Publicado en EOC nº 67

Las alcantarillas del poder (La esfera de los libros) es un trabajo apasionante que introduce al lector en los vericuetos del Estado español desde el inicio de la Transición, a través de las 100 operaciones de los servicios secretos que marcaron sus últimos 35 años de historia. El objetivo es hacer un retrato lo más fiable posible del comportamiento –agentes, operaciones secretas y actividades– de la empresa de

Para comenzar, “Las alcantarillas del poder”, ¿Por qué ese título?

El verdadero significado del término “Las alcantarillas” lo dio Felipe González en los años 80 cuando dijo que “El Estado también se defiende en las alcantarillas”. Eran momento en los que estaba recibiendo muchas críticas por la guerra sucia de los GAL.

¿Te dejaste fuera muchas operaciones a la hora de seleccionar las 100 que incluye tu nuevo libro? ¿Qué criterio seguiste para escoger unas y desechar otras?

Sí que deje fuera unas cuantas. El objetivo es que el lector sepa cómo funciona el Cesid-CNI con una lectura de esas operaciones, que al ser cortas permite meterse en el tema de una forma casi inconsciente. También te reconozco que he elegido las que a mí más me gustan, con un criterio que creo gustará a los lectores.

De todas esas operaciones, ¿con cuál te quedarías y por qué? Dime solo una

Difícil me lo pones. Yo destacaría la investigación y posterior blanqueo de la vida de la princesa Letizia. Lo hizo el CNI porque una futura reina de España necesita que su vida pasada no esté al albur de cualquiera que pretenda chantajearle o desprestigiarla.

¿Qué son los “canarios”, aparte de unos simpáticos isleños?

Es el término que utilizan los espías para referirse a los micrófonos en su argot particular.

Aunque en tercera persona, tú mismo eres el protagonista de varios de los capítulos del libro. Modestia aparte, ¿Qué se siente al haber formado parte, de alguna manera, de la historia de los servicios secretos españoles, aunque sea desde el punto de vista periodístico?

Uno nunca es consciente en el momento de la trascendencia del trabajo que realiza. La vida para el periodista trascurre a una velocidad difícil de permitir el análisis. Sí te puedo decir que estoy muy contento del trabajo que he realizado en el tema como periodista de investigación. Pero no olvido mis errores, que los he cometido, y de los que he aprendido.

¿Alguna vez ha llegado a tus manos alguna información sobre los servicios secretos que no te hayas atrevido a publicar? Si así fuera, ¿Cuál fue la razón?

Tengo muy claro que cualquier información que publico tiene que estar suficientemente contrastada y que su conocimiento sea necesario para la opinión pública. Si no es así, nunca las público.

Uno de los capítulos de tu libro está dedicado al archivo Jano… ¿De qué trata dicho archivo?, ¿sueñas con poder echarle una ojeada alguna vez y, quien sabe, tener la ocasión de publicar su contenido?

Fue una investigación que se inició en los últimos años del franquismo, que pretendía conocer la vida pública y privada de las personas que estaban en el poder y de todas aquellas que podrían estarlo en el futuro. Yo estoy convencido de que se ha seguido haciendo durante todos estos años. Mi curiosidad no es tanto por conocer secretos ajenos, sino por saber cómo se elaboró.

En tu nuevo trabajo hablas de varias chapuzas del Cesid… ¿Cuál es tu favorita?

Hay muchas… por ejemplo la del jefe de Contrainteligencia cubano que estaba desarrollando un gran trabajo para impedir el trabajo de los espías de Fidel Castro en España y que, como venganza, le colocaron una estupenda cubana para que lo sedujera. Lo descubrió el servicio de seguridad y, claro, acabó fuera del Cesid.

¿Y alguna del actual CNI?

En los atentados del 11-M no fueron capaces de evitarlos, principalmente porque no se habían tomado la amenaza lo seriamente que se exigía.

Eres responsable de la sección “Materia reservada” de La Rosa de los Vientos, en la que cada semana abordas estos temas. Por regla general, defiendes a los servicios secretos de los que tanto conoces… ¿te han llegado a pegar algún “toque” en alguna ocasión por tus informaciones, ya sea para felicitarte o para ponerte cara de pocos amigos?

Mi trabajo no es defender a nadie, pero sí ser justo. Muchas veces se dice que son como Mortadelo y Filemón, y eso lo niego siempre. El servicio de inteligencia tiene por norma no emitir sobre las informaciones periodísticas. Si están preocupados por tu trabajo, por cualquier motivo, lo que hacen es investigarte, pero rara vez son descubiertos.

¿Cuál es el mejor espía español de todos los tiempos?

Seguro que hay algunos que no conocemos, pero de los que sí sabemos su existencia yo destacaría a Mikel Lejarza, “El Lobo”, que estuvo infiltrado en ETA, consiguiendo la detención de cerca de 300 terroristas, y que luego siguió prestando grandes servicios al país.

¿Y el mejor periodista especializado en ese campo?

Fuera de mí, hay pocos periodistas que se hayan dedicado con tanto empeño al tema. Pero, sin duda, Manuel Cerdán ha hecho investigaciones inmejorables sobre el tema.

¿Mejoró el CNI al antiguo Cesid en cuanto a la efectividad de sus operaciones?

Ahora disponen de más gente y de mejores medios técnicos, y los temas han cambiado parcialmente, pero en esencia el trabajo sigue siendo el mismo.

Dedicas también algún capítulo del libro al mentado 11-M. En lo que respecta al CNI, ¿Sabemos todo lo que realmente pasó?

Yo sostengo lo que te he comentado acerca de que fallaron en la planificación de la amenaza. Pero no, no lo sabemos todo.

Si formaras parte del actual CNI, ¿Qué cargo te gustaría ostentar y cuál es la razón? O en su defecto, ¿A qué famoso espía te hubiera gustado encarnar?

A mí lo que me gusta es el periodismo de investigación, no ser espía. Si me tuviera que parecer a alguno, sería sin duda a “El Lobo” cuando se infiltró en ETA.

Gadafi, que tan de moda está, es viejo conocido de los servicios secretos españoles, ¿verdad?

Les ha dado mucho trabajo porque ha estado metido en muchos frentes, principalmente el del terrorismo internacional. Como cuento en el libro, ya desde 1985 colocaron micrófonos en su embajada en Madrid y desde entonces no han perdido el rastro de su gente.

¿Cuál es tu opinión sobre la tensa situación actual a causa de este personaje? ¿Eres conocedor de alguna actual maniobra de inteligencia al respecto?

En el servicio de inteligencia siempre han sabido que Gadafi no ha cambiado, pero que consiguió ganarse el apoyo de muchos dirigentes políticos en base a los temas económicos. Yo creo que la revuelta en Libia ha sido apoyada por los servicios secretos franceses.

¿Alguna pregunta que siempre hayas querido responder y nunca te hayan hecho?

Si quieres que te sea sincero, desde que hace 18 años publiqué La Casa he escrito un montón de libros y me han preguntado de todo. Ahora mismo no echo nada en falta. Pero por rachas, siempre me preguntan si trabajo para el Cesid-CNI y lo desmiento consciente de que diga lo que diga habrá gente que no me crea…                               .                                                

David Cuevas