Published On: Lun, dic 9th, 2013

JAVIER SIERRA… INTIMAMENTE

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Publicado en EOC nº 40

Javier- Javier Sierra fue extremadamente precoz en su interés por el mundo del misterio. ¿Como nació el SEOV y las primeras incursiones de aquel adolescente, en el mundo de misterio, y especialmente en la ufología?

- Cuando uno empieza en este tipo de investigación, tendemos a sentirnos terriblemente solos. Los amigos cercanos rara vez comparten nuestras inquietudes y antes de que se inventara Internet, era muy difícil encontrar a alguien con quien conversar o intercambiar información. SEOV, que era como se llamaba el grupo que formé en 1985, fue fruto de ese aislamiento. De hecho, en Teruel, la ciudad en la que entonces residía, no conseguí interesar a nadie y todos sus miembros eran de fuera. Comencé a escribirme con gente de Barcelona, de La Coruña, de Cádiz… Lo que para un adolescente de 14 años fue un mundo. Y así, poco a poco, con tenacidad, constancia y un boletín fotocopiado, fue adentrándome en el mundo de la investigación y divulgación del misterio de los OVNIs.

- Supongo que en tu biografía puede decirse que hay un momento clave, y es tu traslado desde Castellón a Madrid para iniciar los estudios de periodismo. ¿Que supuso para aquel ufólogo joven encontrarse con la comunidad paranormal madrileña?img169

- Fue clave, desde luego. Llegué a Madrid en septiembre de 1987, con unas ganas tremendas de ampliar conocimientos sobre el tema OVNI y de conocer allí a quienes protagonizaban la investigación de este tema. Eran años de “sequía” informativa y me fue difícil encontrar a otra gente con mis inquietudes. Pero estaban. Una serie de “golpes de suerte” consecutivos me empujaron. Verás: en 1988 se presentó en Madrid “Cuadernos de Ufología”, la nueva etapa de una revista casi exhausta en aquel entonces, que agrupó a un montón de interesados hasta entonces dispersos y poco coordinados. Poco antes había tenido lugar el macroavistamiento del 2 de febrero, del que fui testigo desde Madrid, y que me implicó –junto a ti— en una investigación que nos llevaría de los casos de pilotos de aquella noche a los contactados de la “clave 33”. Nunca antes un solo avistamiento –tal vez con la excepción del “Caso Valderas” de 1967—había tenido tantas ramificaciones. Y meses más tarde, ya en 1989, comenzó a publicarse MÁS ALLÁ… un hito.

- ¿Imaginaste por un momento cuando visitaste por primera vez la redacción de MÁS ALLÁ, a finales de los ochenta, que terminarías siendo el director de la revista? ¿Como fue tu evolución en esta publicación?

- La verdad es que no. En marzo de 1989 estaba preparándome para ingresar a la Universidad. Quería estudiar periodismo y la aparición de MÁS ALLÁ fue como una “señal”: existía un periodismo especializado en lo paranormal al que podría dedicarme en cuerpo y alma. ¿Te imaginas lo que aquello significó para mí? Gracias a Enrique de Vicente, al que entonces intentaba ayudar con la clasificación de sus archivos, conocí a Félix Gracia y José Antonio Campoy, que llevaban adelante el proyecto de la revista. Sé que ellos pidieron “referencias” sobre mí a Andreas Faber-Kaiser y a Antonio Ribera, en Barcelona, y que ambos les hablaron de mi entusiasmo y mi trabajo. Así, en el número 4 publicaba mi primera noticia y en el 6, mi primer reportaje. Fue tremendo. Más tarde, en 1991, MÁS ALLÁ financió mi viaje a Arizona y Nuevo México, de donde surgió mi primer contacto con el caso Roswell y un primer monográfico sobre OVNIs de MÁS ALLÁ que entonces vendió más de 125.000 ejemplares. El resto ya es historia.

- Hoy por hoy, y como colaborador habitual del programa de televisión con más audiencia del momento, “Crónicas Marcianas”, probablemente seas el divulgador del misterio más conocido de España. ¿Sientes la responsabilidad?img172 - copia

- Sinceramente, no creo que sea el divulgador más conocido del misterio. Hay una larga lista de nombres propios en los medios que hacen un trabajo digno y que mantienen vivo el interés de mucha gente. Mi responsabilidad en “Crónicas” es, tan solo, la de haber logrado mantener durante cuatro temporadas una sección sobre misterios en un programa de máxima audiencia, y la de haber traído temas sorprendentes, serios, aunque a veces el tono del programa sea escéptico. A fin de cuentas, la actitud de Javier Sardá representa a una parte importante de la población que no cree en estos temas, y a mí me corresponde presentarle argumentos para que reconsidere su postura.

- Y además de tu trabajo en Crónicas Marcianas, diriges la revista especializada más leída del país, y tus libros son grandes éxitos de venta ¿Se sube el poder a la cabeza? ¿Se te acercan muchos “amigos” por interés? ¿Te sientes sólo ahí arriba?

- ¿Poder? Hombre: poder es otra cosa muy diferente. Lo que se sube a la cabeza es la burocracia, el día a día, la obligación de gestionar convenientemente los recursos humanos de una publicación para lograr una revista interesante… Y lo que a veces baja es el tiempo que puedes dedicar a la investigación de campo. Eso es el “lado oscuro” de este trabajo. El único. Por otra parte, la soledad a la que te refieres existe. Pero es muy diferente a la que tenía en los tiempos del SEOV. Esta soledad tiene más que ver con el compromiso de ser independiente, de no dejarme condicionar por factores no profesionales (simpatías personales, amistades, etc) a la hora de tomar una decisión, y hacer mi trabajo bien. Tanto en la revista como en mis libros. Y eso, a veces, aísla… y duele.

 - Entre tu napoleónica última novela, que creo que se ha traducido hasta en Francia, y aquel “facsímil” titulado “Extraterrestres; Dioses de una nueva religión” que pocos privilegiados conocemos, la trayectoria bibliográfica de Javier Sierra ha evolucionado mucho. ¿Qué ha cambiado entre el autor de uno y otro libro?Javier Sierra (3)

- Doce años no pasan en balde. Supongo que he ganado en madurez y en estilo, aunque el entusiasmo y el perfeccionismo siguen intactos. Tal vez eso explique por qué cada vez que se reedita un libro mío incorporo matices o actualizaciones. Recientemente lo hice con “En busca de la Edad de Oro”, incorporándole a su edición de bolsillo un capítulo inédito sobre las investigaciones en Perú en busca del tesoro sagrado del Templo del Sol, que escondieron los sacerdotes de Atahualpa.

- Cuando editabas el boletín SEOV, allá por mediados de los ochenta, existían muchos fanzines en papel sobre los fenómenos anómalos. Parece que internet ha terminado por condenar a la desaparición a aquellas míticas publicaciones de aficionado, de las que apenas quedan dos o tres supervivientes. ¿Ha cambiado algo más en la divulgación paranormal y OVNI con la llegada de internet? ¿Supone la red una amenaza para publicaciones comerciales como MÁS ALLÁ?

- Todo lo contrario. Internet ha facilitado mucho el derecho que todos tenemos a la libre expresión de nuestras ideas e inquietudes. Si en 1985 hubiera existido Internet, ten por seguro que mi “Boletín ovniológico” se hubiera publicado “on line”. No obstante, Internet tiene una pega: el exceso de información. Lo difícil hoy en día es desarrollar un criterio correcto para discernir entre la buena y la mala información, y tener el suficiente “instinto” como para detectar en la red la pista para una buena investigación. Es todo un reto.

 - ¿Y la investigación? La década de los ochenta dio nombres hoy bastante conocidos como Bruno Cardeñosa, Josep Guijarro, Jose Juan Montejo, Vicente París, Clara Tahoces, etc., ¿Existen nombres que supongan un relevo en los jóvenes investigadores del año 2000?

- Yo creo que sí. Y para descubrirlos hay que estar atentos a Internet, de igual modo que hace una década todos esos nombres colaboraban en boletines de pequeña tirada. No obstante, la investigación pura y dura sigue siendo un bien escaso. La mayoría opta por la divulgación, que como sabes no es lo mismo.

 - A pesar de tu juventud cronológica, tu currículum es amplio y tu experiencia mayor, y desde esa experiencia, ¿qué le dirías a cualquier joven que, como tú hace veinte años, quisiera iniciarse ahora en el mundo de la investigación?Javier Sierra (10)

-  Hoy más que nunca, sigue estando vigente el consejo que me dio Antonio Ribera cuando le formulé esa misma pregunta en 1985: hay que aprender idiomas, especialmente inglés. Anualmente se edita una excelente bibliografía sobre lo paranormal en ese idioma, que aquí casi pasa desapercibida. Los grandes hallazgos se transmiten en inglés, Internet lo requiere casi tanto como saber manejar un ordenador… Pero, además, les recomendaría que se formaran en disciplinas complementarias con la investigación: desde criminología a farmacia, de Historia Antigua a astronomía.         

- Tal vez los referentes que puede encontrar un aficionado al misterio en los grandes medios, no son el mejor ejemplo. Los freaks y el sensacionalismo han invadido los programas de mayor audiencia, incluyendo “Crónicas Marcianas”. ¿Cómo se puede compaginar la seriedad con las exigencias comerciales?

- Con mucha atención, y sometiéndote a un continuo e implacable proceso de autocrítica. Pero, sobre todo, estudiando.

 - ¿Próximos proyectos?

- Hay muchos. Por de pronto concluir una compleja novela “de investigación” que llevo entre manos, centrarme en un próximo ensayo al estilo de “En busca de la Edad de Oro”, con nuevos viajes y pequeños hallazgos aún inéditos, y terminar de una vez por todas una página web en la que un pequeño equipo de personas lleva varios meses trabajando. Pero todo eso será para bien entrado el 2004. Inshallah!

EOC

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