Muchas gracias por las felicitaciones recibidas en nuestro 23 cumpleaños. Tal día como ayer, en diciembre de 1992, apareció un nuevo fanzine: El Ojo Crítico. Destinado a los investigadores (no a los divulgadores) de los llamados fenómenos anómalos. A esas personas que no contactan con espíritus, extraterrestres, ni elementales; que no recuerdan sus vidas pasadas, ni han sido abducidos; que no han visto a la Virgen ni viajan al plano astral; que no adivinan el futuro ni sanan enfermedades; que no dicen poseer ninguna capacidad paranormal, sino que solo aspiran a estudiar y comprender a quienes si lo afirman.

EOC nació para intercambiar datos, hechos, informaciones, sobre anomalías, no para fomentar la capacidad de soñar, el desarrollo espiritual, o las creencias religiosas. Ni tampoco para cuestionarlas. Porque nuestra intención no es fomentar la creencia en que lo paranormal existe, ni tampoco la creencia en que lo paranormal no existe. Para fomentar creencias en uno u otro extremo ya existen otras publicaciones.

EOC tampoco es un medio de comunicación, ni ejerce el periodismo (ni científico ni del misterio). La divulgación no es nuestro objetivo, ya que nuestros trabajos, como dice el encabezamiento desde el primer número, están escritos “para investigadores”.

Los Cuadernos de Investigación Para Investigadores EOC son gratuitos, de hecho muchos de nosotros no creemos que el lucro sea compatible con la investigación de las anomalías (y menos aún con su divulgación), ya que el dinero suele ser el móvil más habitual para mantener como misterios cosas que no lo son.

No fomentan ninguna creencia u opinión preconcebida, y simplemente intentan exponer los hechos. Las conclusiones, siempre revisables, de las investigaciones sobre tal o cual presunta anomalía, realizada por el firmante. Nada más. Algo que la comunidad del misterio no supo comprender desde el principio. Una comunidad, como todas, en las que el protagonismo y el lucro suelen ser el motor principal de toda actividad. Una comunidad dividida, como tantas, entre quienes defienden apasionadamente unas u otras creencias. O increencias. Y que no supo etiquetar a una joven publicación independiente, en ninguna de sus clasificaciones convencionales. Y es que, desde el principio, hemos ido por libre. Algo que no suele encajarse bien en sectores altamente polarizados emocionalmente.

Por eso unos intentaron ningunearnos, otros difamarnos y otros, más activos, atacar (con éxito la mayoría de las veces) nuestras páginas web. Sin embargo, 23 años y 79 números después, aquí seguimos. Más leídos, activos y reputados que nunca. Y que una publicación gratuita, que no cobra ni paga nada por sus publicaciones, que no pertenece a ningún colectivo, grupo editorial ni tendencia ideológica, hay conseguido publicarse ininterrumpidamente durante 23 años significa que creemos en lo que hacemos.

Desde aquel número 0, los lectores, contenidos y extensión de EOC ha ido creciendo de forma exponencial. El número 0 de EOC tenía solo 5 páginas y se imprimieron apenas 30 ejemplares. El número 79 tiene más de 80 páginas y ha sido descargado por miles de lectores en los cinco continentes.

A pesar de más de 20 años intentando ningunearnos, para evitar que sus lectores nos leyeran, todos consultaban EOC… Antes nos leían solo TODOS los sectores del mundo del misterio: desde los creyentes a los pseudoescépticos, pasando por los “divulgadores” famosos, que temían que su nombre apareciese en alguno de nuestros trabajos, desenmascarando sus engaños… Hoy, como demuestran las cartas que recibimos, también nos leen doctores y catedráticos, historiadores y antropólogos, físicos y sociólogos… miembros de la comunidad académica y científica que, número a número, se han convencido de que EOC es lo que dice ser: una publicación honesta que no es posee ninguna Verdad. Ni científica ni espiritual. Y que se limita a exponer datos objetivos

Y como no hemos encontrado la Verdad nos conformamos con averiguar los hechos, y compartirlos con otros investigadores que tal vez estén más cualificados que nosotros para revisarlos.

Porque la investigación de las anomalías supone, a nuestro juicio, el campo más enriquecedor, apasionante, seductor y fascinante de la cultura, ya que te obliga a familiarizarte con todos los demás aspectos de la misma: antropología, química, ilusionismo, astronomía, física, sociología, psicología, historia, etc. ¿Puede existir un campo de conocimiento más enriquecedor?

Viajar (o no) al lugar de los hechos, entrevistar (o no) a los protagonistas, consultar archivos históricos, contrastar las opiniones de los expertos, intercambiar datos y puntos de vista con otros colegas… No tenemos evidencias irrefutables de si existe o no vida después de la muerte, ni si alguna inteligencia extraterrestre ha visitado la Tierra, si la mente humana puede influir sobre la materia o percibir información de forma no sensorial, ni tampoco si hay otros habitantes invisibles en el planeta, pero investigar esas posibilidades, y tratar de contrastar los testimonios humanos que mantienen esas creencias es la aventura más apasionante a la que puede enfrentarse un cerebro inquieto y curioso. Por el momento solo hemos conseguido separar la abundante cizaña del escaso trigo, pero eso también resulta muy enriquecedor. Porque nos enseña mucho sobre los miedos y las esperanzas de algunos seres humanos, y sobre las miserias y la crueldad de otros tantos.

Es cierto que EOC explora el lado menos amable del misterio. Sectas, fraudes paranormales, crímenes esotéricos, operaciones psicológicas, etc. Que la inmensa mayoría de nuestras publicaciones denuncian engaños, estafas, timos y manipulaciones. Tanto por parte de los vendedores de falsos misterios (autodenominados investigadores), como de los charlatanes pseudocientíficos (autodenominados escépticos). Pero cuando un caso ha resistido nuestro estudio y no hemos encontrado una explicación racional también lo hemos publicado. Quizás otro estudioso más cualificado consiga encontrar la respuesta donde nosotros fracasamos. O quizás no. Y por eso continúan abiertos algunos casos No Explicados… por el momento.

Pero es que esa, creemos, es la única forma razonable de enfrentarse al mundo del misterio. Intentando explicar lo no explicado. Y solo cuando hemos fracasado en nuestros intentos, honestos y desapasionados, de encontrar una explicación racional, es cuando podemos hablar de auténticas anomalías… no antes.

Gracias por vuestras felicitaciones, y feliz 2016. El año en que muchos supuestos misterios dejarán de serlo… y por tanto estaremos un poco más cerca de la Verdad, sea cual sea.

EOC