Publicado en EOC nº 80/81

Esquivando un tiro de escopeta y alguna pedrada, el aparatoso globo “Mercurio” acabó aterrizando en Lugo y batiendo el récord de España.

Pioneros de la aeronaútica                  

Como buenos aventureros y excelentes militares, los tenientes  Alfredo Kindelán y Heriberto Durán estaban preparados para todo aunque no se esperaban un final semejante. Pertenecían a la Academia de ingenieros de Guadalajara, cuna de la aeronáutica militar española. Y formaban parte del joven Servicio de Aerostación Militar.

Estando de descanso en la ciudad de Toledo y con la excusa de aprovechar el hidrógeno sobrante del globo “Alfonso XIII” solicitaron permiso para realizar una expedición y estrenar el globo esférico “Mercurio”. Y el 26 de octubre de 1904 cerca de las once  de la mañana comienzan a elevarse sobre los cielos e inician una gesta que terminaría en el récord de España, por entonces, al cubrir un trayecto de unos 960 quilómetros. El objetivo era aprovechar las buenas condiciones meteorológicas para realizar un vuelo nocturno y llegar hasta donde fuera posible dentro del territorio nacional.

Acompañados por la luna llena, rumbo a Galicia  El propio Alfredo Kindelán, que acabaría siendo Teniente General del Ejército del Aire y el primer piloto español de dirigible, entre otras facetas de su amplio currículum, dejó escritas sus impresiones después de sobrevolar tierras castellanas, extremeñas y recorrer localidades portuguesas: En cuanto tuvimos luz bastante para apreciar los detalles del terreno y poder leer en el mapa, nos orientamos con exactitud, sirviéndonos de referencia el curso del Miño y luego la población de Lugo”.

Quedaron impactados por “el bello espectáculo de la luna” llena en total plenitud. El globo fue descendiendo para poder comunicarse con unos paisanos que les confirmaron que estaban en tierras lucenses.

Un extraño objeto en los cielos                       

Intentaron aterrizar en Castroverde. Pero cuando maniobraban se percataron que el terreno no era el adecuado y volvieron a elevarse. Finalmente se optó por culminar la navegación en el lugar de Arcos de Frades, en el ayuntamiento de Pol.

Heriberto Durán se deslizaba por la cuerda del aerostato cuando un cazador, escopeta en mano, disparó. Por fortuna no tuvo la suficiente puntería y el perdigón acabó impactando contra la barquilla.

Pero el susto no fue menor para los intrépidos aeronautas que según alguna revista de la época (Madrid Científico) tuvieron que esquivar algunas piedras que le fueron lanzadas por algunos vecinos, asustados por el extraño visitante, un globo esférico de 640 metros cúbicos de tamaño.Era el año 1904, y no era frecuente para los habitantes del rural observar este tipo de objetos voladores, lo que provocaba una reacción de autodefensa.

Kindelán y Durán lograron su objetivo No fue esta última ocasión de un recibimiento similar. Un año después el propio Kindelán fue apuntado por decenas de personas armadas  con escopetas en tierras de Lisboa. Los paisanos quedaban asombrados con lo que caía de los cielos.

La noticia tuvo mucha repercusión en los medios de toda España, como El Liberal o El Imparcial y también en revistas especializadas. Eso sí, aparte de la anécdota, fueron homenajeados y descansaron en la hospitalaria Galicia antes de regresar a Guadalajara, esta vez como pasajeros del ferrocarril. El Gobierno Civil de Lugo incluso ordenó identificar al “cazador” lucense.

Días después recibieron un homenaje en Madrid, en un acto presidido por el General Benito de Urquiza, con el que se le agradeció las más de 21 horas vuelos ininterrumpido, todo un récord en aquellos años.

Como buen profesional, Alfredo Kindelán Duany se limitó a decir que imágenes como las del  “efecto de descomposición de la luz lunar sobre la capa de la bruma que cubría la superficie de un lago compensaron sobradada mente las fatigas de la expedición”.

                        AdianteGalicia                           

Fotos: Biblioteca Ministerio del Aire

 Kindelan: El primer General que habló de OVNIs

Alfredo Kindelán Duany  (Santiago de Cuba, 1879-Madrid, 1962)  no fue un simple militar y aviador español, considerado un héroe nacional. Además ha pasado a la historia como el fundador del actual Ejército del Aire de España.

Fue el primer jefe, en 1913, de la rama de Aviación del Servicio de Aeronáutica Militar, mandado por Pedro Vives que contemplaba una segunda rama de aerostación. Participó como Jefe del Aire, responsable de la fuerza aérea del bando del general Francisco Franco durante la Guerra Civil Española. Director de la Escuela Superior del Ejército y miembro de la Real Academia de la Historia. Su obra más importante es Mis cuadernos de guerra. Fue nombrado marqués de Kindelán en 1961.Coincidiendo con el 75 aniversario de la Aviación Española, se creó en 1988 la Cátedra Alfredo Kindelán para debate, estudio e intercambio de ideas.

Y además de todo eso, fue el primer General español que escribió abiertamente sobre el fenómeno OVNI. En 1954 publicó varios artículos de opinión en el diario ABC, como su famoso texto “Platillos Volantes”, publicado en  diciembre de dicho año, en los que especula con la posibilidad de que al menos un 10% de los casos OVNI reportado oculten “armas secretas teledirigidas”. Hasta hoy no teníamos ninguna pista de que podía haber llevado al intrépido piloto español a esa conclusión. Ahora, a la luz de su aventura personal con el globo militar Mercurio, tripulando lo que para cientos de testigos era un OVNI, sin duda podemos entender mejor porque consideraba esa posibilidad…

MC