quienes van contra el buen orden social. Fernando Frías suministra el opio de sus falacias. Además, los “pseudoescépticos” reúnen una serie de notas que hemos de abordar.

5.1 Lo que hicieron los “pseudoescépticos” con una columna de la periodista Rosa Montero:

El 4 de Junio de 2017, Rosa Montero publicó en El País un artículo titulado Consumidores engañados y cautivos. Inmediatamente se puso en marcha la maquinaria de los “pseudoescépticos”. La defensora del lector informó de algunos de los firmantes de varias cartas. Una de esas cartas la remitió Fernando Frías.

Sin embargo, a la defensora del lector no le debió de impresionar la carta de Frías. “He decidido reproducir aquí la extensa carta que me ha enviado Alfonso López Borgoñoz, presidente de la ARP (Alternativa Racional a

la Pseudociencia), porque considero que resume en buena medida todas las críticas que ha provocado el artículo de Rosa Montero”.

¿Qué dice López Borgoñoz? Dedica la mitad de la carta a refutar una equivocación de Rosa Montero respecto de Norman E. Borlaug, que no era lo esencial del artículo. En su respuesta, Rosa Montero reconoce el error, pero se reafirma en sus restantes puntos.rosa montero

En la otra mitad de la carta, López Borgoñoz se refiere a los comentarios favorables que Rosa Montero había hecho en su artículo sobre la homeopatía. Comentarios favorables que no constituían una defensa.

Y ahí es donde López Borgoñoz muestra cómo actúan los “pseudoescépticos”.

“Lo mismo sucede con el consumo de homeopatía. La misma no es objeto solo de ataques recientes, sino que ha sido objeto de refutaciones serias recogidas en la literatura científica desde hace muchas décadas.

“Nuestra organización, con treinta años de existencia, lleva mucho tiempo exponiendo públicamente el problema que supone esa homeopatía que se introduce en las farmacias con una política agresiva de mercadotecnia. La homeopatía, igual que otras prácticas pseudocientíficas, puede alejar a los pacientes de los tratamientos que necesitan. “Hemos visto recientemente su peor cara en la muerte de un niño por las complicaciones de una otitis media sin tratamiento médico, atendida solo mediante homeopatía, la cual carece, no solo de efectos secundarios, sino de ningún efecto ni eficacia terapéutica, siendo muy grave el abandono por su causa de terapias acreditadas basadas en productos medicinales avalados por ensayos clínicos contrastados”.

¿Cómo interpretar esta segunda parte de la carta? Empieza hablando con triunfalismo de “muchas décadas” y de “mucho tiempo”, pero al final solo presenta un caso único. sistematizó las falacias de los historiadores y es posible aplicar sus descubrimientos a otros campos del saber.

Si hubiera caído la segunda parte de la carta en las manos de David Hackett Fisher, se hubiera reído, diciendo que Borgoñoz había empezado “etceterando”, pero que, al final, había caído en la falacia del hecho aislado. Ya la he presentado al ocuparme de Fasce. Borgoñoz y su equipo deberían estudiar teoría de la ciencia. Sobre todo, para no perder el respeto a quienes no se dejan impresionar por títulos y siglas rimbombantes.

Rosa Montero es mucho más concreta que los del “avance crítico”. Su crítica a las industrias farmacéuticas vale mucho más que lo que la defensora del lector presenta de Borgoñoz y, todavía más, en la respuesta de Montero.

Por cierto, Borgoñoz seguramente conoce el caso de Julián Rodríguez, cuyo hijo, enfermo de leucemia, dicen que falleció tras abandonar un tratamiento científico y recibir un tratamiento naturista y ortomolecular.

Julián Rodríguez fundó una Asociación para denunciar las pseudoterapias y, en 2017, convirtió a la homeopatía en el blanco de todas sus diatribas, a pesar de que el caso anteriormente mencionado nada tuvo que ver con la homeopatía y el terapeuta no médico que trató el joven fue exculpado por los tribunales (El País, 31 de enero de 2018).

Los “pseudoescépticos” no hacen ciencia sino propaganda. Los términos “fake news” y “posverdad”, que tanta fortuna han tenido, se ajustan al comportamiento de los “pseudoescépticos”.

Una pregunta a la que no han respondido es la siguiente: ¿Cómo es que afirman que los productos homeopáticos no causan efecto alguno y, a la vez, causan miles de fallecidos?

Mientras no respondan a esta pregunta, los profanos en homeopatía, pero que dominan la Lógica, se darán cuenta de la falacia de los “pseudoescépticos”.

6. El diagnóstico de Marino Pérez Álvarez sobre los “pseudoescépticos”

Marino Pérez Álvarez es Psicólogo clínico y Catedrático de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de Oviedo. Escribe frecuentemente en la Web de Miguel Jara. Ha trazado un cuadro sobre los euroescépticos que va a ser tomado en cuenta, muy probablemente, por quienes se decidan a hacer la historia del lobby “pseudoescéptico”. ‘

El 25 de enero de 2019, en la Web de Miguel Jara, Ignacio Alonso escribe este dictamen:_9781528716543

“Lo más difícil de digerir es que el gobierno se escude en ese tipo de informes que son Pseudocientificos por no llamarlos “grandes mentiras malintencionadas” de un grupo de personas que nada tienen que ver con la sanidad y que con un sesgo brutal intentan influir en una decisión que va a afectar a miles de profesionales, y ciudadanos”.

Yo, como presidente de la AEUQ (Asociación Española de Usuarios de la Quiropráctica) que representa a muchos miles de personas que confían en los quiroprácticos, pido que este informe de la APETP sea no solo no tenido en cuenta sino denunciado como una verdadera “noticia falsa”.

Responde “Marino”, como firma en la Web:

“Convengo con el Sr. Alonso en la valoración del peligro cierto de que, viniendo de donde viene, incluso este autoproclamado “informe” influya en decisiones políticas que pueden acarrear masivas consecuencias negativas.

“Asistimos perplejos a un auténtico fenómeno de comunicación: el que está protagonizando el MEADO (movimiento escéptico auto-denominado y organizado) en nuestro país. Algún día, cabe conjeturar, será estudiado en ámbitos universitarios de periodismo y comunicación. “No tanto por el método, pues la mentira, la manipulación, el sesgo de informaciones y medios, el hostigamiento, la calumnia, el escarnio, la amenaza y la represalia son las viejas técnicas para los objetivos totalitarios de toda época. Lo sería, estudiado, por la rapidez de efectos, por su inmediata eficacia, por su imparable progresión. Una auténtica blitzkrieg perfectamente orquestada, aplicada al cambio de pensamiento, valoración y actitud de masas ante los cuidados complementarios no “validados por la ciencia”. A cada quien su mérito.universidad_7d52b11b

Sin ser expertos ni prácticos en nada relacionado, se sientan en toda tertulia, mesa de redacción, ponencia y debate que se precie sobre recursos sanitarios no convencionales, con ceño displicente y media sonrisa de perdonavidas. Sin ser médicos, se sientan en el Observatorio de la Organización Médica Colegial, creado para la eliminación indiscriminada de todo ejercicio médico no ajustado a la “evidencia”.

Sin ser profesionales sanitarios ni usuarios regulares de recursos complementarios (como sí refiere serlo el Sr. Alonso), antes bien, al contrario, declarándose públicamente sus detractores, se sientan en los Ministerios de Sanidad y de Ciencia, al punto de que sus “propuestas de actuación” son “tenidas en cuenta” en el diseño de un Plan para la protección de la salud frente a… pseudoterapias, por supuesto.

“La diabólica eficacia del control mediático mediante la imposición veloz de una cierta narrativa, sin tiempos ni procesos de maduración sociales para su asimilación o rechazo. Lo que el propio Ministerio consideró “terapias naturales” en su informe de situación de 2011, de cara a su posible regulación futura, se han convertido de la noche a la mañana, al dictado bajo presión del MEADO, en “pseudoterapias”. Todas. Las 139 “técnicas” de entonces son ahora otros tantos “peligros” para la salud. Qué duda cabe, es más “vendible” ante “la ciudadanía” eliminar “pseudoterapias” que “atentan” contra su salud que técnicas y terapias naturales a las que recurre y en las que confía la mayoría de la población.

“Pues no es sino la eliminación de todas ellas de los centros sanitarios SU objetivo declarado. “SU” referido exclusivamente hasta no hace mucho al MEADO. Después, también referido a los dirigentes de la OMC. Ahora, referido también al ejecutivo. Y, tras tomar este cientifismo supremacista rampante de nuevo “asiento” como “Ciencia en el Parlamento”, cabe temer referido también en breve al mismísimo poder legislativo.

“Denunciar el prescindible informillo como “noticia falsa”, como apunta el Sr. Alonso, es conveniente y necesario. Pero viene a ser el chocolate de un loro con ínfulas resentido al que se ha permito volar demasiado deprisa y demasiado alto. Y su corolario: la consiguiente deyección en vuelo.

“La “ceremonia de la exageración” al servicio del cientifismo más brutal, que, si ha de “morir”, será “matando”.

“En concreto, los “entre 1.210 y 1.460 muertos” puestos encima de la mesa del Parlamento.

“Conseguida, en su diabólicamente eficaz guerra relámpago, la pica en Flandes del Observatorio de la Organización Médica Colegial y el empujón astronáutico del ejecutivo, MEADO se apresta ahora al asalto al código fuente: la maquinaria legislativa. (Webgrafía, migueljara d).

7. Los impulsores de la Lista presentan los síntomas de lo que Irving Janis denominó “síndrome de mentalidad de grupo”EfswaX_WAAYgZDi

En 1.972, Irving JANIS mostró los resultados de una extensa investigación sobre las razones que explicaban las decisiones erróneas de los Presidentes americanos en varias épocas de su historia. Acuñó el término síndrome de la mentalidad de grupo para reflejar el «nosotros», esa fuerte solidaridad que emana de los grupos muy cohesionados y que les hace realizar cualquier cosa por el grupo y obedecer sus normas. La cohesión les hace luchar por conseguir el acuerdo y ahí está el corazón de la mentalidad de grupo.

Plasmó su investigación en Victims of Groputhink (Víctimas del pensamiento o mentalidad de grupo (1972); en 1982, abrevió el título: Groupthink.

Irving Janis identificó los síntomas de mentalidad de grupo o ilusiones, que podemos observar en varios tipos de Comunicación, no sólo en la Política.

El primero es la ilusión de invulnerabilidad. Si hemos visto que los médicos se sitúan en una posición de inferioridad ante Frías, es porque estos piensan que así evitan el peligro de ataques en los medios de comunicación. La ilusión o fenómeno de la invulnerabilidad tiene su expresión en las siguientes palabras, unas veces pronunciadas explícitamente y otras sólo de forma implícita: «Si nuestro líder y todo el mundo en el grupo decide que está bien, el plan tiene que dar resultado. Aun cuando sea muy arriesgado, la suerte estará de nuestro lado». (Janis, 1972: 36-38 y 197).

Los antiguos resumían lo anterior en sólo tres palabras: “Audaces fortuna iuvat” (“La suerte ayuda a los osados”).

Fernando Frías se ha atrevido a sus campañas porque ha comprobado que no encuentra resistencias.

Quienes se sienten invulnerables es porque ven que hay un grupo u organización que los apoya. Fernando Frías comprobó que, presionando en los medios, el Colegio de Médicos de Murcia y de Valencia se sometían a su dictado y que algunos políticos lo apoyaban. Entre los políticos, la consellera de Sanitat Universal i Salut Pública (Valencia), Carmen Montón, que luego fue, durante un breve período, ministra de Sanidad; ya hemos visto la influencia que, según declaró a Hipertextual, Frías tuvo sobre la política que siguió como consejera; también, veremos cómo influyó en la exministra de Sanidad María Luisa Carcedo, y en el ministro de Ciencia, Pedro Duque.

PatoFrías tiene un Blog -La lista de la vergüenza- y tres entradas sobre estos dos ministros: “Los márgenes de Duque y Montón” (I) (6 de Junio), (II) (14 de Junio) y (III) (13 de julio de 2018). Son artículos en los que él expone las políticas que han de seguir los dos ministros.

Puestas las cosas así, claro que hay quienes sienten esa ilusión de invulnerabilidad, sobre todo sabiendo que cuentan con una organización o con políticos que los respaldan. Mientras no caigan en desgracia, pueden permitirse gestos que, vistos desde fuera, no dejan de ser ridículos. Acabarán siendo pasto de los humoristas pero, quizá, cuando hayan llevado a cabo acciones muy perjudiciales y que no tengan un fácil remedio.

Es lo que puede ocurrir con Fernando Frías. Además, sus entradas en su Blog se prestan a un tratamiento humorístico por su poco nivel intelectual y abundancia de insultos.

Ya me he referido a cómo, en su breve CV, cómo entiende el adjetivo “muchos”. También se presta a un tratamiento humorístico esta línea: “Confiesa que cuando era un chaval probó la acupuntura para evitar la caída del cabello; hoy es rotundamente calvo”.

Sigamos con los síntomas de la mentalidad de grupo.

Los miembros del grupo racionalizan para desechar las advertencias que podrían hacerles reflexionar las cosas que dan por supuestas. Quieren demostrarse a sí mismos que están haciendo lo correcto y por eso encuentran «razones» para justificar una posición ya tomada. Esas «razones», sumadas a las de los otros compañeros, aumentan la autoestima (Janis, 1971: 198).

Es lógico que, al reforzarse así continuamente, mantengan una creencia incuestionable en la moralidad inherente del grupo, que lleva a sus miembros a ignorar las consecuencias éticas de sus decisiones. Este síntoma explica que una persona teme perder la autoestima si viola los patrones éticos de conducta. Ahora bien, si ve que otros compañeros de grupo a los que respeta superan vergüenza y culpa fundiéndose en el consenso del grupo, se convencerá de que el grupo tiene una moral que obliga a realizar ciertas acciones para salvar objetivos y políticas.

Volviendo a Fasce, demuestra que aspira a ser lo que Gustavo Bueno denomina “fundamentalista científico”. Cree poseer una ciencia de la que él carece. Pese a ello, se comporta como un fundamentalista expansivo. Frías no duda en llamar Lista de la vergüenza a uno se sus blogs. Es su manera de entender la moralidad de sus puntos de vista.

Los dos ignoran las consecuencias de sus decisiones. Pueden dejar sin trabajo a miles de personas si su proyecto llega a plasmarse en el BOE. Y los perjudicados pueden llevarlos a los tribunales a ellos y a los “pseudoescépticos”, donde se ver´-a de parte de quién están los argumentos sólidos.

Al ser víctimas de su propia cohesión, surge la imagen negativa de «Éllos». Ven a los líderes enemigos con estereotipos: o demasiado malos como para garantizar intentos genuinos por negociar, o demasiado débiles y estúpidos, es decir, fáciles de vencer. De esta manera, la pérdida del sentido de la realidad está asegurada.

En su Blog, zetetic1, incluye una entrada que titula Conspiraciones y Pseudoescepticismo (2/12/2014). Sus afirmaciones valen para ilustrar la imagen negativa que los “pseudoescépticos” proyectan sobre quienes no se atienen a sus puntos de vista.

“La tesis central de los movimientos autodenominados “escépticos” – dedicados a difamar- es repetir insistentemente que la homeopatía no funciona o que es un simple placebo, etc.

“Su posición ideológica se resume en la defensa de todo lo llamado oficial, a la vez que niegan que exista una ortodoxia en la academia; todo lo que sale de sus estrechos esquemas cognitivos es considerado “magufo”.

 7.1 Los insultos de los “pseudoescépticos” entran dentro de los que Milton Rokeach denominó «rechazo dogmático»:

Según María Moliner, insulto es «una acción que ofende o humilla a alguien». (Moliner, 2012, 1662-1663).

Ofender se puede hacer con nombres o adjetivos -«name calling»-, como dicen los expertos en propaganda, o humillar se puede hacer con expresiones que disminuyen el prestigio de una persona.

Si tenemos en cuenta el sistema de creencia-incredulidad, según Milton Rokeach, lo que importa en la región intermedia y en la periférica no es tanto su contenido como la forma semejante que tienen de orientarse hacia la autoridad personas con diferentes contenidos en las creencias. Mantienen la misma forma de establecer una conexión íntima entre la forma de aceptar y rechazar a la gente y la forma de aceptar y rechazar las creencias que vienen de la autoridad. Utilizan el mismo lenguaje dogmático para rechazar y aceptar.

Rechazo dogmático: el individuo emplea expresiones verbales que implican un rechazo de una creencia determinada y, al mismo tiempo, un rechazo de las personas que la aceptan.

«Sólo una mente delirante pensaría que…».

«Una persona tiene que ser muy estúpida para pensar que…».

«La idea de que… es una tontería, una estupidez, una ridiculez, etc…». (Rokeach, 2015: 48, 80-8, 299-300).

Los pseudoescépticos convierten determinados insultos en clichés, como es típico de la propaganda. Un cliché es un lugar común, una expresión que, por repetirse, ha perdido su fuerza.

Un estudioso de la propaganda en plena Guerra Fría, Alfred Mc Clung Lee, denominaba “Símbolos ómnibus” a los insultos (Lee, 1952). Y es que los “`pseudoescépticos” emplean tácticas muy semejantes a las de aquellos tiempos. Por eso, parecen sujetos de otra época.

Ahora es el momento de seguir ocupándome de lo que estaba escribiendo zetetic.1 en su Blog.

“Magufo” es un apelativo peyorativo que tiene como sinónimo charlatán, fraudulento, creyente irracional o enfermo mental; en la categoría del magufo se mezclan todo tipo de ideas, filosofías y corrientes que en no pocos de los casos tienen poco o nada ver.

“Así caben en el mismo costal la homeopatía con la astrología, estas con el racismo, el fascismo, o incluso con el movimiento antivacunas, con los defensores de los animales, con los veganos y vegetarianos, con el kukuxklan, con el marxismo, con los movimientos de izquierda, con los ecologistas, con ateos anarquistas, cristianos, creacionistas, etc)

O “conspiranoico”, otro apelativo que sugiere que el mundo no es afectado por los intereses industriales y en conflicto; eso sí, un “escéptico científico” es bastante selectivo, niega que haya conspiraciones pero al mismo tiempo admite con su pobre lógica argumentativa que de alguna manera existe cuando le conviene”.

El ya varias veces citado Fernando Frías es muy sensible a lo que considera insultos, pero en una de las entradas de su Blog emplea los sintagmas “charlatanes”, personajillos”, “nada noble arte de desplumar a incautos”.

Los disparates de Antonio (AKA “un físico”)

Para apoyar a Frías, Antonio (AKA also known as, también conocido como“un físico”) comenta:

“Fernando, si desde plataformas pro-ciencia (y anti-pseudociencias) como Naukas conseguís que un par de ministros de España os presten atención, no hay que perderse en bobadas; ni hacer un dilatado serial”.

Creo que este “AKA un físico” es un personaje con más formación que Frías en cuestiones científicas. Pero debería cuidar sus expresiones.

Y sigue Antonio (AKA “un físico”):

“Ya te hablé de aquellas personas para los que la homeopatía “a ellos sí les funcionaba” y que ellos tenían tantos derechos como los demás ciudadanos. ¿Te acuerdas? Pues la verdad es que no, que esa gente no tiene los mismos derechos”.

Es decir, en el siglo XXI, salga un “pseudoescéptico” y afirme que hay ciudadanos que no tienen los mismos derechos que otros. Antonio queda como blanco para los humoristas, lo mismo que Fasce y Frías, entre otros.

AKA “un físico” da un paso más y afirma: “Vamos, si lo hace bien, yo nombraría a Pedro Duque ministro perpetuo de ciencia y universidades”.

Cerradas así las fronteras del grupo hacia afuera, vienen los esfuerzos para forzar todavía más la cohesión.

El quinto síntoma es que cualquier miembro que razone contra las ideas fijas del grupo, incurre en deslealtad. La Teoría de la traición, con sus diecisiete puntos, de Hans Magnus Enzensberger, es una gran ampliación dramática de este punto (2004). También el inglés Robert Conquest ha escrito profundamente sobre este asunto (1980). Los dos autores reflejan estadios más enfermizos aún de la vida de los grupos.

 “En redes sociales también han publicado listas negras con nombres de profesionales médicos que incluyen en su práctica legal de la Medicina terapias complementarias. En este sentido, son la organización más activa a la hora de denunciar a médicos y farmacéuticos ante los Colegios profesionales y en los medios de comunicación” (Levante, 16/09/18; El País 15/09/18).

 “Llama la atención que, hasta la fecha, sólo se han centrado en denunciar a profesionales sanitarios (médicos y farmacéuticos), y no han entrado en el campo del intrusismo profesional, es decir, en denunciar a personas no cualificadas que están ejercicio actividad propia de los profesionales sanitarios.”

Para evitar que los demás les rechacen, los componentes del grupo se autocensuran, quitando importancia a sus dudas y argumentos contrarios.

El séptimo síntoma es la ilusión de la unanimidad. Según Janis:

«Cuando un grupo de personas que respetan las opiniones mutuas alcanzan un punto de vista unánime, cada miembro probablemente siente que esa creencia debe ser verdadera. Confían en la validez del consenso y tienden a reemplazar el pensamiento crítico individual y la prueba de la realidad, a menos que los miembros discrepen claramente. Tienden a no romper al grupo suscitando temas controvertidos y obstáculos posibles. Existe una curiosa atmósfera de consenso supuesto. Es ilusorio, pues sólo pueden mantenerlo porque no revelan su propio razonamiento ni discuten sus particulares supuestos y vagas reservas». (Janis, 1971: 38-39 y 206)

Los miembros del grupo refuerzan esa ilusión de unanimidad con frases hechas: «Nosotros somos un grupo fuerte que al final ganaremos» y «Nuestros oponentes son estúpidos, débiles y malas personas».

Las ilusiones de invulnerabilidad y de unanimidad quedan corroboradas al suprimir las dudas personales, por temor a aparecer «blando» o «no viril».1560955603063

Más adelante, me referiré a los extremos a los que han llegado no sólo los “pseudoescépticos” sino los responsables del Centro de Salud Carlos III, las exministras Montón y Carcedo y el todavía ministro Duque.

Finalmente, surgen «guardaespaldas mentales», dedicados a proteger al grupo de la información adversa que podría hacerles despertar. Sin que nadie les nombre, se creen con derecho a reducir al silencio a los disidentes (Janis, 1971: 41-43 y 198).

Cincuenta años después de su libro, el mundo de los “pseudoescépticos”, en los que se quieren incluir voluntariamente los responsables del Centro de Salud Carlos III, dos ex ministras, un ministro y la Organización Médica Colegial actúan como guardaespaldas mentales. Tomando la expresión de D. José Ortega y Gasset, se han propuesto la “tibetanización de España”.

8. Hay precedentes de cómo vencer a quienes padecen la mentalidad de grupo

En los años ochenta, la cadena de televisión CBS, líder de audiencia en los telediarios, sufrió una crisis que puso de manifiesto síntomas como los que había identificado Irving Janis una década antes. Peter Boyer escribió un libro sobre el caso de la CBS (Boyer, 1988). El estudio de Boyer se ha convertido en un clásico. Realizó un importante trabajo de «campo».

¿Qué afirmaba Peter Boyer? Que un presentador «estrella» puede tener mucho poder y, en lugar de hacerse cargo de sus pobres resultados, acusar a algunos directivos de ser los responsables, por estar anclados en el pasado y lograr que sean reemplazados. El nuevo directivo fuerte piensa que la televisión ha sobrepasado a mucha gente y él también los dejará a un lado. ¿Cómo?

Crea dos clases de personas -los de ayer y los de hoy-, y obra en consecuencia: Reduciendo el campo de acción de los primeros y ampliando el de los segundos. Esto acarrea sufrimientos muy profundos.

Actúa maquiavélicamente para burlar a «los de ayer». Comenta con ellos los asuntos pero, seguidamente, se reúne con «los de hoy» para expresar sus opiniones más sinceras. Además, rompe la confianza de «los de ayer», asegurándoles que no les pasará nada y, rápidamente, los destina a otros lugares o les crea puestos imaginarios. Ridiculiza los formatos antiguos y a las personas con historial.

Por si esto fuera poco, la organización le da mucho más poder al presentador: voz en la política de noticias, en los destinos de las noticias y del personal, dominio sobre sus carreras. ¿Resultado? El presentador como monstruo: nada puede sorprenderle. Filtrar algún comentario a la prensa es visto como desleal.

El siguiente paso consiste en acabar con el lenguaje de las personas «de ayer», con sus programas -quitándoles los mejores corresponsales- e, incluso, con sus caras, que ya no aparecen en TV. Más aún, no responden a sus llamadas. Una Siberia dentro de la organización. Así es como el presentador se convierte en un Sumo Sacerdote y el programa en un Templo al que hay que sacrificar cuantas carreras sean necesarias, creando un clima de humillación y de sufrimiento. (Boyer, 1988: 54-160)

Van Gordon Sauter, Director de Informativos de la CBS, maniobró incansablemente para convertir al presentador Dan Rather en un astro incontestado de la CBS.

Es importante estudiar a las cinco Asociaciones y comprobar que sus actos funcionan según la Mentalidad de Grupo (Groupthik).

Sobre todo, estas asociaciones funcionan con una agenda oculta: Comienzan criticando “científicamente” la homeopatía y acaban queriendo dejar sin trabajo a miles de profesionales; sobre todo, a psicólogos.

Del estudio de Boyer sobre la CBS es posible extraer una conclusión muy importante: Al final, Sauter perdió su puesto porque lo desenmascaró y lideró la oposición contra él el también periodista Bill Moyers, hombre muy preocupado por los aspectos intelectuales y culturales, que veía en Sauter la corrupción de todos los valores importantes del Periodismo. Por cierto, Boyer emplea abundantemente la ironía y el sarcasmo cuando escribe sobre Rather y Sauter.

Bill Moyers puede ser un ejemplo de la lucha contra los “pseudoescépticos” y de cómo es probable la victoria sobre los propagandistas. También, podemos incluir aquí a quienes han vencido la “espiral del silencio”, tal como la ha estudiado Elisabeth Noëlle-Neuman en La espiral del silencio. La opinión pública, nuestra piel social (2010) y como Florencio Domínguez Iribarren ha aplicado su teoría al clima de el País Vasco, durante el terrorismo de eta, en Las raíces del miedo: Euskadi, una sociedad atemorizada (2003). También, los libros de José María Calleja sobre la opresión en el País Vasco y cómo grupos de personas lograron dar forma y acción a quienes querían vencer esa opresión: Contra la barbarie (1997). La diáspora vasca (1999), Arriba Euskadi (2001), Algo habrá hecho: odio, miedo y muerte en Euskadi (2006), Héroes a su pesar, Crónicas de los que luchan por la libertad (2009). Igualmente, los varios libros que Antonio Carrera escribió contando su experiencia de 13 años en Los Testigos de Jehová.

9. El Instituto de Salud Carlos III, algunos Colegios de Médicos y la Organización Médica Colegial dan muestra de lo que Theodor W. Adorno denominaba “sumisión autoritaria”

También, el Instituto de Salud Carlos III ha admitido la lista de Fasce Clemente como si fuera un documento científico. Además, no ha dado pruebas de haber escuchado a los profesionales de las terapias que quiere excluir.

El proceder de ese Instituto hace recordar lo que Imre Lakatos, célebre teórico de la ciencia, cuenta sobre lo que le ocurrió al académico Vavílov:

“El Comité Central del Partido Comunista Soviético en 1949 declaró pseudocientífica a la genética mendeliana e hizo que sus defensores, como el académico Vavilov, murieran en campos de concentración; tras la muerte de Vavilov la genética mendeliana fue rehabilitada; pero persistió el derecho del Partido a decidir lo que es científico y publicable y lo que es pseudocientífico y castigable (Lakatos, 2007: 16).

Ese Instituto de Salud no ha provocado algo semejante a lo que le ocurrió a Vavílov, pero aquí ocurre como lo que he señalado sobre las quemaduras y los juegos. Siguiendo a Fasce Clemente y a Frías, el Instituto puede contribuir a dejar sin trabajo a miles de personas, sin ofrecerles las garantías mínimas para defenderse. Entonces, lo que está en cuestión es si este Instituto es una organización científica o un grupo de presión y lo que, despectivamente, se llama “un chiringuito”.

Un chiringuito es un pequeño establecimiento, de edificación más o menos provisional, cuyo fin es establecer un negocio, generalmente dedicado al sector servicios. Y los chiringuitos pueden estar dedicados a la venta de alimentos y bebidas o a proporcionar becas y proyectos de investigación. Pero son chiringuitos”. Un Instituto que acepta sin crítica la Lista de Fasce Clemente, pierde su razón de ser.

¿Quién se puede fiar de los responsables de ese Instituto que dan muestras de unos comportamientos tan anticientíficos?

Habrá que buscar en Europa algún Instituto que haya realizado un acto anticientífico como el de este Instituto. Porque si no lo hay, entonces el Instituto de Salud Carlos III es una excepción en Europa.

Lo mismo podemos decir de la Organización Médica Colegial.

Algunos o muchos pueden resaltar o, como quienes se expresan en una prosa cursi, “poner en valor” los méritos de estos dos grupos u organizaciones. Sin embargo, al hacerlo así, incurren en la falacia de la prueba irrelevante. Es posible sustituir la expresión “el senador X es un ladrón” por “El Instituto de Salud Carlos III y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos se han comportado como sumisos a los lobbies de los “pseudoescépticos”.

“La falacia de la prueba irrelevante consiste en hacer una pregunta y responder a otra. Supongamos, por ejemplo, que un historiador pregunta: “¿Era el senador X un ladrón?” Y supongamos, además, que el senador X era un gran ladrón, pero nuestro hipotético historiador, que es un admirador del senador X, procede a demostrar que el senador X a menudo había declarado que la honestidad era la mejor política. Él demuestra que el Senador X fue absuelto de robo por un jurado (sin mencionar que todos los jurados se convirtieron en administradores de correos inmediatamente después del juicio). Publica una declaración jurada en la que la madre del senador X juró solemnemente que su hijo nunca podría ser un ladrón. Establece que el senador Y era un ladrón más grande que el senador X y que el propio Senado era una guarida de ladrones. Él muestra que el senador robó del gobierno, y fue amable con sus hijos, y fiel a su esposa, y leal a su partido. Él prueba que el Senador X usó su dinero para pagar una operación que necesitaba desesperadamente un huérfano paralítico en Cincinnati, Ohio. Argumenta, en una frase keynesiana, que el senador X era un gran gastador en un estado donde era escaso, y que su gasto, agravado por muchos multiplicadores y efectos de enlace, llevó la prosperidad a miles y fábricas, empleos, escuelas y iglesias Todas estas declaraciones pueden ser ciertas y, sin embargo, el senador X sigue siendo un ladrón” (Fisher, 1979: 51.52).

Además, El Instituto Carlos III y la Organización Médica Colegial, al aceptar las presiones de los “pseudoescépticos”, muestran lo que Theodor W. Adorno denominaba “sumisión autoritaria”; si no se han dado cuenta del proceso que han desencadenado, mal. Y si han sido conscientes, peor. El comportamiento de los responsables de la OMC plantea la cuestión de si, “de hecho”, se parecen más a unos agitadores que a personas interesadas por la ciencia.

Los diseñadores del lobby quieren conseguir unos resultados, pero también han provocado unas resultancias. Es decir, unos efectos previstos y unos imprevistos, que pueden dañar, y mucho, la imagen que los contribuyentes tienen de los médicos.

Los responsables de la Organización Médica Colegial quizá piensan que, implicándose en la denuncia de otros colegas, no van a lograr que aumente la sensibilidad de la opinión pública a los errores médicos. ¿Quién asegura que no vuelvan a surgir escritores como Molière? Ese genio de la comedia dedicó nada menos que cuatro obras contra los médicos: El amor médico; El médico a la fuerza; El señor de Pourceaugnac y El enfermo imaginario.

Si responsables del Instituto de Salud Carlos III y los de la OMC acaban yendo a testificar a los Tribunales, ¿van a contar con la ayuda de Frías para defenderlos en los pleitos con su argumentación fácilmente desmontable? Lo mismo puede ocurrir con los psicólogos que se han implicado en esta campaña de propaganda. O si comparece en los juicios Elena Campos-Sánchez, bióloga molecular, que acompaña a Frías en perseguir a los médicos. Ella ha sustituido a Fernando Frías en la Presidencia de la Asociación para proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP).

También periodistas y/o profesionales de otros campos del saber pueden examinar a fondo el reportaje de Blastingnews ya citado. Es un reportaje triunfalista sobre los “pseudoescépticos”. Lo importante es que ese reportaje informa de asuntos muy importantes que los querellantes pueden investigar.

Repasando a fondo lo que narra Blastingnews, los periodistas y profesionales pueden estudiar la campaña de propaganda de Elena Campos-Sánchez desde los 19 principios de la propaganda de Joseph Goebbels, que identificó Leonard Dobb (Dobb, en Moragas, 1979: 381-404).

10. Historia del Lobby “pseudoescéptico”

En la misma entrada de su blog, que antes he citado, Zetetic1 traza el plano de la historia del Lobby “pseudoescéptico”. De ahí puede salir un auténtico reportaje de investigación. Zetetic1 se ha decidido por preservar su identidad, aunque parece que otras personas conocen cómo firmaba antes en Internet. Si se ha decidido a preservar su identidad, una hipótesis puede ser que conoce las formas de actuar que muestra el “lobby” y no quiere que le traten como a los médicos de Murcia.

Él descubre la trayectoria de este lobby. Recomiendo dejar aparte los aspectos subjetivos.

Zetetic1 dice, entre otras cosas: “Lo que se les olvida mencionar es que Fernando Frías, de profesión abogado, es director de Círculo Escéptico. Y que el blog Amazings (ahora llamado Naukas.com) es exactamente una copia del llamado Amaz!ing Meeting, un evento organizado por la fundación educativa James Randi. De nuevo, no es ninguna coincidencia, se estaba calcando el mismo modelo de “divulgación científica”. Y con toda intención, zetetic1 presenta una fotografía, con el siguiente pie: Fernado Frías, presidente de Círculo Escéptico, abogado “independiente”.

Las comillas de “independiente” hacen recordar, salvando muchas distancias, la película “Ciudadano Kane”. Éste se encontró con que los críticos calificaban como- “cantante” a su segunda mujer, Susan Alexander. Entonces, su amigo Leland, cuando se encuentra en una casa de salud y el periodista le pregunta, él responde: “¿Sabe cuál era el titular del periódico la víspera de las elecciones?… Kane sorprendido en una aventura con una…, abra comillas, cantante, cierre las comillas… ¡Quiso hacer saltar esas comillas!”

Los “pseudoescépticos” no han hecho ciencia para que se las quiten.

Desde luego, si los “pseudoescépticos” no fueran tan dogmáticos, procurarían enfrentar a Zetetic1 y a alguien que ellos nombrasen para confrontar sus puntos de vista sobre la historia de los “lobbies” y los asuntos que aquí han ido saliendo. Los dialogismos son muy útiles para la construcción científica. La confrontación, a propósito de la Homeopatía, entre Zetetic1 y Marsattack, por ejemplo, con quien mantiene una prolongada polémica, muestra un gran dominio del primero sobre el segundo.descarga (10)

11. Segundo episodio: El Primer Informe sobre fallecidos a causa de Pseudoterapias en España

Con copyright de 2018 y publicación en la Web de la APETP en 2019, aparece este Informe.

En tres ocasiones, hacen constar que “ninguna de las personas que han elaborado este informe tiene un conflicto de intereses a la hora de realizarlo y ha sido elaborado de manera desinteresada y sin recibir ninguna compensación económica”.

La Retórica clásica llamaba “captar la benevolencia” a lo que hacen los tres. Si en lugar de mirar al pasado, imaginamos el futuro, es fácil deducir que están dispuestos a hacer la vida imposible a miles de profesionales, dejarles sin trabajo y todo lo que esté en su mano para llevarlos a los tribunales.

Lo que resulta confuso y sin fundamentos sólidos es el terreno argumental en el que se mueven los autores del Informe. Continuamente están empleando falacias.

Esta ignorancia de la Filosofía viene de lejos. Ya en 1981, es decir, hace 40 años, Todd Gitlin, uno de los teóricos más importantes en Teoría General de la Información, hacía este diagnóstico:

“Un signo muy preocupante de los tiempos que corren es la disminución de las revistas de pensamiento. En su lugar, aumentan las revistas especializadas que recogen los artículos con los que una serie de selectos quieren hacer carrera con un estilo escolástico-barroco. No es extraño el empobrecimiento del ambiente intelectual general.informe-1

“¿Cuántas veces puede oírse ahora a dos estudiantes universitarios discutiendo sobre una novela que han leído fuera de clase? ¿O sobre un artículo de prensa? Leer por placer parece hoy un gusto estrafalario, el equivalente al gusto por la construcción de trenes de juguete. Los estudiantes universitarios ignoran las tradiciones literarias, filosóficas o artísticas; no leen periódicos; y los estudiantes no educados se convierten en profesores sin educar. El empobrecimiento tanto de escritores asequibles como de lectores interesados se agrava aún más con las miles de horas infantiles saturadas de televisión”. (Gitlin (1991), en Curran y Gurevitch: 329-330. Está fustigando el estilo escolástico-barroco hasta la P. 337).

El Informe prosigue:

“Se trata de una primera aproximación para abordar un problema que, como se verá a lo largo del informe, causa miles de muertes al año que no quedan reflejadas en ninguna estadística ni estudio oficial, siendo éste un grave problema de salud pública sobre el que las autoridades competentes no realizan un control”.

Este párrafo muestra que, en lugar de Filosofía, los autores del Informe ofrecen una construcción hiperbólica de la realidad, como denominaba E. J. Epstein, que es originada por el carácter visual, dramático y dinámico de las noticias. Los autores del Informe creen que están descubriendo algo nuevo, cuando en realidad están reproduciendo conductas falaces que fueron estudiadas nada menos que hace casi medio siglo (Epstein, 1973).

La forma de presentar los hechos en este Informe evoca lo que los ingleses hicieron durante la Segunda Guerra Mundial. Para que el mando militar alemán creyese que el Reino Unido era una potencia difícil de vencer, llenaron numerosos aeródromos de aviones de cartón y cañones hinchables. Y a finales del siglo pasado, campesinos italianos llenaron sus campos de olivos de cartón, para que, cuando los técnicos europeos sobrevolasen esos campos, tomasen como reales los olivos falsos y así cobrar más subvenciones.

El abogado Fernando Frías parece dominar la mentalidad de coartada, porque todo el informe rezuma falsa neutralidad (Ya he presentado la falacia del Prototipo falso a propósito de Fasce).

Eso es lo que los abogados que defiendan a quienes se consideren perjudicados por los “pseudoescépticos” de las Asociaciones que han acudido a Europa deben dejar claro si llega a haber juicio. Pondré algunos ejemplos.

“Se trata de una primera aproximación para abordar un problema que, como se verá a lo largo del informe, causa miles de muertes al año que no quedan reflejadas en ninguna estadística ni estudio oficial, siendo este un grave problema de salud pública sobre el que las autoridades competentes no realizan un control”.

O sea, los “pseudoescépticos ya tienen la coartada. Si no logran cuantificar los muertos, la responsabilidad será de las autoridades que ni elaboran estadísticas ni hacen estudios ni controlan. El éxito está asegurado.

Veamos otra de las falacias preferidas.

“No obstante, el estudio es del año 2003; por lo tanto, las expectativas de vida de los pacientes que no usan pseudoterapias posiblemente habrán mejorado gracias a los avances de la última década. Aunque, por otro lado, como indican los propios autores, puede existir una distorsión en los datos si los enfermos más graves optan más a menudo por complementar con pseudoterapias. A pesar de que hay que tomar estos porcentajes con cautela, si intentamos extrapolar los datos, estaríamos hablando de que habría un 14% más de fallecidos entre los creyentes en pseudoterapias”.

Los “pseudoescépticos” toman precauciones. Por eso, encadenan adversativas y concesivas, como sosteniendo la balanza en equilibrio. Y un lector puede tomar a los “pseudoescépticos” por personas imparciales. Pero si el lector repasa bien las líneas, comprobará que ellos hacen sonar su prosa para distraer del pensamiento bien fundamentado.

Frías quiere hacer ver que un quiropráctico puede provocar un ictus. Es lógico pensar que, cualquier día, una Asociación de quiroprácticos le denuncie ante un tribunal. Entonces, él prepara su coartada:

“No obstante, que algo esté relacionado no implica que exista causalidad. Revisiones más recientes concluyen que la relación entre la quiropráctica y los accidentes cerebrovasculares podría deberse a que la gente con síntomas previos de un accidente cerebrovascular acude al quiropráctico en lugar de a un médico para tratarse esos síntomas. “Además, en España la figura del quiropráctico es algo difusa, entremezclándose en muchos casos el nombre con la vertiente pseudoterapéutica de la osteopatía y con la vertiente legítima y basada en la evidencia de la fisioterapia, por lo que es posible que algunas personas que ante el CIS responden que acuden al quiropráctico, en realidad esté acudiendo a clínicas publicitadas bajo esa denominación, pero que no realizan las manipulaciones vertebrales clásicas de la pseudoterapia quiropráctica”.

Para conocer las falacias de Frías, bueno es acudir al estudio que hizo Eric Berne sobre la estructura de las frases.

“Algunas personas, cuando hablan, tratan de equilibrarlo todo: “Está lloviendo, pero pronto saldrá el sol”. “Tengo dolor de cabeza, pero el estómago está mejor.” “No son muy simpáticos, pero en cambio parecen animados.” La directriz en este caso parece ser: “No mires nada demasiado de cerca” (Berne, 2014: 356).

El “Informe” no prueba los fallecidos en España. Sus autores -Fernando Frías, Fernando Cervera y José Manuel Gómez- se dedican a proyectar, a extrapolar unos pocos, poquísimos casos sucedidos durante años hasta dictaminar que las pseudoterapias causan entre 1.210 y 1.460 muertos al año.

Los autores de ese Informe pueden meterse en un laberinto, porque al comprobar la falta de fundamento que ofrecen, quienes se consideren perjudicados pueden llevarlos a los Tribunales.

Faltan referentes fisicalistas o referenciales. Lo que hacen los tres autores es poner en práctica la falacia del hecho aislado, que ya hemos mostrado al ocuparnos de Fasce, otro virtuoso de esta falacia.

También practican la falacia que Edith Efron denominó Leer la mente:

“El profesional pretende que está informando con autoridad sobre los puntos de vista de varios seres humanos, que van desde individuos hasta conjuntos de muchos millones de personas. “De forma inconfundible, “informa” sobre los sentimientos internos, las emociones enterradas, los pensamientos ocultos y los objetivos y motivaciones psicológicas inconscientes de: personas individuales; pequeños grupos; multitudes que van de diez mil a medio millón; clases socioeconómicas; habitantes de grandes áreas geográficas, estados y naciones; todos los votantes del país; todas las razas. E invariablemente, el profesional extrae grandes generalizaciones políticas de este “informar”.

 Esta técnica, por absurda que parezca a primera vista, se eleva a cimas ridículas cuando el profesional no se limita a informar de lo que 600.000 personas piensan sobre un asunto o de lo que siente una minoría en un determinado estado o qué emoción está experimentando “la mayoría de la clase media” sino que acomete la “múltiple lectura de las mentes” (Efron, 1971: 103-105).

Miguel Jara escribió “Las pseudoterapias «buenas» matan mucho más que las «malas» (en Wegbrafía, “Una estrategia para confundir son los sistemas sanitarios, una de las principales causas de muerte” (22/01/2019) y “Mentiras, sesgos y manipulaciones del informe sobre las muertes de la medicina natural”, en su Blog (24/01/2019).

Sus afirmaciones fundamentales son:

La APETP no puede probar las cifras de muertos que afirma causan las “pseudoterapias” en España.

Son sólo una parte de los cientos de miles de fallecimientos por intervenciones y tratamientos sanitarios; estos se han. Éstos se han convertido en los países más avanzados en la tercera causa de muerte. 200.000 sólo en Estados Unidos cada año y otras 197.000 en Europa. En España las cifras que se barajan son de 8.000 muertos al año y es la quinta causa de muerte. Lo ha afirmado el presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, José Luis Poveda.

La Doctora Margarita Mediavilla Pascual, de la Universidad de Valladolid, cuenta su experiencia en un artículo:

“Yo tengo una experiencia muy directa de la efectividad de los tratamientos homeopáticos en mi persona y en dos enfermedades que la medicina oficial trata de crónicas e incurables (asma y psoriasis). “Además, estas campañas están constantemente acudiendo a razones emocionales y estableciendo una lucha entre “los que creen en las pseudociencias” y “los que creen en la ciencia” que me resulta espantosamente acientífica. La ciencia no necesita acólitos que crean en ella ni tribus que se vistan con sus colores, porque la ciencia no es fe; es simplemente un método para interpretar y conocer la realidad y no debería utilizarse como un estandarte para luchar contra “el otro”. “Esto se parece más a una campaña orquestada contra ciertas tendencias que no gustan a alguien (¿quizá a la industria química?) que está utilizando el prestigio de lo científico para luchar contra sus particulares enemigos. Esto no es hacer buena ciencia ni fomentar el espíritu científico; es, simplemente, marketing… “Quizá algún día esas mismas tendencias que ahora tacha de “pseudociencia” sean la clave de descubrimientos revolucionarios que permitan curar o evitar esas dolencias. “De hecho, no sería extraño que su fracaso ante el cáncer y las enfermedades ambientales se deba a su insistencia en curar casi exclusivamente mediante medicamentos químicos, lo cual no funciona en enfermedades cuyo origen es, precisamente, el abuso de la química.

Sorprende, por cierto, que la APETP ponga tanto énfasis en que se prohíba la venta de sustancias cuyo único peligro, según ellos, es ser un placebo y no levante la voz contra la escandalosa venta de todo tipo de herbicidas, pesticidas, biocidas y disruptores endocrinos que se añaden sin apenas control a nuestros alimentos, ropa y productos de limpieza habiendo bastantes evidencias de sus efectos cancerígenos. Por último, ha habido dos “resultancias” del Informe: a) Angelo Fasce Clemente ha salido de la APETP y b) ha escrito un post muy crítico sobre el Informe, post que ha resumido Miguel Jara (Webgrafía 24/02/2019).

12. Tercer episodio: La carta abierta a la ministra de Sanidad María Luisa Carcedomaria-luisa-carcedo-ministra-de-sanidad-en-funciones-y-candidata-a-diputada-del-psoe-foto-flickr-psoe

En Octubre de 2018, el trío Frías- Cervera-Gómez se sentía fuerte. Pensaron que no había tiempo que perder. Y resumieron su Informe en una carta. La Asociación para proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) dirigió una carta abierta a la Ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo.

La carta empezaba así:

“Seamos claros: las pseudociencias matan. Y no solo eso, sino que son practicadas incluso por médicos colegiados y con el respaldo de los colegios de médicos. Han llevado a la muerte a miles de personas solo en nuestro país, y lo siguen haciendo. En algunos casos, como en la muerte de Mario Rodríguez, se trata de personas que no son médicos pero ejercen con impunidad desde centros que incumplen la legislación de centros sanitarios. “En otros casos, como la muerte de Rosa, son médicos colegiados que actúan con el conocimiento de los colegios de médicos, que les permiten seguir engañando a enfermos graves y llevarlos, en el mejor de los casos, a caer en un engaño, o en el peor, a la muerte”.

Conocemos ya los precedentes de esta forma de expresarse.

La Ministra de Sanidad tiene el título de Médico, pero llevaba sin ejercer desde 1991. Es decir, que no podría incorporarse a la práctica de la Medicina sino después de adquirir los conocimientos y destrezas que los médicos dominan actualmente para tratar a los pacientes. Ella había sustituido a Carmen Montón en el Ministerio de Sanidad.

Montón formaba con Roberto Duque, el ministro de Ciencia, un dúo al que la APETP consideraba suyo en su plan de lobby para cambiar la legislación, es decir, el código-fuente con los pasos que iban a seguir los dos ministros.

Los firmantes hablan de miles de muertes, pero solo presentan dos casos. Faltan referentes fiscalistas. Este estilo, en periodismo, recibe los adjetivos de sensacionalista y, amarillista. Surge cuando el periodista no dispone de pruebas suficientes para fundar una afirmación. Es, también, el estilo de quienes son aficionados a preparar pánicos colectivos y a defender teorías conspiratorias.

Viéndolos desde la Gnoseología de Gustavo Bueno, lo que hacen los firmantes de esa carta es amalgamar acientíficamente las Metodologías alfa-operatorias que prescinden del sujeto humano, como aquí cuando hablan de “miles”- y las beta-operatorias, que tienen en cuenta el sujeto humano, como Mario y Rosa-. Bueno (1976) Pp. 273-298 y (1993) (II), Capítulo 3, Pp. 275-290.

Elena Campos-SánchezLos “pseudoescépticos”, ahora con Elena Campos-Sánchez a la cabeza, han tomado afición a conseguir “abajofirmantes” para apoyar una carta falaz dirigida a la Ministra de Sanidad, pero no toman en serio a los pacientes.

Lo único que se les ha ocurrido hasta ahora ha sido hinchar el número de fallecidos y presentar hechos solitarios. Pues bien, a ellos se les puede aplicar un dictamen parecido al que Gustavo Bueno emitió sobre otros “abajofirmantes”:

“El manifiesto (la carta) no merece el más mínimo respeto. Es un manifiesto ridículo e ingenuo, y lo único que se podría decir, para salvar a los firmantes (algunos son amigos) es esto: o bien suponer que lo han firmado sin leerlo, o bien recordar que cien individuos que, por separado, pueden formar un conjunto distributivo de cien sabios, cuando se reúnen para hacer un manifiesto como el que comentamos, constituyen un conjunto atributivo formado por un único idiota”. (Bueno, 2003: 251).

Si, de verdad, estos ministros quieren proteger a los consumidores, harían mejor abandonando la pasión que tienen por prohibir corrientes y escuelas. El político de verdad, el que perdura, el que pasa a la historia es el que se desclasa y es capaz de hacer planes y programas para todos. El político vulgar actúa como Duque, Montón o Carcedo. Sirven a intereses particulares.duque

El astronauta Duque toma las decisiones sin originalidad alguna, siguiendo a los “lobbies” de los pseudoescépticos”.

Mientras los dos ministros no están dedicándose a su profesión, hay miles de profesionales que tienen la preceptiva formación académica más un dominio de una o varias escuelas humanistas.

Los lobbies “pseudoescépticos” no dejan de escribir sobre “peligros”, cuando el verdadero peligro son ellos.

Entonces, ha habido algunas organizaciones que han denunciado a los “pseudoescépticos en los tribunales: Asociación Española de Médicos Integrativos, la Sociedad Hahnemaniana Matritense, en representación de los médicos homeópatas, y ACUS (Asociación de Ayuda a Consumidores u Usuarios).

En el punto 9) de la denuncia, estas organizaciones concretan:

maria-luisa-carcedoSe ha requerido a la Ministra -y a la anterior- a que dé explicaciones y aporte informes que dice tener;

Se ha solicitado la apertura de expedientes disciplinarios a aquellos cargos de las organizaciones colegiales que se han excedido en sus manifestaciones de forma temeraria;

Se ha instado procedimiento ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que continuará en el expediente abierto en la Comisión Europea;

Y se ha denunciado ante los Tribunales de Justicia a una de las asociaciones que parecen constituir los únicos asesores expertos de los Ministros en el diseño del plan.

13. Cuarto episodio: La rueda de prensa de los ministros Carcedo y Duque para presentar el “Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias”. Ministros “distáxicos”

El 28 de febrero de 2019, los ministros María Jesús Carcedo y Pedro Duque presentaron un documento que ellos llaman “Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias.

El penúltimo párrafo del documento dice:

“Cabe destacar que para el diseño de este Plan se han considerado las propuestas de actuación en relación a las pseudoterapias realizadas por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, Círculo Escéptico, Farmaciencia, Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad y la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico”.

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En El avaro, de Molière, hay un pasaje que hace reír, pero que refleja muy bien la situación actual del asunto de las “pseudoterapias”. Es en la escena III del Acto Primero. El avaro Harpagón cree que todo el mundo quiere robarle. Sospecha de Flecha, un criado de Cleanto que ha ido a verle.

HARPAGÓN- Pregunto si no vas por ahí haciendo correr maliciosamente el rumor de lo que tengo.

FLECHA- ¡Eh!, ¿qué os importa que lo tengáis o que no lo tengáis, si para nosotros es lo mismo?

HARPAGÓN- (Levantando la mano para dar un bofetón a Flecha). ¡Te las echas de razonador! Ya te daré yo razonamiento en las orejas. Sal de aquí, repito.

FLECHA- ¡Bueno! Me marcharé.

HARPAGÓN- ¿No te llevas nada?

FLECHA- ¿Qué voy a llevarme?

HARPAGÓN- Anda, ven aquí que lo vea. Enséñame las manos.

FLECHA- Aquí están.

HARPAGÓN- Las otras.

 FLECHA- ¿Las otras? (Moliére. 1987, P. 808.)

Si trasladamos la orden que Harpagón da a Flecha de que le muestre las manos, a la situación que se ha creado con la condena ministerial de las psicoterapias, no tenemos más remedio que preguntarnos cuáles son las otras manos que hay detrás de los dos ministros. Narrativamente, están acabando la campaña que algunas personas comenzaron en 2011. Esas personas son básicamente las mismas que han dado origen al Plan que presentan los dos ministros.

Es decir, estos dos ministros prefieren seguir la línea de los “lobbies” que consultar a quienes de verdad saben Teoría de la Ciencia. En toda la historia de los gobiernos de la Democracia en España, incluido el actual, no ha existido un solo ministro/a cuya política se la hayan hecho unos lobbies, unos grupos de presión, y que así lo hayan hecho constar en un documento.

El abogado Fernando Frías ha actuado como si él dominase la Sanidad del Levante español; ahora, él y Elena Campos-Sánchez, actual presidente de APETP (Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas) actúan como si mandasen en la Sanidad nacional.

Unos periodistas que quieran seguir la corriente de la Edad de Oro del periodismo de investigación en España (1975-2000) pueden estudiar a fondo este asunto de los dos ministros. Es un hecho tan escandaloso que conviene que se entere el mayor número de personas.

Los dos ministros, los lobbies y quienes se adaptan a ellos porque les interesa, se olvidan de lo que Chesterton llamaría “tremenda insignificancia”: El Artículo 26 de la Constitución Española dice: “Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la Administración civil y de las organizaciones profesionales.”

Por supuesto que los impulsores del Plan y los dos ministros pueden negarlo. En Política no hay que juzgar a los ministros por sus palabras sino por sus realizaciones. Estos dos ministros lo negarán, pero la realidad es que al final, también como Tartufo, quieren quitar el trabajo a los demás. En Tartufo, al final, triunfa la Justicia. En España, por ahora, no. Aquí hay una serie de lobbies que quieren “tibetanizar” España. Y unos ministros que, encantados con los lobbies, se dejan llevar. Esa tibetanización conlleva dejar a miles de personas sin trabajo.

Podemos encontrar precedentes de lo que dijeron esos dos ministros en las afirmaciones que Jesús Sancho Rof, ministro de Sanidad a primeros de los años ochenta, aseguró con cara muy seria sobre el aceite de colza. Eran afirmaciones insostenibles. Celia Villalobos, ministra de Sanidad en los primeros años dos mil, dedicó mucho más tiempo a explicar el problema de las vacas locas, igualmente sin base científica alguna. Los ministros de la rueda de prensa superan a los anteriores. Como muñecos de ventrílocuo, se limitan a hablar de lo que otros les escriben. Con el paso del tiempo, pueden convertirse en blanco de personas con sentido del humor.

Los ministros que se han tenido que enfrentar a poderosos grupos de presión – pilotos, controladores, etc.,- en ningún momento se identificaron con esos grupos. Se enfrentaron a ellos. No cedieron. Los ministros citados de Sanidad y Ciencia sí se han identificado con los lobbies y han cedido ante ellos.

Es decir, los comportamientos de estos ministros han sido distáxicos.

13.1 Las personas y grupos citados recuerdan prácticas de otros tiempos antidemocráticos141118pseudoterapias

Aquí los tenemos juzgando y condenando a otros profesionales- entre ellos, a los de las escuelas de Psicología Humanista- sin conocimiento de causa y sin ni siquiera escucharlos. La Inquisición daba audiencia a los acusados y, si los denunciantes no probaban sus cargos, la culpa recaía sobre ellos.

Estos dos ministros no saben, por ejemplo, de Escuelas de Psicología. No tienen conocimientos para juzgar a los psicólogos ni moral para, como los antiguos Tribunales de Honor, declarar indigno de la profesión de psicoterapia a nadie ni a expulsarlo de la profesión. Y no pueden dar lección alguna de profesionalidad a miles de psicólogos.

No han consultado Duque o Carcedo, o sus asesores, su Plan con profesionales del Análisis Transaccional, Gestalt o Psicoterapia Integrativa. Muy probablemente no han leído las alegaciones que han presentado después de aparecer el Plan. Sus comportamientos revelan que han preferido seguir muy ajustadamente las líneas de los lobbies ya citados.

Posters+MockupY lo que es peor: Los lobbies, que tienen como responsables máximos a personas sin formación en el método científico, que falsean los hechos y se inventan las cifras. aspiran a que sus disparates sean aceptados por las Universidades. Finalmente, los responsables de esos lobbies les han marcado las pautas para presionar con prosa de abogados y hacer la vida imposible a muchos profesionales.

Los citados Ana Gimeno-Bayón y Juan Rosal enuncian:

“No está de mal recordar algunos artículos de nuestra Constitución. Artículo 35 1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio”, y que por tanto, quien quiera ser psicoterapeuta humanista, respetando la legalidad de los requisitos para ser terapeuta, puede hacerlo al amparo del artículo 38: “Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado”.

Es lo que ni Duque ni Carcedo quisieron respetar. La rueda de prensa conjunta sirvió para que muchas personas cayesen en la cuenta de lo que son capaces dos ministros que sólo tienen como guías a unos lobbies de ignorantes. En este asunto tan crucial, hay muchos profesionales que no quieren perder su puesto de trabajo, porque están convencidos de la solidez teórica de sus Escuelas.

Y lo mismo es aplicable a los profesionales de otras terapias que tienen derecho a que se les permita explicarse. O como dice la Gnoseología de Gustavo Bueno, que expongan sus dialogismos.

Los lobbies citados trabajan como si los/las psicoterapeutas humanistas vayan a ser tan dóciles a ellos como sus ministros preferidos: Carmen Montón, María Luisa Carcedo y Roberto Duque.

Los que han elaborado la “lista negra” de las 139 terapias naturales, a las que ahora han cambiado el nombre por “pseudoterapias”, han dejado que Frías haya hablado demasiado con su estilo de torpeza triunfalista. Si hay un juicio, o varios, y si hay abogados bien preparados, pueden aprovechar las declaraciones de Frías y de otros. Claro que también han de saber cómo contrarrestar las coartadas de los “pseudoescépticos”.

En resumen: Estos ministros recuerdan la forma de actuar que los responsables de la Unión Soviética pusieron en práctica con Vavílov, el académico que defendía la genética mendeliana. Con las diferencias de grado que ya he explicado.

14. Las consecuencias del Plan: espiar, calumniar, desacreditar, ignorando artículos de la Constitución española.

El Plan que presentaron la ministra Carcedo y el ministro Duque se plasma en cuatro líneas a seguir, cada una de ellas con varios objetivos, que se concretan en acciones.

La primera línea del plan dice:

Línea 1. Generar, difundir y facilitar información, basada en el conocimiento y en la evidencia científica más actualizada y robusta, de las pseudoterapias a través de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud, en colaboración con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Traducción: Basándose en la información anticientífica y falaz de los lobbies, unos funcionarios desinformados y/o crédulos van a espiar, por todos los medios posibles, a quienes en su trabajo emplean los hallazgos de las escuelas humanistas y de otras profesiones.

Las palabras lejanas de la Línea 1 no pueden ocultar que Duque y Carcedo dieron “permiso para calumniar” impunemente y desacreditar los modelos y métodos de las psicoterapias humanistas llamándolas “pseudociencias”.

Y están dispuestos a justificar cualquier exceso de sus “lobbies”.

Hay prosa del BOE que, fundamentalmente, está escrita para ocultar la realidad. George Orwell se reía mucho de ese tipo de prosa. Entonces, lo mejor es prepararse para desenmascarar y combatir a quienes engañan y difaman,

Objetivo 2. Difundir la evaluación de las pseudoterapias bajo los principios del conocimiento y la evidencia científica a todos los grupos de interés (administraciones públicas, profesionales, ciudadanía, medios de comunicación, colegios profesionales, movimiento asociativo, etc).

La prosa de este Objetivo 2 se parece mucho a los sermones de los clérigos que cada domingo predican -algunos muy mal- en el programa religioso de l a 2. Y lo que va entre paréntesis suena mucho a “Id y predicad el evangelio a toda creatura”.

Los lobbies que han inspirado y, probablemente, redactado esta prosa, emplean términos que no pueden ser más equívocos: ¿Qué principios del conocimiento? ¿Qué evidencia científica? Si por lo menos tuvieran formación, habrían recordado al filósofo Auguste Comte, que en su filosofía positiva difundía los principios de altruismo, orden y progreso. Pero los “pseudoescépticos” demuestran no saber filosofía.

Los ignorantes aparecen en los medios de comunicación y van a centros educativos a predicar sus afirmaciones sin fundamento.

Segunda Línea, Objetivo 1 y Acción 1: Desarrollar normativamente la necesidad de que las personas sean informadas del conocimiento y de la evidencia científica de las pseudoterapias que se ofrecen en centros sanitarios no pertenecientes al SNS (Sistema Nacional de Salud).

Objetivo 2 y Acción 1. Incluir en la regulación los actos o encuentros que conlleven la publicación o promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria.Congreso de ARP

Acción 2. Incluir en la regulación la utilización de internet o redes sociales que conlleven la publicación o promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria.

Aquí se ve la línea autoritaria, dogmática, de Fernando Frías o de Elena Campos-Sánchez, destinada a controlar todos los aspectos profesionales de la gente.

Por lo tanto, a los “pseudoescépticos” hay que recordarles el artículo 20 de la Constitución Española:

Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones [...] d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.

Los totalitarios no parecen respetar a excelentes profesionales, a estas alturas del siglo XXI. De momento, suena que este plan quiere saltarse los tres puntos de este artículo.

Ya me he referido a quienes se han propuesto “tibetanizar” España, poniendo todos los obstáculos posibles al desarrollo de la ciencia.

Los “pseudoescépticos” se están convirtiendo en sujetos muy parecidos a muchos clérigos de las religiones monoteístas. La única religión-terapia que no prohíben es la cognitiva-conductual.

Encarnan un retroceso muy grande de la libertad de pensamiento, de expresión, de cátedra.

20220305_080035A los escritos de los “pseudoescépticos”, insostenibles desde la Teoría de la Ciencia, hay que responderles con razones y recordarles el artículo 44.2 de la Constitución: “Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general.” Y desde luego que, en abstracto, lo esperamos de los poderes públicos, pero no de algunos ministros en ejercicio.

En su línea 3, enuncian el objetivo 1: “Garantizar que todas las actividades sanitarias se realizan por profesionales que dispongan de la titulación oficialmente reconocida.”

Es un enunciado de Perogrullo, ¿O es que no hemos visto los grandes escándalos que afectan muy gravemente al prestigio de una Universidad? Y también, a una organización privada.

Cuesta mucho adquirir la credibilidad, el prestigio, la reputación, pero no se pierde al mismo ritmo. El prestigio se desescala a una gran velocidad. No es como una avioneta con la que el piloto puede planear. La credibilidad es como un avión militar o de pasajeros al que le fallan los motores. En muy poco tiempo sobreviene la tragedia. La falsificación de títulos es una cuestión de los periodistas de investigación o de la policía. También es verdad que los genios que han hecho avanzar tanto la tecnología de los ordenadores no tenían título universitario, pero porque ellos no necesitaban el título para inventar.

Su objetivo 2 de la línea 3 es: “Eliminar de los centros sanitarios las pseudoterapias”.

Entonces, si hay personas que han demostrado, durante años, la eficacia de su quehacer en numerosos casos, deben defenderse con argumentos y pruebas si no quieren quedarse sin trabajo por las actividades de los “pseudoescépticos”, apoyados por el “establishment”.

Los perseguidos por los “pseudoescépticos” no deben resignarse a que, después de haber dado mucho a los pacientes, se tienen que marchar desprestigiados porque les difaman, acusándoles de “pseudocientíficos”.

La línea 4. es: “Establecer una actuación coordinada con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad para reforzar los principios del conocimiento y de la evidencia científica en la formación a los profesionales sanitarios” señalando, dentro de las acciones del primer objetivo:

Acción 2. Elaborar un informe de recomendaciones para la verificación de títulos universitarios oficiales de grado y máster en el ámbito sanitario que aclare las prácticas y métodos que no se consideran con conocimiento y evidencia científica suficiente para ser impartidos. Desarrollar alianzas con la Conferencia de Decanos, los/as Rectores/as, las CCAA, la comunidad universitaria y los colegios profesionales para no promover títulos propios u oficiales sobre pseudoterapias a través de la promoción de acuerdos en la Conferencia General de Política Universitaria y en el Consejo de Universidades.

Es decir: que buscarán eliminar de la Universidad lo que los funcionarios ministeriales de turno consideren que son pseudoterapias. Esos funcionarios ministeriales represores tienen una gran tradición.

“El cine soviético convirtió en héroe al burócrata, el “hombre de mente progresiva”: competente, ordenado, honrado, activo, trabajador, buen hijo, esposo y padre; pero sobre todo, desprovisto de imaginación, fiel y disciplinado que, al lado de una mujer digna de é, igualmente “consciente y emancipada”, luchará, no tanto para resolver los pequeños problemas que subsisten como para secundar las iniciativas que únicamente el Estado puede propiamente tener (García Escudero, 1959: 163).

Ana Gimeno-Bayón y Juan Rosal han identificado la trampa de llamar “pseudociencia” a la que no sea la propia. “La denigración del que tiene seguidores o éxito, por parte de aquellos que querrían tener la exclusiva de los mismos, es tan antigua -seguramente- como la historia humana.

“Los científicos no están libres de la tendencia cainita y si, además, hay intereses económicos o de prestigio académico de por medio, es fácil que esta trampa tome la forma de degradar la categoría intelectual o científica de los otros.

“Y parece que tanto el Ministerio de Salud como el de Ciencia han caído en la trampa urdida por organizaciones médicas y laboratorios farmacéuticos, a quienes les vendría muy bien que desaparecieran los psicólogos humanistas. Algunos colegas de otras corrientes se han sumado a esta denigración y han formado coro con los funcionarios ministeriales, y las organizaciones médicas para calificar a la Psicología Humanista de pseudociencia”.

El objetivo 4. es el siguiente: “No otorgar el reconocimiento de interés sanitario a actos de carácter científico que promuevan la utilización de pseudoterapias”.

Dentro de las acciones comprendidas en el mismo, está la siguiente: “Acción 1. Revisar y adecuar los criterios para el reconocimiento de interés sanitario para los actos de carácter científico, con objeto de que no obtengan este reconocimiento aquellos actos que promuevan la utilización de pseudoterapias”. Es decir: si los profesionales de las Escuelas humanistas celebran un Congreso o unas Jornadas de psicoterapias, no podrán obtener el reconocimiento de interés sanitario. O sea: más degradación del estatus de las profesiones.

Si les dejan a los “pseudoescépticos”, claro que no permitirán anunciar en Internet un curso de Psicoanálisis, Psicoterapia centrada en la persona, Terapia Gestalt,

Análisis Transaccional, Programación Psicolingüística, Visualización… aunque se impartan en Colegios de Psicólogos. ¿Qué diferencia hay entre esas prohibiciones y las cazas de brujas? Ellos quieren poner letras escarlatas, como en la novela de Nathaniel Hawthorne, pero en el mundo de la comunicación digital.

Como muy bien señalan Gimeno y Rosal, esto se parece mucho a una censura de la comunicación.

15. Cada profesión puede coincidir con las demás en la línea argumental, pero aplicándola a su campo de actividad. La fértil distinción entre “tema” y “moneda”

En este trabajo me he centrado en algunas Escuelas de Psicología Humanista. Los “pseudoescépticos” quieren acabar no sólo con esas Escuelas sino con hasta 139 actividades más. Entonces, ¿cómo encontrar un nexo de unión entre miles de profesionales que los “pseudoescépticos” se han propuesto dejar sin trabajo?

Eric Berne ofreció una distinción muy útil para quienes deseen defender teórica y legalmente su puesto de trabajo: “tema” y “moneda” El “tema” básico para los profesionales de muy distintos campos de la actividad cuando se enfrentan al desafío de los “pseudoescépticos” es fundamentar científicamente su actividad.

Para desarrollar ese “tema”, los profesionales pueden hacer algo semejante a lo que Eric Berne expuso en Introducción al tratamiento de grupo (1993). Presentó los Principios básicos del Análisis Transaccional saturándolos con ejemplos y detalles. En la segunda parte, dedicó 30 páginas a la relación entre el Análisis Transaccional y otras formas de tratamiento. Y en el libro sobre el Guión de vida, se planteó extensamente las objeciones a la teoría del Guión, los problemas metodológicos y ofreció una lista de comprobación del guión (2002: 431-476). Cada profesional puede encontrar en estos dos libros muchas ideas para saber fundamentar y debatir.

La “moneda” es el medio en que alguien expresa el “tema” (Berne, 2002: 130). Podemos decir que la “moneda” es la circunstancia sobre la que el filósofo Ortega y Gasset teorizó: “Yo soy yo y mi circunstancia”.

En el caso que nos ocupa, creo el “tema” de los “pseudoescépticos” es, fundamentalmente, el odio que los “pseudoescépticos” prodigan hacia quienes no piensan como ellos. Ese odio se manifiesta de muy diversas maneras: la “moneda”. Ya hemos visto cómo “Marino” ha concretado ese odio: la mentira, la manipulación, el sesgo de informaciones y medios, el hostigamiento, la calumnia, el escarnio, la amenaza y la represalia son las viejas técnicas para los objetivos

totalitarios de toda época; ceño displicente y media sonrisa de perdonavidas. Pretenden la eliminación indiscriminada de todo ejercicio médico no ajustado a la “evidencia”. Las 139 “técnicas” de 2011 son ahora otros tantos “peligros” para la salud. Practican la “ceremonia de la exageración” al servicio del cientifismo más brutal, que, si ha de “morir”, será “matando”.

Para explicar el nexo de unión entre profesionales muy diversos, podré ejemplos del “tema” y de la “moneda” tomados de películas.

El “tema” puede ser idéntico en varias versiones de varias películas, pero la “moneda” cambia de una a otra. Un motín real en la fragata Bounty muestra la venganza que la tripulación quería tomarse contra el tiránico capitán Bligh (Charles Laughton), al que acabaron abandonando en un bote. (Rebelión a bordo, 1935).

Años después, el guionista Borden Chase se vanagloriaba de que él había escrito la historia de Río Rojo (1948) basándose en la película Rebelión a bordo (1935) y de que nadie se había dado cuenta. Cambió el mar por el territorio del Oeste americano. El capitán William Bligh tenía que ir a Tahití para traer a Inglaterra el árbol del pan. Ted Dunson debía trasladar 9.000 cabezas de ganado cruzando tierras apaches. Los dos provocaron, con su carácter, un amotinamiento de sus hombres.

Vemos la misma historia en El motín del Caine, que dirigió Edward Dmytrick en 1954. Lo que hicieron el novelista Herman Wouk y los guionistas Stanley Roberts y Michael Blankfort fue inspirarse en el precedente de Rebelión a bordo. Situaron la acción en un dragaminas al mando del capitán Queeg (Humphrey Bogart) durante la Segunda Guerra Mundial. Versiones posteriores del tema original fueron Rebelión a bordo (1962), de Lewis Milestone, y Motín a bordo (1984), de Roger Donaldson. Últimamente, podemos observar cómo algunos directores de cine copian lo esencial de una película de décadas anteriores, sin mencionar en qué obra se han

inspirado. El caso más llamativo es el de Woody Allen, quien plagió el tema de su película en color Match Point (2005) – la ambición de un joven arribista- de la película en blanco y negro Un lugar en la cumbre, de Jack Clayton (1958). Lo mismo podemos decir de la película La extraña que hay en mí (2007), de Neil Jordan, que está enteramente inspirada en El justiciero de la ciudad (1974), de Michael Winner.

Por tanto, cada profesión ha de desarrollar el tema científico con la moneda o circunstancia que han escogido.

16. ¿Qué hacer? Las verdaderas ideas son las de los náufragos. Recomendaciones

ESCEPTICOS 7 CLAVESLos profesionales de las terapias humanistas y los profesionales de otras disciplinas harían muy bien en hacerse a la idea que he venido configurando en los apartados anteriores:

Montón, Duque, Carcedo, los lobbies de los “pseudoescépticos”, los responsables de la Organización Médica Colegial y del Instituto de Salud Carlos III se han propuesto poner a miles de profesionales entre el suelo y el estribo, basándose en informaciones falsas.

“Instintivamente, lo mismo que el náufrago, buscará algo a lo que agarrarse, y esa mirada trágica, perentoria, absolutamente veraz, porque se trata de salvarse, le hará ordenar el caos de su vida. Estas son las únicas ideas verdaderas; las ideas de los náufragos. Lo demás es retórica, postura, íntima farsa. El que no se siente de verdad perdido se pierde inexorablemente; es decir, no se encuentra jamás, no topa nunca con la propia realidad. (J. Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Espasa Calpe, Colección Austral, 1995: 200)

Es muy importante que cada profesional de las Psicologías Humanistas y de otros campos de la actividad humana se dé cuenta de que su puesto de trabajo peligra por la acción de responsables ministeriales y de los lobbies. Fundamentar científicamente su profesión.

Observar los movimientos que los Ministerios ya citados y los lobbies “pseudoescépticos” realicen para perjudicar a los profesionales. Y que comuniquen sus hallazgos a las Asociaciones en las que estén encuadrados.

Escribir en prensa escrita o digital exponiendo los argumentos a favor de una determinada profesión. Ofrecerse a debatir en programas de radio y televisión que aborden el asunto de cada profesión.

Con una cámara de video, grabar espacios en los que queden expuestos todos los aspectos posibles sobre la profesión que domine y los hagan aparecer en canales de Youtube.

Dividiendo el trabajo entre varios profesionales, seguir los programas de salud de prensa, radio y televisión. Si los presentadores solo dan voz e imagen a los “pseudoescépticos”, comunicar a los responsables de los medios que no son programas periodísticos sino propagandísticos. En este trabajo pueden ayudar los profesionales jubilados, que quizá tienen tiempo y afición para seguir esos programas. No dejar crítica alguna sin respuesta.

En todo este proceso, tener presente que la Constitución española ampara a los amenazados por los responsables ya especificados.

En el artículo 51.2 de nuestra Constitución, se dice que: “2. Los poderes públicos promoverán la información y la educación de los consumidores y usuarios, fomentarán sus organizaciones y oirán a éstas en las cuestiones que puedan afectar a aquéllos, en los términos que la ley establezca”.

Tener abiertas todas las posibilidades legales para, si llega el momento, coordinar esfuerzos para llevar a los Tribunales a los responsables del movimiento “pseudoescéptico”.

10.- Dotar un Premio de Periodismo de Investigación para dar a conocer al público español los lobbies de los “pseudoescépticos”.

 

Felicísimo Valbuena

Catedrático de la Facultad de Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid) Profesor Emérito

EIKASIA: Revista de filosofía. Nº Extra 99, 2021.

 EIKASIA

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https://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2019/01/22/posverdad-esceptica-los-desastres-delinforme-sobre-muertes-por-pseudoterapias-de-la-apetp/

https://es.blastingnews.com/salud-belleza/2019/01/el-exito-del-movimiento-antihomeopatia-quelidera-espana-002817173.html

https://elpais.com/elpais/2017/06/04/eps/1496527535_149652.html  (Consumidores engañados y cautivos)

https://www.psicoterapiahumanista.es/ca/agenda-ca/93-articulos/213-nuestra-posicion-ante-el-planministerial-contra-las-pseudociencias.html

https://listadelaverguenza.naukas.com/2018/06/11/los-margenes-de-duque-y-monton-i/

https://www.magufos.com/2018/06/los-m-de-duque-y-mont-ii-los-productos.html

https://listadelaverguenza.naukas.com/2018/07/13/los-margenes-de-duque-y-monton-iii-parentesisucronico/

https://educomunicacion.es/censura/historia_de_la_censura_fotografia.htm

 

 

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  1. Para complementar la información:

    ->El artículo de “zetetic1″ al que se refiere Valbuena es este: https://medium.com/@zetetic11/conspiraciones-y-seudoescepticismo-9c0d9c170041

    ->”Marsattack” es uno de los nombres de usuario que usaba el pseudoescéptico Emilio Molina Cazorla, enemigo de Zetetic1. Parte de la discusión entre Molina y Zetetic1 fue documentada por el propio Zetetic en esta entrada: https://losseudoescepticos.wordpress.com/2017/09/10/diabolicus/

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