Publicado en EOC nº 88

Mucho se ha escrito sobre el famoso “incidente Manises”, donde el avión de pasajeros Super Caravelle JK-297 de la compañía TAE (Transportes Aéreos Españoles), que hacía la línea Salzburgo-Palma de Mallorca-Tenerife-Gran Canaria, se vio obligado en la noche del 11 de noviembre de 1979 a un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Manises, debido a un tráfico no identificado que se acercaba al aparato con rumbo de colisión, decidiendo la tripulación una parada no prevista en su ruta. Después llegaría la operación de interceptación del presunto objeto por parte de un caza español que despegó de la base de Los Llanos en Albacete y la observación desde tierra de misteriosas luces por el personal del aeropuerto valenciano.

Este caso dio lugar a la que, equivocadamente, se ha considerado la primera interpelación parlamentaria que un diputado español formuló sobre el fenómeno OVNI: fue el entonces miembro del grupo parlamentario socialista en el Congreso, Enrique Múgica Herzog, quien la presentó el 26 de septiembre de 1980, según figura en el Boletín Oficial de las Cortes Generales del 14 de octubre de 1980.

Pero resulta que casi un año antes, en los días siguientes al suceso y cuando aún era “noticia caliente” en los medios de comunicación, hubo otra pregunta parlamentaria pero en el ámbito de la otra cámara, el Senado, que por lo visto ha pasado desapercibida para los estudiosos, investigadores y curiosos en general durante casi cuarenta años. Por lo menos cuando el autor de estas líneas preguntó sobre el particular a dos destacados exponentes de lo que se llamó “escuela valenciana de ufología”, Vicente Juan Ballester Olmos y por mediación suya a Juan Antonio Fernández Peris, éste último autor de una reencuesta y polémica revisión del caso (1), ambos respondieron honestamente que nada sabían de la pregunta efectuada por el senador canario Federico Padrón Padrón (de la extinta UCD) en la Comisión de Obras Públicas y Urbanismo, Transportes y Comunicaciones adscrita a la Cámara Alta, y lo que es más importante, de la amplia y cumplida respuesta que recibió por parte del ministro del ramo, Salvador Sánchez-Terán. Así quedó reflejado en el Diario de Sesiones del Senado correspondiente al 15 de noviembre de 1979.

Considero que será una aportación interesante a la documentación e historia de la ufología española recordar el contexto de aquella primera pregunta y respuesta parlamentarias sobre el tema ovni en España. Y de paso poner de relieve alguna “anomalía” administrativa que creo haber detectado en la información disponible.

El ministro de los OVNIs

A la mañana siguiente, resulta que el ministro Sánchez-Terán tenía programada una visita al aeropuerto de Manises para inspeccionar las obras de la nueva Terminal de pasajeros. Aquello debía ser un hervidero de periodistas que se dividieron entre asistir a la rueda de prensa convocada por el ministro, o lograr la exclusiva de las primeras declaraciones del piloto y copiloto del vuelo afectado, cuya experiencia aumentaba el interés de la prensa nacional y extranjera a medida que pasaban las horas (no cabe olvidar que el pasaje estaba integrado por turistas alemanes y austríacos con destino a las Canarias), llevándose el gato al agua el joven periodista Agustín Remesal, de RNE en Valencia.

El ministro, por su parte, reconoció que se había abierto una investigación sobre el hecho, y poco más. Con cierto sentido del humor, en su contestación al senador Padrón desmintió “(haber llevado) los ovnis aprovechando el viaje a Valencia (pues) yo llegué por la mañana y el tema de los ovnis había sido la noche anterior”. Palabra de ministro, y sin perjuicio de que estuviera informado de sobra acerca de lo que había ocurrido (2).

Una intervención que no consta en Sumario

El documento que un servidor localizó en 2015 gracias a un conocido buscador de internet (google, vamos), es el Diario con la transcripción a lo largo de 46 páginas de la Sesión informativa celebrada el 15 de noviembre de 1979  en la citada Comisión del Senado, con asistencia del ministro de Transportes y Comunicaciones “sobre política de su Departamento”.

La Sesión tuvo una duración de 3 horas y 5 minutos, y antes de la transcripción viene un “Sumario” que resume su desarrollo con el orden de intervinientes y turnos de palabra: primero el Presidente del Senado, a continuación el Presidente de la Comisión, después el Ministro ofreciendo a sus señorías las explicaciones oportunas, luego los Senadores intervinientes, y finalmente la contestación del Ministro a todos ellos.

Pues bien, el nombre del senador que formuló la pregunta se omite en la relación de intervinientes (págs. 3 y 4 del Diario): después de interrumpirse la Sesión por excusar su asistencia el Presidente del Senado, prosiguió bajo la presidencia del Presidente de la Comisión de Obras Públicas, Emilio Martín Villa, interviniendo “a continuación los señores Calzada Hernández; Montaner Roselló; Bencomo Mendoza; Estringana Mínguez; (etc., etc.) contestando a todos ellos el Señor Ministro cumplidamente“.  La intervención omitida del señor Padrón Padrón se sitúa entre las de los sres.  Bencomo Mendoza (otro senador canario) y Estringana Mínguez, según aparece en la pág. 39 del Diario.

De la lectura de la transcripción se desprende que la intervención del senador Padrón Padrón fue en cierto modo accesoria y complementaria a la del senador canario que le precedió en el turno de preguntas, Carlos Manuel Bencomo Mendoza, también de la UCD. Este último había registrado una “Pregunta oral al Ministro de Transportes sobre ampliación de la línea Ferry de la Gomera” que tuvo entrada en la Cámara el día 6 de noviembre. Después de aclararse un caballeresco incidente que evoca mejores tiempos del parlamentarismo español (3), el senador Bencomo se explayó con su pregunta sobre la necesidad de mejorar las comunicaciones con la isla canaria y sus reclamaciones concretas para que el ministerio reconociera que “la petición que hoy día (en 1979) hace Ferry-Gomera es una petición que la comparte todo el pueblo gomero. Esta sociedad (mercantil) ha dado un servicio de inmejorable calidad, y como hoy día tiene dificultades de darlo, porque su barco actual es pequeño, no quiere deteriorar su imagen (sic), y quiere este barco que nos hace falta en la Gomera” (págs. 38 y 39 del Diario).

¿De qué iba todo esto? En 1974 la empresa “Líneas Fred Olsen”, propiedad de “un conocido naviero noruego” (según Bencomo Mendoza), había fundado una filial con el nombre de Ferry Gomera, S.A. El 8 de julio de ese año se produjo la primera travesía uniendo el puerto de Los Cristianos en Tenerife, con San Sebastián de la Gomera, en la isla homónima. Hasta entonces, la Gomera permanecía aislada casi por completo. Sólo un barco visitaba la isla a fin de recoger los plátanos y tomates para exportarlos a Europa y llevar mercancías. La apertura de la nueva ruta produjo muchos cambios entre los gomeros, con la utilización del ferry para lo más diverso, incluido el traslado de enfermos de urgencia. A veces zarpaba en medio de la noche con una sola ambulancia y un paciente a bordo, debido a que si el ferry no se llevaba al enfermo, corría el riesgo seguro de pasar a mejor vida.

Pero el barco en uso se había quedado pequeño y obsoleto, y se necesitaba uno mayor… En esta reclamación, y tras finalizar su turno el senador Bencomo Mendoza, fue secundado por su colega Federico Padrón Padrón, tras serle concedida la palabra y en los siguientes términos  donde además aparece el hito histórico que interesará a nuestros lectores:

“El señor PADRÓN PADRÓN: Como el señor Presidente (Martín Villa) nos apremia con el tiempo, y para no incidir en temas locales –dado que mi compañero canario ya ha hecho una exposición que también me afecta, toda vez que el servicio de ese ferry beneficiaría a la isla de Hierro-, apoyo íntegramente sus peticiones.

También desearía aclaración sobre el aterrizaje forzoso del avión interceptado” (3) 

Se desconoce el motivo por el cual este senador hizo la pregunta de marras cuando se estaba tratando un asunto tan localizado y extra ufológico como el del ferry de la Gomera y su ampliación… Sólo se me ocurre que el incidente de Manises era una de las noticias mediáticas del momento, y que como el vuelo afectado era de tipo turístico e iba con destino a las islas Canarias con las implicaciones que ello supondría a los transportes y comunicaciones comerciales, tal vez el senador Federico Padrón consideró oportuno y lógico introducir aquella pregunta porque se hallaría entre sus funciones de defender los intereses canarios.

Sea como fuere, esta insólita pregunta que ocupó dos líneas en el Diario de Sesiones, mereció la “cumplida respuesta” del ministro Sánchez-Terán en cuatro párrafos y un total de 69 renglones. Nada más y nada menos.

Una respuesta para la historia

Creo que lo mejor es recomendar al lector que lea esas dos columnas históricas para la ufología española, insertas en las páginas 42 y 43 del Diario de Sesiones del Senado que venimos comentando.

Me permitiré simplemente algunos comentarios. El comienzo del ministro en su respuesta deja lugar a pocas dudas: “En cuanto al tema de los ovnis, yo diría que lo más aleccionador sobre esto es la serie de películas que hizo la televisión (4). No lo digo en broma; lo digo porque existen objetos voladores; la mayoría de ellos tiene una explicación científica (…); pero ciertamente hay un porcentaje de esas llamadas <<luces>> que hay en el firmamento que no se han llegado a identificar, lo cual no implica que haya extraterrestres…”

Pero el ministro expuso una “hipótesis de trabajo”, que se supone sería la que barajase en aquel momento su propio departamento, o a lo mejor era la suya personal: “la posibilidad de que sean refracciones de los propios pilotos del avión (sic) en las capas atmosféricas que, por su situación de densidad, producen esa refracción que hace que se vean unas luces rojas que en el fondo son el reflejo de las de los pilotos”.En los tres párrafos restantes, el ministro de Transportes pasaba revista a lo que había sucedido cuatro días antes sobre los cielos españoles, con una información que no tenía desperdicio: se alude a “unas luces (que) vio el piloto o el copiloto; no las vio el pasaje”, confirmando que había grabaciones del control del tráfico donde se notaba “la preocupación del piloto al ver esas luces rojas”. También se mencionó la salida del caza desde Los Llanos: “No tengo certeza y hablo reservadamente (sic) de que el avión de reconocimiento que salió (no desde Manises, sino desde la Base de Albacete) no encontró nada, lo cual puede avalar la hipótesis de que o era un objeto de gran velocidad que desapareció, o era un fenómeno de refracción… de las capas atmosféricas”. Es decir, que no se descartaba la opción de un objeto físico, quizás alguna aeronave convencional o no, que hubiera sido lo que persiguió Fernando Cámara con su caza.

Con tono tranquilizador, y tras admitir que el asunto se hallaba “bajo investigación confidencial del Ejército del Aire”, dijo que “no hay que asustarse por el tema de los ovnis porque no hay constancia de haya habido el más mínimo accidente de aviación provocado por un ovni. La mayor parte de las cosas son objetos voladores de investigación, aeronáutica meteorológica, globos-sonda, etc. y sólo hay un pequeño porcentaje de posibles señales que no se hayan identificado, si es que de verdad han existido esas señales. No es un problema que preocupe desde el punto de vista del tráfico aéreo (…)”. Un prudente escepticismo… y palabra de ministro.

Un porfiado Ferry…y Manises forever

Con motivo de un merecido homenaje en 2011 al antiguo senador Carlos Manuel Bencomo Mendoza, y con motivo de entregarle la medalla al Mérito Civil por su trayectoria profesional y política, un medio local publicó que de entre los grandes proyectos que consiguió para La Gomera, destacó la obtención del Ferry que comunicó la isla con Tenerife:

“En 1980 había una gran crisis en la industria metalúrgica y naval del país, y era muy difícil que el Gobierno diese permiso para importar nuevos barcos. La compañía Ferry Gomera intentó importar una nueva embarcación, y conseguimos traer un transporte de mayor tonelaje, el Benchijigua. Como representante de la Isla, tuve una participación importante para que esto ocurriera, pero no fue sólo mérito mío”

Y apelando una vez más a san google, se obtiene de la Wikipedia la siguiente información sobre dicho barco: el primer ferry en operar la línea fue el denominado “Benchijigua”, nombre que recibió por una pequeña población de La Gomera. Dicho nombre cumplía además con la antigua tradición de la compañía “Líneas Fred Olsen” de nombrar a todos sus barcos comenzando por la letra B. La ruta entre La Gomera y Tenerife inicialmente operaba tres veces al día en cada dirección, con una duración media de travesía estimada en 80 minutos, siendo capaz de transportar 400 pasajeros y 60 coches. A los seis meses de abierta la ruta, ya la habían usado cien mil personas. La compañía puso una guagua gratuita para transportar a los pasajeros desde el sur de Tenerife hasta Santa Cruz de Tenerife.

José Juan Montejo

NOTAS

(1)      Fernández Peris, Juan Antonio: El expediente Manises, Biblioteca Camille Flammarion nº 1-Fundación Anomalía, Santander, 2000.

(2)      Benítez, Juan José: Incidente en Manises, Ed. Plaza & Janés, Barcelona, 1980. A ese respecto, resultaba elocuente el capítulo titulado “El ministro, informado del OVNI”, en las págs. 125 y siguientes.

(3)      “El señor PRESIDENTE: El señor Senador Bencomo, ¿desea formular alguna pregunta? (Pausa)

El señor BENCOMO MENDOZA: Muchas gracias, señor Presidente, por la palabra.

El señor PRESIDENTE: La palabra sólo se la da el Reglamento, la Presidencia sólo se la concede.

El señor BENCOMO MENDOZA: De nuevo muchas gracias por esa aclaración semántica, señor Presidente” (pág. 38 del Diario de Sesiones).

(4)      Quien suscribe opina que se refería a la serie televisiva norteamericana “Investigación ovni”, en original “Project UFO”, que en 26 episodios narraba las aventuras de dos oficiales de la USAF investigando avistamientos OVNI para el proyecto Libro Azul, basada por tanto en casos reales y dramatizados para la televisión. En España se había terminado de emitir unos meses antes, con pases dos días a la semana, uno en horario nocturno y otro vespertino dentro del magacín juvenil “Un globo, dos globos, tres globos”.