Published On: Mie, abr 3rd, 2019

“JACQUES B. BLEY”: NI ANTONIO, NI RIBERA. HISTORIA DE UN PLAGIO

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Publicado en EOC nº 88

53899996_013112Muchos son los autores literarios que por cualquier motivo usan en sus obras pseudónimos y estos los tenemos en diversos géneros, por citar algunos se conoce que Isaac Asimov publicó bajo Paul French, Stephen King como Richard Bachman o Lewis Carroll mediante Charles Lutwige Dodgson, y como no iba a ser de otro modo, en el tema del llamado “misterio”, también. Por ejemplo, Sinesio Darnell Huerta, conocido por el tema de la psicofonía, en los años cincuenta escribió novela multigénero bajo el pseudónimo de S. Arnold. Otro de los “grandes” del misterio fue Antonio Ribera i Jordá, quien de igual modo tomó otro nombre para publicar, en este caso a Ribera se le atribuyen dos: Anthony Simmons y Ricardo Blasco Romero, y es en ese último en el que nos vamos a centrar.

 Hace unos años me compré por internet el libro “Jacques B. Bley” (ed. Telstar, 1968), el cual me resultó una gran obra por su redacción amena y bien estructurada, en definitiva me gustó, me gustó tanto que me lo leí dos veces. De este libro se decía que era obra del ufólogo Antonio Ribera bajo el pseudónimo de Ricardo Blasco (incluso así sale referido en la web de Javier Sierra) y hasta ahí ni lo puse en duda.

 Ribera era un hombre con muchos conocimientos literarios y tenía ya entonces una extensa obra tanto en lengua castellana como catalana, llegando a recibir la “Creu de Sant Jordi”  en 1990, una distinción de la Generalitat de Catalunya. Lo que me pareció curioso fue cuando busqué el libro por Google, pues al poner el nombre del autor me salieron diversos títulos diferentes de Ricardo Blasco, sin embargo, al llamado padre de la ufología española solo se le atribuía el que hablamos en cuestión y así quedo el tema en el olvido.

 En el blog Realidad Transcendental inserté dos textos o partes del libro que me parecieron interesantes, uno llamado “Apariciones en la cima del Montseny” y otro titulado “El caso de Ángela Bley”, y fue en Agosto de 2018 cuando recibí en el segundo un comentario que decía lo siguiente: “Hola, felicidades por respetar la autoría de Ricardo Blasco Romero, sin hacer la atribución absurda que se observa en muchas webs sobre el tema. El autor, mi padre, no fue, obviamente, pseudónimo de Antonio Ribera y es escandaloso cómo se mantiene esta falsedad en la mayoría de lugares sobre el tema. Para comprobar la realidad sólo hay que consultar la propiedad intelectual registrada en CEDRO.” Saludos cordiales Y lo firmaba: Ricardo D. Blasco.Sin título3

 Tras esto me puse en contacto con varias personas que conozco que están inmersas en estos temas y les comenté lo del mensaje y si sabían algo respecto a una dudosa autoría del libro por Ribera, a lo cual, no obtuve nada esclarecedor y así dejé el tema a un lado. En Noviembre volví a leer el comentario, supongo por ese tipo de curiosidad que nos envuelve a muchos y contacté con Ricardo D. Blasco.

 Ricardo en todo momento se presentó receptivo a todo tipo de preguntas a las cuales me fue aportando pruebas que avalaban que Ricardo Blasco Romero (su padre) jamás fue el pseudónimo de Antonio Ribera i Jordà, cosa que quiero agradecerle personalmente desde este preciso momento.

 ¿Quien fue Ricardo Blasco Romero?

Para empezar, no hay que confundirlo con Ricardo Blasco Laguna, escritor y cineasta también de origen valenciano, pues en parte de la búsqueda sobre el Ricardo que nos ocupa había cosas que llevaban a la confusión.

 ricardo-blasco-romeroRicardo Blasco Romero (Valencia 1919 – Barcelona 2001). Según el “Diccionario de Escritores (Quién es Quién en las letras españolas)” CEDRO – 1996 describe al autor de este modo: “Pronto notó su vocación por la literatura, el dibujo y la pintura. Cofundador de la Asociación “Amigos de la Poesía”, de Valencia, pertenece a la Sociedad General de Autores y a la A.C.E.C.

 Ha desempeñado distintas vocalías de la Junta Directiva de la entidad regional CASA VALENCIA en Barcelona. Con el seudónimo de Richard Blake publicó en las editoriales CIES de Vigo, Bruguera, S.A. y Domingo Savio de Barcelona. Secretario de la muy noble Institución Foral de EL CENTENAR DE LA PLOMA, Dehena de Barcelona. Autor de Horas eternas (1940); Cantos a la muerte (1948); Estampas Rurales (1950); Trampa para un inspector (1961); El estuche negro (1965); En el último instante (1968); Las aberraciones sexuales (1968-1991); Jacques B. Bley, biografía (1968); El poder oculto de la mente humana (1969); La sonrisa del alba (1988); Historias de El Gato Negro (1990); El ángel furioso (1992); Palinodia en do menor (1996); Eternament (1996); Esa voz interior (1998); Teatro vernáculo: La nova falla (1969); Tres arreglos en mitja hora (1970); Chinchilla cinc minuts (1970); Fes el favor de morir-te (1971); I vosté qui és? (1972).”

 Ricardo Blasco Romero tuvo un amplio abanico como autor pasando desde narrativa, poesía y obras de teatro, todas ellas tanto en castellano como en valenciano. A su vez, también fue un activo participante en Gorg, revista mensual literaria en valenciano publicada entre 1969 y 1972. En el programa Castelloneries (Radio Castellón – Cadena Ser), salen entre otras, una referencia al «Teatre valencià»con la obra“Fes el favor de morir-te”, comedia de Ricardo Blasco Romero, interpretada por grupo de teatro de la Casa Regional de Valencia a Barcelona.

En el año 1996 su obra poética “Palinodia en do menor”, Barcelona, Seuba ediciones, fue prologada por José L. Giménez Frontín, co-fundador de l’Associació Col·legial d’Escriptors de Catalunya. En

su obra, que es bastante más extensa de la referida por el “Diccionario de Escritores”, hay tres libros que fueron explícitamente hechos por encargo, los tres publicados en los años 60 por la editorial Telstar siendo: “Las aberraciones sexuales”, “El poder oculto de la mente humana” y una biografía: ”Jaques B. Bley”. Es decir, el libro que nos ocupa fue una biografía hecha por encargo al que el autor accedió.

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Según sabemos, Ricardo Blasco no conocía en tiempos de la obra ni conoció después a Antonio Ribera y tan solo hay dos nexos comunes: El publicar en la misma época y en la editorial Telstar. Por ejemplo Ribera en 1967 (un año antes de nuestro libro) publicó en dicha editorial “Monstruos Marinos”.

 En el libro “Jaques B. Bley”, en su página 117 hay una referencia a Ribera, y este dato puede llevar a la confusión de que Blasco y Ribera fuesen la misma persona, es más, muchas webs, blogs y medios afines a los temas del “misterio” lo aportan como aval.

 El libro en dicha página expone lo siguiente: “Al día siguiente, apenas amanecido, el señor Ribera y Milá Camps, Conde del Montseny, avisados por los familiares de Jacques, celebraron una entrevista y tomaron la decisión de ayudarle…”. Y continúa más abajo: “Tomada esa decisión, el señor Ribera, cónsul entonces de un país del Este europeo, le facilitó un documento que le acreditaba como agregado a su consulado.”

 Estos fragmentos han dado por hecho que Antonio Ribera era el autor, pues el señor Ribera que se menciona era Ignasi Ribera i Rovira (padre de Antonio) y cónsul honorario de Rumania en Barcelona en esa época. Pero a veces, las casualidades tienen estos caprichos.

 La conexión Ribera/ Bordas

Sin título4Que Ribera conocía a Bordas no cabe duda, pues hay varios indicios para afirmarlo. Como se ha mencionado en el punto anterior, Ignasi, su padre, dio un salvoconducto a Jacques décadas antes, pero (de momento) no hay pruebas de que Antonio tuviese un hilo conductor con Bordas mediante su vía paterna. Una segunda línea sería nuestro libro, que Ribera lo leyera o se hiciera eco de la historia y a partir de ahí contactara con Bordas.

 Llegado este momento vamos a hacer un pequeño paréntesis para dar unos datos en forma de fechas: Según sabemos por el libro, Bordas trabajaba en el observatorio meteorológico del Montseny antes de estallar la Guerra Civil (1936) y la estación fue clausurada hasta entrado el año 1939. Según esto, el contacto de Jacques con el padre de Ribera debió comprender en torno al año 1937. El libro de Ricardo Blasco Romero se escribió en el año 1968.

 Antonio Ribera hace mención del caso Bordas por primera vez en su libro “¿De veras los Ovnis nos vigilan?” Plaza &Janes, 1972. Desde la fecha del suceso de Jacques (1937) hasta la mención de mano de Antonio Ribera en un libro suyo (1972) pasan 35 años y nunca anteriormente habla de ello.

 Retomando nuevamente el asunto, como se ha remarcado en el tercer punto Ribera habla de Bordas en “¿De veras los Ovnis nos vigilan?” por primera vez y curiosamente lo menciona como Jaime Bordas Bley (recordemos que en el libro de Ricardo Blasco Romero siempre se le nombra como Jacques B. Bley, Jacques o Bley, pero jamás Jaime) y nunca hace referencia del libro que tratamos (cosa que tampoco estaba obligado de hacer).

 Otro libro que también habla de Bordas es “El mensaje de otros mundos” de Eduardo Pons Prades (Planeta, 1982), prologado por el mismo Antonio Ribera y en el que Pons Prades cita el libro de Ribera de esta forma: “en una de sus más recientes obras”, pero nuevamente se omite la obra “Jaques B. Bley”.

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 Afortunadamente tengo las tres obras que he mencionado y cotejándolos hay cosas que van saliendo a la luz. El libro de Pons Prades toma el texto del libro “¿De veras los Ovnis nos vigilan?”  de forma literal en su página 171, dentro de un apartado que llama “Entrevista realizada por Antonio Ribera a Jaime Bordas Bley” y bajo “El Enigmático personaje del Canigó”, siendo el mismo título que tiene Ribera en su libro en la página 133 de la edición del año 1977, que es la que poseo. El capítulo que Antonio titula como “El enigmático personaje del Canigó” es una copia literal de los capítulos XVIII y XVIII, llamados “El desconocido del Canigó” y “La predicción”, respectivamente, del libro “Jacques B. Bley” de Ricardo Blasco Romero.

 A excepción, como ya se ha comentado de que le cambia el nombre por Jaime y que Ribera añade este pequeño texto suyo para finalizarlo:

 “En 1967, Rafael Farriols y yo nos personamos en Castell para efectuar una detallada investigación in situ. Entrevistamos a varias personas que aún recordaban a Jaime Bordas y al être bizarre que iba a buscar pan y leche; es decir, el «extraño ser» de nuestra historia. Entre estos testigos se contaban el ya citado Michel Cases, M. Nou, antiguo alcalde del pueblo, Jean Pi, cultivador de árboles frutales, y algunos otros. Bordas me había confiado, como se recordará, el nombre de los joyeros que adquirieron las pepitas de oro que le entregó el «desconocido»: los hermanos Ducommun. Por una afortunada casualidad, uno de ellos, Henri, era a la sazón vicepresidente de la Federación Francesa de Estudios y Deportes Submarinos. Al ser yo uno de los pioneros del buceo autónomo en España, autor de varias obras sobre la materia, amigo personal del comandante Cousteau y de otras personalidades del mundo submarino, tenía ya garantizado un buen recibimiento por parte de dicho joyero quien, según luego pude comprobar, conocía en efecto mi nombre. La joyería Ducommun Frères se encuentra en uno de los lugares más céntricos de Perpiñán: en la misma plaza que se abre al pie del Castillet. Henri Ducommun me recibió amablemente, yo le presenté a Farriols y acto seguido le expuse el motivo de nuestra visita, después de hacer unos breves comentarios sobre el buceo y hablarme él de un compresor para la carga de botellas que se había hecho instalar en Rosas. —En efecto, me acuerdo perfectamente de Jacques Bordas —me dijo—. Era un guía de montaña que entonces regentaba un hotel de montaña en Casteil. Era un hombre fuerte, simpático y de trato muy agradable. —¿Recuerda usted si alguna vez le trajo pepitas de oro para vender? —Pues sí —respondió Henri Ducommun—, creo que fue hacia el año 50 o 51, no recuerdo bien. Como ustedes saben —agregó—, la cuenca del río es aurífera, pero nunca nadie había traído pepitas de aquella calidad. Confirmado este último extremo, que parecía corroborar la veracidad de la extraña historia, Farriols y yo reemprendimos el regreso a Barcelona, en el Morris 1100 de mi amigo, mientras en nuestro interior se alzaba este interrogante: ¿Sería el «desconocido» del Canigó uno de los primeros hombres de UMMO llegados a la Tierra? Las fechas concordaban: marzo de 1950, junio de 1951. Poco más de un año después… El interrogante sigue en pie.”

Según Antonio Ribera, en el año 1967, él junto a Farriols fueron a verificar parte de los hechos, hechos que curiosamente plagia del libro de Ricardo Blasco Romero, que nuevamente de forma curiosa fue publicado un año más tarde (1968) de esa supuesta investigación.

 Pruebas de autortelstar-listtado-de-devengos

Durante el intercambio de impresiones que tuve con Ricardo D. Blasco, este me fue aportando pruebas fehacientes sobre la autoría de su padre, la cual creo firmemente. Y como confirmación absoluta, la asociación de autores y editores de libros, revistas, diarios y partituras CEDRO, así lo constata en un correo electrónico: “Ricardo Blasco Romero, es autor del libro titulado “Jacques B. Bley”, publicado por la editorial Telstar en 1968, Depósito Legal B.38473 – 1968. La información que consta en CEDRO, es que la titular de los derechos de la obra es (omito el nombre pero es su mujer) por herencia de Ricardo Blasco Romero.”

 Una vez expuesto todo esto, no cabe duda que Ricardo Blasco Romero no fue en ningún momento el pseudónimo de Antonio Ribera i Jordà.

 Ricardo Blasco fue una autor literario ajeno a Ribera y su entorno, a excepción de editar tres libros en la editorial Telstar en la década de los 60, ni estaba vinculado a la materia que Ribera escribía en casi la totalidad de sus obras: la ufología. No obstante, como bien me fue indicando Ricardo D. Blasco, se abren un montón de dudas al respecto: ¿Por qué publicando Ribera en Telstar no le encargaron la biografía a él (siendo ya un reconocido escritor)? ¿Trabajó Blasco como un “negro” de Ribera? ¿Hizo creer Ribera de forma consciente al público que “Jacques B. Bley” era obra suya bajo el nombre de Blasco? ¿Por qué? Y así sucesivamente podemos enlazar un extenso número de preguntas.

 Al margen de lo demostrado y que Ricardo Blasco era el verdadero autor, teniendo sus derechos de propiedad sobre la obra y cobrando por la venta del libro, de Ribera hay un hecho que si es esclarecedor: Antonio Ribera plagió dos capítulos del libro de Ricardo Blasco de forma prácticamente íntegra, a excepción de poner Jaime en el lugar de Jacques y una vez insertados en su libro “¿De veras los Ovnis nos vigilan?”, de forma consciente añadió un pequeño texto como parte de una supuesta investigación. Digo supuesta, porque absolutamente todo lo que expone: nombres, lugares etc, etc. salen en otros capítulos del libro de Blasco.original-j-b-bley

 Un dato que puede dar pistas sobre lo que hizo Ribera está en el inicio del texto de su autoría (el añadido a continuación al de R. Blasco), siendo así: “En 1967, Rafael Farriols y yo nos personamos en Casteil para efectuar una detallada investigación in situ. Entrevistamos a varias personas que aún recordaban a Jaime Bordas y al être bizarre que iba a buscar pan y leche; es decir, el «extraño ser» de nuestra historia. Entre estos testigos se contaban el ya citado Michel Cases, M. Nou, antiguo alcalde del pueblo, Jean Pi, cultivador de árboles frutales, y algunos otros”.

 Pues bien, en la página 173 de “Jacques B. Bley” sale este texto: “Pero en este caso se cuenta con el testimonio de casi todos los habitantes de una población. En Mayo de 1967, en Castell, existían varias personas que habían conocido a Jacques cuando éste regentaba el “Hostal de l’Isard”. Entre ellas Michel Cases, propietario del hotel-restaurante “Le Catalán”…”.

 Mucha es la casualidad de la total similitud de varios textos entre ambos libros y desconcertante el baile de fechas, pues el libro de Blasco publicado en 1968 cita la fecha de Mayo de 1967, año en el que dice Ribera que fue a Casteil (Castell) acompañado de Farriols, con la intención de corroborar el tema de las pepitas de oro en la joyería de Perpiñán.

 ¿Conoció personalmente Ribera a Bordas Bley?listado-de-obra-registrada-en-cedro-1

Desconocemos una respuesta exacta y precisa. Que tuvo varios hilos que le llevaban hasta Bordas está más que demostrado, pero que realmente se llevara a cabo no tanto.

 Cabe la posibilidad también que simplemente hablara con el joyero Henri Ducommun para verificar la historia, quien era vicepresidente de la Federación Francesa de Estudios y Deportes Submarinos, es decir, todo un cargo de este deporte y por su puesto conocido de Jacques-Yves Cousteau (Comandante Cousteau). Como sabemos Antonio Ribera tenía una gran amistad con Cousteau llegando a traducir el libro “El mundo silencioso” (Jacques Y. Cousteau-Ed. Éxito.1956) a lengua castellana.

 ¿Hizo Antonio Ribera una apropiación intelectual de la obra de Ricardo Blasco?

Se puede afirmar con toda rotundidad: una apropiación consciente y voluntaria. Plagió parte del libro de Blasco, adaptó para sí la historia con un texto suyo e incluso llegó a firmar dedicatorias de la obra “Jacques B. Bley” con su nombre. Es probable, que viendo que el verdadero autor estaba fuera de ese tipo de género literario no tuvo reparos en hacerse con el relato (al margen de réditos monetarios) y así lo publicó nueve años después.pgm3x10-universo-iker-jacques-b-bley-630x350px

 Antonio Ribera i Jordà años más tarde publicaría, junto a Jesús Beorlegui, el libro “El secreto de Urantia: Ni caballos ni troyanos” (Ed. Obelisco, 1988), acusando a J.J. Benítez de plagio e insertando en su página 7 este texto a modo de dedicatoria: “A todos los escritores honrados que, afortunadamente, son aún la mayoría”. Por lo visto fue una práctica –la del plagio- que él mismo llevó a cabo una década antes.

 Ribera nunca dijo públicamente que fuese Ricardo Blasco Romero, pero tampoco lo desmintió. No obstante, si hay algo realmente cierto, es que nunca fue el autor de “Jacques B. Bley”.

                                                                                                                      Juankar Moreno

www.realidadtrascendental.wordpress.com

Nota de última hora: Recientemente, en un programa televisivo de gran audiencia se ha referido que la editorial Telstar ofreció a Antonio Ribera, en primera instancia, el escribir la biografía de Bordas Bley.

En dicho programa se alude que Ribera, si bien, no declinó explicitamente el proyecto, si que lo dejó en “Stand by” al tener que emprender su expedición a la isla de Pascua, y a todo ello, dos datos:

1-     La expedición de Ribera (junto a J. Mascaró i Passarius) se realizó en en año 1975 (siendo la fuente del que sería la “Operación Rapa Nui” (Ed Pomaire, Barcelona, (1975), mientras que el libro que nos ocupa salió a la venta en 1968.

2-     2- Mediante la duda de que Ribera hubiese ido anteriormente en otra expedición, por lógica con el comandante Cousteau (al ser quien disponía de los medios para ello), se sabe que la primera vez que el comandante pisó la isla de los moais fue en 1978, plasmándolo en su documental “El testamento de la Isla de Pascua”.

Displaying 2 Comments
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  1. Nadie dice:

    Lewis Carroll es el apodo de Charles Lutwidge (no Lutwige) Dodgson, y no al revés, como indicáis…

  2. Independientemente de quién sea el autor, ¿qué sabes sobre el personaje de Canigou? ¿Alguna evidencia de que sea real?

    Gracias

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