EL FRACASO DE ANOMALIST
Publicado en EOC nº 99
En abril de 2014 EOC organizó la última reunión de investigadores OVNI. Componentes de cinco generaciones y de colectivos tan antagónicos como el CEI, ARP, Anomalía, encuestadores, analistas, compiladores e historiadores, nos encerramos en Santiago de Compostela para intentar encontrar la forma de colaborar en la disciplina que, en teoría, a todos nos unía: la ufología.
Fracasamos.*
Cinco años después Nacho Cabria impulsó un proyecto similar: Anomalist. Una lista de correo donde más de un centenar de interesados en el fenómeno pretendían, teóricamente, aunar esfuerzos en pro de la ufología.
Un lustro después el proyecto, a mi juicio, y en base a los últimos acontecimientos, ha resultado otro fracaso.
El sesgo de Anomalist, heredera de la Fundación Anomalía, se presuponía desde el principio. Pero los pocos encuestadores de campo que nos sumamos quisimos creer que la colaboración era posible. A pesar de las abismales diferencias de criterio.
Los autodenominados “ufólogos científicos” pretenden hacer ciencia basando sus estudios en muestras que consideran intoxicadas desde el momento de su recogida. Reprochando a los encuestadores y periodistas una pésima labor en la recogida de datos. ¿Qué fiabilidad tienen entonces sus análisis basados en datos supuestamente adulterados? Pero, lo de recoger sus propios casos, ni se contempla.
El argumento de que ya existe bastante casuística en la bibliografía (casuística, según ellos mal recogida por periodistas y ufólogos de campo) como para necesitar seguir recogiendo casos, es tan absurdo como dejar de investigar crímenes, porque ya existen suficientes sucesos recogidos en la prensa de sucesos y crónica negra.
Pero eso no es lo peor. La experiencia, madre de la ciencia, termina fomentando el prudente escepticismo en todas las áreas del conocimiento. Y de la misma forma en que es difícil encontrar un exégeta creyente (en este número quedará meridianamente claro porqué), o un parapsicólogo que crea en el más allá (la parapsicología estudia el “más acá”), ya no quedan investigadores OVNI en activo que consideren la Hipótesis ExtraTerrestre (HET). Y no hablo de divulgadores, periodistas, comunicadores o creadores de contenidos digitales. Hablo de investigadores. Pese a ello, hace pocos días en Anomalist volvía a repetirse el falaz y recurrente argumento ochentero: “los ufólogos creen en marcianos, luego la ufología es una pseudociencia”.
No es la primera vez, pero si ha sido la última, que servidor explicaba a los miembros de Anomalist -la mayoría anclados en la ufología del siglo pasado- que hoy se barajan otras ideas, teorías y posibilidades. Como quien oye llover…
Para quien -aún perteneciendo a un colectivo como Anomalist, que se autodefine como dedicado a la investigación del fenómeno OVNI-, se considera “escéptico militante”, es necesario mantener viejos mitos, como el de los ufólogos pro HET, para poder denostar dicho estudio. Lo que resulta absolutamente incoherente, en tanto la mayoría de miembros de Anomalist, que se dicen investigadores (aunque de gabinete) no acepta la HET. Luego la conclusión parece evidente: “todos los investigadores OVNI son gilipollas menos nosotros, porque creen en la HET”. Aunque no sea así. Argumento tan falaz como denostar la parapsicología, porque “los parapsicólogos buscan espíritus del más allá”, o cuestionar la filología neotestamentaria, porque “los exégetas creen en Jesús el Cristo”. Todo falso.
En cuanto a la posibilidad de debatir las nuevas teorías, todo inútil. Anclados en la bibliografía del siglo pasado, los “ufólogos científicos” desconocen absolutamente las nuevas ideas y líneas de estudio. Algunos incluso confiesan, sin pudor, no haber leído ningún libro sobre OVNIs anterior al año 2000. Calificando las nuevas hipótesis como “exóticas”, y situándolas en la misma papelera donde sepultan, con razón, la HET. Y se quedan tan anchos… Refutar, contrastar o al menos debatir esas nuevas ideas implicaría ponerse al día. Y si el último libro que leíste fue del año 1999, resulta difícil. Así que es una simple cuestión de pereza, desidia o desinterés. Pero eso tampoco es lo peor.
Durante estos cinco años, y salvo honrosas excepciones, la única utilidad de Anomalist está al servicio de los nostálgicos de la ufología del siglo pasado y los historiadores. Lo que no es poco. O sí. Teniendo en cuenta que supuestamente Anomalist reúne a los principales investigadores OVNI en habla hispana del mundo. O eso creíamos. Pero investigadores, en mi humilde opinión, pocos.
EOC apoyó la iniciativa de Anomalist desde el minuto uno. Yo mismo fui uno de los 10 participantes en la reunión inaugural, tal y como recogimos en EOC. Y en repetidas ocasiones recordamos su existencia en esta revista, con la esperanza de que, como pensábamos, Anomalist pudiese suponer un punto de encuentro entre las diferentes opiniones y sensibilidades dentro de la comunidad de investigadores.
“Es más lo que nos une que lo que nos separa”, repetía quien esto escribe como un mantra para intentar auto convencerme. “Es hora de olvidar los enfrentamientos del pasado y aunar esfuerzos en un objetivo común. Y bla, bla, bla…”. Pero estaba equivocado. Otra vez. El que es gilipollas, es gilipollas y no hay más…
Durante las últimas semanas, y como una de las víctimas puedo certificar que sin provocación previa, Anomalist permitió críticas, insultos, calumnias, etc., contra personajes como Iker Jiménez, J. J. Benítez, o servidor, sin ningún tipo de moderación. Cabria, responsable de la moderación, solo reaccionó cuando un colistero, no fui yo, respondió a esas críticas. Demostrando la total falta de objetividad de Anomalist. Tan útil como entrar en un foro mormón, cuestionando las visiones de Joseph Smith, o suscribirte a una lista de correo del ISIS para debatir si Mahoma existió o no… Recibirás mucha bibliografía, citas bíblicas o coránicas, y referencias históricas. Pero también mucho odio. A las pruebas me remito. Todavía no he recibido una disculpa por esas descalificaciones…
Anomalist nos ha aportado cosas útiles. La mejor es concienciarnos ya de que pretender una colaboración entre distintas tendencias ufológicas es tan factible como la que podemos esperar entre miembros de VOX, Podemos, el PP y el PSOE, en pro de los ciudadanos. O un foro de diálogo entre ultras del Betis y el Sevilla. O la convivencia entre judíos y palestinos… Inviable.
No buscamos lo mismo. Y ante este rebrote de odio, sorprendente, espontánea y simultáneamente –esto no estaba preparado- los investigadores de campo, como David Cuevas, José A. Caravaca, Luis Pacheco, Gustavo Domenech, Juan Acevedo, Ramón Álvarez, Ángel Arroyo, Nestor Berlanda, o yo mismo, entre otros, abandonamos Anomalist.
Ortega y Gaset definía el odio colectivo y odio narcisista que caracteriza el Movimiento Escéptico Organizado (MEO) como “sentir irritación por la simple existencia del rival. Solo satisfaría su radical desaparición”. Y lo ocurrido estos días en Anomalist nos retrotrae a los peores tiempos del IRC o los foros de los años 80 y 90. No hemos avanzado nada. Y si algo ha quedado claro, es que el MEO reaparece, cual misterios zombis, regularmente.
Aunque lo tragicómico, cree el ladrón… es que sean pseudoescépticos con antecedentes como falsificadores de casos (González y su postales ummitas http://elojocritico.info/?s=postales+de+%20TARJETAS%20DE%20ummo), ya condenados judicialmente (Gámez http://elojocritico.info/luis-alfonso-gamez-otro-charlatan-condenado-judicialmente/), o falsos periodistas fomentadores de bulos rentables (Agostinelli http://elojocritico.info/?s=aGOSTINELLI), quienes apelen a la libertad de opinión para insultar y difamar a quien no opina igual en Anomalist, con la connivencia de su moderador.
Lamentable. Anomalist me ha demostrado que, una vez más, yo estaba equivocado. Es más lo que nos separa que lo que nos une. Siempre fue así. La ufología no se diferencia de ningún otro sector de la sociedad. Ni en sus virtudes, ni tampoco en sus miserias.
M. Carballal
*: Disponible en: http://elojocritico.info/compostela-2014-reunion-nacional-de-investigadores-de-fenomenos-anomalos/