Published On: Sab, ene 25th, 2025

EN BUSCA DE VILCABAMBA

Share This
Tags

Publicado en EOC nº 99

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEn Hispanoamérica existen muchas ciudades míticas perdidas, algunas sumergidas entre la realidad y las leyendas, como la del Dorado. Pero si hay una de esas ciudades cuya importancia histórica es evidente y que tiene todo el aspecto de estar más rodeada de realidad que de mitos, es la de Vilcabamba, el último refugio de los incas y su bastión inexpugnable.

La historia de Vilcabamba

Esta empieza tras la muerte de Atahualpa y la caída de Cusco, que era el centro del mundo para los incas. Un conjunto de nobles miembros de la sociedad cusqueña mantuvo su actitud perseverante contra los conquistadores y, cuando prácticamente su territorio era sometido por los españoles, se sublevaron en 1536 con el apoyo de Manco Inca, quien había comenzado a colaborar con los conquistadores, pero dio un giro de nuevo en apoyo de los rebeldes.

Buscaron lugar en el que hacerse fuertes en la región montañosa de Vilcabamba, donde erigieron varios emplazamientos y además crearon los fundamentos de un gobierno independiente, obteniendo con esto importantes victorias ante los españoles por lo difícil y escarpado de la orografía, lo que les permitía fácilmente hacer emboscadas y combatir con ventaja a los invasores.

Durante ocho años los hombres de Manco Inca fueron inexpugnables, pero partir de 1544 las tornas se cambiaron y Francisco Pizarro, con sus huestes españolas junto a grupos de otros pueblos sometidos violentamente por los incas, fueron ganado terreno y batalla a los sublevados. La suerte de Manco Inca cambió para mal, tanto que al año siguiente, en 1545, fue asesinado por unos españoles a los que había acogido tras sublevarse de Pizarro, pero, pese a todo, lo traicionaron y acabaron violentamente con su vida.NGS Picture ID:785918

Con la dramática muerte de Manco Inca, su primogénito Sayri Tupac fue elegido como su sucesor con solo diez años. Este mantuvo la actitud beligerante contra los conquistadores, pero unos años después decidió llegar a acuerdos con ellos y con los pueblos enemigos de los incas que apoyaban a los españoles. El acercamiento facilitado por Sayri Tupac y los españoles fructificó de tal forma que en 1558 se firmó la paz y este accedió a ser bautizado tomando como nombre Diego, pero esto no llegó a concretarse por su repentina muerte poco después en su palacio en Yucay.

Su hermano Titu Cusi se proclamó tercer gobernador inca en Vilcabamba e inició de nuevo las hostilidades contra los españoles bajo las sospechas infundadas de que estos habían envenenado a su hermano, lo cual no tenía sentido porque Sayri se convertía en un aliado que podía poner fin a la resistencia, lo más factible es que fuera por alguno de sus enemigos dentro de la corte.

Titu Cusi dirigió una letal estrategia de guerrillas contra los españoles, con lo que el pequeño reino siguió ejerciendo como símbolo de la resistencia incaica unos cuantos años más, haciendo que la conquista del pueblo inca se retrasara para la desesperación de los españoles. Aunque finalmente valoró los inconvenientes de vivir en guerra permanente, así que terminó por llegar a acuerdos con los españoles, conservando tierras importantes para los suyos a cambio de la paz y de acogerse a la fe cristiana con el bautizo, aunque curiosamente poco después falleció tras enfermar.

Finalmente, subió al trono de Vilcabamba Tupac Amaru, con un reinado muy breve y trágico. Consiguió enfurecer al Virrey del Perú, Francisco Álvarez de Toledo, tras atacar a  dos emisarios, al dominico Gabriel de Oviedo y al licenciado García de los Ríos, que iban a Vilcabamba como emisarios de paz. Así que Toledo, sin más contemplaciones, organizó una enorme avanzadilla militar con ayuda de las etnias Cañari y Chachapoya para acabar con el último bastión de los incas.

Tupac Amaru, al ver que la derrota era inexorable, ordenó a sus hombres que incendiaran todo Vilcabamba para que no cayera en manos de los conquistadores. Luego huyó a la selva   donde fue capturado y llevado a Cusco, donde fue ejecutado el 24 de setiembre de ese año, desapareciendo con él el último reducto del pueblo inca, literalmente porque se perdió su ubicación y solo quedó para la leyenda de ese gran pueblo. Tal vez hasta hoy…

Búsqueda de la ciudad perdida de VilcabambaHV GE general Rotulada

Desde hace casi dos siglos se ha intentado encontrar la ubicación de Vilcabamba y se han dado diversas posibles ubicaciones, algunas más factibles que otras. Entre las primeras está la de 1834 del reconocido investigador, geógrafo y explorador de origen italiano Antonio Raimondi Conde de Sartigni, quien decía que las ruinas de Choquequirao podían ser la capital de Vilcabamba, tesis apoyada 13 años después por otro explorador francés y fue mantenida como tal durante muchos años, hasta que en 1909 el historiador Carlos A. Romero demostró que eso no era así con un brillante trabajo de investigación sobre Choquequirao.

En tiempos más actuales el famoso explorador estadounidense Hiram Bingham, que pasó a la historia por el descubrimiento de Machu Pichu, acometió diversas expediciones en busca de Vilcabamba. En su expedición de 1911 descubrió Vitcos, después Espíritu Pampa e intentó localizar la ciudad Inca de Pampacona, pero no lo consiguió. Finalmente llegó el descubrimiento de Machu Pichu que Bingham identificó con la capital de Vilcabamba, pero posteriormente fue desestimada como tal.

Subsiguientemente, importantes expediciones peruanas, norteamericanas, italianas y francesas rastrearon la zona en busca de Vilcabamba. Finalmente, el norteamericano, explorador y aventurero Gene Savoy visitó en 1966 las ruinas descubiertas por Bingham en 1911, llamadas Espíritu Pampa y concluyó que eran los restos de la capital de Vilcabamba. Ubicación más aceptada hasta hoy, aunque no por todos los investigadores. De hecho, hay otra ubicación pujante y hablamos en ambos casos con los dos investigadores principales de estos lugares El estadounidense Brian Bauer y por el otro lado el español Santiago del Valle.

Entrevista a Brian Bauerbrian at dumbarton

Brian Bauer es arqueólogo y profesor de antropología de la Universidad de Illinois y explorador del National Geographic desde 1998 y lleva alrededor de 30 años investigando la zona desde el territorio de Vilcabamba a Cusco. Además, ha escrito más de una decena de libros sobre sus investigaciones y la historia de la cultura inca y andina, algunos junto a otros autores.  Entre ellos cabe destacar por el tema que nos ocupa: “Vilcabamba y la arqueología de la resistencia inca” (2015), junto a Miriam Aráoz Silva y Javier Fonseca Santa Cruz.

En los últimos once años Bauer se ha dedicado a buscar la ubicación de la capital del último reducto inca y cree que se encuentra tras la buena senda en el lugar que identificó como tal el explorador Gene Saboy. Nos referimos a Espíritu Pampa, donde otros investigadores también creen que puede ser el lugar correcto. Uniendo fuerzas con el mencionado anteriormente arqueólogo peruano Javier Fonseca Santa Cruz, reconocido porque hace 13 años descubrió al Señor Wari de Vilcabamba, considerado como uno de los hallazgos arqueológicos del siglo en Perú.

En su tenacidad en la búsqueda, recientemente ha recurrido a las técnicas más punteras en teledetección para rastrear las zonas alrededor de Espíritu Pampa y no podía faltar el LIDAR, la tecnología láser que tantos momentos de gloria ha dado a los descubrimientos arqueológicos en los últimos años. De este el modo, el Dr. Bauer intenta buscar nuevos hallazgos que puedan aportar más información sobre el territorio y que sirvan para demostrar definitivamente que ese es el lugar donde se encuentra la capital de Vilcabamba y refutar a los investigadores que aún son detractores de esa ubicación.

Estima que lo ha logrado con éxito ya que ha ampliado la zona de edificaciones del Espíritu Pampa a 15 hectáreas, cuando hasta entonces se creían que eran 3 o 4. Aún hay que estudiar mejor y en tierra esos hallazgos, pero en principio parecer que efectivamente Bauer está en el buen camino.

Aunque todavía no se ha confirmado para todos definitivamente que sea la capital de Vilcabamba, sea como sea, el descubrimiento es muy importante, para despejar enigmas de la historia de esas zonas de selva de ceja (selva de alta montaña).

Además, según los expertos, apenas hay un 10 % explorado arqueológicamente en los cerros del distrito de Vilcabamba por su inaccesibilidad y dificultad en la exploración con una media de altura entre los 2.800 m y los 5.000 m.Brian in Espiritu Pampa

El Dr. Bauer nos contó a EOC sus inquietudes, expectativas y vicisitudes en la búsqueda de la capital de Vilcabamba.

P-Después de aproximadamente 30 años investigando las culturas prehispánicas, en los últimos once años ha realizado importantes investigaciones en la búsqueda de Vilcabamba. ¿Qué le llevó a buscar la ciudad perdida de los incas?

Los investigadores han estado buscando la ciudad de Vilcabamba durante más de 100 años, mucho antes del famoso trabajo de Bingham a principios del siglo XX. En 1970, John Hemming y posteriormente Vincent Lee (2000) establecieron que el sitio arqueológico actualmente conocido como Espíritu Pampa era el pueblo de Vilcabamba, la última capital de los incas. Si bien su investigación aportó un nuevo significado al sitio, quedaba mucho por saber sobre cuándo los incas construyeron la ciudad, las actividades que tuvieron lugar allí y la evidencia del contacto español que podría conservarse allí. Por estas y muchas otras razones, desarrollé un proyecto de investigación de campo para trabajar en el sitio. Mientras planificaba el proyecto, me enteré de que mi colega peruano, Javier Fonseca Santa Cruz, también estaba trabajando en el sitio en nombre del Ministerio de Cultura (Cusco, Perú). Cuando terminamos nuestros dos proyectos de investigación separados, decidimos combinar nuestros conjuntos de datos y escribir un libro sobre el sitio y los últimos años del Imperio Inca.

P-¿Cuáles fueron las piezas iniciales del rompecabezas que comenzaron a encajar, dándole la convicción de que efectivamente estaba frente a la capital de Vilcabamba en Espíritu Pampa?

La primera evidencia de que Espíritu Pampa era la ciudad de Vilcabamba fue observada por Hemming y Lee. Incluye: La ubicación del sitio siguió las descripciones brindadas en las crónicas clásicas españolas del Perú. El estilo de construcción y los artefactos recuperados apuntaron a una ocupación inca tardía. En el lugar se encontraron tejas españolas, las cuales son mencionadas específicamente por un cronista español.

Mis excavaciones, junto con las de mi compañero Fonseca Santa Cruz, proporcionaron evidencia adicional, que incluye: La recuperación de una gran cantidad de artefactos incas, así como de una pequeña cantidad de artículos españoles (artículos comerciales). Las excavaciones revelaron que los edificios más importantes habían sido destruidos por un incendio, hecho ocurrido en vísperas de la llegada de los españoles a la ciudad. Las fechas de radiocarbono confirmaron el período de ocupación del sitio. En los últimos años las certezas han aumentado con nuevos hallazgos antes de realizar el estudio LIDAR en la zona.Figure 4

P-¿Puede explicarnos cuáles eran?

Posteriormente, con el mapeo láser LIDAR llegaron datos que quizás podrían confirmar la tesis de la ubicación real de Vilcabamba. Durante las últimas dos décadas, arqueólogos de todo el mundo han utilizado el LIDAR para comprender mejor la disposición de los sitios arqueológicos. Es más útil en ambientes selváticos, ya que se puede penetrar debajo del dosel del bosque.

Utilizamos esta tecnología en 2022, con la ayuda de una empresa de cine documental. El equipo LIDAR era más pequeño de lo que se utiliza habitualmente, ya que estaba montado en un dron en lugar de en un avión pequeño. Sin embargo, el láser pudo penetrar áreas con espesa vegetación e identificar varios edificios que no habíamos cartografiado previamente.

P-¿Qué descubrió con este mapeo? ¿Existe evidencia suficiente para determinar finalmente dónde estuvo el último bastión de la resistencia inca después de tantos intentos a lo largo de los siglos por encontrarlo?

Conocemos la ubicación de la ciudad de Vilcabamba desde 1970. Sin embargo, poder ubicarla en un mapa y asociar el nombre a una ruina específica no es el final, sino el punto de inicio, del trabajo arqueológico.

Si bien el LIDAR fue valioso para construir nuestra base de datos, los resultados más importantes provinieron de los proyectos de excavación realizados en el sitio. Las excavaciones nos ayudaron a recuperar restos, tanto incas como coloniales españoles, que son cruciales si queremos entender los últimos años del Imperio Inca.

La ciudad de Vilcabamba continuó ocupada durante aproximadamente 40 años después de que los españoles ingresaron por primera vez a los Andes. Por lo tanto, nos ofrece una oportunidad única para examinar cuestiones de contacto cultural, resistencia indígena y colonización europea. Quizás lo más importante de todas las excavaciones fue el trabajo realizado dentro de lo que creemos que fue un Templo del Sol, que fue quemado la víspera de la llegada de los españoles al sitio. Entre los restos del techo quemado se encontraron todos los materiales del edificio que no se habían llevado los incas. La excavación nos brinda una oportunidad sin precedentes para comprender cómo los incas mantenían un edificio de este tipo y qué actividades, como grandes festivales, se celebraban allí.Espiritu Pampa

No cabe duda de que el Dr. Bauer está haciendo grandes avances en la zona y que no tardará en dar más noticas al mundo con nuevos descubrimientos importantes de la historia de esa gran cultura que fue la inca.

La búsqueda de Vilcabamba de Santiago del Valle

El segundo lugar, por orden de más antiguo a más reciente descubrimiento, es el hallazgo de un español de origen gallego, Santiago del Valle Chousa que es historiador, explorador, periodista y miembro de la Sociedad Geográfica Española. En 1997 hace más de 25 años comenzó la búsqueda de este incansable explorador gallego liderando una expedición, acompañado por la Dra. en historia Doña Maricarmen Martin Rubio, ya que un descubrimiento realizado por ella al parecer les ponía en una pista importante sobre el posible verdadero paradero de la capital de Vilcabamba. Este hallazgo era un documento del cronista y explorador Juan De Betanzo en los archivos de Palma de Mallorca; se trataba de un ejemplar completo de la obra de Betanzos: “Suma y narración de los incas”.

A partir de ahí, Santiago del Valle ha realizado innumerables expediciones todos estos años junto a su equipo, compuesto entre otros por arqueólogos españoles y peruanos que han ido sorteando rutas muy duras a pie, a caballo, teniendo que abrir camino en selvas con machetes o atravesar cerros nevados, incluso construir rústicos puentes para atravesar ríos o crecidas, yendo pista tras pista dirigiéndose al lugar en el que por fin en 2008 encontró una población que, a la luz de los documentos consultados por sus características y situación, podía tratarse la capital de Vilcabamba a 2.400 metros de altura y a 80 kilómetros al oeste de Machu Pichu.

La Vilcabamba de Santiago del Vallesanti

En los siguientes años muchos estudiosos admitieron esta teoría, que tuvo gran resonancia mundial, aunque una investigación más detallada del lugar permitió llegar a la evidencia de que Espíritu Pampa no es Vilcabamba la Grande. La distribución del lugar, situado en un valle bajo, sin demasiada dificultad para acceder a él, no concuerda con las descripciones del siglo XVI referentes a la gran capital inca perdida, según la cual era inaccesible para los caballos, según las crónicas de la época.

Según la Tesis de Santiago del Valle, el mayor error de Savoy fue confundir el río Pampaconas, lo cual era un elemento fundamental en esta investigación, ya que el ejército español avanzó siguiendo el Pampaconas para llegar a Vilcabamba durante su embestida final a Vilcabamba la Grande. También, según el explorador gallego, al parecer asombrosamente su ubicación aparecía señalada adecuadamente ya en un mapa publicado por el Instituto Geográfico del Perú en el año 1908 y archivado en la Biblioteca Nacional de España, mapa que después sería cardinal para su investigación.

Entrevista al explorador Gallego

P- ¿Cómo se despertó su interés por el enigma de Vilcabamba?OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Yo conocía algo de la historia del reino inca independiente que resistió tras la conquista española y de su misteriosa capital sagrada perdida Hatun Vilcabamba, llamada por los españoles Vilcabamba la Grande, o también Vilcabamba la Vieja. Sabía que era la   misteriosa ciudad que buscaba Hiram Bingham cuando   llegó   a   Machu   Picchu   y   que   seguía siendo un lugar misterioso. Y mi interés aumentó al estudiar la biografía del cronista Juan de Betanzos, que viajó al reino inca de Vilcabamba en dos ocasiones.

P-La Dra. Martín Rubio y usted hicieron mucho por rescatar a un personaje casi olvidado, al   cronista Juan de Betanzos, al encontrar la Dra. Martín un documento muy vinculado a las pistas sobre la posible ubicación de Vilcabamba ¿Qué nueva información les aportó este libro?

Cuando   supe   que   la   doctora   María   del   Carmen   Martín   Rubio   había encontrado   en un archivo el primer ejemplar completo de la crónica incaica escrita por Juan de Betanzos, me pareció una noticia sensacional.   Era   una   fuente   histórica   valiosísima   y   muy directa porque Betanzos fue el primer europeo que aprendió quechua y estuvo casado con la princesa inca Cuxirimay Ocllo, que había sido mujer principal   de   Atahualpa   y   por   esta   vinculación   familiar   accedió   a   la confianza   y   la   intimidad   de   las   élites   cusqueñas, lo   que   le   permitió recoger informaciones de primera mano sobre historia y cultura incas, lo que da especial valor a su crónica. Me interesé por este cronista y decidí realizar un documental sobre esta historia para lo que realicé el 1992 mi primer viaje a Perú. La crónica de Betanzos concluye en 1556, cuando se pone en marcha para negociar la paz con el segundo inca de Vilcabamba, Sayri Tupac. Pero no da información sobre aquel territorio, que seguía siendo muy desconocido.v2008-foto grupoDSCN1724

Poco   tiempo   después,   Carmen   Martín   Rubio   descubrió   otro documento, sólo un fragmento de una carta dirigida al virrey en el que se daban indicaciones sobre la ruta para llegar a Pampaconas. Era el sitio donde Betanzos y otros enviados españoles se reunieron con los Incas de Vilcabamba y también el lugar donde los españoles prepararon el ataque final antes de ascender a Hatun Vilcabamba, así que era un punto importante en el camino hacia la ciudad perdida.

Organizamos una expedición en 1997 con el apoyo del Instituto Nacional de Cultura  del Perú,  representado  por el  arqueólogo  Octavio Fernández,   e   identificamos   el   gran   ushno (construcción en forma de pirámide o plataforma para presidir las ceremonias más importantes) de   Pampaconas   Inca, restaurado por el ministerio de cultura en 2012.        Seguimos viaje hasta Espíritu Pampa y desde el primer momento, al llegar hasta allí con caballos y mulas, nos convencimos de que aquel lugar   llano   e   indefenso   no   podía   ser   Vilcabamba   la   Grande,  adonde sabemos por documentos históricos que las tropas españolas tuvieron que   llegar   todos   a   pie,   porque   el   terreno   no   permitía   el   uso   de   los caballos. Hiram Bingham ya describió el lugar en 1911 y afirmó que no podía ser Vilcabamba; pero desde que Gene Savoy afirmó en 1965 lo contrario, muchos investigadores han defendido que Espíritu Pampa era Vilcabamba la Grande. Convencido de que era un error, yo decidí emprender la búsqueda del verdadero emplazamiento de la capital perdida siguiendo el camino inca que   partía   desde   Pampaconas   hacia   el   oeste,  que   era   una   zona no estudiada por investigadores anteriores.

P- ¿Cuál fue la expedición más satisfactoria en estos años?

Hubo   grandes   momentos.   Recuerdo   en   1998   el   último   día   de expedición. Tuve noticias de Patibamba, que fue el lugar de los últimos combates de aquella guerra; tuve que esperar un año para conocer el lugar y al comprobar que coincidía exactamente con las descripciones históricas,  supe  que estábamos  ya  muy cerca  de  la ciudad  perdida porque   identificamos   Markanay,   donde   los   españoles   descansaron   la noche anterior a su entrada en Vilcabamba la Grande. Al principio no había mapas fiables de la zona. En  2001 el Instituto Geográfico publicó la   carta   que   incluye   Vilcabamba,   lo   que   nos   permitió   conocer   las dimensiones y la estructura real de aquel territorio. Tras varios años de exploración fue una enorme satisfacción cuando identificamos el núcleo de la ciudad perdida y realizamos las primeras excavaciones en 2008. Esas   fueron   grandes   satisfacciones   científicas   por   tres   momentos decisivos en esta larga investigación. Pero   todas   las   expediciones   que   realicé   en   Vilcabamba   fueron experiencias   gratísimas   por   el   contacto   con   la   naturaleza   y   por   el carácter de la población y su cultura acogedora y hospitalaria.

P- ¿Cuál la más sufrida?IMGsacoRec1800p

En   cualquier   expedición   en   montaña   y   selva   siempre   habrá   algunas incomodidades que hay que superar con el mejor ánimo, es lo normal. Pero   hay   imprevistos   que   trastornan   los   mejores   planes.   El   peor momento creo que fue en 2012, cuando por la declaración de estado de emergencia   se   prohibió   el   acceso   a la zona   y   tuvimos   que   anular   la excavación   programada.   Contábamos   aquel   año   con   financiación   de AECID,  la   Agencia   Española   de   Cooperación   Internacional   para   el Desarrollo,   y   el   ministerio   de   cultura   del   Perú   había   declarado   en   su resolución 616  que “todos  los  datos indicaban  que allí está la  capital perdida y era necesario ponerla a la luz”. Fue una gran decepción.

P- ¿Qué otras pistas significativas les fue llevando hasta la zona cero?

Nuestro trabajo consistió en principio en identificar sobre el terreno los lugares mencionados en las crónicas e informes del ataque, hasta que conseguí reconstruir la verdadera ruta que siguió el ejército en cuatro jornadas desde  Pampaconas hasta  Hatun Vilcabamba.  Encontramos  el lugar   del   último   combate   y   Markanay,   donde   descansó   el   ejército   la última noche. Era una zona despoblada y cubierta de vegetación, donde tuvimos   que   explorar   durante   varios   años   identificando   recintos   y estructuras en la selva al noroeste del nevado Choquezafra.

P- ¿Qué fue lo que les dio la pista en 2008 de que podían estar ante la posible ubicación de Vilcabamba?

Después de identificar Patibamba y Markanay; en 2002 encontramos un área religiosa en el cerro de Yanaorqo y varias fortalezas que protegían la   capital   sagrada.   En   años   sucesivos,   con   los   arqueólogos   Alfredo Candia,   Fredy   Ccopa   y   Hugo   Hancco,   encontramos   otros   recintos, fortalezas,   andenes   y   viviendas   campesinas   aisladas y   ocultas   entre   la maleza. Cuando al fin encontramos un conjunto de viviendas agrupadas me   convencí   de   que   habíamos   encontrado   el   núcleo   de   Hatun Vilcabamba.

P- ¿Y la definitiva para decir: “¡la encontramos!”?

En 2008 realizamos las primeras excavaciones, La observación del sitio, la   toponimia   y   el   análisis   de   restos   con   tecnología   Carbono14,   me convencieron de que estábamos en el núcleo de la ciudad perdida. Hatun Vilcabamba.   Al   regresar   a   casa   y   estudiar   todos   los   datos   descubrí además   sorprendentes   semejanzas   con   Machu   Picchu.   Ambos   lugares sagrados están sobre una planicie inclinada y

El Sr. De WARY

El Señor Huari de Vilcabamba, como decíamos, fue un hallazgo del compañero de investigación en Vilcabamba del Dr. Bauer, el arqueólogo peruano Javier Fonseca Santa Cruz, consistente en el descubrimiento de un antiguo complejo funerario cuya tumba principal era la de un antiguo dignatario o gobernante de la cultura huari, que fue la civilización andina que dominó gran parte del antiguo Perú antes que los incas, entre el siglo VII hasta el XIII d. C. Fue encontrado en 2011, en las inmediaciones selváticas de Espíritu Pampa y el descubrimiento ha sido comparado en importancia con el del Señor de Sipán, que, a su vez, era considerado el Tutankamón de las culturas precolombinas por su importancia y la cantidad de tesoros culturales y materiales que constituían dicha tumba. La importancia del Señor de Huari era porque no existían evidencias anteriores de que hubiera personalidades de gran prestigio durante el apogeo de esta cultura y, a su vez, también demostraba que los Huari se habían expandido aun más de lo que se pensaba y con este hallazgo se ponía como nuevo lugar en el mapa territorial de esta antigua cultura andina, la selva del Amazonas. Se convirtió en otra prueba más que refuta la hipótesis de muchos años que decía que ese territorio por ser tan inhóspito estaba poco habitado, y en los últimos años acumulaba cada vez más pruebas de lo contrario, incluso cada vez con más hallazgos de grandes urbes en pleno Amazonas. Junto a los restos del Sr. de Huari de Vilcabamba, se encontró a modo de ofrenda, entre otras cosas, una máscara de plata, un pectoral, 17 piezas de oro, 223 cuentas también del áureo metal y más de 100 piezas de cerámica. Encuentro afortunado porque las estructuras donde se encontraban las tumbas al parecer fueron profanadas a mediados del S. XX Juan de Betanzos Quién era y porqué Juan de Betanzos aportó una pista importante sobre la posible ubicación de Vilcabamba. Juan Díez de Betanzos y Araos (Betanzos, 1510-Cuzco, 1 de marzo de 1576) fue un explorador y cronista español que tenía la característica poco común en lo exploradores de la época de hablar el quechua general, es decir la lengua oficial del imperio inca. Además, fue de los cronistas que acompañaban tanto a Francisco Pizarro como a Diego de Almagro en la conquista del Perú. Además, Betanzos se convirtió en el hombre de confianza del primero durante los dos últimos años de vida del conquistador. Así que contaba con mucha información privilegiada y de primera mano. Cuando el joven gobernante de Vilcabamba Sayri-Túpac cambió su actitud beligerante hacia los españoles, acordó con el virrey una embajada negociadora para concretar los acuerdos a principios de 1557. Ese encuentro se produciría allí en Vilcabamba y en esa comitiva iba Juan de Betanzos con la función de experto en la lengua quechua y en asuntos nativos, siendo esta su primera visita al último reducto de la resistencia inca, que además concluyó con éxito porque se llegaron a acuerdos con Sayri-Túpac. Pero, como ya sabemos, el joven gobernarte murió repentinamente y ascendió al poder su hermano Titu Cusi Yupanqui, con el que tuvieron que reiniciarse las negociaciones y eso supuso al menos una visita más de Betanzo a Vilcabamba. De sus visitas a Vilcabamba Betanzo dejó crónicas que incluían descripciones geográficas de importantes lugares que podían poner en la ruta correcta a la mítica ciudad inca. La Dra. Carmen Martín Rubio, además del libro completo de “Suma y narración de los incas”, encontró años después una carta de Betanzos que, como explica Santiago del Valle, dio otro empujón a la investigación.

exactamente a la misma latitud y altitud, a ochenta kilómetros de distancia en línea recta. Ambos sitios tienen un espacio sagrado al norte, y en ambos lugares su apu principal   el   Salcantay   al   sur   de   Machu   Picchu;   y   el   Choquezafra   al suroeste de Hatun Vilcabamba, es visible desde la parte alta de la ciudad y no desde la baja. La memoria del lugar permanece en el nombre del río Lugargrande.

P- También realizaron un estudio LIDAR de la zona y satélite ¿Qué nueva información aportaron estos medios de prospección tecnológicos?

Tuvimos problemas técnicos con la prospección Lidar y tendremos que repetirla. Pero también hemos estudiado la zona con datos de satélite y, combinando esa información con las observaciones sobre el terreno, hemos comenzado a realizar una reconstrucción digital que completaremos próximamente con nuevos datos.

P- El 15 de agosto de 2012 el ministerio de cultura del Perú dictó una resolución en la que afirmaba que sus descubrimientos podían pertenecer a la capital de Vilcabamba. ¿Qué ha pasado desde entonces para que no se haya producido un anuncio definitivo del descubrimiento de Vilcabamba?

En estos años el ministerio de cultura llegó a planear al menos en dos ocasiones intervenciones arqueológicas en Hatun Vilcabamba, pero hasta ahora no se han realizado. Eso es algo sorprendente para mí, ya que me resulta difícil comprender por qué se retrasa tanto un plan para excavar y poner en valor Hatun Vilcabamba.

Como podemos ver, ambos investigadores tienen buenos argumentos y pruebas, quizás el lector haya tomado partido por una de las ubicaciones o esté todavía en la duda. Pero al final, serán el tiempo y los expertos quienes lo determinarán… o quizás nos sorprenda alguien con un nuevo descubrimiento o puede ser que nunca aparezca la verdadera ciudad perdida de Vilcabamba.

Juan José Sánchez Ortiz

Dejar un comentario

XHTML: Tu puedes usar estas etiquetas html: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>