Publicado en EOC nº 88

El pasado 16 de enero falleció el padre François Brune, principal divulgador de la TCI en la España de los noventa. Al final había dejado la iglesia católica para pasarse a la ortodoxa pero hasta el final de sus días continuó defendiendo casos como el Cronovisor o la Virgen de Guadalupe…

Solo una semana antes, el 8 de enero fallecía el padre Oscar González Quevedo. Jesuita nacido en Madrid, el 15 de diciembre de 1930.  Fundador del Centro Latinoamericano de Parapsicología (CLAP), se hizo mundialmente famoso por su línea crítica, escéptica y provocadora. Y por sus enfrentamientos con médiums, videntes y curanderos.

Como ilusionista, desenmascaró muchos fraudes. Y popularizó su particular definición del  principio científico de la Navaja de Ockham: “lo que puede explicarse por menos no puede ni debe explicarse por más”.

Poco antes, el 28 de octubre, moría Ivan Trilha, el supuesto psíquico brasileño que se hizo muy conocido en la España de los 70 y 80 por sus presuntas habilidades paranormales.

El 14 de agosto nos dejaba el Dr. Michael Persinger, el neurólogo y profesor universitario cuyas incursiones en el fenómeno OVNI y lo paranormal nos legaron algunas de las teorías más innovadoras sobre estos fenómenos.

Y el 3 de mayo fallecía Luiz Antonio Gasparetto, uno de los médiums más llamativos de la historia reciente, famoso en España tras la serie “En busca del Misterio” de J.J. Benítez y Jiménez del Oso, aunque ya había visitado nuestro país anteriormente.

Todos ellos fueron referentes, en un sentido u otro y nos influyeron en nuestra forma de entender el misterio. Por eso hoy el misterio vuelve a estar de luto.