Published On: Lun, abr 8th, 2019

CLAVE 28: CATÁSTROFES QUE NO OCURRIERON… O COMO REACCIONAR ANTE UNA PREMONICIÓN DE UN ATENTANDO

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Publicado en EOC nº 88

EOC 88 PortadaEsta es una singular y aleccionadora historia vinculada directamente con el mundo del misterio y lo anómalo, cuyo desenlace y punto álgido se desarrolló durante el último trimestre de 2018 en Tenerife. Una pareja de presuntos sensitivos compartió su sincera inquietud relativa a la amenaza de un sangriento atentado en la isla en algún momento de los meses de octubre, noviembre y diciembre. Sin embargo, la fallida profecía es mucho más que una anécdota o que renovada munición para los críticos

 El pasado 30 de septiembre tuvimos la oportunidad de participar en el programa Cuarto Milenio, compartiendo con la audiencia la última hora de una serie de noticias cuando menos curiosas ocurridas semanas atrás relacionadas con el aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos. El hallazgo en agosto de una vieja pieza perteneciente a los aviones que protagonizaron el dantesco accidente en pista aquel lejano y dominical 27 de marzo de 1977, y la alarma generada durante los primeros días de septiembre ante la supuesta presencia de personas en la pista que no pudieron ser identificadas, contribuyeron al rescate de un conjunto de historias de fiabilidad variable que en las últimas décadas han dado contenido a la biografía no autorizada del aeropuerto y sus catástrofes.

 Los relatos sobre apariciones espectrales en pista, hangares y perímetro de Los Rodeos, se han combinado en estos años con el desarrollo de oficios y ceremonias diversas encaminadas a remediar desde la esfera “espiritual” los ecos de la tragedia, sumando al archivo de lo insólito ocasionales observaciones de OVNIs y otras manifestaciones etiquetables como “misteriosas”. En este contexto y escenario se produjo nuestra visita a Cuarto Milenio, con el efecto amplificador que conlleva todo lo que comunica semanalmente Iker Jiménez y su equipo. Transcurridos pocos días de la emisión, el domingo 7 de octubre del pasado año, se inicia esta historia que hoy compartimos con los lectores de Claves del Camino, episodio que no deja de ser una hijuela segregada del gran acontecimiento que supone el accidente de 1977.

 La emisión del programa posibilitó que una pareja de sensitivos o psíquicos con dotes mediúmnicas se pusiera en contacto con el autor de éstas líneas para transmitirnos una creciente inquietud que iba camino de quitarles el sueño. Joaquín y María -asumimos que el lector comprenderá que ocultemos sus nombres reales- nos contactaron vía online primero, para después mantener una primera conversación telefónica y varios encuentros personales poco después, la cadena de vivencias que les llevó a convencerse de que Tenerife coparía dramáticamente los titulares en poco tiempo.

Aeropuerto-Tenerife-Norte-Los-Rodeos

 UN DÍA 28, UN ATENTADO.

Dentro de la complejidad del asunto, la cuestión era muy básica: por diferentes vías Maria y Joaquín habían recibido revelaciones y señales que apuntaban a que en el aeropuerto de Los Rodeos se iba a producir un accidente en breve. Concretamente un día 28 antes de finalizar 2018, lo que reducía las posibilidades a octubre, noviembre y diciembre. La cercanía del primer plazo inquietaba bastante a una pareja que en ningún momento exigió ni manifestó interés alguno en obtener publicidad o notoriedad de ninguna clase. De forma inusualmente coherente con respecto a lo habitual en este tipo de casos, su preocupación radicaba en dar la información de la que disponían a los organismos y personas que estuviesen en disposición de utilizarla y evitar la tragedia. A través de sueños, de “señales” y directamente del diálogo con entes espirituales, María y Joaquín fueron reuniendo datos sobre el fatal destino. Se trataba de un atentado perpetrado a semejanza de lo ocurrido en el 11S. Dieron horarios aproximados, números de vuelos, número de víctimas y hasta el aspecto de los responsables y de algunos de sus cómplices, junto a otros detalles que nos reservamos pues nada aportan y sin embargo pueden alimentar infundadas paranoias. El asunto decidimos compartirlo con varias personas cercanas y abiertamente interesadas en este tipo de fenómenos y temática, rogándoles una absoluta discreción de la que sobradamente dieron muestras. De alguna manera, actuaban como testigos y notarios de lo que estaba ocurriendo.

 Sin título¿Qué hacer con esta información, a priori, tan trascendental? Desde un primer instante tuvimos claro que había que manejarla con extremo cuidado.

 Difundirla era crear una alarma innecesaria e injustificada. Teníamos todos los medios a nuestro alcance para comunicar el asunto, airearlo, para situar y situarnos bajo los focos, pero apostamos por la cautela, por una gestión responsable de la información, por manejar lo que teníamos entre manos como una bomba de relojería. A fin de cuentas, se trataba de unas presuntas premoniciones, pálpitos o corazonadas que a priori carecían de valor, a pesar de la honesta preocupación que acompañaba tan inverificables planteamientos. Divulgarlas podía suponer más problemas que ventajas, pero despreciarlas sabíamos que no era opción para nosotros.

 En este tipo de cuestiones siempre hay un dilema, una pregunta a medio formular…”¿y sí ocurre?” Esa pregunta condujo a la pareja, días atrás de nuestro primer contacto, a hacer algo inusual presentándose en el puesto de la Policía Nacional en el aeropuerto para contar su historia, su increíble historia, a los agentes de servicio. Y con ello corrieron el riesgo de la burla, algo que por fortuna no ocurrió. Joaquín contó lo que les venía ocurriendo y compartió los datos recopilados, que fueron escuchados con respeto. No hubo contacto posterior, es decir, allí empezó y acabó este capítulo concreto.

 Tras ese primer paso, una vía adicional éramos nosotros, de manera que tras sopesarlo bastante optamos por concertar una reunión con otro agente de los cuerpos de seguridad del estado con capacidad para hacer llegar aquella información, por disparatada que pareciera, directamente a expertos capaces de evaluar su nivel utilidad. Así lo hicimos. Vivimos ese encuentro durante casi dos hora en una cafetería, con los sensitivos compartiendo su información y nuestro enlace tomando nota, especialmente de aquellos datos que concretos que permitían realizar comprobaciones. Aquella conversación concluyó con una visita al aeropuerto, en la que fuimos testigos de la aparente recepción de algunos datos adicionales.

 UNA LECCIÓN PARA FUTUROS POSIBLESAeropuerto-de-Tenerife-Norte-1

Tenemos absoluta confianza en que los datos potencialmente útiles llegaron a las personas indicadas, y hasta donde sabemos, no condujeron a nada. Es decir, no tenemos constancia de que conscientemente se haya desactivado alguna amenaza a partir de los lugares, procedimientos y descripciones físicas que se aportaron. La discreción que mantuvimos sobre el asunto, además de evitar alarmas innecesarias en la población, también tiene que ser vista como una precaución para evitar delatar posibles pistas válidas. En el hipotético caso, remoto sí se prefiere, de haberse tratado de una precognición generada por una amenaza real en curso, el haber publicitado la predicción podría haber disuadido a los responsables de seguir adelante con su plan, echando por tierra al mismo tiempo la ventaja de los cuerpos de seguridad a la hora de desactivar la amenaza. Es evidente que estamos especulando, y sin duda en exceso, pero eso lo sabemos ahora con certeza y no entonces, cuando había que tomar decisiones y contener impulsos tan naturales como el de avisar a conocidos y amigos que podían verse expuestos en esas fechas.

 La tensión de los días previos al 28 de octubre dio paso a un escenario más relajado con un mes vista para el siguiente plazo, el 28 de noviembre, la fecha más probable de las tres. Obviamente, nada ocurrió aunque el 28 de diciembre no concluimos que todo aquello hubiese sido ni mucho menos una mala broma. Y los psíquicos, se alegraron como haría cualquier persona de bien a pesar de que teóricamente el error jugaba en su contra. Pero sin duda te alegras de fallar, y aceptas de buen grado que todo haya sido una interpretación errónea, una suerte de espejismo mental…Lo cierto es que nunca sabremos si en la trama de futuros probables, el simple o extraordinario hecho de tener un conocimiento previo de su posible desarrollo, interfiere en el desarrollo del mismo alterando ese futuro aún por cristalizar dando margen al irrenunciable libre albedrio.

 Desde aquí reflexionamos sobre lo que habrían podido hacer otros en nuestro lugar con la información y las consecuencias de haber optado por un titular de prensa. ¿Habríamos vivido colectivamente con algo más de ansiedad esos días 28? ¿Mostrarían las estadísticas un menor tráfico local en esas fechas? ¿Cómo habrían respondido los medios de comunicación y reaccionado ante una alarma sin sustento las autoridades? Para nosotros ha sido una buena lección de madurez y responsabilidad, además de una buena historia absolutamente real que poder compartir con ustedes.

 

                                                                          José Gregorio González

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