ARGAMASILLA, HOUDINI Y VALLE-INCLAN: ENTREVISTA A RAMON MAYRATA
Publicado en EOC nº 77
Ramón Mayrata nace en Madrid en 1952. Novelista y especialista en la historia del ilusionismo. Guionista de espectáculos teatrales y programas de televisión. Junto a Juan Tamariz fundó la editorial especializada Frackson. Es autor de un libro de relatos y de cuatro novelas. También de varios libros de poemas. Imparte cursos de literatura para universidades norteamericanas y de historia del Ilusionismo en el Centro Universitario María Cristina de El Escorial.
A los diecinueve años publicó su primer libro de poemas, Estética de la serpiente (1972). Un año antes aparecieron sus poemas iniciales en la antología Espejo del amor y de la muerte. Trabajó como antropólogo en el antiguo Sahara español en pleno proceso de descolonización. Su estancia en el Sahara Occidentcal significó el descubrimiento de una cultura singular que ha hecho posible la supervivencia en condiciones extremas. Estas experiencias fueron la materia de su primera novela, El imperio desierto, donde narró los últimos momentos de la descolonización fallida del Sahara Occidental y los comienzos de una larga guerra.
Posteriormente ejerció el periodismo y trabajó como traductor en París. Desde entonces ha compaginado la dedicación a la escritura con el trabajo en medios de comunicación, como articulista y guionista de radio y televisión, y la labor docente. Su relación con los medios de comunicación le sugiere un libro de relatos, Si me escuchas esta noche y su segunda novela El sillón malva, que es una vertiginosa panorámica de la España del fin del milenio.
Ahora acaba de publicar, casi simultáneamente, dos libros: “El Mago manco” (editorial Fronterad) y “Valle-Inclán y el insólito caso del hombre con rayos X en los ojos” (Editorial La Felguera).
Entrevista
“El Mago manco” es la última novela de Ramón Mayrata. Un thriller donde se mezcla la memoria celular, la esperanza en el más allá y el mundo del ilusionismo, protagonizada por un viejo asesino a sueldo que pierde un miembro y recibe el implante de una mano llena de mágia…
Ramón, probablemente cuando un aficionado a la magia escucha “el mago manco” piensa inevitablemente en René Lavand (mencionado en el texto)… ¿fue una de tus inspiraciones?
Hubo una época en la que René Lavand pasó una temporada en mi casa. Un día me confesó, señalando su muñón enguantado, que aquella mano que no existía era la que realmente ejecutaba su magia. Algo totalmente congruente con la magia que suscitaba, con ese otro lado del espejo que hacía visible en sus juegos. Entonces me propuse escribir una novela en la que esa mano que no existe pero que verdaderamente realiza la magia cobrara vida y se convirtiera en personaje y agente de la acción. Algo sumamente difícil. La mano, cortada y sin vida, vagó durante años por mi imaginación. Un día me quedé mirando la mano amputada, sangrienta, tirada sobre los adoquines de una plaza que contempla un ser andrógino en la película de Buñuel El perro andaluz. Ese día la novela empezó a cobrar vida. El andrógino imagino el brazo, el tronco, el cuerpo entero al que había pertenecido la mano. Se enamoró así del mago manco. Incluso antes de que fuera mago. Porque en un principio era un tahúr.
“El Mago manco” comienza con una desgarradora carta de amor de una mujer, Diana, a su amado, un asesino a sueldo formado en la Cuba de Batista, y protagonista de la trama. Su historia de amor está inspirada en la del gran Houdini esperando un mensaje del más allá… ¿Puede un mago creer en lo sobrenatural?
He dicho que me propuse convertir la mano cortada en un personaje de la novela. En realidad había empezado a escribir una novela sobre el amor más allá de la muerte. La gente muere pero su presencia se prolonga mucho tiempo después. Al abrir un cajón ruedan unas perlas desuncidas que le pertenecieron. Al coger un libro de la biblioteca encontramos la señal donde interrumpió la lectura del último libro. Pensé en Houdini y Bess, su esposa. Houdini se pasó media vida sacando a la luz los fraudes espiritistas. Pero dejó una puerta abierta. Bess y él llegaron al acuerdo de que el primero en morir volvería, se haría presente al otro… Incluso establecieron un código secreto para evitar manipulaciones y engaños. El primero en morir fue Houdini. Y Bess organizó puntualmente una sesión anual para invocar su regreso. Jamás volvió. Los magos no creen en nada. Actúan sobre la percepción. Y en ese ámbito hacen posible lo imposible. ¿Quién no ha deseado alguna vez volver a encontrarse con la persona amada que desapareció? Ni siquiera un millón de evidencias contrarias pueden aniquilar del todo este deseo. Y otros muchos. La magia, como la literatura se sustenta en deseos, en ocasiones inconfesables.
En la novela encontramos una trama donde se mezclan una mano cortada, que recuerda las rutinas cartomágicas del ilusionista al que perteneció, una investigación policial, una historia de amor y arrepentimiento, y mucha magia… ¿Es la magia algo más que un espectáculo teatral? ¿Qué opinas de las últimas investigaciones neurocientíficas que plantean la magia como todo un sistema de conocimiento?
La psicología sostiene que el mundo moderno ha desterrado la libertad creadora al subconsciente. La magia es un arte escénico que logra, en ocasiones, dialogar con el subconsciente de los espectadores. El teatro es un reflejo especular de la vida. La magia no resiste la tentación de reencantar un mundo desencantado. Para ello se vale del conocimiento, la ciencia y la razón. Ha ingeniado buena parte de los efectos y tecnologías teatrales, está unida a la invención y reinvención del cine, ha influido decisivamente en la noción misma de espectáculo. No es extraño que la neurociencia acuda a las prácticas de los magos para estudiar la percepción humana y sus alteraciones. Es algo que me parece interesante pero no substancial. La neurociencia podría acudir a una mesa de juego y estudiar las prácticas de los tahúres. Tal vez obtendría datos similares. Otra de las fuentes de inspiración de la novela es esa paradoja. Cuando el tahúr adquiere conciencia de que es un mago, sigue empleando las mismas técnicas, pero el resultado es distinto. Ya no es el engaño. Es la magia. Sucedió realmente cuando el tahúr S.W. Erdnasse escribió El experto en la mesa de juego y publicó por primera vez las sutilísimas técnicas de los tahúres. El libro cayó por casualidad en manos de un niño de trece años que se llamaba Dai Vernon. Aprendió de memoria aquellas técnicas, las interiorizó y las aplicó a un fin distinto a ganar una partida. Hizo que trasmitieran la sensación de que algo imposible sucede y nuestros ojos lo ven. A partir de ahí se desarrolla el close-up, la magia de cerca, la gran aportación a la magia contemporánea.
Argasilla, el hombre que (no) sorprendió a Houdini
Casi simultáneamente a “El mago manco” Mayrata publica, en colaboración con otros autores, “Valle-Inclán y el insólito caso del hombre con rayos X en los ojos”, la historia del joven aristócrata español Joaquín María Argamasilla que afirmaba poseer rayos X y el don de la clarividencia, y que en 1924 retó a Harry Houdini a demostrar que sus poderes extrasensoriales eran falsos. Es este libro, de La Felguera, una obra coral magnífica, en la que colaboran historiadores, ilustradores, traductores, etc, ofreciéndonos, no solo un relato completo de aquel insólito episodio de la historia de la magia, sin contestualizándolo con otros casos similares.
¿Cuál fue la relación de Argamasilla con Houdini?
Los magos forman parte de una sociedad basada en el secreto. Comparten un código del honor no escrito. Un mago ilusiona, no engaña. Abominan los fraudes. A Houdini ciertos espiritistas intentaron embaucarle tras la muerte de su madre, pretendiendo ponerle en contacto con ella en el más allá. Para alguien entrenado como él no fue difícil descubrirlo. Pero las patrañas, aplicadas sin ninguna piedad a una materia tan delicado como los sentimientos tras la muerte de un ser querido, le convencieron de la necesidad de desmontar esta clase de imposturas. Es lo que hizo con Argamasilla. Poner en evidencia sus procedimientos, demoler su discurso, promover el repudio por parte de los espectadores.
Descubrimos en este libro algo que desconocíamos, el papel de Don Ramón María del Valle-Inclán, célebre literato, en la historia de Argamasilla. ¿Cuál fue su papel?
Valle se sentía afín a las corrientes mística y gnóstica que a través del romanticismo alemán derivaron hacia el ocultismo. Le atraían las doctrinas espiritualistas porque reaccionaban frente al positivismo y el materialismo. Estos sistemas filosóficos, no lo olvidemos, al aplicarse al arte y la literatura, habían inspirado un realismo y un naturalismo que detestaba. Al igual que los simbolistas, convirtió las creencias esotéricas en el fundamento de su estética, plasmada en los ensayos de La lámpara maravillosa. El aborrecimiento de las concepciones materialistas y la incitación al misterio, la intención de reencantar un universo desencantado por el racionalismo, le aproximan a los movimientos artísticos del fin de siglo identificados con la vanguardia estética, el simbolismo y el neo-misticismo.
Dio una explicación del fenómeno de la metasomoscopia, la visión a través de ciertos cuerpos opacos, sumamente divertida. Era un incentivo para su imaginación. A su entender el joven Argamasilla veía a través de las paredes de la caja, porque era capaz de doblar la mirada e introducirla por la finísima rendija de la tapa como si se tratara de una hoja flexible de acero, que una vez dentro se apropiaba de la imagen, se doblaba de nuevo y regresaba hasta el vidente
En el libro vemos desfilar otros personajes, contemporáneos o no a Argamasilla, que también fascinaron a docenas de científicos convenciéndolos de poseer capacidades extrasensoriales. ¿Cómo es posible que científicos, literatos e intelectuales sean engañados por falsos médiums?
En todos ellos hay un hombre de fe y un hombre de razón que no siempre dialogan con ecuanimidad. El deseo de encontrar evidencias del más allá distorsiona la percepción de estos fenómenos. Desean creer. En el caso del doctor Richet es evidente. Por otra parte algún mérito corresponderá a los que les engañan. Argamasilla ejecutaba muy bien sus demostraciones. En algún momento se le escapa a su padre que era mago aficionado: hacía juegos de cartas. Realmente su manera de hacer la doble vista, la visión a través de los cuerpos opacos, era admirable. Se hubiera podido ganar la vida en los escenarios como el gran fascinador Onofroff, en esa misma época,. O el profesor Alba un poco después.
La obra de Mayrata
En la obra de Ramón Mayrata encontrados novelas y ensayos, a cual más fascinante, sobre viajes, historia, magia… La mayoría merecerían una entrevista monográfica.
En tu novela “Ali Bey, el Abasí”, ficcionas la vida del espía Domingo Badía. ¿Realmente tu ficción puede superar su realidad? ¿Por qué una novela sobre Ali Bey?
La ficción sirve para crear otros mundos posibles, contar otras cosas. Me interesaba establecer un diálogo entre el hombre de razón – el ilustrado Badía – y el hombre de fe – Alí Bey. Los dos convivían en un mismo cuerpo y realizaron un viaje por la orilla oriental del mediterránea, el mundo al que pertenecía el segundo. Con regreso por la orilla occidental, el mundo del primero. Es decir vieron el uno el universo del otro, lo comentaron abiertamente, desde sus propias concepciones y prejuicios. La confrontación entre Oriente y Occidente, el pensamiento mágico y la razón, en una sola persona, a lo largo de un viaje por ambos mundos. .
Fundaste la editorial especializada en ilusionismo Frackson con Juan Tamariz, y has escrito libros como “Una historia del ilusionismo” y “La sangre del turco”. Como conocedor de la historia de la magia, ¿todavía hoy se hace un mal uso del ilusionismo (en Africa, Asia, América, etc) para engañar a los semejantes simulando poderes divinos? ¿Cuánto de mágia hay en los chamanes, santones y visionarios del siglo XXI?
Los gobiernos, las falsas oposiciones, los medios de comunicación, las grandes corporaciones, las agencias publicitarias, los organismos de espionaje e información me parecen más representativos del engaño en el siglo XXI. Me decía un amigo mío gallego, al que me encontré el otro día por la calle, que las personas que se han enfrentado a estos engaños han acabado perseguidas, marginadas, cercadas como Roberto Saviano, Julián Assange o Baltasar Garzón.
EOC
Recuadro Anexo
EL CASO ARGAMASILLA
El ocho de marzo de 1923 se levantó acta notarial de la certificación por parte de varios testigos de un «prodigio visual» en Madrid, que iba a captar durante algunos años la atención del público, alimentando especulaciones acerca de las posibilidades de la mente y de la materia. Un joven podía ver con los ojos vendados lo que había dentro de cajas metálicas totalmente cerradas, podía leer fragmentos de textos depositados en su interior y conocer la hora marcada al azar en relojes cerrados con tapa. El joven con la supuesta visión prodigiosa era Joaquín María Argamasilla de La Cerda y Elio (1905-1985), de dieciocho años de edad. Fue el primogénito del marqués de Santa Cara, llamado Joaquín José Javier Argamasilla de La Cerda y Bayona (1870-1940), un aristócrata carlista de Navarra que había estudiado derecho y publicado varios libros de investigación histórica junto a dos novelas. Se estaba dedicando al estudio de la clarividencia, una rama de la metapsíquica, cuando creyó descubrir en su hijo esa nueva capacidad visual.
A pesar de la publicación de la notícia en la prensa, el caso pasó relativamente desapercibido en España hasta que, al año siguiente, el fisiólogo Charles Richet (1850-1935), examinó favorablemente al joven en el Institut Métapsychique International (IMI) de París. La prensa española (el ABC, La Vanguardia y La Época) en seguida informó en portada de la noticia, reproduciendo el mismo fragmento de una carta que el Premio Nobel francés había enviado al conde Gimeno. En ella, Richet había expresado su admiración por la facultad del prodigio español, agradeciendo el haber podido comprobar: «la sorprendente lucidez de Joaquín Santa Cara. Ello es verdaderamente maravilloso. Estamos en días de descubrir nuevos rayos. Nos encontramos en presencia de uno de los mayores descubrimientos de nuestros días. Comprobadas estas asombrosas facultades, nos es preciso continuar los estudios»
A lo largo del mismo año, los Argamasilla viajaron a Estados Unidos donde la Boston Society for the Psychical Research (BSPR) quiso examinar el caso. Esta Sociedad provenía del ala más científica de la American Society for Psychical Research (ASPR), conocida por la actitud crítica de algunos de sus miembros. Mientras padre e hijo estaban en Norteamérica, el diario La Época hablaba del éxito en Nueva York y el conservador ABC anunciaba triunfalmente que el prodigio español estaba impresionando a los americanos,informando de la ganancia de una supuesta apuesta de 5.000 dólares .
Pero hay otra versión muy distinta de los hechos. En el momento en que Argamasilla fue estudiado por la Boston Society, el famoso mago e ilusionista Harry Houdini (1874-1926) colaboraba con la Sociedad. Enfrascado en una lucha personal contra los médiums, su papel era intentar detectar posibles trucos. Según las publicaciones del propio ilusionista, éste consiguió desacreditar a Argamasilla. En los medios de comunicación estadounidenses se refiere al aristócrata español, primero, como «Spaniard with X-Ray Eyes» y luego, en un folleto publicado por él, lo descalificaba por ser un estafador («phenomenal mystifier»), explicando sus supuestos trucos. Le acusaba de levantar ligeramente con el pulgar la esquina trasera de la tapa para ver en el interior. El New York Times señaló, en primer lugar, el éxito de la demostración pública de la visión prodigiosa del joven aristócrata . Pero cuando Houdini le retó a repetir su hazaña con otras cajas, parece que la comitiva española abandonó la sala en protesta . Acto seguido el ilusionista intentó copiar la lectura del reloj cerrado, fallando ligeramente . Aún así, parece que consiguió sembrar la duda acerca de la visión de Argamasilla. Esta versión de los hechos tardaría todavía un año en llegar a hacerse pública en España. A principios de agosto de 1925, Rodríguez Lafora publicó en el periódico liberal-regeneracionista El Sol un artículo hablando de la labor de la Boston Society desenmascarando médiums, y sacó a relucir que Houdini había descubierto los trucos del vidente español .
El célebre Ramón del Valle-Inclán, amigo personal de Argamasilla padre, a quien dedicó en 1916 su célebre “La lámpara maravillosa”, salió en defensa del joven vidente… y este trío Houdini Argamasilla Valle-Inclán, es ahora explorado en la obra de La Felguera donde colabora Mayrata.
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